Sebastián escuchó el pitido de que la llamada se había terminado, demoró unos segundos en reaccionar y darse cuenta de que Helena estaba en peligro, que él no tenía idea de donde estaba y que cada segundo era crucial. Rápidamente tomó las llaves de su auto y corrió todos los pisos hacia abajo, casi saltando a su auto y arrancando a una velocidad que era ilegal en la ciudad, esquivando todos los autos y pasando los semáforos en rojo. Tenía que llegar cuanto antes a la empresa y desde ahí usar su maquinaria tecnológica para poder encontrar la ubicación de Helena. Katlyn no dejaba de llamarlo al celular, extrañada de que su esposo aún no esté en la mansión y con ella en la cama. El CEO, desesperado porque la línea de su celular quedase libre por si Helena llegaba a comunicarse, le cortó una y otra vez, hasta que finalmente la rubia se cansó de insistir. Luego pensaría en qué excusa le pondría a su esposa, ahora tenía que rescatar a Helena de quien sea que la hubiese retenido. La sola i
-¡Suéltame! ¡Bájame ahora!- chilló la pelirroja, pataleando sobre el fuerte hombro de Sebastián, quien la ignoró y entró al ascensor con Helena a cuestas, para él era como peso pluma, esa mujer no pesaba nada.-No hasta que entremos al coche.-¿Estás loco? ¡Esto es un secuestro! ¡Ayuda!-Grita lo que quieras, borracha. Dudo que alguien se anime a desafiarme.-¿Te crees la gran cosa eh?- intentó molestarlo.Luego de eso la pelirroja siguió balbuceando insultos y cosas incoherentes que el CEO prefirió ignorar.Cuando llegaron al auto la puso en el asiento trasero, colocando el cinturón como si fuera una cuerda opresora y cerrando la puerta con la seguridad de niños para que no se escapara.-¿A dónde me llevas? ¿A tu mazmorra de pervertido? - preguntó con sarcasmo, aunque por dentro deseaba que no fuera cierto.-Ya quisieras- sentenció con molestia el heredero, comenzando a manejar lejos de allí, sintiendo el dolor punzante en los nudillos de su mano derecha, que le recordaban lo que hab
Helena despertó del mundo de los sueños por un fuerte dolor de cabeza que apretó con crueldad sus sienes. Liberó un quejido de molestia y levantó una de sus manos hacia su cabeza, tratando de apaciguar el dolor. Por un momento se negó a abrir los ojos, su cama, como nunca antes, se sentía blanda y mullida. Sus sábanas acariciaban su piel con cariño y el calor abrazador de la calefacción funcionaba mejor que nunca. “Un momento.” Se dijo a sí misma hacia sus adentros y aun con los ojos cerrados. Ella ya no tenía cama, ni colchón, ni calefacción ni nada. ¿Estaba durmiendo en un banco de plaza y su percepción de la realidad se había alterado? Lentamente comenzó a abrir los ojos, tratando de recobrar los recuerdos de su pasado reciente y poder unir las piezas. Había salido del departamento, completamente desamparada y le habían robado, eso lo recordaba a la perfección. Luego… -David…- El nombre de su mejor amigo salió como un susurro de su garganta Abrió los ojos de golpe. “¿Dav
Helena siguió por detrás a su ex jefe, pensando por dentro en qué estaba pensando para aceptar todo lo que le decía el hombre.Pero es que su voz tan grave y segura, y esos ojos negros tan profundos la hacían titubear como nadie.La pelirroja entró a la cocina, era tan grande como su ex departamento, donde había vivido toda su vida.Era tan hermosa como de ensueño, los muebles blancos, una isla en el medio y miles de aparatos último modelo que la joven siempre había soñado tener pero que sabía que no podía costear. Observó la mesa redonda a un costado y se sorprendió de ver comida como para un pelotón entero.-Siéntate- le ordenó el joven heredero, corriendo la silla hacia atrás para que se sentara.Helena hubiese puesto los ojos en blanco por ese estúpido gesto de caballerosidad, pero como hacía tanto que nadie era amable con ella simplemente aceptó sentándose frente al variado y exquisito desayuno.Había un pan de campo que aún desprendía un vaporcito con un olor hipnotizante, unas
