Capítulo 39

Davids estaba inquieto. Los compradores presionaban y no ya no tenían fármacos qué ofrecer. Llamó a Karlson. -¿Tienes las medicinas?-, le preguntó rascándose la cabeza, igual si buscara petróleo.

-No, no he podido, esa mujer está siempre fisgoneando y lo peor es que ahora tienen al jefe internado. Lo protegen dos policías, podrían sospechar. No me he atrevido-, dijo Karlson, también muy nervioso.

-Necesitamos esas medicinas, los compradores presionan-, dijo Davids aterrado. Pensaba que los contrabandistas lo iban a matar.

-No podremos hacer nada mientras la mujer siga allí dando vueltas por los pasadizos-, subrayó Karlson.

-¿Qué sugieres?-, entendió el mensaje Davids.

-Elimínala-

*****

Davids me volvió a atacar. Eso fue cuando había terminado mi turno en la clínica. No había llevado auto porque estaba en el taller. El mecánico le estaba revisando el motor pues ya eran varios días que producía un sonido extraño y era obvio que habían piezas gastadas y que debían ser ree
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