-No David, vete por favor…-¡Deberías estar agradecida de lo que te estoy ofreciendo! ¡Darme las gracias! Realmente no lo entiendo… todos tus problemas se solucionarían…-No…- Exclamó Helena en un hilo de voz, ya no veía frente a ella a su amigo de toda la vida. El rostro de David se había distorsionado, borroneado y convertido en una silueta oscura que se cernía peligrosamente sobre ella. Flashes de la noche de la despedida de soltera vinieron a su mente perturbada, afectando la realidad, volvió a sentir esas manos callosas y frías que la tomaban con fuerza sus muñecas, el aliento caliente y cruel contra su cuello y el peso muerto aplastándola contra el colchón, que en este caso lo estaba sintiendo contra la pared, como si la aprisionara ahí nuevamente contra su voluntad.-¡No por favor!- suplicó con fuerza, porque esta vez sí podía gritar, no como aquella noche, que su voz se había ido de su cuerpo, dejándola en manos de esa bestia. David notó el cambio brusco en su amiga, que aho
Los últimos días de la semana pasaron normal para Helena. Luego del colapso que tuvo en su casa se prometió a sí misma ignorar el exterior que la rodeaba y preocuparse solamente por recuperar su economía y que su hermanito saliera pronto del hospital, no tenía que olvidar que el trabajo en INDUSTRIAS ALLER S.A. era de buena paga y necesitaba conservarlo a toda costa, tenía bien en claro que jamás conseguiría uno igual con su escasa experiencia y nulos estudios universitarios. “Que tu jefe haya tenido que ir a tu casa para informarte de los pendientes es la primera y última vez que dejas que suceda” Se reprendió a sí misma, recordando de la vez que su jefe le informó que solo le quedaba una oportunidad para que no la eche a la calle. En su tiempo de almuerzo, en vez de ir al comedor como todos los demás empleados, se quedó en su escritorio enviando curriculums a cualquier puesto que aparecía vacante que sea de medio tiempo o turno nocturno, porque hasta sacrificaría su sueño si fuer
-Ponte este uniforme- exclamó quién iba a ser su jefe por esa noche, arrojándole una pollera gris de tubo ajustada y una camisa blanca con corbatín del mismo color que la falsa y con la insignia de la empresa de cáterin. -Se los voy a decir una sola vez y espero no tener que repetirlo ¿Está claro? Hoy vamos a atender a una pareja importante, no quiero errores de ningún tipo, atienden todas sus necesidades con una amplia sonrisa, aunque los traten pésimo, no se olviden que ellos nos pagan y si hay alguna queja no voy a dudar en echarlos.“Sí señor” Respondieron todos al unísono excepto Helena, que apretó con fuerza el uniforme haciendo que sus nudillos se pusieran aún más blancos, estaba cansada de los ricos y sus malos tratos.“Solo es por esta noche Helena, luego buscas otra cosa” Se puso el uniforme en el vestuario y miró su reflejo por primera vez en mucho tiempo. La pollera le quedaba tan ajustada que se marcaban sus pequeños glúteos como si estuviera desnuda, pero no quería ped
La pelirroja aprovechó el momento en el que bajaron una pantalla y comenzaron a proyectar imágenes de la pareja, para huir. La mayoría de las fotografías eran de ellos por separado, ya que no tenían muchos momentos juntos, excepto selfies que había hecho la rubia desde su celular y en las que Sebastián no parecía muy contento, había algunas solas del novio sacadas de sus redes sociales o de sesiones de fotos para alguna noticia de internet, y muchas, pero muchas fotos de Katlyn durante toda su vida, con sus padres, sus amigas y de fiesta y algunas de ella modelando solo para mostrar lo hermosa que era a todos sus invitados. Helena no pudo evitar sentirse extrañada de que no hubiera ninguna de Sebastián en su juventud y niñez, pero rápidamente alejó ese pensamiento intrusivo y salió al balcón que la recibió con una brisa fría de la noche que la hizo sentir viva otra vez. Se agarró de la baranda y miró hacia abajo mientras suspiraba afligida, sabía que en cualquier momento su jefe not
