Espero estén disfrutándolo. Saludos.
Desperté poco después del amanecer sintiendo su aliento sobre mi pecho. Sonreí antes de abrir los ojos, su aroma impregnaba mis fosas nasales y mi piel hormigueaba de las ganas de tenerla más cerca, por lo que tensé mis brazos a su alrededor para traerla hacia mí.- Buenos días, bebé - susurró contra mi cuello, provocándome escalofríos. Era la segunda vez que utilizaba ese término cariñoso conmigo y me sentí nuevamente como un adolescente por las sensaciones que despertaba en mi cuerpo.- Buenos días, cielo ¿descansaste bien? - pregunté mientras peinaba su cabello y acomodaba los mechones fuera de lugar.Durante la madrugada me desperté sintiéndome sofocado y sudado, notando que ella se había dormido sobre mi cuerpo. Pequeños sonidos salían de sus labios, provocando una sonrisa en los míos. Con cuidado, la volteé suavemente para que no despertara. Las oscuras ojeras que escondía debajo del maquillaje indicaban que no estaba descansando adecuadamente. Sinceramente, yo tampoco pude pega
- No puede ser - dije sin entender nada - comienza desde el principio porque obviamente hay aspectos que desconozco.- Después de la mala noticia que nos diste en la reunión, comenzamos a investigar. Tenemos una rigurosidad extrema en cuanto a los empaques, por eso la situación era tan grave para nosotros- comenzó diciendo tranquilamente.- Disculpa Misha, tendría que haber sido más amable - dije acongojado- fui injusto con ustedes.- Está bien Khal, solo cumplías con tu trabajo- respondió suavemente sin dejar de acariciarme.- ¿Qué lograron averiguar?- pregunté nervioso.- En las grabaciones del circuito pudimos observar la sombra de una persona, esta ingresó con mi pase de acceso. Durante su estancia, alteró las claves de los implantes y realizó modificaciones microscópicas al diseño que, sumado a lo demás, causaron los desperfectos denunciados. El individuo sabía exactamente dónde ir y qué tocar.- ¿Pudieron identificarlo?- pregunté ansioso de saber los detalles.- ¿Qué crees? Es i
El sonido de su teléfono interrumpió nuestra siesta. Habíamos pasado todo el día en la cama, su rostro lucía más relajado, las ojeras empezaban a desaparecer. Aun me preocupaba lo delgado de su cuerpo, pero con unos días de cuidados intensivos volvería a sentirse mejor.Mientras ella se levantaba para responder, recordé que no le había hablado del investigador que contraté. Durante la cena, compartiría con ella la información que él me había dado. Quizás ella podría aclarar algunas cosas. ¿Quién sabe? Tal vez entre tanta confusión se ocultaba algún tesoro que nos ayudara a descubrir la identidad del desconocido.Segundos después, ella cambió su expresión facial y comenzó a gritar órdenes por teléfono mientras buscaba su ropa y se vestía apresuradamente. La desesperación en sus ojos me motivó a vestirme rápidamente para seguirla a donde fuera.Al colgar, el teléfono se le resbaló de las manos y cayó de rodillas, tomando su rostro entre las manos mientras sollozaba con fuerza. La abracé
“Se podría decir que estoy jodida desde hace el día que nací” pensé burlándome de mi misma, mientras apuraba otro trago.Cuando era niña, soñaba con ser una gran doctora que curara el mal en el mundo. Recuerdo que vendaba las patitas del perrito que teníamos en casa, cosía los brazos y piernas de viejos peluches prometiéndoles que sanarían si guardaban reposo.Al cerrar los ojos por las noches, ese anhelo me llevaba a un mundo sin sufrimiento, sin lágrimas. Así, cuando él entraba a mi habitación por las noches, yo fingía ser otra persona, mientras mi mente exploraba escenarios imaginarios. Dejaba de ser Mica, la niña de diez años que sufría violaciones al menos una vez al mes, y me convertía en la doctora Mica, la salvadora.Nací en un pueblo pequeño, pero como dice el dicho "pueblo chico, infierno grande". Mi madre era la maestra del lugar, y mi padre el comisario. Éramos la familia ideal a los ojos de todos. Recuerdo vacaciones montando a caballo y nadando en el río juntos, siendo f
