―Vaya…―¿Qué?―No es nada, sólo que hace mucho no entraba a tu habitación ―comentó su prima con algo de gracia―. Es una tontería, pero acabo de notar que sólo hace unos meses en verdad comenzamos a interactuar cómo si fuésemos cercanas y no sólo cómo gente que aparenta serlo.Daliah rio por lo bajo y asintió de acuerdo con lo que dijo.―Tienes razón. Pero en un nuestra defensa nos criaron para ver todo cómo si fuese un negocio y las personas a nuestro alrededor fueran socios.―Sí, nunca hemos sido una familia verdadera ―dijo Annabeth con clara tristeza. Caminó hasta una repisa en donde había una foto de todos juntos―. Es una pena que la mayoría de los recuerdos que compartimos hayan sido de eventos de etiqueta, sociales o por otras responsabilidades. Ni siquiera a la hora de comer nos comportábamos cómo una familia porque siempre había alguien tirado en el piso o colgando del techo.―Oh, ¿recuerdas aquella celebración del Día de Pascua. Había un hombre colgando de cabeza en el marco d
―¿Proteger a Gideon y a Zola? ―repitió, extrañada―. No entiendo, ¿qué quieres decir con eso?Daliah suspiró y dejó caer su cabeza hacia atrás, se sentía cansada mentalmente. Su único escape para esas ocasiones era visualizarse en una playa disfrutando de un helado y la fresca brisa marina, con eso le bastaba para estar cómoda.―Supongo que estás al tanto de los planes que tiene Verona con sus nietos.―Apresurar su entrenamiento, pero eso no tiene nada de lógica. Ambos son unos bebés todavía, sería cómo darle una granada a una persona cuadripléjica.―Exactamente. A nosotros nos comenzaron a entrenar desde los diez años, pero desde los cinco ya tenían todos nuestros reportes médicos, de esa manera conocían donde golpear y que tan fuerte ―todavía en la misma posición sólo ladeó un poco la cabeza para para ver a su prima con tristeza―. Es probable que comiencen sus lecciones cuando todos nosotros estemos muertos o por lo menos cuando se hayan desecho de sus padres.―Por eso quieren matar
Aquella noche era tranquila, el toque delicado de la primavera que se acercaba estaba en todas partes, el viento, el canto de los grillos y las luciérnagas que danzaban al volar. La claridad en el cielo mostraba un mundo lleno de estrellas y la luna reinando entre ellas con su espléndida belleza.Desde la cocina emanaba un exquisito aroma, una mezcla de diversos platillos que habían sido preparados con tal cuidado y destreza que el simple aroma despertaba el apetito de quien fuera. Era un hecho que nadie podía negarse a la comida de Liza, las habilidades culinarias que tenía le podrían brindar un excelente trabajo en el mejor restaurante, en cambio, otorgaba su servicio a su alteza real.Claro que no era algo que le molestara, para ella era un honor cuidar y servir al príncipe y futuro rey de Velghary. Tanto ella cómo Peter juraron lealtad a Brion luego de la muerte del príncipe Cedric y Lady Geraldine, quienes les dieron un hogar y una vida segura a ambos. Les debían mucho a sus amos
Era curiosa la manera en que la mansión se encontraba en cierta paz, todo por la falta de comentarios pasivo-agresivos y Brion no podía dejar pasar ese asunto como si nada. Al principio dejaría que se le pasara su rabieta, luego pasó el rescate de la familia de Clarisse, por lo que ya casi habían pasado tres días y en todo ese tiempo no lo ha visto por la mansión.Macon algunas veces podría ser intenso y otras el menos interesado en algún tema, especialmente los familiares, pero seguían estado del mismo lado. Además, sería bueno que se comporte adecuadamente y cómo todo los demás se prepara para recibir a los O’Nelly.―Macon, ¿puedo pasar? ―llamó a la puerta y esperó uno de esos nuevos insultos que ahora tanto le gustaban a su primo, pero en vez de eso sólo hubo silencio―. No puedes estar encerrado en tu recamara indefinidamente. En algún punto se te acabara la comida que hurtaste de la cocina y tendrás que salir. Te puedo recomendar salir y hablar cómo dos personas civilizadas, ¿qué
