¿Qué hacía el principe en tierras de Emerson? Se detuvo a pensar. ¿Seguía en la tierra del alfa de la manada Hanjx? Probablemente no, si la presencia de literalmente su jefe, era una pista.—¿Qué? ¿Cómo…? ¿Cómo me encontraste? El principe rubio, tan rubio como ella, subió las comisuras de sus labios, sin embargo sus ojos destilaban desdén de aquí a china.—Nadie te enseñó modales, ¿Verdad?—negó como si estuviera verdaderamente apenado. Kary entrecerró los ojos con molestia. Una cosa es que sea un príncipe y otra cosa es que sea un puto imbécil—. Pobre criatura, es desagradable que hagas que un príncipe pise este…—recorrió la caverna con los ojos y la mueca de asco pintada en todos sus cincelados rasgos—. Lugar.—¿Viniste a llevarme? ¿Puedes decirles a ellos que me suelten?El príncipe la observó por un momento más antes de desviar la mirada hacia los desquiciados, pero tras su breve contacto de miradas, volvió a poner sus ojos en ella.—De hecho…—chasqueó los dedos y atrás apareciero
A través del polvo que la capa gruesa hizo al cerrar la entrada súbitamente, una forma tomó forma frente a ella, tan de repente y tan enorme que al principio pensó que estaba viendo e imaginando cosas por la gravedad de su situación. Pero de otra gran boca de la caverna emergió una criatura enorme e hinchada, como una especie de mancha que se movía sobre pequeñas patas como un milpies gigante.Su parte superior rozaba el techo de la caverna, que debía de tener tres o cuatro pisos mínimo de altura. No tenía ojos, sólo una piel fina y casi translúcida.Bajo la piel, unas formas vaporosas se desplazaban como humo café y gris, moviéndose alrededor del gigantesco animal globo, a veces presionando la piel como si intentaran escapar antes de volver a retirarse al interior, como tomando impulso en una carrera de velocidad.Los desquiciados superiores se arrodillaron e inclinaron la cabeza con mucho más respeto que con el príncipe, mientras que los desquiciados soldados aplastaron el vientre
El alfa acostó a Kary en su cama. La ropa que poco la cubría estaba destrozada, él veía como sangraba por varios sitios y tenía tantas manchas moradas oscuras en la piel que Lark perdió la cuenta.Martha, la madre de More y Sero, estaba cerca con una lycan más y, mientras Kary dormía, el líder se dio la vuelta para que ambas mujeres pudieran desvestirla y limpiarla. Cuando la hubieron cubierto adecuadamente, volvió a darse la vuelta y a vigilar a Kary mientras Martha trataba sus heridas.A decir verdad, la pierna de la mujer lo preocupaba. El corte era profundo, pero Martha le aseguró que, aunque la piel humana era más fina que la de cualquier lycan, podía sufrir mucho daño y aún así seguir curándose.Al menos, ya no apestaba como los desquiciados, gracias a las hembras lycans. Incluso le habían limpiado el cabello, que ahora yacía en una trenza húmeda sobre su espaciosa cama. Sin poder aguantarse, le acarició la punta con los dedos, sorprendido por lo suaves que eran las hebras clar
La botánica abrió los ojos, que era una de las pocas partes del cuerpo que no le dolían, y por un momento sólo vio dorado. Se asustó a lo grande por un momento que se le hizo eterno, pensando que su visión se había estropeado en algún lugar de aquel infierno de mancha y desquiciados, hasta que sus ojos se enfocaron y se dio cuenta de que la cama estaba completamente rodeada de flores doradas.En realidad, a su alrededor, yacían en ramos atados con una liana algo seca. Incluso había una sobre su propio plexo solar. La cogió con pasmo y se quedó mirándola. ¿Acaso la habían dado por muerta? ¿Se trataba de un lecho funerario? ¿Ya la estaban velando antes del entierro?Kary se sentó erguida en la cama, preocupada de que todo aquello fuera a arder en llamas como en algún ritual extraño de lycans, pero en lugar de eso la habitación estaba vacía excepto por cuatro lycans en forma humana y con el cabello blanco recogido en unos rodetes altos, que estaban de pie de espaldas a ella, custodiando
