La situación era extremadamente complicada y el príncipe heredero no deseaba extenderse demasiado. Sabía perfectamente que Malik estaba comprándole tiempo allá afuera, así que iba a contra reloj y que en cualquier momento tocarían a la puerta. Y si venían los Velghary, no habría manera de hacer que ignoren la presencia del grupo de chicos que en ese momento le gritaban.Tenía el derecho de hacerlo.Ellos tenían todo el derecho de estar enojados por lo que les hico, por cómo los trató, o peor aún, por lo que nunca hizo. Y no existía una manera de pedir perdón porque sabía que no lo merecía y no merecía a personas cómo ellos en su vida.Y no merecía a Clarisse.Sin embargo, ella ya no peleaba, no gritaba y ni siquiera lo miraba.Sin duda consiguió que la mujer que más amaba en el mundo lo odiara y todo porque consideró que la mejor opción sería permanecer oculto. Y ni siquiera era necesario porque su abuela, la reina, estuvo al tanto de su ubicación todo el tiempo, una información que s
―¿Estás bien? ―Malik lo miró con preocupación cuando se detuvo a su lado―. No luces muy bien.El príncipe respiró profundo y soltó una larga bocanada de aire para oxigenar su cuerpo al igual que su mente.―Lo estoy, sólo… Era importante hablar con ellos.―Si quieres podemos encontrar una manera de sacarte del planetario. Ellos no podrían evitarlo si se presenta una situación ante el público.―No, no… Puedo manejarlo ―aseguró.El asistente no estaba para nada convencido con lo que su jefe le decía, sin embargo, terminó aceptando porque el tiempo estaba a nada de terminárseles. Antes de seguir miró hacia atrás en donde aquella mujer seguía de pie y se preguntó quién era, pues hasta la fecha Brion no había querido contarle nada sobre su vida en Seattle.―Su alteza real se encuentra en camino por el pasillo principal. Prepárense para la intersección ―organizó al equipo vía radio mientras iban al salón.―Equipo listo para la intersección ―contestó Rubén.Trabajar para la realeza tenía dema
Matrimonio.Esa palabra seguía repitiéndose constantemente en su cabeza y había llegado al punto de que le dio una terrible migraña. Nada de lo que tomaba le servía para aminorar el dolor que tenía desde hace tres días y eso le impedía poder enfocarse en cualquier cosa, mientras que esa noche sólo seguía repitiéndose en su mente cómo la peor película de terror jamás creada.Tal vez en algún punto de su vida antes de gozar de la libertar y rehacer su mente.Pero sólo estaba harto.Todos esos planes, las agendas ocultas y los tratos sucios para hundir a sus parientes lo tenían agotado mental y físicamente, pero ya no podía parar. Si se atrevía a dar marcha a tras estando tan cerca de pasar a la siguiente fase, todo se arruinaría. Su esfuerzo y el de todas las personas a las que ha guidos todos esos años no valdría nada. El riesgo que corrían todos no valía la pena si él dejaba de pelear por sobrevivir.―¿Brion? ―la llamada de su amigo lo extrajo del océano mental en el que estaba nadand
―¿Nerviosa? ―preguntó Galen.―Demasiado, es la segunda vez que vengo aquí… Gracias por acompañarme, esto es demasiado nuevo y no sé cómo manejarlo ―explicó la chica con las mejillas enrojecidas por la vergüenza que sentía―. Pensé en pedirle a las chicas que me acompañaran, pero…―Soy el único que tiene experiencia en este tipo de situaciones ―concluyó la frase por ella. Compartieron una risa corta y después él negó con la cabeza―. No te preocupes en lo absoluto. Ambas entienden que puedo manejar mejor la situación, ya que yo estuve allí durante el embarazo de Pat y aprendí muchas cosas.―Gracias de nuevo por estar aquí.―Para, sabes que lo haré con total gusto. Este bebé es una joyita importante por la sangre que tiene dentro de su cuerpito.Clarisse soltó una carcajada porque entendía bastante bien a qué se refería su amigo. No podía impedir que hicieran esas bromas tontas sobre que el bebé es de sangre azul, tal vez al principio sí le resultó extraño, pero a esa altura no era realme