―Ocúpate de todo, Otto. Sabes cómo resolverlo y más te vale que no cometas errores.―Me haré cargo inmediatamente, su alteza. Puede confiar en mí para hacerse cargo ―respondió el sirviente de Verona―. ¿Algo en especial que desee agregar?―¿Sobre la muerte de Serena? Para nada, simplemente hazlo rápido y hazlo bien. Si cometes algún error, creo que entiendes cómo terminará esto para ti, ¿no?El mayordomo no necesitaba estar ante ella para sentir esa aura maligna asfixiarlo, el control que la familia real tenía sobre cada uno de sus empleados era tan abrumador que parecía irreal.―Cómo usted desee, mi señora.Verona colgó y fue directo a su recamara, necesitaba ocuparse de otras cosas. Que su hija mayor muriese no era algo que realmente le interesara, igual podría sustituirla con sus nuevos hijos, claro, una vez se deshaga de Ottis esos dos niños serían totalmente suyos.Revisó su joyería en su vestidor cuando de repente se sintió observada. Actuó con naturalidad y de manera sutil miró
El tablero que una vez estuvo medianamente equilibrado por medio de los constantes movimientos certeros de ambos bandos, ahora se había inclinado terriblemente. Sin embargo, es que cada parte del conflicto creía que se inclinó a su favor, dándoles la oportunidad de ganar y la lamentable realidad es que sí era cierto. Uno de ellos tenía la mayor ventaja sobre el otro.Macon se convenció de que era lo mejor para todos, una vez confió en que Brion podría darle la paz que su familia necesitaba desde hace mucho, pero con ese bebé, definitivamente había una muerte segura. No iba a entregar su vida por una mujerzuela o su cría de sangre sucia, ni siquiera era seguro que fuese su hijo, más razones para no confiar en él.Estaba claro que su primo no estaba pensando con claridad, que sería capaz de lo que fuera para proteger a esa criatura y a su madre. Aún seguía sin creer que Brion fuese capaz de poner a esa mujer en el mismo nivel de prioridad que a su familia. Después de todo ellos eran los
―Brion… ―todos voltearon a ver a Jax que de inmediato le pareció haber interrumpido su charla. Las miradas furiosas de los padres de su exprometida cayeron sobre él―. Oh…, yo lamento molestar, sólo necesito hablar con Brion un momento.―¿Por qué no te unes a nosotros, Jax? ―le ofreció Clarisse, amablemente y con una sonrisa.―¡¿Qué?! ―soltaron sus padres.―¿Por qué quieres hacer eso? ¿Perdiste la memoria o qué, jovencita? ―le murmuró Rose, aunque no le importaba realmente si ese hombre la escuchaba.―¿Él qué hace aquí? ―preguntó hermano menor, bastante enojado―. Sicario, échalo fuera. Este tipo fue muy malo con mi hermana, no debería estar cerca de ella después de hacerla llorar tanto.Jax no era capaz de sostenerla la mirada a ninguno, se sentía tan avergonzado de sus decisiones y tan arrepentido por haber lastimado de esa manera a alguien cómo Clarisse. No existía forma de que él en algún punto de la historia humana pudiera dejar de cargar con esa culpa, a pesar de que Clarisse ya l
Brion volvió a la sala de estar para continuar siendo el anfitrión de aquella reunión familiar. Posiblemente no haya sido bajo las mejores razones, sin embargo, ver que Clarisse tenía una sonrisa genuina en el rostro mientras estaba con su familia, bueno, era especial. Verlo compartir de esa manera le hacía recordar cuando él tenía una familia.Glen y Rose estaban muy preocupados por su hija, y sabía bien que era su culpa, porque si nunca se hubieran conocido entonces ella podría estar a salvo. Clarisse no tenía que terminar involucrada de esa manera, por eso había estado soltero todo ese tiempo, no quería dejar que nadie entrara por miedo a que…No quería que algo malo le pasara a ella o al bebé.A ninguno de los que estaban con él.No obstante, él ya no podía hacer nada para corregir el curso de las cosas, lo único que estaba en su control era qué tan expuestos podría estar las personas que le importaban. Sus primos, su hermana, sus amigos, su bebé, Clarisse y su familia… Cada uno e