Abril LaraNunca había sentido tanta felicidad de ver a mi tía, a pesar de que no podía abrazarla por la herida que tenia en mi pecho, me sentí muy feliz y agradecida por verla. Estuvimos hablando, llorando y riendo. Al igual que Elías, sentía que me estaban ocultando algo puesto que cuando le pregunte sobre mi familia, ella solo cambio el tema. Quería saber, necesitaba saber que había pasado con mi familia desde aquella vez, si mi madre se enteró de la amante de papá o simplemente el ni si quiera se lo ha confesado.La imagen que yo tenía antes de mi padre se había roto por completo, ahora comprendía todos los problemas que tenía con mi madre, porque discutían tan seguido y es que mi padre tenía otra mujer en su vida. Pero mientras estuviera en el hospital nada podía hacer.—Elías te tiene muy consentida, Abril —dijo mi tía al terminar de acomodar todos los ramos de flores que él había pedido a la florería.—Me siento muy afortunada de que este conmigo, es un hombre maravilloso tía,
Abril LaraPoco a poco, con el pasar de los días mi cuerpo se iba recuperando. Comenzaron a quitarme algunos de los tubos que tenia conectados que monitoreaban el funcionamiento de mi corazón. Mis piernas se sentían diferentes, como si tuvieran mayor fuerza que antes.Antes había dado algunos pasos sin ayuda, me preguntaba si podría hacerlo ahora. Poco a poco quite la sábana que cubría mis piernas. Llevé mi mano al pecho, aún ardía, pero el dolor ya había aminorado bastante desde que desperté. Miré hacía el suelo por un instante, sentí mucho temor de caer, pero algo dentro de mí me decía que podía.Me deslicé poco a poco hasta que la punta de mi pie tocó el suelo. Después el otro pie. Apreté el colchón de la camilla con todas mis fuerzas cerrando los ojos. Cuando no sentí que había caído hasta el suelo, abrí los ojos viendo cómo podía sostenerme sin caer. Una leve sonrisa apareció en mi rostro. Llevé mi pie derecho un poco al frente, pero ahora no sentía esa sensación de pesadez. Pude
Abril LaraMi tía Laura le dirigió una mirada llena de saña a Max.—Abril, no quiero que cometas un error —dice mi madre —no conocemos a ese joven, sólo se que es hijo de la doctora Brin y el expresidente, tienen mucho dinero y poder, se que mi comentario puede ser despectivo pero por que el quiere estar con alguien que casi muere y esta luchando como tú para recuperarse, pudiendo salir con otras chicas de su edad.De pronto mi garganta paso saliva en un movimiento impulsivo.—Elías esta enamorado de Abril, si no fuera por él, ella no estuviera con vida, al menos debemos darle nuestro voto de confianza.—¿Pero por que Abril tiene que irse con él?—Pueden ir a mi casa, si quieren, mi madre estará contenta de recibirlas… —suelta Max de pronto.—Tú no hables jovencito —lo calla mi tía.Comenzaba a sentirme aturdida con todas estas peleas, todos se lanzaban contra todos, y yo en lo único que pensaba era en Elías.—Mamá, tía, pueden ayudarme a vestirme… —ambas asintieron —Max, puedes retir
Abril LaraMis dedos se apretaron ligeramente alrededor del asiento del automóvil mientras el paisaje fuera de la ventana cambiaba gradualmente. Había pasado meses en el hospital, estaba feliz por que volvería a caminar. Lo miré, sonreí agradecida por el hombre que tenía a mi lado, él había hecho hasta lo imposible por mantenerme con vida, a veces, me pregunto como es que es tan inteligente, como pudo en tan poco tiempo construir un corazón para mí. Me intrigaba demasiado, deseaba conocer al Elías en la intimidad de su hogar, no sabía muchas cosas de él, apenas tuvimos una primera cita, y ahora me encontraba aquí, yendo a su casa, pretendiendo vivir con él.Había algo que me mantenía inquieta, en realidad no sabía si viviríamos en su casa como una pareja en una relación sentimental, o él sólo deseaba cuidarme durante mi recuperación, ¿después de eso que?Miles de mariposas revolotearon en mi estómago mientras nos desplazábamos por una avenida amplia y majestuosa. Las mansiones que se
