Durante el transcurso del camino Clarisse no dijo nada, de hecho, se sentía bastante incomoda con la situación en la que estaba. No sabía como comportarse y lo peor es que los recuerdos comenzaban a llegar a la superficie de su mente junto con una terrible jaqueca por la resaca.Sentía que iba a vomitar cada vez que el auto daba la vuelta en alguna esquina. Pero más que nada estaba avergonzada con Soren por lo que pasó la noche anterior, ¿qué era? ¿una adolescente?—¿Te encuentras bien? —quiso saber su acompañante y ella temió responderle—. Clarisse, te ves un poco mal. Tal vez debería ir a tu casa y no a trabajar.Ella no dijo nada al principio. Sólo volteó un poco su mirada hacia él para ver que él no apartaba los ojos del camino.«¿Cómo sabe que no me siento bien? ¿Tan mal me veo?», se preguntó en sus pensamientos.—Tengo que asistir, tengo una reunión importante con todo el equipo —aseguró.—No me parece que debas ir.A Clarisse le pareció que en su voz había un ligero toque de pr
Clarisse se apresuró a su zona en donde Lorna estaba caminando de un lado al otro y cuando la vio llegar sintió que era gracias a un acto divino.—¿Por qué tardaste tanto? —preguntó la pelirroja.—Perdón. Las calles son un desastre con la niebla —dijo rápidamente.Tomó una mochila que solía guardar en su escritorio y juntas se dirigieron al baño.—Galen los está distrayendo, así que apresúrate —empezó a guardar las prendas que su amiga le entregaba cuando le surgió una duda—. ¿con quién te fuiste anoche?—¿De qué hablas? Me fui sola.—No. Te vi beber de más y luego Soren se te acercó. Parecía que estaban discutiendo sobre él cuando de pronto los dos desaparecieron de la fiesta —musitó Lorna muy segura de sus palabras, no había manera de hacerla creer lo contrario—. ¿Estabas con él?—¡Soy un desastre, Lorna! —chilló la pelinegra al ponerse una blusa naranja—. Sí, discutimos un poco porque me molestó que me tratara como una completa desconocida y luego me fui, pero me alcanzó y se ofrec
Ya había transcurrido más de una semana desde el encuentro entre Clarisse y Soren. Y por mucho que dijo querer dejar eso en el olvido, Lorna se encargaba de hacer relucir el tema cada vez que podía. Aunque la verdad es que no era algo tan fácil de olvidar.Ahora que recordaba esa noche detalladamente no había forma de dejar de pensar en el hombre de ojos ocres. No es que estuviera obsesionada, pero simplemente dejó una huella en su mente que no lograba borrar.Cómo si de alguna manera sobrenatural se hubiera metido en su cabeza.Lorna preguntó si Soren le llamó luego o si quiera le envió un mensaje, Clarisse aseguró que no había recibido señal alguna y esperaba que así se mantuviera.Sólo fue una noche de sexo, no era para tanto.O eso era lo que la pelinegra se repetía cada vez que se quedaba viendo el teléfono que él le regaló.No quería admitir que una parte de ella tenía una minúscula esperanza de que la pantalla se iluminara con el nombre del caballero de brillante armadura.¿Por
El lugar tenía un buen ambiente, la música estaba alta y las personas bailaban al ritmo de ésta. Ambos se movieron entre la multitud hasta lograr llega a la mesa en la que se encontraba la pelirroja esperando por ellos.—¡Al fin llegaron! —expresó la chica y le dio un abrazo a su amiga—. Casi inicio una pelea con los tipos que querían el lugar.—Creo que no deberíamos seguir siendo amigos. Me inculcaron no juntarme con personas problemáticas como tú, Lorna —dijo Galen frunciendo el ceño.—Bien, tú te lo pierdes. Adiós, que te vaya bien con tu triste vida sin mí —musitó la pelirroja haciendo señas con la mano de que se fuera.—Espera, antes debo decirte algo —intervino Clarisse al sujetar la mano de su amiga—. Galen besó a Tessa.—¡NO! —gritó impactada por la noticia.—¡Fue en la mejilla! ¡Fue en la mejilla! —soltó el rubio rápidamente antes de que su amiga sacara todo de contexto.—Ya sabes lo que dicen: De la mejilla a los labios no hay mucho espacio.—¡Nadie dice eso! —se quejó el o
