—¡Como te atreves a meterte con mi hombre! ¡Eres una zorra! —Elara y Helen habían caído al suelo.—¡¿Quién demonios eres tú?! — gritó Helen tomando por los cabellos a aquella desquiciada para someterla en el suelo. El ser cinta negra desde niña, sin duda, resultaba muy útil en ocasiones como esa.Elara escupió a la cara de esa mujer, nada más y nada menos que la asistente personal de Caleb Auritz. Estaba completamente segura, aquello era un plan de Elianna para fastidiarle la vida.—¡Cedric es mi hombre! ¡Estoy embarazada de su hijo! ¡Tu solo eres su pequeña puta! ¡¿Cómo te atreves a acercarte a mi hombre!? — gritó furiosa.Helen se sorprendió al escuchar aquello. Aquella mujer loca que sometía en el suelo era la esposa de Cedric…y estaba embarazada de él. Algo dentro de ella, se quebró. Levantándose, la ayudo a levantarse. Mirándose fijamente, Elara nuevamente abofeteo a Helen en el rostro, y esta, justo después, le devolvió el favor.—No sé porque es que me está acusando de algo ta
Labios carmín, cabellos largos, castaños y sedosos, el glamour de su vestido dorado que cubría perfectamente bien aquella horrenda herida de bala y se le marcaba perfecto a su cuerpo de diosa. Sus ojos verdes lucían vivaces, extasiados en un fuego abrazador que la perfecta venganza le estaba obsequiando. Tantos años de sufrimiento, tantos años de dolor que habían culminado en la peor traición. Todo aquello, su pasado, acababa de morir. ¿Qué le deparaba su nueva vida? No lo sabía, pero Elianna estaba segura de que solo serían cosas buenas. Lo merecía.—Estas tan bella que, si no fuera porque soy homosexual, sin duda alguna querría besarte, los invitados de hoy y la prensa van a quedar fascinados con tu atuendo y tu belleza, y el color dorado, sin duda alguna, será el protagonista de la noche en ese vestido que llevas puesto, es una chulada — dijo Alexei que terminaba de maquillar a Elianna.La hermosa castaña sonrió. Su vestido era largo y le cubría perfectamente bien los hombros y la
Las fotografías no se hicieron esperar, las copas espumosas eran servidas, y la comida resultaba ser un exquisito manjar que hacía aún más amena y memorable aquella noche. Era un baile de máscaras, igual al que se ofreció en la ceremonia de inauguración de aquella elegante y exclusiva tienda que ya se había posicionado como la favorita de todo aquel que se consideraba alguien. Todos estaban a la expectativa de la nueva línea de ropa que se había hecho en colaboración con Athziri Corp., la renombrada empresa de moda mexicana que siempre estaba en el top de popularidad mundial por la calidad de sus materiales y diseños. Aquello era, en pocas palabras, muy emocionante.Elianna miraba a todos los asistentes. Ni Elena ni Elara parecían estar entre el público, pero aquello no le preocupaba en lo más mínimo; igualmente, se enterarían de todo lo que ocurriría allí. Ellas ni siquiera sospechaban que ella era realidad Afrodita, la diseñadora que ambas quisieron obtener para la muy deteriorada J
Aquel pasillo era demasiado largo.Sus pies, como jamás antes en toda su vida, se sentían pesados, y cada paso, lo sentía demasiado lento. Los segundos, se sintieron como horas, y su pecho, a punto de estallar en dolor y angustia, palpitaba lento, y al mismo tiempo, demasiado rápido. Era igual a llevar a cuestas la fría loza de la tumba de un cementerio.Era su hermano. Su hermano gemelo.Cada gota de sangre en sus venas estaba hirviendo de rabia y de miedo. Cada grito, cada pelea, y cada reproche una vez hecho entre ambos, lo hacía sentirse mareado y temeroso. No podía detenerse, y Caleb Auritz corría y no dejaba de correr entre los pasillos de aquel hospital, aunque ya le habían advertido de no hacerlo. Buscaba aquella habitación, la numero 77, allí, su hermano yacía en una cama debatiéndose entre la vida y la muerte por culpa de esa maldita mujer, Elara Jhonson.Con cada paso agitado, llegaban a él los recuerdos de una infancia que ahora mismo parecía demasiado distante. Las risas
