Apenas Sebastián dejó solo a Alan, el menor de los Aller pasó por todas las emociones como una ráfaga abrumadora.Primero el desconcierto, cayendo en su asiento y sosteniéndose la cabeza.“¿Cómo pude ser tan imprudente?” Jamás había embarazado a una mujer antes y eso que lo había hecho con una cantidad incontable, siempre siendo precavido en ello, sabiendo que esas mujeres busca fortunas podrían quitarle una parte de su herencia.Luego el miedo lo invadió, jamás había pensado en ser padre, la sola idea de traer una criatura al mundo y tener que hacerse cargo de ella simplemente le causaba náuseas.Luego lo irrumpió una ira ciega, recordando que su hermano había intentado, aunque este era estéril, todos los días embarazar a quien era el amor de su vida. Aunque odiaba a los niños, que Katlyn tuviera uno con alguien que no era él era algo imperdonable.Y finalmente, con esta última conclusión, una sonrisa grotesca se dibujó en su rostro, dándose cuenta de algo que era obvio y que había e
-David…- dijo la pelirroja en un hilo de voz y con los ojos cristalinos, cuando su amigo le abrió la puerta.-Hele, ¿Qué sucedió?- preguntó al ver a su amiga hecha un trapo viejo y usado. La joven no lo aguantó más y largó en llanto abalanzándose al cuello de su mejor amigo quien la recibió en un fuerte abrazo, aún sorprendido por la visita inesperada de quien había sido su amiga de toda la vida y a quien creyó perdida por su cruel actitud con ella la última vez que se habían visto.David la sostuvo un buen rato mientras Helena se desahogaba en su pecho, humedeciendo su ropa. El joven se mantuvo en silencio, frotando su espalda como señal de apoyo.Cuando su amiga finalmente dejó de llorar desconsoladamente y solo escuchaba hipos saliendo del cuerpo tembloroso de la joven, David se separó del abrazo y la condujo al sillón.-Ten- dijo alcanzándole un pañuelo para que se secara su rostro húmedo y rojo de tanto llorar.-Cuéntame qué te ha pasado Hele…La pelirroja no quería volver a llora
Sebastián escuchó el pitido de que la llamada se había terminado, demoró unos segundos en reaccionar y darse cuenta de que Helena estaba en peligro, que él no tenía idea de donde estaba y que cada segundo era crucial. Rápidamente tomó las llaves de su auto y corrió todos los pisos hacia abajo, casi saltando a su auto y arrancando a una velocidad que era ilegal en la ciudad, esquivando todos los autos y pasando los semáforos en rojo. Tenía que llegar cuanto antes a la empresa y desde ahí usar su maquinaria tecnológica para poder encontrar la ubicación de Helena. Katlyn no dejaba de llamarlo al celular, extrañada de que su esposo aún no esté en la mansión y con ella en la cama. El CEO, desesperado porque la línea de su celular quedase libre por si Helena llegaba a comunicarse, le cortó una y otra vez, hasta que finalmente la rubia se cansó de insistir. Luego pensaría en qué excusa le pondría a su esposa, ahora tenía que rescatar a Helena de quien sea que la hubiese retenido. La sola i
-¡Suéltame! ¡Bájame ahora!- chilló la pelirroja, pataleando sobre el fuerte hombro de Sebastián, quien la ignoró y entró al ascensor con Helena a cuestas, para él era como peso pluma, esa mujer no pesaba nada.-No hasta que entremos al coche.-¿Estás loco? ¡Esto es un secuestro! ¡Ayuda!-Grita lo que quieras, borracha. Dudo que alguien se anime a desafiarme.-¿Te crees la gran cosa eh?- intentó molestarlo.Luego de eso la pelirroja siguió balbuceando insultos y cosas incoherentes que el CEO prefirió ignorar.Cuando llegaron al auto la puso en el asiento trasero, colocando el cinturón como si fuera una cuerda opresora y cerrando la puerta con la seguridad de niños para que no se escapara.-¿A dónde me llevas? ¿A tu mazmorra de pervertido? - preguntó con sarcasmo, aunque por dentro deseaba que no fuera cierto.-Ya quisieras- sentenció con molestia el heredero, comenzando a manejar lejos de allí, sintiendo el dolor punzante en los nudillos de su mano derecha, que le recordaban lo que hab
