Capítulo 96Una noche para celebrar. Alessia y Leonard terminaron de preparar el desayuno juntos, riendo por pequeños errores y disfrutando de la simplicidad del momento. Cuando todo estuvo listo, se sentaron en la mesa junto a la ventana, donde la luz del sol comenzaba a iluminar el jardín.—Este es el mejor desayuno que he comido en mucho tiempo —admitió Leonard, tomando un sorbo de café.—Eso es porque lo hicimos juntos —respondió Alessia, tomando un trozo de fruta y llevándoselo a la boca.Leonard la observa en silencio, grabando cada detalle en su memoria. En ese instante, no había guerra, ni traiciones, ni enemigos al acecho. Solo estaban ellos, compartiendo un desayuno, riendo, disfrutando de la paz que tanto necesitaban.Alessia se volteó para mirarlo, sus ojos brillando con una calidez especial.—¿Estás listo para volver a la oficina? —preguntó con una sonrisa traviesa.Leonard la sostuvo de la cintura, trazando círculos lentos con su pulgar sobre la tela de su camisa.—Si e
Capítulo 97Una noche maravillosa. La noche en la mansión Blackmond era apacible. Un viento ligero agitaba las cortinas de las ventanas, llevando consigo el aroma fresco del jardín.Después de acostar a Lizzy, Alessia y Leonard se dirigieron a su habitación, disfrutando del silencio cómplice que solo las parejas que han compartido batallas conocen.Leonard cerró la puerta con suavidad, observando a Alessia mientras se desabrochaba los botones de su vestido. Su mirada oscura brillaba con un calor contenido.—¿Cansada? —preguntó, acercándose para deslizar un mechón de su cabello detras de su oreja.—Agotada —respondió ella con una sonrisa suave, inclinando la cabeza hacia su mano—. Pero satisfecha. Hoy fue un buen día.Leonard deslizó sus manos por su cintura, atrayéndola con cuidado.—Los mejores días son los que terminan contigo en mis brazos.Ella soltó una risa baja, apoyando sus manos en su pecho.—¿Siempre tan encantador, señor Blackmond?—Solo cuando se trata de ti —susurró ante
Capítulo 98Un nuevo comienzo.El cielo estaba salpicado de estrellas, y la brisa cálida del océano traía consigo el aroma salino del agua y las dulces notas de flores tropicales.El camarote privado que habían preparado para Alessia y Leonard era un refugio de ensueño: una construcción elegante de madera y cristal, con una puerta corrediza que se abría hacia un balcón solo para los dos.Leonard observaba a Alessia desde la entrada del camarote. Ella estaba descalza, caminando lentamente por la proa del yate, dejando que la brisa fresca de la noche ondeara su cabello. Llevaba un vestido de lino turqueza, ligero que se adhería a su cuerpo con cada soplo de viento, y su cabello, suelto y salvaje, brillaba bajo la luz plateada de la luna.Él apretó los labios, conteniendo una sonrisa. Nunca había estado más seguro de algo en su vida.—¿Por qué me miras así? —preguntó Alessia sin voltearse, pero con una sonrisa que se delataba en su voz.Leonard caminó hasta ella, metiendo las manos en lo
Capítulo 99Noticias abrumadoras y sus consecuencias. La noticia del compromiso de Alessia y Leonard había transformado la mansión Blackmond en un día lleno de emoción. Desde temprano, decoradores, organizadores de eventos y diseñadores de vestidos iban y venían, trayendo bocetos, muestras de telas y propuestas para la gran ceremonia que tenía fecha aproximada para dentro de un mes.El sol de la tarde se filtraba por los ventanales del salón principal, donde una enorme mesa estaba cubierta con revistas de bodas, muestras de flores y telas en tonalidades marfil y rosa pálida. Lizzy, completamente sumergida en su nuevo papel de organizadora, hojeaba frenéticamente un catálogo de vestidos mientras tomaba notas en su libreta decorada con pegatinas.—¡Mami, tienes que ver esto! —exclamó, señalando una imagen de un vestido de encaje con una falda vaporosa—. Este es perfecto. ¡Parece de cuento de hadas!Alessia, que estaba sentada a su lado, tomó la revista con una sonrisa.—Es hermoso, Liz