—El día de hoy, 19 de septiembre del año 2024, procedo a leer la última voluntad y testamento, del señor Eliezer August Jhonson, pondré el video que el señor Jhonson dejo con su última voluntad, antes de leer a donde irán los muchos bienes que dejó en vida —Elianna sintió como su corazón se aceleró en ese momento. Inconscientemente, apretó la mano de Eliam, quien no dejaba de mirar a la que aún era su media hermana, completamente perdida entre los tormentos de su mente. Elena, recuperando un poco de su raciocinio, entendió que ese abogado al que estuvo buscando durante tanto tiempo, ya estaba leyendo el testamento de su padre, y que la Elianna y el Eliam frente a ella, no eran alucinaciones. Mirando a los ojos verdes de aquel hombre, lo supo. Eliam estaba vivo, y había recuperado los recuerdos. En la mirada de Elena, Eliam supo que, momentáneamente, logro recuperar su lucidez.En la pantalla, una grabación de su abuelo comenzaba, y volviendo a escuchar su voz, Elianna soltó en llanto
Tres días después…—En una noticia sorprendente, Eliam Jhonson, hijo del fallecido empresario y multimillonario Eliezer Jhonson, ha aparecido a pesar de haber sido declarado muerto hace más de veinte años en un trágico accidente. La sorprendente historia le ha dado la vuelta al mundo, pues después de que un alto juez en New York abalara todas las evidencias que el propio Eliezer adjuntó en un testamento póstumo, y que diversas pruebas de ADN fueran realizadas por el gobierno para confirmar la identidad, Eliam Jhonson ha recuperado su verdadero nombre y todos sus derechos, se dice que el hombre había vivido todos estos años en México bajo el nombre Héctor Gonzales, el CEO de Atzhiri Corp., pues había perdido la memoria. Además, también se ha revelado que Elianna Jhonson, nunca fue hija de la antigua CEO de Jhonson Corporation y lo es de Eliam Jhonson, Elena Jhonson está envuelta en un escándalo tras el descubrimiento que la implica como la directa responsable junto a su aun esposo Maxi
—Veo que no te has olvidado de tu hermana mayor…oh, es cierto, ni siquiera somos parientes…tu, Elianna, vendrás conmigo sin oponer resistencia, de lo contrario, matare a esta mujer junto a su pequeña hijita… ¿Vas a permitirlo? —Elianna pudo ver que Elara estaba realmente dispuesta a hacer lo que había dicho.—Por favor, Elara, baja esa arma…yo, iré contigo, pero por favor, no lastimes a nadie. —Elara sonrió. — Elianna, mi tonta, tonta y sentimental hermana menor…oh, es cierto, no lo eres… — tomándola con fuerza del brazo, apunto con su arma directamente en el vientre de la castaña. —Si disparo aquí, es probable que no mueras, pero sí que lo hará el bastardo que crece en tu vientre, así que anda, caminaras conmigo hasta tu auto, y luego iremos a los muelles, ¿Te queda claro? —Con lágrimas de horror en sus ojos verdes, Elianna asintió. Saliendo rápido y sin ser vistas, en solo unos minutos llegaron al estacionamiento, para luego subir al auto de la castaña que Elara arranco a toda pr
Tres años después…—¡Eliezer, Carlisle!, ¡Bajen a desayunar! —Caleb dejaba un beso en los labios de su amada esposa que mostraba una hermosa pancita de embarazo.—Vaya, hoy superaste el récord anterior, es la quinta vez que los llamas para que bajen por su desayuno, me pregunto si mañana superaras el récord de hoy — dijo entre risas el rubio que se acomodaba la corbata.Elianna frunció el entrecejo.—No sabía que llevabas cuentas de esto, quizás, la próxima vez deberías ser tu quien los llame, ese par de diablillos no hacen caso a los sirvientes, y ahora tampoco a mí, cuando te lo hagan, veras que no es tan divertido como lo haces ver…al menos espero que Celia, mi pequeña hermosa que pronto llega, no me haga sacar canas verdes junto a ellos. — se quejó.Caleb soltó una risotada. — Oh ya lo veras, si hereda tú mismo carácter, entre los tres de sacaran canas verdes, rojas, azules…de todos los colores, y los pobres niños de su colegio, tendrán que cuidar que no los rosee con gas pimient