Elias Ferrer—¿Crees que tienes derecho de llamar así a mi madre? —suelto.El tipo me mira.—Yo le digo como se me da la gana, por que por su culpa perdí todo lo que tenía… —eso es, dame información, pienso, se acerca a donde estoy de pie encadenado, como quisiera golpearlo —como me gustaría ver la cara de tu madre al pensar que nunca más volverá a ver a su único hijo, que tuvieron que pasar más de 23 años para que por fin pudiera encontrar la manera de vengarme por lo que me hizo.—Si me dijeras que fue lo que ella te hizo, tal vez podría ayudarte…El hombre suelta una carcajada burlona, señalando con uno de sus dedos índice el pecho —¿tú a mí? ¿ayudarme? Quiero verla sufrir como tu padre lo hizo conmigo, arruinaron mi vida y yo no hice nada.—Eso me parece algo ilógico, mis padres no harían daño a alguien solo por que sí.El tipo vuelve a soltar una carcajada malévola.—¿Ah no? Tu padre me quito todo… por querer acercarme a tu madre, ni si quiera sabía que ella era la amante del pr
Elías FerrerHoy a diferencia de los días anteriores se escuchaba mucha movilidad en el exterior de la habitación. Escuchaba la voz a lo lejos de Jonathan gritando que todo debía estar listo para la operación, sonreí de lado. Las veces que me visitaba lo veía directo a los ojos, podía ver el reflejo de miedo en su mirada, no podía mentirme, presentía que estuvo mucho tiempo investigando a mi familia, tenía miedo que escapara de este lugar, pero si no he intentado antes era por que no sabía que me esperaba fuera de esta habitación.En cambio, el día de hoy, ellos al fin me van a sacar. Agotaré todas las oportunidades que se me presenten para escaparme de ellos. Necesito ver a Abril, hoy es el último día para que pueda recibir mi sangre, después de hoy, todo podrá pasar con su vida.Aprieto con fuerza mis puños, respiro profundo tratando de mantener mi cabeza fría. Con Abril siempre fue muy fácil ser yo, no ser el hombre calculador y frío que siempre era, todo con ella es tan sencillo q
Abril LaraHoy era el día, no me quedaba más tiempo. Lo sabía. Durante la mañana había sentido algunas punzadas en mi pecho. No era una buena señal. Decidí venir a pasar mis últimos días en la casa que había compartido con Elías. Suspire mirando frente a mí la puerta enorme de roble.No sabíamos nada de él. Sus padres estaban haciendo todo lo posible por encontrarlo, sabia que no se darían por vencidos. Que lo buscarían hasta encontrarlo.La casa por dentro estaba fría y vacía. Esbozo una sonrisa pequeña al escuchar aquel ruido conocido. Milky siempre me recibía, mi robot, le había tomado mucho cariño, fue el regalo que Elías me había construido para que me acompañara durante todo el proceso de recuperación. Ahora sería el regalo que estaría conmigo en mis últimos días si él no aparecía. Una lagrimita se deslizó por mi ojo. Milky se detuvo frente a mí, sus ojos encendieron de un tono amarillo, pero no emitió sonido, a veces dudaba que fuera sólo un robot con frases precargadas, Elías
Capítulo 41Elías FerrerLa mano de mi madre en el hombro hace que se forme un nudo en la garganta que no me deja respirar. Abril y yo pasamos la mejor de nuestras noches, la había extrañado tanto después de que me secuestraron durante todos esos días. Pensé que esta vez nada nos separaría y nos separo la muerte.—Hijo… —escucho la voz de mamá cerca de mi oído.—Estoy bien… —trato de que mi voz suene natural pero la verdad es que estoy deshecho por dentro.Ha pasado una semana desde el día en que me desperté y vi a Abril inerte, estaba fría, me quebré por completo, quise reanimarla, revivirla, pero su corazón ya tenía varias horas que había dejado de funcionar, a veces el destino es caprichoso.La última noche que pasamos juntos Abril me hizo prometerle que si un día ella me llegaba a faltar yo continuaría con mi vida, lo he intentado pero por más que quiero no le veo sentido. Limpio las lagrimas de mi rostro recordando el de ella, su sonrisa. Nunca la voy a olvidar. Abril fue el amor
