Comió tanto como se pudo atrever. Antes estaba demasiado aterrorizada para pensar en la comida, pero ahora que se sentía criminalmente a salvo en el castillo, específicamente en el dormitorio de Emerson, por fin podía tragar sin que se le hiciera un nudo en la garganta. Aunque aún así, no quería ponerse enferma, así que delicadamente se abstuvo de engullir toda la fruta que tenía delante. Que por cierto, sabía lo más cercano al paraíso de lo que pensaba.Fruta. Bajo tierra. Apenas podía creer lo que vieron sus ojos y deseó que su secretaria y su hermana estuvieran con ella. Probablemente su hermana estaría recopilando todos los datos que pudiera lo más rápido posible mientras su secretaria se dedicaría a documentarlo todo con fotos y vídeos. Las manos de Kary cayeron sin fuerzas sobre sus piernas. Las echaba de menos. Incluso al regaño de ambas por la falta de cuidado de ella en su vida en general. Pero no podía decir que lamentara haber caído en el territorio del alfa. Aquel lugar e
De repente, el lycan se levantó bruscamente y sus manos con garras se fueron a la cintura de sus pantalones. Rápidamente la alerta de Kary sonó en su cabeza, así que se puso las manos delante de su cara, me dio la vuelta gritando: —¡Vaya, vaya!—¿Qué?—él gruñó desde algún lugar frente a la botánica.Miró cuidadosamente entre sus dedos. Las manos del líder de la manada seguían allí, sin moverse, y gracias a Dios todavía estaba completamente vestido. —Es que... ¿quieres decir ahora? ¿Ahora mismo?Emerson estaba verdaderamente desconcertado. —Si no es ahora, ¿cuándo?Kary apretó los labios. Él tiene toda la bendita razón y su pregunta tenía todo el sentido del mundo, pero, cielos. La idea de participar en un experimento la excitaba, pero no pensó que tendría que enfrentarse tan pronto a la realidad de que iba a... consumar con ese lycan y cualquier órgano que tuviera en los pantalones. —¿Podemos... aumentar? Digo, ¿llegar a ese punto y todo eso?—¿Aumentar?—¿Acaso la humana se estaba
—¿Qué te parece?—dijo Msrih mientras alfa y sanador veían los cuerpos destrozados de media docena de desquiciados arder por el fuego que habían creado para asegurarse correctamente de sus muertes. Las rocas en las paredes del castillo brillan con poder que el alfa sintió hasta en la más minúscula célula de su cuerpo e inhala el dulce aroma del dolor de esos lobos mutantes.—Ellos indiscutiblemente se están volviendo mucho más astutos.—¿Crees que es por ella? ¿Tendrá algo que ver con este gran cambio significativo?—Sí, pero por más de que lo pienso y pienso, una y otra vez, aún no entiendo por qué. ¿Por qué no se la comieron cuando llegaron a ella primero? ¿Qué esperaron cuando ella estaba en el bosque entrando y saliendo de la inconsciencia? No podían saber que yo querría tener algo que ver con ella.El sanador se frotó las puntas de los hombros doloridos por la reciente transformación a lobo—. No tiene ningún sentido, ni de cabeza ni de pie.—Necesito localizar a un pariente lejano
Estaba harta de todo el tiempo tener miedo. Ella había asumido que los desquiciados eran esos monstruos de mente simple que querían devorarla de cena. No se había dado cuenta de que había toda una colonia de ellos y de que los desquiciados que vio por primera vez en ese inmenso bosque no eran más que simples soldados. Los que hirieron a Ernee -no quería pensar que estaba muy grave o peor aún, muerto- y la raptaron eran una especie de líderes superiores.Monstruos bípedos, más humanoides y claramente inteligentes, hablaban un idioma real en lugar de un montón de gruñidos y gemidos. Aunque su cerebro parecía estar traduciendo algo, sus palabras eran confusas y a la veterinaria le resultaba difícil descifrarlas. Y ahora, estando atada y siendo cargada como una bolsa de papas sobre las espinosas espaldas de los desquiciados, decidió ahorrar energías. No iba a escapar de ellos, de todos modos, no ahora, mientras su secuestro fuera su principal objetivo. ¿Ella quería que la transportaran
