Tenía la sensación de que la seguían, pero cada vez que se giraba rápidamente cuando los ojos se sentían intensos, no veía a nadie. Ocurrió durante días y de repente cesó.

Stephanie se preocupó, la idea de que Alpha Damien la espiara le puso los nervios de punta y le hizo entrar en pánico. El miedo a perder a su hijo era peor que perder su propia vida.

Le contó a la Dra. Zita sus sentimientos y prometió investigarlo, pero antes de que pudiera comenzar, Stephanie le informó que estaba segura de que la persona que la observaba se había detenido porque ya no tenía la sensación de ser observada.

Ambos decidieron contratar seguridad en caso de que quien fuera apareciera nuevamente. Esta vez estarían lo suficientemente preparados para contrarrestar lo que fuera que estuviera planeando contra ella.

Mientras tanto, a algunos kilómetros de ellos, el señor Hanks tenía toda la información que necesitaba sobre ella en la mesa de su oficina; el inspector Alex la había entregado según lo prometido.