Era curioso, pero por alguna razón Patrice sentía que la oficina en general se sentía diferente. Sólo que no estaba muy segura, ya que sólo había estado ahí un par de veces cuando mucho y, aun así, ella podía notarlo.No lo dijo a la primera, prefirió seguir en silencio mientras iban de camino e intentaba de buscar qué era eso que no era lo mismo desde la última vez que estuvo ahí.―¿Qué pasa con ella? ―pregunto Soren desde su asiento.―No tengo idea. Has estado callada desde que llegamos ―contestó Jeremy―. Tal vez no se siente bien.―Si saben que los escucho, ¿verdad, idiotas? ―se cruzó de brazos y los miró con apatía―. Pero si tanto les molesta mi silencio, con gusto comienzo a hablar sin control alguno.―No me malinterpretes, Patrice. Pregunté qué te pasaba por amabilidad, no porque quisiera que le dieras rienda suelta a tu estridente voz ―bromeó su amigo.―¡Ey! ¡Mi voz no es estridente! ―le reclamó y cuando vio que el pelinegro mostró una sonrisa torcida le arrojó un cojín que det
Los reporteros se lanzaron sobre ellos sin piedad alguna y el equipo de seguridad hizo su más grande esfuerzo para retenerlos mientras intentaban salir del edificio. No obstante, era cómo intentar sacar agua con un balde de una embarcación que se hundía. Cuando podrían controlar la situación para dar dos pasos, los reporteros regresaban con más fuerzas.Más que hablar, todos estaban gritando sus preguntas, ansiaban tener la primicia por parte del príncipe heredero y ninguno de los escoltas entendía. Rubén en un momento logró entender algo sobre un incendio en el palacio, pero hasta donde sabía el único fuego que hubo fue el que causó su jefe.―¡Alteza! ¡¿Es verdad que hay una disputa por la corona?! ―saltó un hombre pelón con un teléfono en la mano para intentar capturar la declaración que nunca llegó.―¡Todos atrás! ¡Retírense! ¡Aún lado! ―gritó Owen, quien iba a la cabeza de la barricada humana―. ¡El príncipe no dará declaraciones! ¡Muévanse del camino!―¡Elian no los dejes pasar! ―
Macon no podía creer lo que estaba viendo en las noticias. Su primo en verdad había desafiado a la familia más peligrosa deliberadamente frente al público. La adrenalina corría desbocadamente por su torrente sanguíneo y era la mejor sensación que había experimentado en toda su vida. No sabía si correr o gritar, lo único que sabía era que la familia real estaría acorralada con el movimiento que hizo Brion.Y no sólo él, pues Daliah le siguió la corriente al responder a su declaración y fue sorprendente porque lo hizo sin la compañía de Zadriel, Carmina o su madre. Eso significaba que el plan estaba en marcha, sólo que no tenía ni la menor idea de cuál era o de cuál es su posición en el tablero.Él ahora los apoyaba, lo que más ansiaba era la caída del imperio cruel y despiadado de su familia, pero no sabía qué debía hacer. Y tras meditar sobre ello por unos cuantos minutos entendió dónde estaba.Se levantó de la cama y se apresuró para ir a la habitación de su compañero de casa, por lo
Esa mañana lograron salir del castillo sin dar muchas explicaciones. Cuando Brion preguntó a donde iban, Patrice únicamente dijo que irían al distrito comercial porque querían conocer un poco más. Con ese bastó para que el príncipe los dejara ir, aunque claro que con un grupo de escoltas siguiéndolos. Sin embargo, ellos ya tenían previsto esto y justo por eso Peter se encargaría de darle el tiempo y espacio para que fuese a su reunión privada.―¿Por qué su alteza no nos comentó que ellos tendrían que hacer esto? ―preguntó un guardia.Peter, quien estaba sentado con un granizado en la mano, alzó la vista hacia el hombre que hizo la pregunta. Tomó aire y dejó su bebida sobre la mesilla que tenía la pequeña sala.―Debemos mantener a la familia real despistada y el príncipe Brion no es el único con planes para ayudar.―¿Y lo qué hacen ahí es importante?¿Qué si era importante?Peter casi se ríe en su cara, pero en vez de eso debió la mirada a otro ladoClaro que es importante, se trata de
