MIÉRCOLESEl miércoles resultó ser un día intenso. Por la mañana, los prototipos defectuosos de los diferentes lugares empezaron a llegar. Mica y yo nos encargamos de desembalar y revisarlos personalmente. Dado que aún no teníamos certeza sobre la posible implicación de alguien del laboratorio en el sabotaje, preferimos no correr riesgos.Tomó más tiempo de lo previsto, pero al desarmar e inspeccionar minuciosamente, se revelaron pequeñas alteraciones en el sistema, casi imperceptibles pero extremadamente dañinas. Lo más preocupante era que, de haber sido colocados por completo, habrían causado graves daños a los usuarios. Debíamos contactar a las pocas personas afectadas para disculparnos y compensarlas. Mientras tanto, sentía el peso de la culpa sobre mis hombros mientras despotricaba en silencio.Fuimos honestas en nuestros informes, revelamos cada error encontrado. Sabíamos que esto resultaría en una pérdida de credibilidad y posiblemente de patrocinadores, pero les debíamos a nue
JUEVESEl jueves me enteré de que Nicholas había identificado a dos empleados sospechosos. Habían comenzado a trabajar en el área de mantenimiento del laboratorio hace tres meses. Dado que no era un sector de gran relevancia, las entrevistas fueron realizadas por la encargada de personal. Desde el principio demostraron ser competentes en sus puestos, responsables en las tareas asignadas y las cumplían a tiempo. En general, no había quejas sobre su desempeño.Nicholas encontró sospechoso que los dos se reportaron enfermos coincidiendo en los mismos días durante el último mes y que ambos renunciaran la semana pasada por motivos personales. Aún más extraño fue que ambos afirmaban tener la misma enfermedad certificada por el mismo médico.Sin apresurarnos en sacar conclusiones, decidimos que Nicholas y David comenzaran a investigar con sus colegas cercanos. Al final de la jornada, no obtuvimos más noticias. Callados y responsables, no se unieron a las salidas del personal, según nos conta
Respiré tranquilamente mientras me preparaba para encontrarme de nuevo con Tim. Aún tengo presente su sonrisa cínica durante el juicio. Sus ojos, día tras día, no dejaban de observarme. Parecía saber algo que yo ignoraba, como si, a pesar de estar encarcelado, hubiera salido victorioso. Jamás imaginé tener que recurrir a él, ni encontrarme en esta situación, pero la realidad me estaba abrumando.La cárcel era un sitio lúgubre. Grandes muros monótonos me recibieron, y el ruido de las puertas cerrándose a mis espaldas me puso los pelos de punta. Un guardia uniformado me solicitó que llenara unos formularios mientras las cámaras registraban cada movimiento. Después, una mujer me revisó para asegurarse de que no portaba objetos prohibidos.Finalmente, otro guardia me llevó al área de visitas y me explicó las normas del lugar. Un vidrio nos separaría y solo podríamos comunicarnos a través de un teléfono. La conversación sería grabado por precaución.Me senté temblando, observando la puerta
- ¿Qué? ¿De qué estás hablando? – Pregunté sin saber cuánto sabía sobre mi vida - No tengo pareja.- Vamos Misha, me refiero al abogado con el que estás saliendo - contestó con enojo – o acaso ¿Te has convertido en una libertina que no recuerdas con quién has estado?- ¿El abogado? Eso ya terminó - respondí evasiva sin revelar detalles que pongan a Khal en riesgo - era un tonto. No cumplía con lo que necesitaba.- Eso no es lo que he oído - me interrumpió lleno de resentimiento - sé que pasas mucho tiempo con él y que se ha quedado más de una noche en tu departamento.- ¿El mismo pajarito que te mencionó los problemas con los productos te dijo eso? - pregunté sin darle respuesta - Déjame decirte que te engañaron.- Siempre fuiste muy astuta, gatita - contestó sonriendo - Me encanta cómo evitas los temas. Por otro lado, pensé que no volverías a estar con otro hombre después de lo que pasaste a mi lado.- Te estás sobrevalorando, no puedo detener mi vida solo por haberme equivocado con