Helena despertó del mundo de los sueños por un fuerte dolor de cabeza que apretó con crueldad sus sienes. Liberó un quejido de molestia y levantó una de sus manos hacia su cabeza, tratando de apaciguar el dolor. Por un momento se negó a abrir los ojos, su cama, como nunca antes, se sentía blanda y mullida. Sus sábanas acariciaban su piel con cariño y el calor abrazador de la calefacción funcionaba mejor que nunca. “Un momento.” Se dijo a sí misma hacia sus adentros y aun con los ojos cerrados. Ella ya no tenía cama, ni colchón, ni calefacción ni nada. ¿Estaba durmiendo en un banco de plaza y su percepción de la realidad se había alterado? Lentamente comenzó a abrir los ojos, tratando de recobrar los recuerdos de su pasado reciente y poder unir las piezas. Había salido del departamento, completamente desamparada y le habían robado, eso lo recordaba a la perfección. Luego… -David…- El nombre de su mejor amigo salió como un susurro de su garganta Abrió los ojos de golpe. “¿Dav
Helena siguió por detrás a su ex jefe, pensando por dentro en qué estaba pensando para aceptar todo lo que le decía el hombre.Pero es que su voz tan grave y segura, y esos ojos negros tan profundos la hacían titubear como nadie.La pelirroja entró a la cocina, era tan grande como su ex departamento, donde había vivido toda su vida.Era tan hermosa como de ensueño, los muebles blancos, una isla en el medio y miles de aparatos último modelo que la joven siempre había soñado tener pero que sabía que no podía costear. Observó la mesa redonda a un costado y se sorprendió de ver comida como para un pelotón entero.-Siéntate- le ordenó el joven heredero, corriendo la silla hacia atrás para que se sentara.Helena hubiese puesto los ojos en blanco por ese estúpido gesto de caballerosidad, pero como hacía tanto que nadie era amable con ella simplemente aceptó sentándose frente al variado y exquisito desayuno.Había un pan de campo que aún desprendía un vaporcito con un olor hipnotizante, unas
Sebastián no apuró a Helena en su baño, podía escuchar el agua correr hace más de una hora y un sonido bajito que trataba de ocultarse por el ruido de la lluvia, haciendo que su corazón se estrujara, deseando entrar y abrazarla con fuerza. Necesitaba distraerse con algo, porque si no lo haría. Mientras esperaba a que la joven terminase, se encargó de algunas cosas que tenían que ver con la nueva vida de la joven, quiera o no, el CEO debía ser consciente de que la vida de Helena estaba en sus manos desde ahora, por lo menos durante los próximos 7 meses. Tenía que ser precavido, seguir con su vida lo más normal posible, sin que Katlyn sospechara nada. “Hablando de eso tengo que hablar con ella cuanto antes” Pensó con fastidio. Escuchó que la canilla de la ducha finalmente se cerraba y corrió apresurado hacia la habitación para colocar un presente en la cama junto con una nota y salir del departamento. Helena salió de la bañera, abrazada por el vapor caliente del cuarto de baño, sin
En sus sueños más profundos, Sebastián hubiese imaginado cargar a cuestas a Helena hasta la puerta del nuevo departamento, ella reiría por esto y ambos llorarían de felicidad y luego se abrazarían, por la nueva etapa que estarían por iniciar como pareja.Pero este no era el caso. Ambos subieron el ascensor del nuevo edificio mirando hacia lados diferentes, sintiendo la incomodidad del silencio.Llegaron al piso donde se encontraba el departamento recién comprado y caminaron distanciados, el CEO por delante y Helena abrazando su mochila y mirando sus pies mientras caminaba detrás.El heredero se sintió una mierda, esto no tendría que haber sido así, sentía que estaba por enjaular a un pájaro que merecía volar con libertad. Que la mantendría en una jaula hermosa y de oro, sí, pero que no la dejaba vivir con independencia.-Bueno, aquí es…- dijo abriendo la puerta del lugar que recién había adquirido amueblado y listo para ser usado.Helena entró tímidamente al departamento, no se sentía