Abril LaraLos días comenzaron a pasar, cada día moverme era mucho más fácil. La compañía de Elías me hacía los días mucho más alegres a pesar de que extrañaba mucho a mis padres. Hablaba con mamá algunos días, mi tía venía seguido a visitarme incluso Elías le propuso que se quedará a vivir aquí para que pudiera encargarse de llevar la casa, pero ella negó la propuesta, no quería dejar de lado la florería.Fui aprendiendo poco a poco sobre la rutina de Elías, gran parte del día se la pasaba encerrado en el sótano de la casa, ahí tenía una especie de taller en la que trabajaba construyendo robots y otras cosas que no entendía mucho, pero me hacían sentir orgullosa de él.—Señorita, su medicamento —escuche la voz del robot gracioso, era como una especie de mascota que siempre estaba detrás de mí, monitoreando mi salud.—¿Puedo llamarte de otro modo? ¿R2 es un nombre muy seco, no crees? —reí bajito, ya sabía que el robot no podía pensar por sí mismo pues Elías me había dicho antes que él
Sonrío con malicia. Atraigo sus caderas pegándolas justo en el interior de mi entrepierna sin dejar que entre en mí. Comienzo besando y chupando el lóbulo de su oreja izquierda con deleite, bajo por toda su piel hasta su cuello donde me detengo besándolo con esmero mientras él suspira de placer.Sus manos se pierden entre mi melena al tiempo que comienza a hacer lo mismo, besa mi cuello provocando pequeños espasmos en mi feminidad. Con cuidado abre los botones delanteros de mi vestido, desde que me operaron he optado por los vestidos que se abren por el frente para no lastimar la herida, aunque eso ya es más mental, se supone que ya he pasado la etapa de recuperación. Le ayudo a deshacerse de él y lo pone junto a mi sobre el tocador, dejando expuestos mis pequeños pechos pues tampoco estoy utilizando sostén. Al ver mi piel desnuda el semblante de Elías se ensombrece tragando grueso, acaricia la piel de mi cuello con ambas manos bajando lentamente hasta llegar a mis hombros.Con sus pu
Abril LaraEra la segunda vez que miraba a mi espalda para encontrarme con la mirada de Elías que me alentaba a tocar la puerta de madera que tenía frente a mí, había venido hasta esta ciudad a dos horas de la Capital, para enfrentar todos los miedos, frustraciones, preocupaciones y problemas que sabía no podía evadir para toda mi vida.Mi móvil sonó, una ligera sonrisa se dibujo en mi rostro al ver que la llamada era de Elías.Conteste.—Puedo acompañarte si es demasiado difícil para ti —exhalo.Lo miré de nuevo negando con la cabeza, él me observaba desde el auto sobre la calle frente a esta casa en la que mis padres habían estado viviendo el último año, después de mudarse de la capital.—Puedo hacerlo sola… —conteste respirando profundo. Debes poder Abril, pensé.Toque el timbre junto a la puerta, esperaba que él estuviera en casa. Los segundos que pasaron fueron eternos en lo que sentí que los nervios me sobrepasaban.Finalmente, la puerta se abrió, mi padre estaba llamando por te
Elias FerrerDe vez en cuando mientras conduzco miró a Abril quien mantiene la vista fija al cristal de la ventana. Nos dirigimos a casa de mis padres. Me ha dicho que esta bien que solo necesita estar un momento en silencio, le doy tiempo para que digiera la conversación que tuvo con su padre, cuando ella se sienta lista me contará lo que hablaron.Al parar en un semáforo, tomo su mano, la acarició con suavidad como muestra de apoyo, ella sonríe, su carita de Ángel siempre me derrite.Pero hay una cosa que me mantiene muy inquieto, mamá ha estado algo sospechosa, cuando me llamó para que fuéramos a su casa el tono de su voz era diferente al de siempre, no quiso darme más detalles.Cuando llegamos a casa me llevo la sorpresa de que mi tío Elian está en el living de la casa de mis padres hablando con ellos, por su semblante serio pienso que estaban esperando a que llegáramos. Abril los saluda con entusiasmo, yo hago lo mismo pero no puedo evitar analizar el rostro de mis padres.—Me da