―¿Qué? ¿Por qué esas caras? ―curioseó la chica―. ¿Dije algo malo? Oigan, sé que ustedes piensas que lo mejor que podría hacer por mi bebé es contarle todo a Brion, pero ya hemos hablado de esto. Él nunca quiso tener hijos y ahora que sé que es un jodido príncipe, menos le diría. Es decir, ni siquiera me creería y hasta podría pensar que intento meterle gato por liebre.―¿Cómo? ―dudó el moreno al no entender lo que dijo al final.―Significa que Brion podría pensar que intento meterle el hijo de alguien más a él sólo porque es de la realeza y así sacarle dinero o qué se yo ―explicó.―Por favor, sabes perfectamente que él nunca pensaría algo así de ti sin importar nada ―argumentó la rubia―. Él te amaba y…―No lo creo, no creo ni por un momento que él me amara de verdad porque de ser así habría sido sincero conmigo.―Ni siquiera lo fue con nosotros. Literalmente hace menos de dos meses que sabemos esto y en verdad tuvo muy buenas razones para mantener su identidad en secreto.―Sigo sin en
Sintió una gran pesadez que se alejaba paulatinamente de su cuerpo y no entendía porqué. Estaba muy bien hace…, ¿un momento? No estaba seguro, pero sólo recuerda haber estado golpeando las puertas de la mansión. Recordó que intentó buscar otra manera de escapar, pero ni siquiera las ventanas se podían abrir y luego…Luego no había nada más.―Mi cabeza… ―murmulló, sintiéndose muy aturdido.―Ya despertó, señor ―habló una mujer―¿Qué…? ¿Quién…? ―quiso preguntar, pero seguía muy débil.―Gracias. Por favor, pídale al agente Fell que venga ―esa voz le era familiar. Volteó el rostro hacia esa voz y divisó una figura alta que no podía distinguir, ya que su visión seguía borrosa―. Lamento tener que llegar a esto, pero te estabas haciendo daño al tratar de abrir las puertas a los golpes.―Pero…, quiero salir… ―logró decir.―No puedes hacerlo todavía, Macon. Sufriste muchas heridas, además, la desnutrición pudo ser irreversible de no ser porque intervine ―argumentó el hombre, acercándose a la ca
Un par de golpes ligeros en la puerta llamó la atención de los dos príncipes y tras otorgar el permiso Jax entró en la habitación.―Buen día, sus altezas ―hizo una reverencia y se mantuvo junto a la entrada.De inmediato Macon lo identificó, pues cuando estaba buscando a su primo investigó cada persona con la que se relacionaba. Y este era el hombre con el que solía trabajar Brion, pero no tenía idea de que aún lo hicieran.―¡Ey, es el ex prometido de tu ex novia! ―se burló―. ¿Quién lo diría? Te aliaste con el hombre que abandonó a la mujer que terminaría siendo tu novia. Por cierto, ¿ella al final lo supo? Confieso que no tengo muchos detalles sobre ese asunto.―Macon ―le regañó el mayor antes de que hiciera las cosas más incomodas―. Compórtate.―No he dicho nada que no se verdad. ¿Cierto, agente Fell? ―tenía una sonrisa maliciosa porque esto era muy divertido para él.―Prefiero zanjar los temas personales, príncipe Macon ―respondió en voz baja y con los brazos detrás de la espalda.
―Y mírate. Ahora te has aliado a mi porque ellos te rechazaron y buscas venganza ―señaló el mayor―. Por suerte para ti, el FBI está de nuestro lado y tú ya no eres uno de sus objetivos. A menos, claro de que al final resueltes ser un doble agente. En ese hipotético caso, no tendrías que preocuparte por los agentes federales, sino por mí.Macon no estaba del todo seguro si su primo estaba tratando intimidarlo o sólo estaba haciéndole una broma pesada. Sólo estaba seguro de que la penetrante mirada de Brion le heló los huesos y prefirió tomarse aquello más como una advertencia que una amenaza. Después de todo, estaba haciendo todo lo que él decía porque ahora tenían la misma meta.―¿Necesitas que traigan algo de palacio para ti? ―preguntó. Esta ves su voz sonó amable y no cómo una cuchilla rozándole el cuello―. Puedo hacer que Malik lo traiga para ti.―¿Él sabe sobre este lugar?Brion se levantó de la cama y se colocó junto a la ventana. El cielo estaba nublado y el viento mecía las pl