El molesto sonido del gis chocando una y otra vez sobre la pizarra era más intolerable de lo normal aquella mañana, el silencio sepulcral en el aula hacía que aquel irritante golpeteo sonará como una sinfonía mal dirigida que lastimaba sus oídos, Madison quería salir de corriendo de allí para esconderse debajo de cualquier roca, incluso la mansión Black no sonaba tan mal como guarida improvisaba para armar su trinchera, quería taparse los oídos, gritar en voz alta o simplemente desvanecerse en la nada, cualquier cosa, suponía, era mejor que estar justo allí en ese preciso instante.El aula de nuevo estaba en total silencio, y el cielo fuera del recinto estaba tan gris como si presagiara la tormenta que se avecinaba, acechándola, jugueteando con ella como si de una presa se tratará, O´Brien la miraba desde su fino escritorio preparándose para presentarse ante su nueva clase.— Buenos días jóvenes estudiantes, es un placer para mí presentarme ante ustedes hoy — dijo el rubio con aires d
Beatriz, Stefany y Eimy, corrieron fuera de sus universidades para alcanzar a Madison en el campus, Jhon les había avisado lo que había ocurrido con O´Brien. No podían creer que en verdad aquel arrogante hombre tuviese el descaro de pasearse por el campus para intentar intimidarla, lo habían visto prácticamente todo, desde el comienzo de aquella relación de ensueño, hasta su declive seguido de su caída al infierno. Recordaban los hematomas, los gritos, todos esos momentos en que los celos enfermizos del rubio le habían costado una golpiza a su amiga…ver qué el brillo de Madison parecía apagarse un poco más cada día.Adrien y Erick habían peleado contra el para defenderla, y el precio a cambio, fue algún buen contrato perdido para sus familias. El imperio O´Brien era temible, y su sucesor, no desperdiciaba un momento para abusar del poder que tenía, sin embargo, el momento llegó, el huyo de sus vidas dejando atrás a una muy dañada Madison, que peleó con todo de sí misma para salir de l
Madison se miraba al espejo intentando no reírse, recordando la generosa invitación a un gran baile de Ernest, se reía para sí misma.— ¿Un baile? — pregunto Madison mientras ponía una sabrosa albóndiga de pulpo en su boca.Elijah la veía con alguna vena ocasional saltada, no era posible que su esposa tuviera tan pésimos modales...aun así adoraba ver sus mejillas hincharse por la comida.— Si, será la presentación de un importante líder — respondió Elijah.— No tengo un gran vestido, y no sé qué tipo de ropa llevan a esos eventos pomposos...— respondió la joven.— No debes preocuparte por el atuendo, yo te enviaré algo — dijo el apuesto castaño decidiendo probar aquello que comía su esposa con tantas ganas.— Supongo que iré contigo, tú me salvaste de Daryl, que sea mi manera de darte las gracias — respondió la joven.¿En qué lío se había metido? El vestido era ridículo y muy pesado, ¿un evento de época? Que costumbres tan extrañas tenían esas familias, había revisado su maquillaje un
Intentando disimular su creciente rabia, Daryl aparto su mirada de la pareja y se concentraba en el heredero Yamato.— Desafortunadamente joven Yamato, tiene razón, soy viejo para una presentación en sociedad, por esa razón es que no es mi noche…ya verán quien el presentado hoy — dijo con una sonrisa casi siniestra dibujada en su rostro.Las luces se habían tornado más leves, captando la atención de todos los presentes, no había un alma en el lugar que no sintiera una gran duda sobre de quién se trataba todo aquello.— ¿Usted sabe quién es el presentado está noche? — pregunto Carson al rubio quien lo miraba con arrogante semblante.— Conozco bien al chico — respondió el líder O´Brien para dejar atrás a las parejas. Debía calmarse, o causaría problemas...pero se había prometido arrebatar la vida de Elijah Black el mismo, Madison era suya, y de nadie más.Los presentes ponían atención, comenzaba a crearse una atmósfera de expectativas e incógnitas no resueltas, los rumores y cuchicheos
