La bruma que lo cubría era demasiado pesada y gruesa, su cuerpo entero deseaba seguir allí sumido, sin embargo, él insistió en surgir. Se abrió paso a través de esa sensación de pesadumbre cómo le fue posible, hasta que finalmente pudo ver una luz destellando en lo alto.No recordaba nada, pero no podía seguir en ese estado. Necesitaba salir de esa oscuridad que ansiaba mantenerlo en el fondo. Costaba, pero seguía empujando su consciencia hasta esa luz que pulsaba sobre él cómo una estrella lejana. Escuchó algo también, era constante, agudo y seguía el ritmo de los latidos de aquella luz.«¿Qué es eso y porque me resulta tan molesto?», se preguntó.Siguió subiendo.Estaba cada vez más cerca.Más sensaciones despertaron en su cuerpo.Sintió la garganta seca, cómo si no hubiera bebido ni una gota de agua en semanas. Un cosquilleo lo recorrió desde la punta de los dedos en los píes hasta la frente, erizándole la piel por completo.La oscuridad se pegó a él, quería mantenerlo en ese lugar
Por alguna razón esa mañana Clarisse no se sentía en las mejores condiciones, sin embargo, estaba acreditándole su malestar a los síntomas del embarazo. Y por supuesto, estaba el hecho de que no tuvo otra opción más que ir ella misma a entregar un informe hasta las oficinas de su actual cliente.Espera realmente no tener que ir ella, pero no tuvo otra opción. Galen y Pat estaba resfriados, por lo que Lorna estaba realmente ocupada cuidando de ese par. Y Tessa se estaba ocupando de un seminario para el personal general de la empresa, lo cual explica porqué razón nadie más pudo encargarse de esa labor.A pesar de eso, ella estaba feliz de poder salir del apartamento. Habían estado encerrados en casa, trabajando virtualmente y ni siquiera quisieron llevar a Pat a la escuela. Ninguno quería arriesgarse ahora que la familia real tenía un ojo sobre ellos, ahora que los querían por alguna estúpida razón.Básicamente ellos se podrían convertir en un puto daño colateral sólo poque pelean por l
El recibidor era esplendido y la verdad no lo había notado la última vez que estuvo ahí. Debía admitir que ciertamente Brion tenía un gusto impecable para la decoración, o posiblemente eligió a un bueno diseñador de interiores, cómo sea, era de revista.No tenía idea de cómo terminó en ese sitio. No planeó por ninguna razón estar ahí, pero cuando lo notó ya estaba entrando en el lugar.Sin embargo, ya estaba ahí.Camino en silencio, no quería llamar la atención de ninguna persona y, en especial, menos del cuerpo de seguridad. Desafortunadamente no logró su cometido porque algunas enfermeras estaban viéndola de una forma muy rara.¿Se veía tan sospechosa?Es por ello que se acercó hacia la recepción.―Hola, lamento las molestias. Quisiera una consulta general ―pidió con una sonrisa amable.―Bienvenida, por supuesto. Permítame sus datos, por favor ―le entregó la identificación y luego de unos segundos le entregó una planilla―. Coloque su información, luego me la entrega y tendrá que esp
―Alteza, la princesa Carmina ha solicitado su presencia inmediata en su despacho ―avisó Madeline desde la puerta.La chica de ojos color miel alzó la vista desde su laptop y la cerró.―¿Ha dicho el motivo de su llamado?―No, señorita.―Que extraño… No recuerdo que tengamos programada alguna reunión para hoy y muy agenda está libre, así que no puede ser que haya olvidado algo importante… ―lo meditó por un momento y luego se puso de pie―. Dile que he salido. Necesito ir a ver cómo está Brion.―Me temo que eso no será posible, alteza.―¿Y por qué no?―La princesa dio la orden de que no la dejaran salir del castillo.―¡¿Qué?! ¡¿Por qué ha hecho eso?!―Desconozco sus razones ―Daliah se movió de un lado a otro, pesando en qué motivo tendría Carmina para hacer eso. Por su parte, Madeline tenía sus sospechas y quería exponerlas, pero no estaba tan segura, no quería problemas, pero algo la motivo a abrir la boca―. Pero si me lo pregunta, princesa Daliah. Me parece que usted no ha sido discreta
