—Padre, espero estés bien, lamento mucho por la hora que te estoy llamando, seguramente por allá es bastante noche y acá es temprano, lo que te quería informarte es que he comprado un apartamento en Nueva York y la verdad me costó bastante barato en comparación del precio exagerado que había visto en otros lugares, no te preocupes por este día que estoy acá, créeme que estoy pasándola mucho mejor, más de lo normal, lo único malo es que acá el tráfico bastante pesado y no se puede movilizar como cuando uno está en casa, pero más sin embargo puedo decirte que es una ciudad muy maravillosa, que va a hacer muchas cosas acá dentro de los planes quiero mejorar mi estilo de vida, también quiero agradecerte por todo el tiempo que has estado conmigo apoyándome y sabes muy bien las cosas que quedaron en el pueblo, no quiero que le comentes nada a nadie porque no quiero que sepan que no te estoy esas perfectamente bien como son las personas de allá, por eso mismo té pido discreción.—De eso no t
cuando mis ojos se dirigieron a la persona que menos esperaba mi corazón empezó palpitar mucho más rápido, era Sasha, no pensé que lo iba encontrar en el mismo restaurante, a veces pensaba que la vida era demasiada coincidencia para poderse topar de la misma forma, no podía creer que las cosas me estuvieran saliendo de esta forma, sé que me había comportado muy mal cuando tuve una relación con ella, sé que al final de todo fui infiel y le fui cruel cuando se enteró que Marcela y yo estábamos juntos, sé que me iba a odiar y durante todo este tiempo seguramente lo único que quería era asesinarme.Y no se necesitaba ser adivino para observar muy bien la forma en que me observaba, sabía que estaba muy enojada durante todo ese tiempo yo lo podía comprender, ella había depositado su confianza en mí e incluso me había dado su virginidad, era la prueba suficiente de que me amaba mucho, durante ese tiempo que es nosotros fuimos esposos hemos pasado muchas pruebas, hemos pasado absolutamente to
Mi madre y yo habíamos vivido toda la vida en esta pequeña granja alejada del pueblo. Mirabas a tu alrededor y solo se veía pasto y carretera a lo lejos. Podría ser bueno para una persona que no le gusta socializar y quienes son alérgicos a las personas, pero para una adolescente como yo era todo lo contrario. Me la pasaba sola, mi madre casi ni se mantenía en casa. Por las noches tenía que estar entre dormida y despierta porque siempre vivía con el temor de que algún malhechor se metiera a la casa. La única que me hacía compañía era mi nana, el ama de llave, Dory. Mamá la dejaba a mi cargo mientras ella hacía sus viajes. La mañana del día de hoy era soleada, afuera se escuchaba el canto de uno que otro cuervo.Desperté de buenos ánimos, estábamos casi a mitad del mes, las vacaciones de verano empezarían en unas semanas. Mis notas iban bien. En fin, estaba en mi momento neutro de la vida. Me duché mientras tarareaba una canción pegadiza de Shakira y cuando salí me sequé todo el cuerpo
—Tengo que quedarme más tiempo, la revista de mañana tiene que quedar lista hoy.Nos habíamos quedado un buen rato después de clases porque éramos los encargados de la revista estudiantil. Yo manejaba el tema de los reportes a alumnos que hicieron algún acto importante para la institución. La semana pasada había entrevistado a Ryan Grant, el capitán del equipo de futbol americano quien había ganado una medalla de oro en la final. Había jugado increíblemente y necesitaba tenerlo en la portada esta semana. Mi trabajo estaba hecho. Grace se encargaba de la parte de noticias de último momento en donde me había comentado que pondría la primicia de que los nuevos alumnos eran extremadamente guapos etc.—Está bien, me quedaría acompañándote pero tengo algo que hacer —le respondí, tomando mis cosas—Te veré mañana.—¿Como que mañana? —me inquirió—te llamaré en la noche.—Está bien —rodé los ojos—Nos vemos.Salí de la sección. Los pasillos estaban solitarios, tenía tanto tiempo pasando por aquí
