Les dejo un pequeño capítulo, ¡Mañana subo el enfrentamiento entre los hermanos Aller! Gracias por leer.
Helena no recordaba cuándo había sido la última vez que se había sentido tan bien con su vida, haber tomado la decisión de renunciar a Industrias Aller S.A. y aceptar la oferta del hermano menor de su jefe fue lo mejor que pudo haber hecho. Han pasado casi tres semanas desde que la pelirroja comenzó a trabajar como secretaria presidencial de Alan, pero aunque haya sido poco tiempo, aún así ya se sentía cómoda y el ambiente era de maravilla. Los demás empleados no la juzgaban y la trataban con respeto, según el puesto que tenía, ya que estaba más arriba jerárquicamente que todos los demás, cosa que sus antiguos compañeros hicieron caso omiso.El silencio en la oficina, no escuchar la voz chillona de la rubia, era otra cosa que la mantenía en paz durante el día, además su nuevo jefe era un hombre tranquilo, no gritaba detrás de las paredes y sus empleados no corrían cuando lo veían llegar, se notaba que era un buen jefe, casi que perfecto, todo lo contrario a Sebastián. -Ah… Sebastián
Sebastián salió hecho un fuego de la empresa de su hermano menor, casi hasta empujando a todo y a todos los que se cruzaban a su paso, sin importarle los costos de reparación de lo que iba arrasando. “¿En qué estaba pensando? Venir hasta la empresa de Alan y humillarme de esta manera” Estaba claro que el CEO había dejado que sus sentimientos de posesión y celos le nublasen el juicio. -Nunca más lo voy a permitir- exclamó con fuerza mientras salía a la ruidosa y caótica clase. Dentro de él su corazón se cerraba aún más, entre cuatro paredes de hielo, había sido burlado por su hermano y rechazado por Helena. ¿Quería quedarse con el narcisista y psicópata de Alan? Que lo haga. El mayor de los Aller sabía cuál era su verdadera prioridad en ese momento, ir a buscar a Katlyn y ambos presentarse con el abogado de la familia para reclamar todo el poder que le correspondía ahora que había cumplido con su parte del testamento. Tenía que cobrar toda esa millonada, sino todo lo que había he
-Repita lo que dijo- ordenó el CEO tomando de la corbata al hombrecillo, casi ahorcándolo. -Q-que debe tener un hijo varón…Sebastián no lo dejó terminar, lanzándolo hacia atrás con fuerza-¡¿Cómo puede ser esto?! ¿Cómo se te pasó semejante cosa?- Aulló lleno de ira- ¿piensas que esto es un juego para mi?-¡Cómo lo siento señor Aller!- chilló el hombre-¡Es todo mi culpa!-¡Claro que lo es! Y por eso mismo vas a eliminar esa claúsula antes de que el idiota de mi hermano se entere. -P-pero, no puedo hacer eso. -¡Lo haces igual! -Él ya lo sabe…- murmuró con terror el abogado, cubriendo su cuerpo con sus manos, por si el joven intentaba darle una golpiza. Sebastián se puso rojo como un tomate y se encorvó hacia adelante, como si estuviera a punto de estallar. -Mi amor, Sebi- exclamó la rubia posando su mano en el hombro de su marido- ¿Quieres calmarte?El joven bufó con frustración. -Vamos, no es para tanto ¿Verdad? Podemos tener un niño y formar una familia- dijo emocionada- De to
Sebastián no tuvo otra opción que seguir fingiendo ser un buen esposo, luego de que Katlyn dejara de llorar desconsoladamente cuando dijo que le había mentido con lo de la bancarrota, Sebastián le dijo que estaba bien, que lo resolvería, aunque no tenía idea de cómo. -¡Te juro que voy a hacer todo para que tengamos un niño Sebi!- exclamó angustiada la rubia. Sebastián sintió en ese momento un escozor en su nuca, su vocecilla interior que le decía:“Dile la verdad, dile que es tu culpa, que eres estéril”Estuvo a punto de revelar su verdad más íntima cuando tocaron la puerta del cuarto, salvándose de la confesión. El joven CEO se levantó rápidamente y se acercó a la puerta, encontrándose con el mayordomo de la familia, que lo conocía desde niño. -Amo Aller, lo siento por interrumpir su momento con la señora Aller, pero hay un hombre que lo busca…-¿De quién se trata?-Dice ser un detective privado-¡¿Un detective privado?!- exclamó confundida su esposa desde detrás suyo. -Dile que
