- ¿Qué demonios te pasa? - preguntó An con fastidio mientras se servía el segundo vaso de whisky - desde que llegamos a París has estado muy nervioso. ¿Hay algo sobre la exposición que deba saber?- No te preocupes, la exposición será un éxito. Todo está listo para la apertura - respondí frotándome la sien, que empezaba a molestarme. Parecía que en los últimos días se hubiera posado un peso sobre ella- Solo estoy cansado, y tú no deberías beber tanto, o mañana tendrás resaca y migrañas.- Deja de intentar cambiar el tema. Estamos en París, en un hotel cinco estrellas frente a la Torre Eiffel, bebiendo un whisky escocés de muchos años. Dime de una vez ¿por qué no estás disfrutando de este momento? - volvió a preguntar cruzándose de brazos.- Es solo que me siento algo inquieto, no lo sé, no puedo estar tranquilo aquí cuando mi mente está en Bangkok. Siento que no debí dejar a Misha en este momento - respondí sinceramente encogiéndome de hombros- está pasando por un momento tan vulnerab
"Qué testarudo", pensé. Llevaba así un tiempo. La semana antes del viaje, An estuvo insoportable. Actuó de forma inusual al ser grosero con el personal de la aerolínea al solicitar cambios en los asientos de primera clase. Además, no estaba contento con el hotel reservado, lo que me obligó a buscar uno que cumpliera con sus excentricidades. Esta vez, quería una habitación con vista al río, jacuzzi y servicio de habitaciones las 24 horas, entre otros requisitos. Ayer por la tarde, al llegar a la galería se quejó de la intensidad de las luces, del horario acordado de apertura de la exposición, y de la comida en el catering. Al regresar al hotel volvimos a discutir por las entrevistas escritas que se había comprometido a dar y ahora no quería hacerlas. La verdad es que si no lo conociera tanto, lo habría mandado al diablo. Solo me contenía el dolor que podía ver en sus ojos cuando pensaba que no lo observaba. Solo una vez había visto esta expresión en su rostro y fue cuando murió su her
- Misha, ¿qué haremos? Estamos en números rojos, y aunque recibamos dinero de las aseguradoras, no podremos mantener la productividad - dijo Mica, frotándose la sien ante una posible migraña - tenemos deudas con los proveedores, y quién sabe cuánto dinero querrán las fundaciones para no demandarnos.- Lo sé Mica, estoy esperando los informes de Houston para ver cuántas bases de productos quedaron allí - contesté cansada sintiendo la misma desesperación - ¿Sabes qué? Por hoy ya no podemos hacer nada más. Dejemos esto aquí y vayamos a comer algo. No recuerdo cuándo fue la última vez que comí algo.- Aún restan informes por leer, mails por contestar y papeles por rellenar. Hay mucho trabajo por delante - protestó señalando las cajas por desarmar y la pila de carpetas.- Las cuestiones pendientes no desaparecerán, tomémonos un tiempo ¿de acuerdo? - le dije tratando de convencerla, no me gustaba su apariencia - te veo pálida y tus ojeras son terribles. ¿No estás descansando bien?Después d
-Misha tienes una visita- dijo David asomándose por la puerta de mi oficina- se presentó como Malia Kamon.-Estoy muy ocupada, ¿podrías atenderla tú por favor? - pregunté haciendo un gesto con las manos.-Ya lo intenté, pero insiste en hablar contigo - respondió encogiéndose de hombros - dice que es urgente.-¿Cómo dijiste que se llama? - pregunté mientras él repetía el apellido- No tengo idea de quién puede ser, ¿quizás otro abogado buscando dinero detrás de las fundaciones?- No sé, no lo creo. Parece una mujer de clase alta, la ropa, el bolso, el cabello, todo en ella dice dinero - contestó pensativo. ¿Qué quieres que haga?-Ahora estoy intrigada, déjala pasar, a lo mejor son buenas noticias, las necesitamos- suspiré esperanzada aunque por dentro una sensación de malestar se acentuaba.Acomodé los objetos en el escritorio, me abroché la chaqueta sintiendo que me ponía una armadura. No sabía por qué, pero últimamente cada encuentro representaba una prueba de fuerza y resistencia.Ext
