Empecé a experimentar visión borrosa, dificultad para respirar, mi cabeza parecía a punto de estallar y sentía entumecimiento en todo el cuerpo. Tim retiró el bisturí de mi cuerpo, lo que aumentó el dolor, y se sentó sobre mis piernas mirándome, olvidándose de Mica.- Esto no debería haber acabado así - murmuró cerca de mi rostro - solo necesitabas apoyarme.- Estás loco - jadeé sin aliento - te detesto.- ¿Me detestas? ¿Es que acaso todavía no lo entiendes? - Preguntó con ojos llenos de furia - hice todo esto por nosotros, para que te dieras cuenta de lo que logramos, tú y yo. Hoy pudiste ver que funciona, podríamos ayudar a tantas personas, haríamos historia juntos ¿Por qué no puedes verlo?- Todo lo que vi fue a un puñado de criminales jugando a ser Dios con personas necesitadas- contesté jadeando en busca de aire – yo jamás, escúchame bien, jamás haría lo que ustedes hicieron en este lugar.- ¿Acaso es verdad que ya no me amas? - preguntó hundiendo sus dedos en mi herida - contést
Observé cómo descansaba mientras repasaba mentalmente la terrible historia que nos narró más temprano. Cualquier persona en su lugar habría podido rendirse, pero ella luchó hasta el final, poniendo la vida de su amiga por encima de la suya. Eso mostraba el tipo de persona que era.A medida que avanzaba la historia, notaba cómo su cuerpo se volvía cada vez más rígido y su mirada se tornaba vacía. Ella no era consciente de cómo temblaba ni de las lágrimas que derramaba. No quería verla de esa manera de nuevo. No era justo que tuviera que pasar por todo esto.Cerca de medianoche, An salió del departamento con Mica mientras yo le pedía quedarme con ella. Estaba dispuesto a dormir en el sofá o en el suelo, no importaba. No quería dejar a Misha sola esa noche y deseaba estar a su lado por si necesitaba ayuda. Mica se mostró reticente, pero para sorpresa de todos, ella aceptó.Misha colocó mantas y una almohada en el sofá deseándome buenas noches. La casa quedó en penumbra, en un silencio in
Las primeras luces de la mañana me despertaron mientras la observaba dormir. Era tan hermosa que me quitaba el aliento. Sus largas pestañas, la pequeña nariz respingona y esos labios que había tenido la oportunidad de probar y que deseaba volver a hacerlo. Me puse a pensar en la impactante historia que nos contó la noche anterior y en lo privilegiado que me sentía porque ella confiara en mí de esta manera.Supe el momento exacto en el que despertó porque sus brazos se tensaron a mí alrededor y su respiración se aceleró. Comencé a acariciarla lentamente intentando llevarle tranquilidad.- Soy yo - susurré despacio- soy Khal ¿Dormiste bien?- Muy cómoda, tuve una excelente almohada- contestó risueña.- ¿Si? Bueno, no tengo nada programado en los próximos días así que podría repetir el trabajo, si lo deseas- respondí riendo.- ¿Quieres saber algo? - preguntó aún somnolienta pero seria, solo asentí con la cabeza - No he estado con otro hombre después de Tim. De hecho, tuve varias citas en
Comenzó a quitarme la camiseta lentamente, enrollándola sobre mi cabeza. Después se arrodilló con las piernas a los lados de mi cuerpo, sin dejar de observarme.- ¿Estás decepcionado al ver mi ropa interior de algodón simple? - bromeé, viéndolo sonreír al recordar nuestra conversación de la noche anterior.- ¿Desilusionado? ¡Jamás! Puedes llevar lo que sea y te verías condenadamente sexy - respondió trazando con sus dedos delicados arabescos sobre el borde de la braga.Desabrochó uno a uno los botones de su camisa. Si yo era sexy, él era un maldito pecado andante. Lamí mis labios nerviosamente, mi boca haciéndose agua ante ese pecho tallado por los dioses que se presentaba firme, sin marcas ni cicatrices y deseé como nunca hacerle una, dejarle un pequeño recuerdo de este momento.- ¿Te agrada lo que ves?- preguntó roncamente, mordiendo las yemas de mis dedos.- No es nada del otro mundo- mentí, viéndolo sonreír nuevamente- he visto mejores, abogado.- ¿De veras?- contestó con picardía