El canto de las aves anunciaba el comienzo de un nuevo día, la fría mañana daba paso a las múltiples obligaciones por realizar, Madison recogía sus libros y cuadernos, para, metódicamente colocarlos dentro de su mochila, su mirada parecía fija, pero estaba perdida en la nada, Eimy la observaba, estaba perdida entre sus muchos pensamientos, ¿Y cómo no estarlo? Habían pasado ya demasiadas cosas en muy poco tiempo, y lo peor, es que estaba segura de que ese solo era el comienzo.Habían transcurrido solo dos días desde aquel baile al que acompaño a Ernest, y había intentado hablar con su padre adoptivo sobre su inmenso parecido con el heredero Chadburn, pero este solo le había dicho que no sabía nada al respecto. Beatriz y Carson habían prometido conseguir algo de información sobre el misterioso jovencito que compartía tantas similitudes con ella, pero no habían descubierto gran cosa; tan solo pudo saber que el chico era hijo de un hombre llamado Jerome Chadburn, un sujeto que había sido
Caminando entre sus aves llego hasta la pequeña mesita donde tenía el objeto más valioso, aquella fotografía que mostraba a la sonriente chica de secundaria, lo único que había tenido de ella antes de lograr encontrarla, Madison...Harrington.— Señor, es tiempo de que vuelva dentro de la mansión, podría enfermar con el viento frio que se escapa entre los ventanales de su aviario — dijo un hombre de ruda apariencia y cicatrices en el rostro.— Te he dicho que no me interrumpas en mi santuario Belmont — reprocho Emerson con molestia.— Lo se mi señor, pero debo insistir — dijo el sirviente con firmeza.Mirando una vez más aquella vieja fotografía, el joven de ojos celestes suspiro.— Pronto volverás a donde perteneces...Madison...es tiempo de una reunión familiar...querida hermana — dijo para sí mismo mirando aquella fotografía.Elijah meditaba, las nubes grises que podía apreciar, cubrían la ciudad por debajo de ellas, no ayudaban a mejorar su humor, todo era muy confuso, estaba molest
Un silencio sepulcral invadió la pequeña salita, Madison se había quedado congelada y un sudor frío comenzó a recorrer su frente, su espina dorsal estaba helada, no se sentía preparada para lo que sabía, estaba por venir.— Esta sala es muy pequeña ¿No lo creen? No es digna para un Chadburn...y no me refiero a mi — dijo el joven con una delicada sonrisa en su rostro.— ¡Un momento! ¿Estás diciendo que Madi es una Chadburn? — pregunto Adrien visiblemente alterado, Stefany se había petrificado.— Vamos Eccheli, a mí me contaron que eras listo...además, es Madison para ti, no Madi. Tú, niña, prepara algo de té, esto va para largo — ordenó con desdén el castaño a la bonita castaña de la cual sabía sus humildes orígenes.— Oye no le des órdenes a mi chica — reclamo Adrien, sin embargo, la joven Stefani ya se había levantado para preparar él te, estaba tan impactada que no se percató del tono desdeñoso que el pelinegro había usado, además, Madison necesitaría uno...urgentemente.— Estás dic
Recuerdo, que sus ojos son celestes, como el color del cielo...iguales a los tuyos...su cabello es negro como la noche...igual al tuyo...su rostro es hermoso, como lo es el tuyo...y un día ella volverá a nosotros.El golpeteo constante y molesto que hacían las gotas de lluvia que chocaban en su ventana comenzaba a sacarlo de quicio, el rugir de los fuertes vientos azotaba con ferocidad los viejos ventanales de sus aposentos, formas abstractas, indefinidas, se dibujaban en los cristales con el agresivo resbalar del agua constante sobre ellos...el fuego en la chimenea danzaba violentamente estallando en mil colores de tonalidades rojizas que destellaban en cada dirección de su habitación demasiado intensas y hermosas...era una fría madrugada, tan helada como el corazón muerto que cargaba pesadamente en su pecho, el viento de la tormenta clamaba su ira y asolaba con furia las copas de los árboles, una furia tan temible que obligaba a los majestuosos y orgullosos ébanos de sus jardines a