Carmina lucía confiada, de hecho, se regodeaba con aquella victoria, mientras que Daliah simplemente estaba en pánico dentro de su cabeza. Su cerebro le demandaba huir y preservar su vida antes de que fuese demasiado tarde. Se sentía cómo una maldita rata acorralada en una pequeña trampa.Retrocedió sutilmente, no quería precipitarse y causar que Carmina considere su respuesta física cómo un acto inapropiado. Sujeto el arma debajo de su abrigo capa y mantuvo sus ojos fijos en cada movimiento que realizaba su tía. Apenas podría escuchar con los fuertes latidos de su corazón, necesitaba mantener el control o quedaría expuesta ante ella.―¿Soren Oversax? No reconozco ese nombre…―¿Y por qué tendrías que reconocerlo? ―soltó una risilla cómo una campanilla y agitó el cabello en el aire―. No hay manera de que supieras que tu hermano estuvo escondiéndose en esa ciudad los últimos años, ¿quién podría imaginarlo?―Seattle está fuera de nuestro alcance político. Si lo piensas bien, fue bastante
Carmina observó a su sobrina salir de su despacho y cuando estuvo completamente sola sus labios se alzaron en una retorcida sonrisa. Ese maldito juego era mucho más divertido de lo que se le pudo haber ocurrido, ¿quién lo hubiera dicho? De saber que disfrutaría tanto el meterse en la mente de Daliah para usarla cómo un títere, lo habría hecho desde mucho antes.Tomó asiento nuevamente detrás de su escritorio. La puerta se volvió a abrir, pero esta vez era Otto el que ingresó.―Déjenla ir, pero que no se escapa de su vista.―Cómo ordene, mi princesa ―aceptó, reverenciándola. Se dio la vuelta para salir, pero Carmina habló regresó a su posición inicial.―Mi esposo, ¿cómo se encuentra esta mañana?―Pronto podrá mostrarse ante el pueblo.―¿Y mi hermana? ¿Dónde está Verona?―La princesa Verona se encuentra en la biblioteca junto con los Garra Violeta.―Ash, ¿sigue con esa idea? Le dije que no era buena idea enfocarse en ese estúpido plan ahora que tenemos información útil ―respiró profundo
Jax no estaba para nada convencido con la respuesta de su exprometida. Él tal vez ya no formaba parte de su vida de la misma manera de antes, ella cambió muchas cosas, pero en esencia continuaba siendo la misma mujer de intensos sentimientos. Y ahora mismo debía tener un huracán dentro de su cabeza, impidiéndole pensar con claridad.―Sabes que lo que hiciste estuvo mal ―no quería hacerla sentir mal, pero debía poner límites―. No puedes volver a hacerlo. Fue un enorme riesgo el que corriste hoy, alguien pudo verte o peor aún, te pudieron llevar.―Eso ya lo sé, Jax. Pero sólo quería ver por mis propios ojos sí estaba bien. Lo que me dijo Jeremy no me convenció.―¿Y qué te dijo?―Dijo que algo paso, pero que estaba mejor ya.―¿Y por qué no te quedaste con esa respuesta y ya?―¡Porque no era lo que quería! ―chilló―. Sentí que necesitaba ir, que tendía que verlo. No lo entiendes y para serte sincera, yo tampoco. Cuando me di cuenta ya estaba entrando en la clínica y simplemente terminé dej
Cuando despertó ya eran las diez de la noche y estaba completamente solo en la habitación. El dolor menguaba con cada día, las heridas estaban cerraban cómo era debido y sin complicación alguna, lo cuál indicaba que pronto podría irse. Sin embargo, él no podía esperar más en esa camilla. Existía un asunto allá afuera que debía ser tratado inmediatamente con total atención de su parte.Apartó las sábanas y se arrancó el catéter antes de salir de la cama, en primera instancia sintió lo extraño que era ponerse de pie al estar recién despierto, pero lo ignoró y siguió. Tomó ropa del closet que había ahí, no sabía que la trajo, pero le agradecía a esa persona que le llevase ropa poco llamativa.Se vistió tan rápido cómo le fue posible, buscó su teléfono, pero no lo encontró y decidió irse así. No obstante, cuando fue a sujetar el picaporte alguien abrió la puerta desde el otro lado.―Brion, ¿qué haces levantado y a donde vas? ―preguntó su tía Seniah―. Vuelve a la cama, no puedes andar por