En el cumpleaños de An, creí que era perfecta, pero me equivoqué. No estaba preparado para verla entregada al deseo. Con la frente sudorosa y los labios entreabiertos, gemía sin control. No reprimía sus necesidades, daba y exigía buscando siempre más. Su dulzura, sensualidad y entrega encendían el fuego en mi cuerpo, quemándome como nunca antes. Anhelaba sumergirme en su dulzura, aunque deseaba que fuera ella quien tocara primero el cielo.- Khal... estoy tan cerca, necesito... - jadeó casi incomprensible- por favor.- Lo que quieras cielo - susurré deseando darle todo lo que quería.Sus ojos azules me miraban expectantes y anhelantes, desafiándome. Sin apartar la vista, lentamente volví a colocar mi boca en aquel pequeño botón sensible. Lamió sus labios de forma tan erótica que sentí líquido preseminal escaparse de mi pene. Recorrí su clítoris con la lengua, saboreando su dulce sabor. Presioné mis labios contra ella y chupé sin poder parar.Sus caderas se movían sin control, sus mano
Viéndola reír a carcajadas, experimenté una extraña emoción en el pecho, una opresión peculiar. Lucía radiante y plena, y deseaba que siempre se sintiera así. Quería ser quien la hiciera feliz. Me sentía abrumado por emociones nuevas para mí. Misha debió notar algo, pues me besó con fuerza, llevándose mis preocupaciones.- ¿Algo va mal? - preguntó, acariciando mi rostro - te noto tenso.- ¿Tenso? No, solo me pregunto qué hace una mujer tan hermosa como tú a mi lado - contesté con sinceridad, viéndola sonreír- ¿Qué habré hecho para recibir este hermoso regalo?- Abogado, estás ganando muchos puntos con esas dulces palabras- contestó dejando pequeños besos a lo largo de mi pecho.- ¿En serio, doctora? Entonces debería seguir hablando - murmuré, besándola nuevamente - ¿dejamos el café para más tarde quizás?- Me gusta cómo piensas - dijo, colocándose sobre mi pecho.Después de volver a tocar el cielo entre sus brazos, la vi levantarse de la cama, desnuda y sin tapujos. Tomó su bata, el c
Cuando David me informó sobre el ataque a Mica, sentí cómo mis piernas flaqueaban y mi corazón se aceleraba por el miedo. El pasado y el presente se entrelazaban, impidiéndonos seguir adelante con nuestras vidas. Recordé el mensaje que recibí antes y comencé a temblar. ¿Habían atacado a Mica como represalia? Era mi culpa. Otra vez Mica pagaba por mis pecados. Khal intentó abrazarme para transmitirme calma, aunque su rostro reflejaba total desconcierto y dudas. ¿Acaso se arrepentía de lo sucedido entre ellos? Dios sabía que ella no podría culparlo si quería salir huyendo.Como si leyera mis pensamientos, enderezó su postura y sentí su rigidez a mi lado. Tomando mi rostro, sus ojos oscuros se fijaron en mí, parecía implacable, recordándome: "Apóyate en mí, te protegeré". Ansiaba hacerlo, pero el temor a que resultara herido era más fuerte. Esbocé una sonrisa mientras me apoyaba un instante contra él.Poco después, nos dirigimos al departamento de Mica para recoger algunas pertenencias e
Poco después, mientras la observaba descansar, pensaba en ella y Annon. Comprendía el temor de An, puesto que era el miedo con el que vivíamos diariamente nosotras, pero pedirle que renuncie a su sueño era sumamente egoísta. Tendría que preguntarle a Khal que había podido averiguar. Volví a revisar el celular y me di cuenta que nunca contesté los mensajes de él.Tenía varias llamadas perdidas así como nuevos mensajes: "¿Pasó algo más?", "Misha, estoy preocupado, llámame", "Podrías al menos mandar un mensaje para saber que estás bien". Me di cuenta de cómo habían pasado las horas sin notarlo. Salí al pasillo para llamarlo.- Hola - murmuré, consciente de que debía disculparme.- Hola - respondió con dureza - ¿Estás bien?- Sí - susurré, sintiendo una opresión dolorosa en el pecho.- Estaba preocupado - reprochó - no recibí noticias tuyas en todo el día.- Lo siento, hoy pasaron muchas cosas - balbuceé, sin saber cómo reaccionar.- Entiendo - contestó fríamente.- ¿Estás bien? - pregunt