- ¿De qué está hablando? ¿Qué está diciendo? - pregunté quedándome sin aire de golpe - no le creo. Él no me haría nunca algo así.- ¿En serio lo cree? Mi hijo está comprometido desde hace años con la señorita Lawan, hija del dueño del Grupo Siriporn. Imagínese que usted no podría competir con ella jamás.-No puede ser, es mentira- murmuré.- Usted no es de aquí, no conoce nuestras costumbres. El compromiso fue acordado entre las familias con el consentimiento de ambos hace cinco años. La señorita Siriporn está en China completando un doctorado. Cuando regrese, se casarán.Mi mente era un torbellino. En segundos recordé cada instante vivido con él, las conversaciones, las cenas, los abrazos que tanto me gustaban. Esto no podía estar sucediendo.Su madre me observaba disfrutando el momento. Me había tomado con la guardia baja, por eso el golpe había dolido tanto. Pero no dejaría que viera mi dolor.- No discutiré este asunto con usted. Le pedí amablemente que se fuera hace minutos, no q
Desperté cansado después de una noche difícil. La discusión con An me había dejado agotado, pero la tristeza que sentía era aún peor. Me parecía que, consumido por la amargura, él intentaba alejarme, hiriéndome con cosas que él conocía mejor que nadie.El compromiso era real. Fue una idea loca de mi madre para que me asentara y tuviera hijos. Nunca pensé que me enamoraría ni que ella buscaría herederas.Semanas después de esa conversación, me citó para informarme que había encontrado a la candidata ideal. Heredera de un imperio dedicado a la compra y venta de hoteles, según ella era perfecta para mi. Me pidió que la conociera. Solo asentí intentando distraerla con otros temas, pero no lo logré.Me tendió una trampa en una cena organizada por la familia Siriporn. Solo al llegar me di cuenta de que estaba en apuros. Se apresuró en presentarme a la "candidata perfecta" Lawan, luego nos dejó a solas para que pudiéramos hablar. Y así lo hicimos. Le dejé en claro que no quería casarme ni co
-¡Dios! ¿Qué diablos acabas de decir? - pregunté, agarrándolo fuertemente de la camisa.Mis brazos temblaban de ira mientras ésta recorría mi cuerpo tensionándolo. Anhelaba golpear a An por lo que había hecho. Conocía a mi madre, sabía cómo era. Ella no dejaría pasar una noticia como esa. Tendría que hablar con ella pronto.-Lo lamento, Khal. Estaba ebrio y ya sabes que hago tonterías... - respondió balbuceando sin sentido - lo siento.- ¿Sabes qué? Estoy agotado, malditamente cansado - dije finalmente explotando con todo lo que llevaba guardado - cansado de tu mal humor, harto de soportar tus disparatados desplantes- Escuchame bien, este será nuestro último viaje juntos, necesito un tiempo, un descanso.- ¿Qué dices Khalam? - preguntó, tomándome de la camisa ahora - no puedes hacer eso, no…Noté cómo sus pupilas comenzaban a dilatarse, al mismo tiempo que inhalaba grandes bocanadas de aire. Su piel sudaba y supe que estaba a punto de sufrir un ataque de ansiedad. Había elegido el peo
Al tercer timbre, ella contestó.- Khalam, veo que finalmente recuerdas que tienes madre - dijo con su característica soberbia. Aunque hubo una época en la que era diferente. Amorosa, tierna, una madre cariñosa. Lamentablemente, el resentimiento hacia mi padre había alterado muchas cosas en ella.- Madre, ¿cómo estás? Espero que estés bien de salud - respondí sin dejarme afectar por sus comentarios - Cuando regrese, ¿te gustaría que almorzáramos juntos?-No lo sé, debo hacerme un control médico por unas molestias que estoy sintiendo en el pecho últimamente - empezó a decir como siempre que hablábamos, siempre había algún dolor que necesitara estudios, alguna enfermedad inminente que luego se desvanecía mágicamente - el médico dijo que probablemente no sea importante, pero ¿Quién sabe? A mi edad todo es tan peligroso. -Espero que todo salga bien, madre - respondí con tranquilidad- espero que me mantengas informado de lo que dicen los doctores.- Claro hijo, aprovecho para informarte q