—Hablemos de negocios — Caleb ofrecía una copa de vino a Héctor Gonzáles, quien agradecido la recibía. Aquel era un restaurante de súper lujo; el lugar perfecto para cerrar un trato. —Me he dado el tiempo de leer completamente su propuesta, señor Auritz, y me parece magnífica, pero hay algo que me preocupa…aquí dice que usted, no ha cerrado contratos con la diseñadora Afrodita, y me preguntaba porque razón es que usted asegura que ella aceptara su propuesta — cuestionó Héctor con alta expectativa. Caleb sonrió. —En ocasiones, señor Gonzáles, se toman riesgos en estos asuntos de los negocios, y eso debe saberlo de primera mano. Puedo darle mi palabra de que ella aceptará, por supuesto, puede o no decidir arriesgarse a firmar en este momento conmigo, pero puedo asegurarle que no sufrirá perdida alguna, por el contrario, si firma, su negocio estará completamente a salvó — respondió.Héctor meneó un poco el vino de aquella elegante copa de cristal. —El éxito de una empresa es com
El agradable calor de México y sus hermosos paraísos se iba quedando atrás. Las blancas nubes parecían formar una cama de algodón bajo el avión y las apreciaba desde la ventanilla. Sin dejar de mirarlas, Elianna se imaginaba castillos de hadas sobre ellas, como si el cielo si fuese algún paraíso, pero sabía que aquello no era verdad. Mirando a su costado, vio a Caleb dormir con los brazos cruzados; habían pasado grandiosos momentos en su luna de miel y estaba evidentemente agotado. Sonriendo, se recargó en el asiento y cerró los ojos por un instante, queriendo abrazar todos esos hermosos recuerdos que llevaba consigo de aquel viaje tan maravilloso…el primero en toda su vida que hacía en tierra extranjera. Sabía que su aterrizaje, la vida retomaría su curso, y tendría que enfrentar a la duda realidad que la estaba esperando: su guerra contra Elara y Elena. —Si, creo que es ella… — Elianna notaba que algunas personas la miraban de manera extraña, pero sin darle mayor importancia, v
El aterrizaje en New York había sido sin mayores contratiempos. Elianna, colgada del brazo de su esposo, sonreía alegremente después de esas cortas y reparadoras vacaciones de ensueño. —Ya se, podríamos comprar varios rollos de sushi, a mí me encanta, es ligero y delicioso — sugería la hermosa castaña. Caleb sonrió. — Comeremos lo que tú quieras comer, conozco un buen lugar al que podríamos ir — Elianna negó. —Tengo una mejor idea, mandemos a pedirlo, se ha estrenado una nueva serie de monstruos y misterio es Netflix, y quiero verla. Mañana retomamos nuestra vida normal y está será nuestra última noche de descanso, me gustaría pasarlo solo contigo, sin nadie más alrededor que no sea Bolita — sugirió. Caleb acarició el largo cabello castaño de su hermosa mujer. —Me parece una idea grandiosa, hagámoslo — respondió. Besándolo en los labios, Elianna agradeció. Caleb notó como varias personas parecían murmurar sobre ellos. Elianna no se había dado cuenta, y el, lastimosamente, s
Gemidos incómodos, quizás, fingidos, sudores agobiantes y placeres no tan placenteros, subían la temperatura de aquella habitación. Cedric miraba a Elara disfrutando de lo que tenía para darle; estaba insaciable, quería estar bajo el todo el tiempo posible y se estaba cansando de su ritmo tan demandante, como el de una ninfómana, aunque, tenía que decir, nunca antes se había comportado de tal manera ni mostrado tan apetito sexual tan voraz. No comprendía las razones que tenía para aquella actitud que francamente comenzaba a molestarlo, pero debía mantenerla “feliz”. —Te amo Cedric — Elara dijo repentinamente aquella palabras que, por alguna razón, lograron molestarlo. Ella lo amaba, por supuesto, después de todo, había hecho un sinfín de cosas horrendas a Elianna debido a el…pero no quería escuchar esas palabras saliendo de los labios de ella…quería volver a escucharlas de los labios de Elianna. —Yo también — respondió sin querer decirle exactamente lo mismo, no estaba dispuesto