Por primera vez vi a mamá sonreír, estaba feliz. Iban a bailar, al cine, empezamos a planear juntas las próximas vacaciones. Todo marchaba tan bien que poco después, él se mudó con nosotros. Era cariñoso conmigo, me regalaba muñecas, me consolaba cuando lloraba y le contaba lo que nos hacía mi padre.En mi décimo cumpleaños, recibí un gran paquete: un maletín de doctora, el mejor regalo que me hicieron. Pensé que la vida no podría ser mejor, pero la realidad siempre muestra su verdadero rostro.Días después, una amiga de mi madre celebraba su aniversario de casada con una gran fiesta, pero Josh no se sentía bien, así que asistió sola. Él no quería que se perdiera la celebración por su culpa. Le dijo que cenaríamos algo ligero e iríamos a dormir.Esa noche fui violada por primera vez. Aún recuerdo estar acostada entre sueños cuando sentí un gran peso presionándome contra el colchón y una mano tapando mi boca. "Es hora de pagar por todos los regalos", me dijo con jadeos animales.No pod
Todavía recuerdo la primera vez que su mirada se encontró con la mía, penetrando completamente mi alma. "Annon", el hombre que me hizo confiar para luego traicionarme.Cuando los Kross me adoptaron, pusieron a mi disposición un gabinete de psicólogos y psiquiatras para ayudar a minimizar las consecuencias de lo que ellos llamaban "trauma". La palabra violación era demasiado dura para los pobres viejos. Eran de otra época.Los especialistas repetían constantemente el pasado, mientras yo anhelaba olvidarlo. No quería que lo sucedido dominara mi vida ni definiera la persona que quería ser, aunque sabía que la mancha sobre mí nunca desaparecería.La socialización fue muy difícil para mí. En mi juventud, me resistía a hacer amigos y mucho menos a salir con ellos. A menudo caminaba sola por el parque durante horas en busca de sentirme viva, pero rara vez lo lograba.En la universidad, varios hombres me invitaron a salir, pocas veces accedí desafiándome a mí misma. Aceptaba ir al cine o a ba
Elevé la mirada al cielo con lágrimas en los ojos. Él no comprendía lo difícil que era para mí. Tal vez la normalidad no estaba hecha para personas manchadas como yo. Más tarde esa noche llamó para disculparse por haberme presionado. Sonreí, pero la presión en el pecho no disminuía.Lo invité a cenar al día siguiente. Cuando llegó se lo veía raro, como si no supiera qué hacer. Sin pensarlo, lo besé una vez y otra, y no me detuve. Su jadeo de sorpresa fue reemplazado por una pasión que mantenía oculta.No sabía si lograría llegar hasta el final, pero lo anhelaba tanto demostrarle lo que sentía. Nos dirigimos a mi habitación dejando ropa por todos lados mientras reíamos como niños. Él no entendía lo crucial que se había vuelto para mí.Él se dedicó a acariciar y besar cada parte de mi cuerpo, preparándolo y preguntándome si estaba bien. Al empezar a entrar en mí, recuerdos del pasado intentaron invadir mi mente, pero no lo permití. Tomé su rostro entre mis manos y lo miré a los ojos. Él
- ¿Qué demonios te pasa? - preguntó An con fastidio mientras se servía el segundo vaso de whisky - desde que llegamos a París has estado muy nervioso. ¿Hay algo sobre la exposición que deba saber?- No te preocupes, la exposición será un éxito. Todo está listo para la apertura - respondí frotándome la sien, que empezaba a molestarme. Parecía que en los últimos días se hubiera posado un peso sobre ella- Solo estoy cansado, y tú no deberías beber tanto, o mañana tendrás resaca y migrañas.- Deja de intentar cambiar el tema. Estamos en París, en un hotel cinco estrellas frente a la Torre Eiffel, bebiendo un whisky escocés de muchos años. Dime de una vez ¿por qué no estás disfrutando de este momento? - volvió a preguntar cruzándose de brazos.- Es solo que me siento algo inquieto, no lo sé, no puedo estar tranquilo aquí cuando mi mente está en Bangkok. Siento que no debí dejar a Misha en este momento - respondí sinceramente encogiéndome de hombros- está pasando por un momento tan vulnerab