Sebastián no apuró a Helena en su baño, podía escuchar el agua correr hace más de una hora y un sonido bajito que trataba de ocultarse por el ruido de la lluvia, haciendo que su corazón se estrujara, deseando entrar y abrazarla con fuerza. Necesitaba distraerse con algo, porque si no lo haría. Mientras esperaba a que la joven terminase, se encargó de algunas cosas que tenían que ver con la nueva vida de la joven, quiera o no, el CEO debía ser consciente de que la vida de Helena estaba en sus manos desde ahora, por lo menos durante los próximos 7 meses. Tenía que ser precavido, seguir con su vida lo más normal posible, sin que Katlyn sospechara nada. “Hablando de eso tengo que hablar con ella cuanto antes” Pensó con fastidio. Escuchó que la canilla de la ducha finalmente se cerraba y corrió apresurado hacia la habitación para colocar un presente en la cama junto con una nota y salir del departamento. Helena salió de la bañera, abrazada por el vapor caliente del cuarto de baño, sin
En sus sueños más profundos, Sebastián hubiese imaginado cargar a cuestas a Helena hasta la puerta del nuevo departamento, ella reiría por esto y ambos llorarían de felicidad y luego se abrazarían, por la nueva etapa que estarían por iniciar como pareja.Pero este no era el caso. Ambos subieron el ascensor del nuevo edificio mirando hacia lados diferentes, sintiendo la incomodidad del silencio.Llegaron al piso donde se encontraba el departamento recién comprado y caminaron distanciados, el CEO por delante y Helena abrazando su mochila y mirando sus pies mientras caminaba detrás.El heredero se sintió una mierda, esto no tendría que haber sido así, sentía que estaba por enjaular a un pájaro que merecía volar con libertad. Que la mantendría en una jaula hermosa y de oro, sí, pero que no la dejaba vivir con independencia.-Bueno, aquí es…- dijo abriendo la puerta del lugar que recién había adquirido amueblado y listo para ser usado.Helena entró tímidamente al departamento, no se sentía
Helena no tenía la obligación de si o si hacerle caso al pedido de Sebastián de no salir del departamento. Sabía que debía mantener el anonimato, nadie debía saber que estaba ahí, se supone que viajó al extranjero por un trabajo y no estaba incubando al hijo de una familia adinerada.La pelirroja tenía llave del departamento y podría, aunque sea salir a dar un paseo para despejar la mente de esas cuatro paredes, Pero era ese mismo lugar el que ahora le traía la seguridad que tanto había buscado.¿Y si salía a la calle y se encontraba con Alan?O aún peor, ¿y si su depredador la reconocía y la seguía?Ella no tenía manera de percatarse de ello, ya que aún no lograba reconocer el rostro de su agresor.La sola idea de que el hombre la siguiera desde las sombras y la atrapara en su propia casa simplemente le daba repulsión y náuseas, además de un terror que le recorría la columna.Finalmente llegó el día en que Sebastián hizo presencia en el departamento para llevarla a su primer control.
Mientras los días pasaban dentro del departamento, Helena supo que esa ilusión, ese momento íntimo y hasta mágico en el consultorio médico solo había sido eso, un instante de ensueño y nada más. Luego de la ecografía Sebastián la depositó nuevamente en su nuevo hogar mientras él seguía con su vida fingiendo que nunca había pasado aquello. Pasó una semana de profunda soledad Helena y comenzaba a sentir que iba a perder la cordura en cualquier momento. Al principio creyó que estar aislada de las personas era lo que realmente necesitaba para comenzar a sanar. Pero nunca estuvo más equivocada. El sonido del silencio del departamento hizo que su mente fuera más ruidosa, por las noches apenas podía dormir y los baños largos y dolorosos se volvieron más recurrentes, solo que esta vez sentía culpa de dañar su vientre, dejándolo intacto. Había una criatura dentro suyo, lo había comprobado en ese monitor. ¿Realmente quería hacerle daño? Ya no lo sabía. -¿Cómo estuvo la semana?- Preguntó e