Elías FerrerEl doctor Sherman sale de la oficina cerrando la puerta a su espalda. Me he quedado a solas con Alexandra quien se acerca a mi para saludarme con un beso en la mejilla.—Me da gusto que te lleves mejor con tu padre… —comento. La última vez ella estaba a punto de huir de su casa debido a que sentía que su padre no la comprendía.Alexandra dibuja una enorme sonrisa en su rostro.—Hice lo que me aconsejaste, le hice saber sobre mis sentimientos y le prometí que si me dejaba estudiar artes, sería la mejor de la clase y así es, he estudiado mucho.—Me alegra saber eso.Ella da un paso hacía mí —todo es gracias a ti —hace una pausa —lamento lo de tu novia, si no es muy prematuro me gustaría invitarte hoy a cenar.La miro con curiosidad.—Gracias, pero tendré que rechazar la invitación, tengo demasiado trabajo, me excuso.Alexandra aprieta sus labios como si estuviera reprimiendo algo pero lo dice —quiero ofrecerte mi amistad Elías.—El problema es que no sólo quieres mi amistad
—Buenos días señor Brin —me recibe con amabilidad el guardia de la entrada del laboratorio.Asiento.Camino a toda prisa hasta la oficina de mi padre que ya debe haber llegado. Le pido a su secretaria que me anuncie con él mientras espero impaciente del otro lado de su escritorio. Me acercó al ventanal de la sala de espera observando al exterior del edificio. La oficina de mi padre está en un octavo piso en el edificio central de biotech. La empresa se compone de un complejo de varios edificios y laboratorios. Desde aquí puedo ver a los científicos paseando por los jardines verdes con su bata y lentes. Todos caminando apresurados a llegar a su puesto de trabajo. La secretaria de mi padre me avisa que ya puedo pasar.—¿Se puede? —pregunto asomando la cabeza por el espacio entre la puerta que acabo de hacer.—Pasa Connor —espeta papá en tono de seriedad. Doy unos pasos al interior de la oficina hasta quedar frente a él. En su escritorio puedo notar que tiene una infinidad de papeles des
Elías Ferrer BrinConducía mi Mercedes hacia casa después de un día agotador, mi día había estado lleno de reuniones con personas que parecía no entendían mis instrucciones, se supone que son científicos. Aprieto el volante respirando profundo y recordando las infinitas veces que mi madre me ha pedido que les tenga paciencia.De pronto al detenerme frente al semáforo rojo, veo como pequeñas gotas se estampan en el vidrio de mi auto, ha comenzado a llover. Bajo el vidrio de mi puerta solo un poco permitiendo que el olor a tierra mojada inunde mis fosas nasales, es uno de mis aromas favoritos, ese olor me calma cuando me siento ansioso.Amo la lluvia, es el clima perfecto para leer, armar, investigar o jugar ajedrez. Piso el acelerador a fondo cuando éste se pone en verde. Estaciono mi auto frente a la puerta de mi casa, salgo y camino rápido para no empaparme, odio que mi móvil se moje.—Buenas noches, cariño, ¿cómo te fue hoy? —escuchó la voz de mi madre, a mi espalda mientras camino
Elías FerrerTenía que hacer algo, no podía sacar de mi mente esa sensación agradable que me envolvía cuando jugaba ajedrez con Abby, ella tenía algo que me relajaba, me intrigaba. Ella me transportaba a un mundo donde solo estaba yo y mi pantalla, pero sabía que al otro lado de ella había una mujer muy inteligente y con temas interesantes para conversar. A veces me descubría en la oficina pensando en cómo será ella, que aspecto tendrá, me intrigaba mucho saberlo. No era un tonto, al contrario, soy un hombre y biológicamente estoy creado para que me atraigan las mujeres por qué uno de los objetivos con los que la naturaleza a creado al ser humano es para que cumplan con el ciclo de la vida y uno de ellos es procrear.De solo pensar en esa palabra toda mi piel se eriza, ¿Cómo será ella? Me repito en la mente.Pasan de las tres y no tengo señales de Abby, ella no se ha conectado durante toda la mañana lo que es raro, ¿estará ocupada? Me preguntó, me guardo una nota mental, debo pedirle