Entre besos, gemidos y caricias llegaron a la habitación. Todo el control al que se estaban aferrando fue tirado por la borda hace mucho y ahora sólo querían disfrutar.Las manos de Soren se inmiscuyeron debajo de la ropa de ella y Clarisse soltó un gemido cuando él besó su cuello. Bajó mientras dejaba un camino de besos hasta su hombro y Clarisse enredó sus dedos en su oscuro cabello.El tacto de Soren se sentía exquisito mientras sus manos se paseaban por su cuerpo. De un salto lo rodeó con las piernas y él la sostuvo del trasero. Apretó sus glúteos con y sintió molestia por la importuna presencia de los jeans.La ropa comenzó a desaparecer y en un momento ya se encontraban completamente desnudos en la cama.Soren descendió por su cuerpo repartiendo besos por todo este, mientras que sus manos se movieron para hacer que ella abriera las piernas.Esos ojos ocres brillaban con un deseo y hambre feroz, y todo era por ella. La ansiaba, su mera presencia suprimía al resto y su sabor era u
Esa mañana algo era diferente, no sólo se trataba de la comodidad de la cama y sus sábanas, había algo más. Pero sorprendentemente ese algo no le parecía extraño o molesto, todo lo contrario, era bastante agradable. Sintió un leve cosquilleó en la nariz que lo hizo sonreír en sueños y sólo se acercó más a aquella fuente de calor que tenía entre sus brazos. Soren no se preocupó, estaba disfrutando de aquel buen inicio de día. Mientras que Clarisse despertó sintiéndose verdaderamente bien, el tacto frío sobre su cuerpo era algo nuevo, pero no le incomodó. Sintió una respiración mansa acariciar su cabello, eso tampoco le pareció algo malo, de hecho, le gustó. Con suavidad se dio la vuelta para ver aquel rostro que en ese momento expresaba mucha paz. Sus facciones relajadas, sus largas pestañas oscuras de las que tuvo envidia, esos labios carnosos y su piel tersa. Rasgos que anteriormente no había notado meticulosamente, ahora estaban a unos cuantos centímetros de ella y le parecieron
—Tengo una duda —pronunció Clarisse luego de haber terminado de desayunar. —Adelante, formula tu pregunta. —¿Cómo sabías donde estaba? Sé que viste las publicaciones que Lorna hizo desde mi teléfono, pero es extraño que aparecieras tiempo después ahí —dijo con los ojos entornados—. ¿Estabas siguiéndome? Por favor, no me digas que tienes intervenido el teléfono que me diste. —¿Tan malo sería si así fuera? —inquirió Soren. —No sólo sería malo, sería super extraño y aterrador —especificó la ojiazul y soltó una risilla. En parte bromeaba, pero había algo de verdad en lo que decía—. Te denunciaría por acoso. —Clarisse, te aseguro que ese dispositivo no ha sido alterado de ninguna manera y ciertamente no soy un acosador —decretó son seguridad. —¿Cómo sé que dices la verdad? —Porque yo no miento —aseguró con sus ojos ocres en ella. Esa era una frase que muchas personas ha dicho alguna vez en sus vidas y hasta ese momento no han sido más que palabras. No obstante, la intensidad con la
Hace un rato que Soren había vuelto y decidió darse un baño, ella por otra parte ahora vestía con un atuendo deportivo de él que le quedaba sumamente grande.Estando descalza salió de la recamara que le pertenecía a Soren, quería conocer la casa en la que había pasado dos noches. El lugar verdaderamente era hermoso, su decoración minimalista, los colores y la estructura, todo era precioso.La casa era de tres pisos con dos salas de estar, muchas habitaciones y baños que le hicieron sentir pena por quienes tuvieran que limpiar. Sin embargo, se percató de que el lugar se encontraba inmaculado. Todo parecía estar en el lugar que le correspondía para formar una simetría perfecta.Bajó las escaleras de madera y llegó al salón principal que se encontraba vacío. Caminó por uno de los corredores y terminó llegando a una bella biblioteca con repisas incrustadas en la pared y algunos muebles.Así se la pasó dando vueltas por toda la casa sin percatarse de la presencia de una mujer que llevaba r