—Eso fue muy arriesgados —comentó Daliah parada ante la ventana que daba a la piscina y le permitía ver cómo los escoltas sacaban a James del agua—. Pudo morir.—No lo hizo y nos dijo todo lo que deseábamos saber —expuso su hermano con un tono neutral. No se arrepentía de la táctica que tuvo que usar para que James hablara finalmente de todo—. Planificaré con el FBI un golpe a la propiedad de Audrey antes de que pueda moverse.—Suena a que pedirás permiso.Soren rodeó los ojos.—No es así, pero voy a necesitar utilizar sus recursos, ya que ella estará esperando que yo vaya solo porque en primera instancia es lo que haría para asegurarme de que todo resulte bien.—Iré contigo. Sólo retrásalo un par de días.—No, debemos organizarnos antes de que sea muy tarde y si tú no puedes…—Es por la beneficencia de mamá, Brion —lo interrumpió y la miró un poco aturdido—. Esta semana será la beneficencia, así que esperaba que tú asistieras. Recuerdo que de niños esperábamos con entusiasmo esta fec
—Oye, ¿ocurre algo? —preguntó el pelinegro. Posó una mano sobre su pierna mientras mantenía la mirada en el camino.Clarisse mostró una rápida sonrisa tratando de no darle importancia a sus múltiples pensamientos sobre aquella conversación que escuchó o del hecho de que básicamente no había información de su novio.—Sí, todo está bien —aseguró, aunque a Soren no le pareció que las cosas realmente estuvieran bien.—Antes de ir a casa pasaremos por la tienda. Le dije a Liza que haría las compras.—Es la primera vez que te escuchó hablar de eso. Siempre creí que alguno de ellos se encargaba de las compras —expuso la pelinegra.—Así es, sin embargo, hoy quisiera hacer algo bastante rutinario contigo.—¿Una cita en el supermercado? —preguntó, riendo.Soren mostró una sonrisa ladina bastante coqueta.—Por supuesto. Siempre vamos a restaurantes o no salimos por mi trabajo.—Está bien. Yo comprendo que puedes estar muy ocupado a veces y es que yo también lo he estado estos días con lo del eve
El día llegó y Soren no tenía idea de cómo hace que Clarisse, Galen y Lorna no asistieran al evento que organizaron. Sería un problema para él cuando Ariah fuera presentada en realidad cómo Daliah de Velghary, aunque su hermana dijo que utilizó su nombre falso para esta fiesta. También aseguró que no habría invitados que estuviesen relacionados con la familia real, pero era casi imposible saber quién trabajaba para ellos.—Por favor, lleva esto al auto, Owen —pidió la pelinegra, apuntando a una maleta que estaba junto a la cama.—De inmediato, Clarisse.El trigueño tomó el equipaje y antes de salir de la habitación le guiño un ojo a Liza, la cual iba entrando y es esforzó por ignorarlo.—He visto eso —comentó Clarisse, divertida.—Sí, yo también vi al mastodonte pasar por la puerta si golpearse su gran cabezota —respondió, satíricamente.—No actúes, mujer. Todos sabemos que Owen gusta de ti y…, a ti no te parece nada mal, ¿verdad?—No sé de que hablas. Cambiando de tema. Señor, Patric
El hotel se veía simplemente esplendido.Todos los presentes estaban maravillados ante la belleza de la decoración, el tema del evento era un cuento de invierno, por lo que las bases de la decoración eran la nieve, los cristales de hielo y luces blancas. Simplemente parecía un bosque invernal, e incluso la vestimenta de los invitados estaba inspirada en la temática.—Clarisse, que bueno que llegaste. Necesitamos ayuda con unas revisiones finales —musitó Galen al verla llegar—. Oh, vaya. Que hermosa te ves, mujer. Estoy pensando que no debimos divorciarnos.Ella rio ante el chiste de su mejor amigo.—Muchas gracias. Tú no te ves nada mal en ese elegante traje blanco —le alagó.—El color blanco me luce mucho. Sé que soy sexy.—Ay, por Dios. No comiences, oxigenado —le regaño Lorna que llegó por detrás—. Tú te vez divina, amiga. Pero esta cosa se ve cómo un mal chiste.—Debes saber de lo que hablas, ya que tienes que vivir con esa cara —esgrimió el rubio.—¿Tengo que sentirme mal por eso