Helena terminó aceptando la invitación a tomar un café con la mujer, no tenía idea de qué le iba a decir, solo rogaba que su ex compañera no abusara nuevamente de su confianza, no soportaría otra broma más.-¿Qué querías decirme?- preguntó cuándo estaban sentadas en el café.-¿Cómo has estado Helena? ¿Te está yendo bien?La pelirroja enarcó una ceja incrédula.-¿De repente te importa cómo estoy?La joven miró al suelo avergonzada.-Realmente lo siento por todo lo que pasó, simplemente se fue de las manos y no pude hacer nada.-Bueno, pero ya consiguieron lo que querían, que yo no esté más en la empresa.-¿Te soy sincera? Creo que no hay mejor secretaria presidencial que tú, ninguna de las chicas que ha estado desde que te fuiste ha soportado más de dos días, yo ni siquiera me he animado a estar, prefiero cobrar menos que soportar al ogro de Sebastián. - Bromeó, aunque a Helena no le hizo gracia. -Si esto era para decirme que vuelva olvídalo, no va a pasar, ahora estoy en una empresa
Apenas había podido conciliar el sueño en toda la noche, en su cabeza repetía una y otra vez:“Katlyn te drogó”Las pesadillas habían vuelto a intensificarse en las pocas horas en las que había logrado cerrar los ojos. Ahora el rostro de sonrisa grotesca de Katlyn estaba como protagonista, también el momento en el que había brindado con la rubia y las demás, y cuando bebió el contenido adulterado bajo la mirada de todas esas arpías que sabían lo que había hecho Katlyn y nadie había impedido que tomara la droga.Todas se habían burlado de ella, la habían filmado riéndose de su situación. No habían hecho nada cuando esos hombres se habían acercado a ella sabiendo que no estaba en sus cabales como para defenderse y luego….Simplemente se habían ido…Ahora el recuerdo de las mujeres alejándose hacia la salida había aparecido de sus recuerdos perdidos, cómo se reían divertidas al irse de ahí dejándola a la merced del lobo que luego se la llevaría a ese sucio motel para hacer lo que quisier
Helena corrió hacia el ascensor, apenas había podido agarrar su bolso, dejando su abrigo colgado en el perchero, no pensaba volver por él, no se animaba a girarse, tenía miedo de encontrarse con que Alan la estaba siguiendo.Entró al ascensor y apretó el botón con desesperación para que las puertas se cierren.-Vamos…por favor…- Sollozó respirando agitada y con el corazón en la garganta.Finalmente, las puertas se cerraron y se apoyó contra el espejo del ascensor, las lágrimas comenzaron a salir sin poder frenarlas y sus piernas se aflojaron, cayendo lentamente al suelo.“No eres más que una puta, que no se te olvide”Esa frase se repetía una y otra vez en su cabeza….Además de ser cruel y dolorosa, sentía que ya la conocía, como si fuera un deja vu.El ascensor se abrió y rápidamente se arrojó fuera, corriendo con todas sus fuerzas hacia la salida bajo la mirada de sorpresa de sus compañeros, quienes habían sido buenos con ella.Ahora entendía que era mejor tener malos compañeros, pe
-Esa fue la última- informó Erik que se acercó hasta su frustrado amigo- ¿No crees que has sido un poco duro con las chicas?-¡No puedo elegir a alguien que no me convence al 100% Erik! – gritó fastidiado.-Oye tranquilo… Lo que quiero decir es que quizás no estás muy convencido con todo esto y estás metiendo excusa tras excusa.Sebastián se levantó de su escritorio.-¿A dónde vas?-A casa, tengo que decirle la verdad a Katlyn…Justo en ese mismo momento el timbre sonó. Ambos se miraron extrañados.-Voy yo…que raro, ya y media pasadas-Exclamó su amigo, yendo al comunicador-¿Quién es?-Hola, buenas noches… vengo a la entrevista- dijo una voz femenina insegura.-Si pasa- indicó apretando el botón para que la joven pudiera entrar al edificio.-¿Y? ¿Quién era?-Una última candidata- exclamó emocionado Erik- Esta vez no la cagues.El CEO ya había bajado los brazos, se había resignado a no encontrar una mujer que cumpliera con sus estándares para ser la creadora de su heredero. Pero una más