No era el mejor lugar para tener aquella conversación y tampoco es que hubiera mucho que hablar, pero eso no significaba que la condesa estaba dispuesta a dar por terminada esa charla.—¡¿Y está si es la vida que deseas?! ¡¿Junto a esta…?! —miró con tanto asco y odio a Clarisse que habría sido mucho menos dolorosa una puñalada en un ojo. Todos estaban observando, atentos a lo que estaba ocurriendo, era imposible de creerlo—. Mírate, Brion. ¿Te parece que tiene sentido que estés con alguien de su nivel?—Arlette, para ya. Estás humillándote a ti misma.—¡¿Yo me estoy humillando?! Eso es un gran descaro considerando que te atreviste a romper nuestro compromiso y no te bastó con eso, decidiste aparecer con esta mujerzuela que ha de llevar dentro un bastardo de…No logró terminar de hablar, Clarisse ya no pudo contenerse más y reaccionó con una fuerte bofetada que dejó impactados a todos. La condesa se sostuvo el rostro, sintiendo el ardor en la mejilla derecha y todo lo que podía sentir
Oliver se apresuró a llegar hasta donde Daliah, que se encontraba hablando con un grupo de personas sobre lo que acababan de presenciar. Muchos tenían dudas al respecto, pero más que nada querían saber qué rayos significaba esa división familiar para el reino entero y sus ciudadanos, otros no estaban nada felices con lo que parecían una declaración de guerra contra la princesa. Existían tantos puntos de vista que era tremendamente abrumador.—Disculpen, necesito hablar con mi prometida.Los invitados lo miraron angustiados.—Oh, señor Clermont, lamento mucho que tenga que estar pasando por una situación cómo está. De seguro sus padres han de estar tan impactados cómo nosotros e incluso muy molestos —dijo una mujer regordeta con un vestido que parecía hecho de plumas—. Estoy segura de que usted y la princesa Daliah han de estar muy decepcionados.El rubio le dio una mirada a su pareja.—Oh, señora Melvin, esto ha sido verdaderamente inesperado. Pero la familia real está haciendo lo pos
El aire frío golpeando su rostro e invadiendo sus pulmones era justo lo que necesitaba para calmar todas esas emociones molestas que tuvo recientemente, era lo poco que podría escapar considerando que del otro lado de la puerta de la azotea estaba Elián con cuatro sujetos más.—Clarisse, ¿estás bien? —le preguntó Jeremy al entrar.Su amiga rezongó y agitó el cabello en el aire.—No, no lo estoy. Estoy muy molesta y quiero golpear a alguien.—Entonces no es el mejor momento para hablar, ¿verdad? —la chica le lanzó una mirada feroz—. De acuerdo, todo esto ha sido peor de lo que imaginábamos, ¿qué necesitas que haga?—Sácame de esta fiesta y podré ser feliz.—Eso no sería posible y lo sabes muy bien considerando todo el alboroto y también con la gran seguridad que Brion dispuso para ti. Así que por el momento puedo ayudarte con hablando y siendo un apoyo para que te puedas desahogar —hizo una pausa, esperando que ella diera el primer paso, pero no fue así—. Ya hemos hablado de esto, Clar
Clarisse lo observó, su corazón dividido entre la incredulidad y un deseo desesperado de creerle, así como también de correr a abrazarlo y hundirse entre sus fuertes brazos o darle una tremenda bofetada. Brion le generaba tantas emociones que chocaban unas contra otras, volviendo un lio enorme su mente y cuando creía que todo comenzaba a aclararse, pasaban cosas como estas.El príncipe heredero notó la vacilación en los ojos de su exnovia, y él se sintió inquieto porque a fin de cuentas ella tenía razón en estar enojada con él y con el resto de personas que estaban ahí, también tenía derecho a estar decepcionada porque, aunque él le advirtió que sería difícil, prometió no dejarla sola. Sin embargo, sentía que le había fallado enormemente al no defenderla cómo era debido. Sí, se enfrentó a su familia delante de cientos de personas, dejando en claro la división que había y reveló que sería padre, pero ella igualmente fue herida.Lo que importaba era protegerla y no consiguió hacerlo.Er