—Buenas noches, soy Madeline Rossette, la gerente general del Hotel Grand Montés y en nombre de su propietaria, la señorita Ariah Oversax. Queremos darles la bienvenida a la gala de beneficencia —pronunció la asistente de la princesa con aquel porte elegante que es muy característico de los ingleses—. Nos complace su presencia esta noche, tenemos artisitas de diversas categorías, políticos y más personas que quieren convertirse en agentes de cambio. Personas que buscan hacer una diferencia con un aporte económico para los menos beneficiados en el mundo. Este año los fondos reunidos serán para los damnificados a causa de las diversas tormentas que han pasado por los continentes —los presentes aplaudieron y comentaron lo felices que estaban de ayudar—. Así que, sin más preámbulos, sigan disfrutando de esta velada. Madeline bajo y la banda retomó la canción. Soren se movió entre la multitud hasta que alcanzó a su hermana. —¿Qué ha pasado? Creí que tu darías el discurso. —Así iba a ser
Ya estaba muy entrada la noche y Soren se encontraba buscando a Clarisse entre la multitud, pero no daba con ella. Sin embargo, logró divisar a la distancia a Lorna que hablaba con un mesero. —Lorna, ¿has visto a Clarisse? —¿Eh? Creí que estaba contigo —contestó, confundida. —No. Dijo que iría al baño, pero no está ahí —Soren estaba empezando a preocuparse. —Tranquilo, de seguro estás dentro revisando cómo va todo. Déjame revisar y tú busca en la fiesta. El hombre asintió y la dejó marcharse, caminó un poco más hasta que tropezó con alguien. —Disculpes, señorita —dijo sin ver. —Vaya, cuanto hasta cambiado —esa voz la reconoció inmediatamente y todos sus sentidos se pusieron alerta. Se dio la vuelta inmediatamente y la encontró sonriéndole con gusto—. Hola, Brion. —Audrey… La mujer de piel blanca, cabello castaño rojizo y ojos marrones que había estado buscando durante los últimos meses estaba frente a él mientras actuaba cómo una invitada más del evento. —Ha pasado mucho tiem
Jax no esperó una invitación, entró a toda prisa a la casa y encontró a todos reunidos en el salón. Estaba furioso y en ese momento sólo había una persona a la que quería golpear, el único culpable de lo que estaba pasando.—¿Dónde está ella?—Audrey Pleck la tiene —respondió Daliah.El castaño no pronunció alguna otra palabra, sólo se lanzó contra Soren y lo aprisionó contra la pared.—¡Esto es tu culpa! —lo acusó—. ¡Ella estaba bien sin ti en su vida, pero tenías que llegar para ponerla en peligro!—¡Agente Fell, deténgase! —ordenó la princesa heredera.Soren lo apartó de un empujó y lo encaró listo para romperle algunos huesos por haber osado tocarlo y levantarle la voz de tal manera.—Si algo le llega a pasar…—¡Nada le pasará! —decretó el pelinegro—. ¡Su seguridad es mi prioridad y no permitiré que alguien le haga daño! ¡Fuiste llamado sólo por los recursos con los que cuentas, sólo por eso! ¡Tú no eres parte de su vida, así que no vuelva a amenazarme!—¡Ya basta! —gritó la menor
Los vehículos se detuvieron una vez entraron en el estacionamiento del edificio, los equipos se desplegaron y cuando indicaron que la zona estaba libre fue que Soren y Daliah salieron. Se movilizaron a toda prisa, subiendo cada piso y asegurando cada uno de estos con la intención de no ser sorprendidos y tener un camino libre para huir.Verdaderamente parecía que no había nadie en el lugar y lo único que los acompañaba era el silencio en el que se movían.Jax y Owen llevaban a James mientras un equipo armado los rodeaba. Así fue cómo ascendieron hasta el último piso en el que encontraron a Audrey, la cual estaba de espaldas a ellos mientras observaba la ciudad desde la ventana.—Debí suponer que serían incapaces de venir solos —enunció con un tono relajado y luego se dio la vuelta para realizar una reverencia—. Bienvenida, su alteza real.—Sabes que puedo ejercer mi poder cómo heredara al trono y arrestarte por esto, ¿no?—Oh, por supuesto que sé eso. Sin embargo, también sé que no lo