Silencio.No se escuchaba nada más.Después de varios minutos de pelea entre esos dos lobos ya no se oían sus gruñidos y aullidos. ¿Se fueron? ¿En donde demonios está Tate que no aparece? Salí de mi escondite lentamente y me fijé por la ventanilla, la calle estaba vacía. Se habían ido. Respiré aliviada, soltando el aire que tenía contenido. Jamás había experimentado un espectáculo así. Jamás. Me acerqué al asiento piloto y traté de encender el coche, pero era inútil. Dos golpes en mi ventanilla me hicieron saltar y gritar del susto.—Abre —demandó una voz fuerte. Era Tate. Abrí la puerta rápidamente. —¿Qué te pasó? —me inquirió al verme tan asustada y con mi rímel regado por mis ojos. Me limpié la cara y los mocos, no me gustaba que me vieran así.—¿Donde demonios estabas? —le pegué en el hombro.—Tranquila, gatita —me tomó de las manos.—No sabes lo qué pasó.—¿Qué pasó? —su mirada se encontró con la mía. —Dime, ¿qué fue lo que viste?Fruncí el ceño ante su gesto y su pregunta. ¿Qué
Después de la extraña conversación que tuve con Grace me llamó desde el celular. Simplemente le dije que estaba equivocada y que no había nadie más en mi habitación. Al parecer se quedó más tranquila y la convencí de que no viniera. Estaba muy lejos y será mejor que ella no se exponga, aunque me estuviera muriendo del miedo. Dejé todas las luces encendidas, tenía mucho sueño pero no podía dormirme, sentía que no estaba del todo sola. Encendí un incienso y medité un poco, necesitaba despejar mi mente y dejar ir el miedo. Quizás eran las doce de la noche cuando me estaba quedando dormida ya.•La alarma del despertador suena. Arrugo mi cara en señal de desacuerdo y la apago de inmediato. Me sentía el cuerpo pesado y mis ojos me ardían. No solía desvelarme jamás, pero ayer fue una noche larga. Sentía que no había dormido absolutamente nada. Me puse de pie con pereza y me dirigí al baño, el agua me terminara de despertar. Solo quería volver a la cama y dormir toda la mañana.Después del b
—¿De que estás hablando? —le inquirí a Grace, porque la verdad no estaba entendiendo. Afuera había un chico alto y delgado sentando en el capo de su coche. Usaba una pollera blanca y su pelo era negro. Jamás lo había visto. —Él... te juro que sus rasgos son iguales al tipo que vi anoche en tu habitación —insistió Grace. Me tomó de la mano y me llevó casi corriendo hacia una ventana. Aquí se podía ver mucho mejor. Parece que no era de aquí, al igual que no eran de aquí Tate y su manada. Desde que vinieron han pasado cosas raras.—No seas loca, anoche no había nadie en mi habitación. Lo imaginaste, así que por favor deja de decir esas cosas. —Sasha, estoy hablando en serio. Anoche... —pareció arrepentirse—¿sabes que? Tienes razón, quizás estoy empezando a delirar —se reincorporó, suspirando profundo.—Tengo que ir a la dirección y de paso averiguaré... —miró a ambos lados como asegurándose de que nadie nos viera—...Lo de Tate, ya sabes. —Como sea, solo no te metas en problemas —aconse
—¿Cómo va todo por ahí? —la voz de mi madre suena cansada y aveces me arrepiento de quejarme tanto cuando, al fin y al cabo, está trabajando para que pueda comer y estar en el colegio. Sin embargo, eso no justifica que nunca esté conmigo. —Todo está normal como siempre —me dirijo escaleras arriba hacia mi habitación para poder hablar en tranquilidad. Grace estaría diciéndole a Dory que le prepare unos tacos a como solo ella sabía hacer. —¿Y tu? —Agotada por tanto trabajo pero el lunes llegaré, estaré una semana contigo, ¿no te emocionas? —Claro... —fue lo único que pude decir. Me hizo sentir como si me hiciera un favor que ella estuviera conmigo cuando en realidad era su deber. ¿Para que se pone a tener hijos si no verá por ellos? Y estoy hablando del cariño y la compañía no del dinero. Tantas veces que la madre de Grace ha estado en reuniones familiares representándonos porque a mi madre no le dio tiempo de venir o no le dieron permiso. Son muchas cosas. A veces creo que Dory es m