Cuando David me informó sobre el ataque a Mica, sentí cómo mis piernas flaqueaban y mi corazón se aceleraba por el miedo. El pasado y el presente se entrelazaban, impidiéndonos seguir adelante con nuestras vidas. Recordé el mensaje que recibí antes y comencé a temblar. ¿Habían atacado a Mica como represalia? Era mi culpa. Otra vez Mica pagaba por mis pecados. Khal intentó abrazarme para transmitirme calma, aunque su rostro reflejaba total desconcierto y dudas. ¿Acaso se arrepentía de lo sucedido entre ellos? Dios sabía que ella no podría culparlo si quería salir huyendo.Como si leyera mis pensamientos, enderezó su postura y sentí su rigidez a mi lado. Tomando mi rostro, sus ojos oscuros se fijaron en mí, parecía implacable, recordándome: "Apóyate en mí, te protegeré". Ansiaba hacerlo, pero el temor a que resultara herido era más fuerte. Esbocé una sonrisa mientras me apoyaba un instante contra él.Poco después, nos dirigimos al departamento de Mica para recoger algunas pertenencias e
Poco después, mientras la observaba descansar, pensaba en ella y Annon. Comprendía el temor de An, puesto que era el miedo con el que vivíamos diariamente nosotras, pero pedirle que renuncie a su sueño era sumamente egoísta. Tendría que preguntarle a Khal que había podido averiguar. Volví a revisar el celular y me di cuenta que nunca contesté los mensajes de él.Tenía varias llamadas perdidas así como nuevos mensajes: "¿Pasó algo más?", "Misha, estoy preocupado, llámame", "Podrías al menos mandar un mensaje para saber que estás bien". Me di cuenta de cómo habían pasado las horas sin notarlo. Salí al pasillo para llamarlo.- Hola - murmuré, consciente de que debía disculparme.- Hola - respondió con dureza - ¿Estás bien?- Sí - susurré, sintiendo una opresión dolorosa en el pecho.- Estaba preocupado - reprochó - no recibí noticias tuyas en todo el día.- Lo siento, hoy pasaron muchas cosas - balbuceé, sin saber cómo reaccionar.- Entiendo - contestó fríamente.- ¿Estás bien? - pregunt
LUNES- Tenemos un problema - anunció Khal al entrar a la oficina donde nos encontrábamos Mica, David y Nicholas.Desde el ataque a Mica, solo habíamos podido reunirnos dos veces en mi departamento. Mi agenda se complicaba minuto a minuto ya que, debido a su reposo, tuve que sustituirla en reuniones, viajes y el trabajo en el laboratorio. Por su parte, él estaba ocupado supervisando los negocios del grupo SOL y la exposición que Annon llevaría a cabo en París.Cuando nos reuníamos, intentábamos ignorar a los demás y centrarnos en nosotros mismos. A veces lo lográbamos, otras no. Nuestra primera disputa surgió una noche cuando le señalé lo egoísta que estaba siendo Annon con Mica. Él, por supuesto, defendió a su amigo pidiéndome que intentara ponerme en su lugar, que considerara el miedo que experimentó An después de la historia que yo le había contado y posteriormente el robo que sufrió Mica. Después de cenar nos despedimos de manera fría.Hoy por la mañana, recibí un mensaje suyo pid
MARTESDavid empezó a revisar las cintas poco después de despedirnos. Nicholas fue al área de contratación para examinar los legajos. Podría haberlos pedido, pero habría sido sospechoso y no queríamos que nadie del personal hiciera preguntas. Con Mica, comenzamos a llamar a las distintas fundaciones cuyos delegados se negaron a hablar con nosotras, remitiéndonos a sus respectivos abogados.Esa noche, aún no teníamos información importante que pudiera ayudarnos a resolver el asunto. El sentimiento de culpa me invadía con cada minuto que pasaba. Mi equipo estaba sufriendo por culpa de un loco que buscaba destruir mi vida.Al irme a la cama, me di cuenta de que tenía varios mensajes sin leer. Los primeros eran de Khal, que decían: "Por favor, hablemos". Ja, pensé, ahora tiene tiempo para hablar. "Contesta mis llamadas, lo prometiste", pero no me digné a responder. Él había prometido protegerme y no lo hizo, parece que ninguno de los dos cumplió sus promesas. Incapaz de conciliar el sueño