―¡Buenos días! ―Malik apartó las cortinas de golpe y la recamara fue bañada por la luz del Sol―. Hora de levantarse. Tienes mucho trabajo que hacer hoy y muy poco tiempo.―Déjame en paz antes de que te dispare en una pierna ―se quejó Brion con la voz ronca y somnolienta. Se cubrió con las sábanas color vino y lo ignoró.―Lamento no sentir nada de miedo ante tu amenaza sanguinaria, pero me interesa más que cumplas con tu agenda, alteza real.Brion hizo una abertura entre los pliegues de la sábana y miró la hora en su despertador.―Tienes que estar bromeando. Ni siquiera son las siete de la mañana…―Sí, es una pena que el mundo no empiece a funcionar después de las diez cómo te gustaría. Creo que tu gusto por levantarte tarde es una de las peores costumbres que adoptaste en américa.―Has lo mismo que yo y quéjate con mi asistente.―Ja ja ja, que chistoso. Ahora muévete ―abrió el vestier y se dispuso a seleccionar algo para su jefe―. Tienes una sesión de fotos junto con la condesa, la pr
―Lo está haciendo bien ―comentó Verona con su atención totalmente en la pantalla gigante―. Demasiado bien y eso es un peligro.―Por supuesto que lo es. Y es por esa misma razón que enviamos a Otto y a Cho ―contestó Zadriel―. Si en algún momento intenta salirse del libreto lo vamos a saber.―No debimos dejar que se fuese sin nuestra vigilancia ―opinó Carmina totalmente en desacuerdo con la decisión de su esposo―. Pude asegurarme de que él no pueda dañar la nuestra imagen.―Cariño, enfocarnos en tenerlo controlado es algo que necesitamos, pero es necesario que él piense que lo estamos dejando ser. Sabemos que Brion detesta que alguien lo controle, así que debemos empezar a darle lo que desea.―¿Dices que debemos ganarnos su confianza? ―cuestionó la princesa y soltó un bufido―. Por favor, ni siquiera lo pienses. No voy a rebajarme a semejante ridiculez bajo ninguna circunstancia.―No se trata de ganarse la confianza de ese muchacho. Lo que queremos es que baje la guardia.―Hicimos públic
Clarisse no podía creerse lo que sus ojos le mostraban. Ahí en pantalla estaba una foto de ella hablando en privado con el príncipe heredero del país, y no sólo eso, el mundo pensaba que había un secreto que descubrir. Y por supuesto que lo había, ella al igual que sus amigos eran parte de la vida que Brion tenía mientras estuvo en Seattle y se hizo llamar Soren.Y ahora su rostro estaba en cada programa de farándula, incluso estaba en los blogs de chismes en cuestión de minutos, cómo si todos tuviesen la información de ante mano y estuvieran esperando la señal para mostrarla.Aunque eso no le molestaba, lo que la había llenado de una enorme colera era que ni siquiera se molestaron en cubrir el rostro de Pat. No les interesaba en absoluto la privacidad de las personas, eso estaba más que claro por la información que manejan, pero exponer a un niño era excesivo.―¡Zach! ―gritó, olvidando por completo que tenía el interfono en el escritorio―. ¡Zach!―Acá estoy, ¿qué sucede? ―habló al en
Brion quería mantenerse en completo control mientras leía cada una de las publicaciones sobre él y esas misteriosas personas en diferentes paginas web. Luego de lo ocurrido en la entrevista anterior donde básicamente le montaron una emboscada, se retiró al camerino que le asignaron para ver hasta donde había escalado esto.Ya había demasiadas teorías sobre quienes eran esas personas en tan poco tiempo y eso sólo señalaba que era un ataque premeditado minuciosamente. Sabían lo que hacía y no necesitaba cuestionarse quienes lo hicieron, pues sólo había un grupo que quería sacarlo del camino.Aunque no podía reaccionar, porque sí lo hacía entonces estaría poniendo en peligro a Clarisse y los demás. Lo que necesitaba era actuar rápido y desviar la atención porque ahora mismo todo el país estaría queriendo identificar a las personas de las fotos.―Brion… ―el pelinegro se giró para encontrarse con su prometida parada en la puerta.―No estoy interesado en una plática personal…―¿Ellos son im