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JULIETTA

El embarazo no me estaba sentando bien, cada día me sentía mal.

Las mañana eran una pesadilla, y vivía cansada.

Durante la semana, cristiano estuvo pendiente de mi, me conto los problemas que había con Paulino.

El pobre andaba tan mal o peor que yo. Parecíamos una pareja de enfermos, nuestra apariencia estaba es su peor momento, ambos llevábamos días sin dormir. El estresado por tener que meter en la cárcel a su tío. Mas si a eso le agregamos el hecho de pasaba las noches pendiente de mi.

Hoy era el día en que se llevarían preso a Paulino, solo muy pocos sabíamos lo que sucedería.

Nos encontrábamos en la mesa almorzando en familia tanto la de cristiano como la mía. Yo apenas podía probar bocado.

Todos estaban normales excepto los que sabíamos lo que sucedería en cuestión de minutos.

Mi padre no dejaba de mirar la hora. Cristiano estaba en lo mismo. Marcos. Bueno Marcos estaba como en las nubes pensativo. Y el padre de cristiano no le quitaba el ojo de encima a su hermano. Por
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