Capítulo 100Planes inesperados.La luna colgaba alta en el cielo nocturno, proyectando un resplandor pálido sobre la ciudad dormida. En el interior del viejo almacén, una lámpara de escritorio iluminaba con un tono opaco los documentos esparcidos sobre la mesa de madera. Fotografías, nombres, horarios. Cada detalle de la boda estaba frente a Camila, quien, con una vaso de whisky barato en la mano, recorría con la mirada cada uno de los datos que había conseguido.Melissa, de pie junto a la mesa, cruzó los brazos con evidente inquietud.—Aquí tienes todo lo que pediste —dijo con voz tensa, señalando la carpeta negra que acababa de dejar sobre la mesa—. Ubicación exacta, fecha y hora, proveedores, incluso el nombre del sacerdote que los casará.Camila tomó la carpeta y la abrió con una lentitud casi teatral. Sus dedos recorrieron las páginas con morosidad, deteniéndose en ciertos puntos clave.—Interesante… —murmuró con una sonrisa de satisfacción.Melissa se removió en su sitio.—Cami
Capítulo 101Un lazo inquebrantable.El aroma a desinfectante impregnaba cada rincón de la clínica. Un silencio denso flotaba en los pasillos, roto solo por el murmullo de las enfermeras y el pitido rítmico de los monitores. Leonard estaba sentado en una silla junto a la camailla de Alessia, sosteniendo su mano con suavidad.Ella dormía profundamente, su rostro aún pálido, pero con una paz serena después de la tormenta. Su cabello caía en suaves ondas sobre la almohada, y sus labios, aunque secos, aún tenían la curva delicada de una sonrisa.Leonard deslizó su pulgar por el dorso de su mano, sintiendo su calidez. Pero, a pesar de la tranquilidad aparente, su mente era un torbellino. Su hija había nacido antes de tiempo. Su pequeña Luna estaba luchando por sobrevivir.Un suave golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos. Levantó la mirada y vio a una enfermera de rostro amable asomarse.—Señor Blackmond, la bebé ya ha sido estabilizada y está en la unidad de cuidados intensivos neon
CAPÍTULO 1 Noticias devastadoras. Alessia se arreglaba para compartir la cena con su padre y el resto de la familia. Sentada en la orilla de la tina de baño esperaba ansiosa aquel resultado del test de embarazo que tenía en sus manos, mismo que acababa de realizarse hace apenas un momento. Sentía su corazón latiendo a mil por segundos, esperando ver un resultado negativo en él y que esas irregularidades en su ciclo menstrual se debiera al agotamiento que se había sentido tanto física como mentalmente en los últimos días. (tocan la puerta) —Niña Alessia, debe bajar al comedor, su padre anunció que llega en quince minutos —comenta Nadia, la nana de Alessia—. Sabes lo estricto que es Don Richard con la puntualidad. No haga que se enfade nuevamente. —Voy nani, en un momento bajo —respondió lo más calmada que pudo, pero la anciana mujer que estaba parada detrás de la puerta podía reconocer su voz llorosa a kilómetros. —¿Está todo bien? —insistió—. Niña Alessia, si se siente mal pued
Capítulo 2Severas amemazasMientras la cena continuaba, Alessia no podía evitar sentirse como una esclava en su propia casa al verse obligada a cumplir la voluntad de su padre.Don Richard había decidido su futuro sin siquiera consultarle, y ahora ella estaba atrapada en una situación que no podía controlar.De repente, su hermano menor, Marco, habló, rompiendo el incómodo silencio que había caído sobre la mesa.—Papá, ¿Podemos saber más sobre Leonardo? —preguntó Marco, su curiosidad evidente en su rostro.Don Richard rió fuertemente, complacido de que su hijo estuviera interesado en el futuro de la familia.—Su nombre es Leonard, no Leonardo y es un joven muy inteligente y ambicioso —respondió Don Richard con una alegría que no cabía en su pecho, mientras que Alessia viraba sus ojos con molestia—. Es el heredero de la empresa de su padre, y tiene un gran futuro por delante. Es el candidato perfecto para casarse con nuestra querida Alessia.Alessia se sintió como si la hubieran apuña