La tienda estaba llena. Eran apenas las 2 de la tarde y la tienda estaba llena. Alexei suspiró complacido. Las rebajas en ciertos productos y el marketing diseñado por Elianna, habían resultado en una estrategia perfecta para aumentar considerablemente la clientela. Toda la ciudad estaba hablando de Afrodita; su ropa, sus diseños, y la calidad de todo lo que tenían a la venta. También, entre famosos y conocidos, había estado escuchando los rumores sobre la crisis que Jhonson Corporation estaba enfrentando y su negación a admitirlo. Muchos diseñadores y colegas, habían tomado la decisión de separarse de esa compañía, debido a las malas actitudes que tenía la actual CEO, Elara Jhonson. Ya las cosas venían a estar demasiado mal desde el lamentable fallecimiento del abuelo de Elianna. Socios de la compañía, personas conocidas y externas, estaban de acuerdo con el hecho que Elena y su hija no eran capaces de llevar el legado del señor Jhonson a buen término. Las cosas, supuestamente, no h
—¡Esto no puede ser! — Al tiempo que Elara Jhonson gritaba completamente furiosa, arrojaba las cosas que se hallaban sobre la mesa del recibidor en el departamento de Cedric. Algunas fotografías habían caído, y sus marcos quedaron estropeados. Tomando una de ellas; aquella en que el, de unos diez años, salía junto a Caleb y su padre sobre aquella lancha en la última de esas tardes de pesca…luego de eso, el abuelo Auritz había muerto, y su padre tomó el liderazgo de la familia, y todo cambio. Cedric miró con nostalgia aquella foto; si se era completamente sincero, no esperaba recibir nada más que algunos cientos de miles de dólares y algunas propiedades, pero su padre le había dejado mucho más, incluso acciones en la empresa familiar.—Lo que he recibido de herencia es perfecto, ¿Cuál es tu problema? — cuestionó molesto el rubio, recogiendo todo lo que su caprichosa esposa había tirado en medio de su rabieta. Elara miró despectivamente a Cedric. Se había encaprichado con ese hombr
¿Qué es el que es el embarazo?Embarazo es el término utilizado para describir el período en el cual un feto se desarrolla en el vientre o útero de una mujer. El embarazo suele durar aproximadamente 40 semanas, o poco más de 9 meses, lo cual se calcula desde el último período menstrual hasta el parto.Los ojos de Elianna se movían tan rápidamente como leía aquellas palabras en su laptop. No había podido dejar de pensar en ello desde que aquella amable mujer en la tienda de mascotas lo menciono, y no podía negar que se sentía sumamente nerviosa al respecto. Contando con los dedos, hacia meticulosos cálculos mentales, para saber el día en que, aproximadamente, le debía llegar su periodo, y descubría que aún hacia falta alrededor de una semana para que llegase. —Te ves algo tensa, ¿Te sientes bien? — cuestionó Alexei entrando en la oficina de Afrodita, notando a su mejor amiga tan pálida como el papel. Elianna negó. No tenía caso alarmarse todavía; había muchas cosas por resolver que
El palpitar del corazón se había acelerado, quizás, un poco más de lo esperado. Los nervios se sintieron a flor de piel, y notando la mirada de Caleb, Elianna pareció quedarse momentáneamente sin palabras. Aquellos ojos zafiros no la miraban con sorpresa; era como si ese hombre siempre hubiera sabido quien se escondía tras aquella máscara. — Ya veo…por eso el señor Auritz tenía la certeza de que Afrodita aceptaría trabajar con Athziri Corp…imagino, señorita Jhonson, que tiene sus buenas razones para no revelar que es usted el genio detrás de esta nueva e innovadora marca, y, por supuesto, que respeto eso — dijo Héctor sintiéndose aliviado al saber que aquella joven simpática y agradable, era en realidad Afrodita. — Me alegra que no esté disgustado señor Gonzáles, debo admitir que me preocupaba que usted se molestará por no decirle la verdad en México — aceptó la hermosa castaña. — Se que harás un buen trabajo, Elianna — Los ojos verdes de la hermosa joven se mostraron tímidos, y po