Se sacó el estupor de encima en un santiamén. No puede darse el lujo de la sorpresa, no cuando todo lo que conoce y lo que es importante para él, está en peligro.—¿Qué dice esa nota?Jareik se adelantó—. Dice que solicitan la presencia de la humana allí, que ella tiene permitido ir hasta el territorio real, que no le afectará nada y…—dudó pero la mirada angustiada y ansiosa en la luna futura lo hizo seguir—. Y que si va con prisa, ya le estará esperando una grata sorpresa. —Por compensación a lo ocurrido en la cueva—joss miró de la humana a su alfa. Sin saber qué había pasado en la cueva antes de que todos llegaran—. Alfa, ¿Deberíamos…?—Retírense—una orden fría y abrupta. Sin dudas ni vacilaciones.—Pero nosotros…Rugió sin poder aguantar. Odiaba que no le hicieran caso a la primera orden, sin embargo, no le sacaba tanto de las casillas como para que su lobo interior rugiera de la ira. Ahí se dió cuenta de que el alfa tenía muchas cosas encima de sus hombros con los qué lidiar y qu
El secuestro de los desquiciados y el encuentro con la cosa gigante gelatinosa afectaron a Kary más de lo que pensaba. El dolor muscular parecía eterno y no podía mantenerse despierta durante mucho tiempo.Emerson le gruñó a Msrih varias veces preguntándole qué le pasaba a ella, pero Kary les aseguró que su cuerpo se estaba recuperando.El corte de su pierna estaba ya casi curado y había empezado a hacer por su cuenta ejercicios ligeros por la habitación solo cuando el alfa se marchó, porque la botánica no soportaba que el lycan se encolerizara con ella.Los guardias lycans rotaban fuera de la habitación de Emerson y mantenían una presencia constante de seis o más. A ella le parecía algo exagerado pero por más de que quiso hablarlo con el macho alfa, supo que sería más fácil y rápido meter un elefante por la abertura de una aguja de remendar ropa que convencerlo de bajar los guardias a tres o cuatro hombres lobos.Sero y More la visitaron muy a menudo y jugaban a juegos como una ver
Kary persiguió incansablemente a Sero, que chilló de placer mientras corría lo bastante despacio como para que la mujer pudiera alcanzarla.La pequeña cachorra había advertido a sus compañeros cachorros lycans y a sus hermanos de camada, que no fueran muy duros con su compañera de juegos humana. También esa advertencia fue seguida por la orden del alfa de no ser tan brutos con Kary.Desde su encuentro con la gelatina andante, Kary dormía más y se movía con rigidez. Incluso Emerson intentó que descansara más, pero la terca mujer le dijo que solo estaba dolorida y que necesitaba estirar los músculos. Sin embargo, Lark nunca olvidaría la imagen de ella saltando por encima de las espaldas de los desquiciados inclinados, con la ropa desgarrada y ensangrentada y la determinación grabada en su expresión. Había corrido por su vida y Emerson, como su mate, su pareja predestinada elegido por la Diosa luna, había podido oler el miedo en su mujer y su terror desde la distancia, incluso hubo un ti
Los pasos de Emerson eran más lentos de lo habitual, y había una tensión en sus músculos, una tensión que le rodeaba, que puso a Kary con los nervios de punta.Y por mucho que la mujer quisiera saber más sobre el alfa de la manada Hanjx, una burbuja de terror se le hinchó en el estómago. Hizo una mueca ante la sensación horrible. Siendo sincera consigo misma, dudaba que todo lo que Emerson fuera a contarle estuviera lleno de felicidad, soles y estrellas brillantes.No fueron hacia arriba, hacia el castillo, sino que más bien fueron más profundo, en los túneles bajo tierra. Kary se agachó bajo un techo bajo antes de que el espacio se abriera en una pequeña caverna, más o menos del tamaño de la habitación del hombre lobo. Las rocas que también estaban incrustadas en las paredes del castillo, iluminaron la estancia para revelar unas cajas extrañas y antiguas en el suelo. El lycan se encontraba de pie frente a ellos, con las manos colgando flojas a los lados, mientras la observaba por en