-Maldición An, ella viajó a ver a ese maldito sin escucharme primero, ni decirme lo que haría- expresé molesto al enterarme del viaje que Misha hizo junto a Mica.La semana pasada fue una pesadilla total. Cuando les pedí que se reunieran para hablar, sabía que Misha se enojaría mucho, pero ella no entendía los problemas que había evitado con la decisión que tomé. Los principales accionistas querían retirarse del proyecto, ya que ninguna empresa quería estar asociada a un fracaso que involucrara a niños y pudiera resultar en demandas legales. Sin tiempo para explicarme, no pude decirle que estuve casi cuatro horas convenciendo a la junta de retrasar cualquier decisión drástica hasta que resolvamos los problemas y podamos revisar los informes.Los desacuerdos con Mica y David durante la reunión, junto con su mirada fría al pedirme que me fuera, me hicieron comprender que era inútil intentar hablar con ella en ese momento. Pensé en darle tiempo para que su ira desapareciera, pero no fue
Conduje durante treinta minutos pensando en qué estaría pasando con Misha, ¿qué habría hablado con aquel hombre? ¿Por qué no querría decirme que estaba investigando? Las dudas no me dejaban en paz, entendía su enojo, pero nos habíamos prometido ser mejores y por lo visto los dos fallamos miserablemente.Estacioné el coche frente a un viejo bar apartado, uno de los pocos abiertos las veinticuatro horas. Al entrar, el humo denso de cigarrillos me rodeó. Hice gestos a una de las camareras para que nos sirviera dos whiskys y me dirigí a una mesa en un rincón donde un hombre me hacía señas. Era Gund, un ex policía retirado que ahora trabajaba en el sector privado y solía ayudarme en situaciones extrañas o complicadas.- Khal, ¿Cómo estás? Ha pasado un tiempo - dijo saludándome.- Bien, Gund - contesté ansioso, tomando asiento - he pedido whisky para los dos.- Gracias, debo decir que cuando me pediste que buscara información sobre el pasado de la doctora y las posibles amenazas a su alrede
- ¿Qué haces aquí? He estado buscándote por todas partes - gritó Khal al verme parada en la puerta de su casa.Habíamos aterrizado hacía unas pocas horas cuando Alan me informó de la muerte de Tim. A pesar de las cosas horribles que había hecho en el pasado, en un momento fue importante en mi vida. No sabía cómo reaccionar y sentirme al respecto. Además me consumía la culpa de saber que lo habían matado por la visita que realicé.La historia absurda sobre el suicidio habría sido creíble si no lo hubiera conocido. Él nunca se habría quitado la vida. Estaba segura de eso. Su ego no lo habría permitido. Todo era una maldita mentira. Una vez más recordé sus últimas palabras y un escalofrío me recorrió el cuerpo.David nos recogió en el aeropuerto y al cargar las maletas, me dijo que Khal me había estado buscando. Me sentí mal por no avisarle que me ausentaría unos días. Quizás era momento de aclarar lo que estaba pasando entre nosotros.Sin saber qué hacer, me puse a caminar sin rumbo por
Lo que ocurrió a continuación fue una explosión de pasión y desesperación. Él dejó caer mi chaqueta al suelo mientras me besaba con intensidad, comenzó a deslizar suavemente los tirantes del vestido hasta que se deslizó por mi cuerpo y quedó como un charco a mis pies, así que di un paso adelante para salir de él rozando su cuerpo con el mío. Sin haberlo planeado o quizás con la esperanza de una posible reconciliación, llevaba puesto un sujetador y bragas de encaje negro. -Tenía razón cuando dije que eres perfecta, cielo, pero con encaje, me dejas sin aliento- dijo jadeando mientras besaba mi cuello. - Eres tan sexy hablando de ese modo, que creo que te prefiero en silencio - bromeé, arqueando mi cuello para darle más espacio a sus besos. Comencé a desabrochar su camisa rápidamente, mientras continuábamos caminando sin dejar de tocarnos por el pasillo hasta llegar a su dormitorio. Me arrojó sobre la cama sin cuidado mientras terminaba de quitarse la camisa. Extendí las piernas, abrié