En aquella mañana de otoño, familiares y amigos se encontraban reunidos en una iglesia que había sido decorada con flores y listones de color celeste y plata.Los invitados ya estaban en sus asientos, mientras que Jax, el novio, frotaba sus manos con nerviosismo sobre sus pantalones y sus acompañantes estaban allí junto a él, sonrientes y orgullosos por el gran paso que daría.La marcha nupcial captó la atención de todos los presentes que de inmediato se pusieron en pie y miraron hacia las puertas que, al abrirse, mostraron un panorama muy diferente al esperado.Clarisse, quien debía lucir como una hermosa princesa vestida de blanco, entró portando un vestido de coctel ceñido al cuerpo de color rojo escarlata, dejando a todos confundidos.Su cabello azabache estaba recogido elaboradamente en un peinado y sus ojos azules resaltaban con el delineado. En una de sus manos llevaba un portatrajes y en la otra una pequeña caja de terciopelo.Los miembros de la orquesta dejaron de tocar, así
El viento soplaba con fuerza a través de la ciudad elevando el aroma de las flores que estaban en los mostradores de las tiendas y eso despertaba el buen ánimo de Clarisse. Su piel blanca estaba cubierta por un abrigo azul que hacía juego con sus ojos del mismo tono y su cabello azabache caía libremente por su espalda.Miró su reloj para ver que tenía tiempo de sobra para llegar, siempre puntual para cualquier cosa y seguramente tendría que esperar por ellos.Principalmente por Lorna, esa pelirroja era un desastre andante desde el momento en el que nació y no había una persona que no lo supiera. Era prácticamente imposible que ella llegase a la hora acordada a algún lugar, fuera importante o no.Por otro lado, estaba Galen que con su pequeño hijo Pat era imposible que se retrasara. El niño era demasiado entusiasta, por lo que cuando sabía que su padre lo llevaría de paseo con sus amigas, era capaz de no dejarlo dormir en toda la noche.Era digno hijo de su padre, aunque a veces parecí
El auto se detuvo justo en frente al edificio y un hombre de veintiocho años con el cabello negro, piel blanca y los ojos de un peculiar tono ocre bajó del vehículo. Vestía con un atuendo casual conformado por un pantalón caqui, un suéter negro de cuello de tortuga, unos botines casuales y un bléiser negro.En opinión de otros era alguien muy apuesto y de aspecto elegante. Un hombre alto y por su contextura atlética evidentemente se ejercitaba contantemente.El valet recibió las llaves y de inmediato el vigilante abrió la puerta para él con un saludo. Cuando la recepcionista lo vio llegar se puso de pie de inmediato para recibirlo cordialmente y él sólo continuó su camino directo al ascensor para ir al piso doce.En el momento que las puertas se abrieron caminó agraciadamente a través de varios cubículos en los que los empleados estaban ocupados con sus trabajos.Algunos lo reconocieron y de inmediato desviaron la mirada.Por su expresión dura y la escasa interacción que tenía con los
En esa mañana Clarisse despertó temprano y debido a que el día anterior había organizado el departamento, decidió ir a hacer las compras y también aprovecharía para desayunar en la calle.No quiso arreglarse demasiado, sólo se vistió con unos jeans blancos, una blusa de tirantes y encima un suéter color menta que le quedaba bastante holgado. Se recogió el cabello en un moño flojo se colocó sus zapatillas blancas para luego salir de su hogar.Una vez afuera tomó un taxi que la llevó cerca del centro de la ciudad mientras escuchaba música a todo volumen con sus audífonos. Respondió algunos mensajes de su padre, quien se quejaba de que su madre no le dejaba de reclamar por no haber podado el césped.Cuando el conductor le indicó que habían llegado ella le pagó y antes de bajar le agradeció. Entró a la cafetería, la cual no se encontraba tan concurrida a esa hora y se acercó a la barra para realizar su pedido.Mientras esperaba que se lo entregaran revisó sus redes sociales sólo para enco