-Oye Sebas ¿Viste la nueva pareja?- Erik codeó a su amigo mirando por sobre el hombro de este. Ambos estaban apoyados en la barra de bebidas, tomando un whisky que el joven CEO había estado esperando con ansias toda la noche, con un poco de alcohol en sangre esperaba soportar mejor la boda. Se giró con desinterés hacia donde le señaló su mejor amigo, no estaba de humor para sus juegos, especialmente cuando había descubierto que Helena estaba en la boda, como si fuera una piedra en su zapato, acordándose de ella a cada paso. Parecía que el destino quería torturarlo gritándole que estaba cometiendo un grave error, pero lo peor de la noche fue ver al idiota de su hermano, a quien no había invitado a la boda pero que Katlyn se había tomado el trabajo de hacerle llegar una invitación, hablando con su secretaria. No, hablando no, había estado coqueteando muy muy cerca de ella. El muy maldito le había enviado una de esas estúpidas sonrisas infantiles que tanto le gustaba hacer cuando conse
-Helena, no veas eso…- Alan intentó tirar de la pelirroja hacia afuera para que no viera el video que aparecía en pantalla, pero la joven se zafó del agarre y caminó unos pasos hasta llenarse por completo de la luz del video. Algunas personas se giraron hacia ella, otra vez estaban ahí esos ojos que la juzgaban y pensaban cosas crueles e irreproducibles en voz alta. Sintió que sus piernas se flaqueaban y apretó entre sus manos la falda del vestido, se mordió con fuerza el labio y sintió el sabor metálico de la sangre entrar en su boca, necesitaba el dolor físico para que la película no doliera tanto, aunque estaba siendo en vano. -Helena…- La llamó nuevamente Alan, quien no podía quitar sus ojos negros del video que estaba en pantalla, tragando saliva pesadamente y sintiendo la excitación crecer al ver a Helena completamente fuera de sí sentada sobre su regazo en el VIP del bar aquella noche que había intentado quitarse de la mente a Katlyn y que había logrado exitosamente gracias a
Sebastián dejó que Erik y Katlyn lo sostengan y le impidan ir hacia Helena para quitarla de las garras de su despiadado hermano menor. Si hubiese hecho caso a sus impulsos más primitivos, se hubiese deshecho del agarre para correr detrás de ella, dejando a Katlyn en el altar.Pero no, él no era así. La fuerte presión familiar de ser el mejor y llevar a cuestas el éxito de la empresa siempre le habían pesado en su joven espalda. Su padre, con quien había tenido una relación fría y distante toda su vida, le había dado el papel de líder sucesor, que fue algo que nunca pidió y no entendió jamás porque él y no su hermano, quien siempre había deseado tener el puesto de su difunto padre y se había esforzado toda su vida por ello, aun así, el patriarca se había encargado en sus últimos años de vida de que toda la comunidad empresarial supiera que él sería el heredero y que haría lo mejor por la empresa familiar. Por lo tanto, el joven CEO sabía que muchas personas, quienes no eran nada más
Luego de que ambos dieron el sí, Sebastián se encontró con que su asistente personal había hecho sus valijas para un largo viaje, no tuvo que preguntar nada, al voltearse hacia su nueva esposa y quien sería su mujer por toda su vida, supo que algo tenía que ver en todo eso, porque su sonrisa lo decía todo. -Prepárate cariño que vamos a tomar el primer avión a la ciudad del amor- exclamó la rubia quien se abalanzó sobre su nuevo esposo tirándolo a la cama con ella encima y su gigante vestido rosado que ocupaba toda la cama- No puedo esperar para que me hagas el amor- susurró mordiendo su oreja y luego se levantó dejando al joven CEO tendido en la cama mirando hacia el techo, no dijo nada, simplemente aceptó su nuevo destino y su nueva vida, que sabía que estaría manejada por la mujer. Cuando subió al avión directo hacia Francia se enteró de que la luna de miel duraría un mes, solo deseaba que Helena estuviera bien todo ese tiempo en el que estaría ausente. Apretó con fuerza la tela d