MIÉRCOLESEl miércoles resultó ser un día intenso. Por la mañana, los prototipos defectuosos de los diferentes lugares empezaron a llegar. Mica y yo nos encargamos de desembalar y revisarlos personalmente. Dado que aún no teníamos certeza sobre la posible implicación de alguien del laboratorio en el sabotaje, preferimos no correr riesgos.Tomó más tiempo de lo previsto, pero al desarmar e inspeccionar minuciosamente, se revelaron pequeñas alteraciones en el sistema, casi imperceptibles pero extremadamente dañinas. Lo más preocupante era que, de haber sido colocados por completo, habrían causado graves daños a los usuarios. Debíamos contactar a las pocas personas afectadas para disculparnos y compensarlas. Mientras tanto, sentía el peso de la culpa sobre mis hombros mientras despotricaba en silencio.Fuimos honestas en nuestros informes, revelamos cada error encontrado. Sabíamos que esto resultaría en una pérdida de credibilidad y posiblemente de patrocinadores, pero les debíamos a nue
JUEVESEl jueves me enteré de que Nicholas había identificado a dos empleados sospechosos. Habían comenzado a trabajar en el área de mantenimiento del laboratorio hace tres meses. Dado que no era un sector de gran relevancia, las entrevistas fueron realizadas por la encargada de personal. Desde el principio demostraron ser competentes en sus puestos, responsables en las tareas asignadas y las cumplían a tiempo. En general, no había quejas sobre su desempeño.Nicholas encontró sospechoso que los dos se reportaron enfermos coincidiendo en los mismos días durante el último mes y que ambos renunciaran la semana pasada por motivos personales. Aún más extraño fue que ambos afirmaban tener la misma enfermedad certificada por el mismo médico.Sin apresurarnos en sacar conclusiones, decidimos que Nicholas y David comenzaran a investigar con sus colegas cercanos. Al final de la jornada, no obtuvimos más noticias. Callados y responsables, no se unieron a las salidas del personal, según nos conta
Respiré tranquilamente mientras me preparaba para encontrarme de nuevo con Tim. Aún tengo presente su sonrisa cínica durante el juicio. Sus ojos, día tras día, no dejaban de observarme. Parecía saber algo que yo ignoraba, como si, a pesar de estar encarcelado, hubiera salido victorioso. Jamás imaginé tener que recurrir a él, ni encontrarme en esta situación, pero la realidad me estaba abrumando.La cárcel era un sitio lúgubre. Grandes muros monótonos me recibieron, y el ruido de las puertas cerrándose a mis espaldas me puso los pelos de punta. Un guardia uniformado me solicitó que llenara unos formularios mientras las cámaras registraban cada movimiento. Después, una mujer me revisó para asegurarse de que no portaba objetos prohibidos.Finalmente, otro guardia me llevó al área de visitas y me explicó las normas del lugar. Un vidrio nos separaría y solo podríamos comunicarnos a través de un teléfono. La conversación sería grabado por precaución.Me senté temblando, observando la puerta
- ¿Qué? ¿De qué estás hablando? – Pregunté sin saber cuánto sabía sobre mi vida - No tengo pareja.- Vamos Misha, me refiero al abogado con el que estás saliendo - contestó con enojo – o acaso ¿Te has convertido en una libertina que no recuerdas con quién has estado?- ¿El abogado? Eso ya terminó - respondí evasiva sin revelar detalles que pongan a Khal en riesgo - era un tonto. No cumplía con lo que necesitaba.- Eso no es lo que he oído - me interrumpió lleno de resentimiento - sé que pasas mucho tiempo con él y que se ha quedado más de una noche en tu departamento.- ¿El mismo pajarito que te mencionó los problemas con los productos te dijo eso? - pregunté sin darle respuesta - Déjame decirte que te engañaron.- Siempre fuiste muy astuta, gatita - contestó sonriendo - Me encanta cómo evitas los temas. Por otro lado, pensé que no volverías a estar con otro hombre después de lo que pasaste a mi lado.- Te estás sobrevalorando, no puedo detener mi vida solo por haberme equivocado con