¿Qué hacía el principe en tierras de Emerson? Se detuvo a pensar. ¿Seguía en la tierra del alfa de la manada Hanjx? Probablemente no, si la presencia de literalmente su jefe, era una pista.—¿Qué? ¿Cómo…? ¿Cómo me encontraste? El principe rubio, tan rubio como ella, subió las comisuras de sus labios, sin embargo sus ojos destilaban desdén de aquí a china.—Nadie te enseñó modales, ¿Verdad?—negó como si estuviera verdaderamente apenado. Kary entrecerró los ojos con molestia. Una cosa es que sea un príncipe y otra cosa es que sea un puto imbécil—. Pobre criatura, es desagradable que hagas que un príncipe pise este…—recorrió la caverna con los ojos y la mueca de asco pintada en todos sus cincelados rasgos—. Lugar.—¿Viniste a llevarme? ¿Puedes decirles a ellos que me suelten?El príncipe la observó por un momento más antes de desviar la mirada hacia los desquiciados, pero tras su breve contacto de miradas, volvió a poner sus ojos en ella.—De hecho…—chasqueó los dedos y atrás apareciero
A través del polvo que la capa gruesa hizo al cerrar la entrada súbitamente, una forma tomó forma frente a ella, tan de repente y tan enorme que al principio pensó que estaba viendo e imaginando cosas por la gravedad de su situación. Pero de otra gran boca de la caverna emergió una criatura enorme e hinchada, como una especie de mancha que se movía sobre pequeñas patas como un milpies gigante.Su parte superior rozaba el techo de la caverna, que debía de tener tres o cuatro pisos mínimo de altura. No tenía ojos, sólo una piel fina y casi translúcida.Bajo la piel, unas formas vaporosas se desplazaban como humo café y gris, moviéndose alrededor del gigantesco animal globo, a veces presionando la piel como si intentaran escapar antes de volver a retirarse al interior, como tomando impulso en una carrera de velocidad.Los desquiciados superiores se arrodillaron e inclinaron la cabeza con mucho más respeto que con el príncipe, mientras que los desquiciados soldados aplastaron el vientre
El alfa acostó a Kary en su cama. La ropa que poco la cubría estaba destrozada, él veía como sangraba por varios sitios y tenía tantas manchas moradas oscuras en la piel que Lark perdió la cuenta.Martha, la madre de More y Sero, estaba cerca con una lycan más y, mientras Kary dormía, el líder se dio la vuelta para que ambas mujeres pudieran desvestirla y limpiarla. Cuando la hubieron cubierto adecuadamente, volvió a darse la vuelta y a vigilar a Kary mientras Martha trataba sus heridas.A decir verdad, la pierna de la mujer lo preocupaba. El corte era profundo, pero Martha le aseguró que, aunque la piel humana era más fina que la de cualquier lycan, podía sufrir mucho daño y aún así seguir curándose.Al menos, ya no apestaba como los desquiciados, gracias a las hembras lycans. Incluso le habían limpiado el cabello, que ahora yacía en una trenza húmeda sobre su espaciosa cama. Sin poder aguantarse, le acarició la punta con los dedos, sorprendido por lo suaves que eran las hebras clar
La botánica abrió los ojos, que era una de las pocas partes del cuerpo que no le dolían, y por un momento sólo vio dorado. Se asustó a lo grande por un momento que se le hizo eterno, pensando que su visión se había estropeado en algún lugar de aquel infierno de mancha y desquiciados, hasta que sus ojos se enfocaron y se dio cuenta de que la cama estaba completamente rodeada de flores doradas.En realidad, a su alrededor, yacían en ramos atados con una liana algo seca. Incluso había una sobre su propio plexo solar. La cogió con pasmo y se quedó mirándola. ¿Acaso la habían dado por muerta? ¿Se trataba de un lecho funerario? ¿Ya la estaban velando antes del entierro?Kary se sentó erguida en la cama, preocupada de que todo aquello fuera a arder en llamas como en algún ritual extraño de lycans, pero en lugar de eso la habitación estaba vacía excepto por cuatro lycans en forma humana y con el cabello blanco recogido en unos rodetes altos, que estaban de pie de espaldas a ella, custodiando