Capítulo 3

Dormir con el rey.

Compartir la misma cama con aquel monarca despiadado que decían los relatos. ¿Cómo era eso posible?

Y cada segundo que pasaba se preguntaba porque había abierto la boca. Solo tenia que quedarse callada. Con mucha suerte al resto de la monarquía les retirarían su titulo y luego los dejarían en libertad. Ella podía haber sido una de ellas. Una chica mas del pueblo. Después de todo, en su casa, cuando su padre murió ella se había convertido en eso. En nada mas y nada menos que una sirvienta.

Ya había planificado el resto de su vida, pero ni en sus mas remotas posibilidades se imagino este giro del destino.

-Buenas noches, mi rey -le pareció prudente presentarse al estar frente a la puerta. Aun no podía imaginar que el estuviera de acuerdo con esto. Y la ponía nerviosa lo que pudiera suceder dentro de esta alcoba ya estando a solas.

Sin embargo, cuando alzo la vista y lo miro, noto el cuerpo del rey al desnudo. Bueno, al menos su torso. Pues no cargaba puesta su usual túnica, ni ninguna tela en la parte de arriba de su cuerpo, dejando al descubierto un abdomen bien trabajado, y una espalda bien formada. Una piel blanca, pero marcada por alguna que otra cicatriz, digna de un combatiente. Y su rostro tan perfectamente esculpido. Cabellos húmedos oscuros, y sus ojos rojos que parecían atravesarla desde la oscuridad de la habitacion.

Era guapo. Nunca había visto al rey bajo este panorama y era el primer momento en que tal pensamiento se le cruzaba por la cabeza. Suponía que el miedo era el que no la habia dejaba contemplarlo del todo.

-Ya puedes retirarte

Ella vacilo. Pensó que se lo había dicho a ella. Pero no.

Elian hizo una reverencia a sus espaldas y se retiro cerrando la puerta dejándola completamente sola.

Volteo rápidamente hacia el rey, la poca luz que entraba era de una ventana por el reflejo de la luna. Luz suficiente para ellos dos.

Ella espero prudente a que fuera el primero quien hablara

Se acerco hasta un aparador y se coloco una camisa de tela fina blanca encima -¿Has tenido algún progreso?

Trago saliva – he leído todos los libros que se me dieron- agacho la mirada - ¿es necesaria mi estadía en la misma habitación, mi rey?

-¿Estas cuestionando mi autoridad?

-¡No!- se apresuro a decir nerviosa – jamás cuestionaría sus decisiones. Sus órdenes son también las mías – después de mucho tiempo había aprendido a complacer a la gente, a servir a otros. Sus mejores maestras fueron su madrastra y hermanastras.

-Eres muy complaciente- lo noto – para ser una princesa

-Soy una bastarda – confeso apenada – mi madre no era mas que la amante de mi padre. Soy un error de la naturaleza

-Lo eres. Pero no por ser una bastarda. Sino por tu origen

-¿Habla de lo de ser una bruja?

-Si.

-Pero… su mano derecha es uno ¿no?

-No. El es diferente. Es uno registrado. Tu por otro lado, eres todo un misterio. Ni siquiera sabemos tus orígenes. Tus padres debieron ser poderosos. ¿Tu padre era un brujo en el trono de Amcher?

Ella negó -mi padre solo era mi padre

-Entonces la bruja era tu madre

Hablaba con tanta soltura y poca delicadeza que la molestaba un poco – no conocí por mucho a mi madre. Murió cuando era joven

-¿Qué tan joven?- no tenía tacto, ni amabilidad

-A los catorce años -confeso. Entonces probo su suerte- seguramente mi hermana Adella sigue disponible para su casamiento. No es necesario casarnos para ayudarlo con el asunto del hechizo

-¿Me estas arrojando tan rápidamente a los brazos de otra mujer?

-No... no es eso su alteza, -se arrodillo – solo pienso en su bienestar. Yo no seria buena para tal título. Y menos con mis orígenes cuestionables.

-Desde que te reclame en frente de todos me perteneces. Eres mía. Y estas aquí con un solo objetivo. Solo concéntrate en quitarme con lo que cargo y del resto me encargo yo.

-¿De verdad me matara sino lo logro?

-Ya lo hice antes con los otros

Ella vacilo. -S-se… se refiero a los brujos que les dio seis meses

-Si.

Los mato a todos.

Recuerda entonces las palabras de Elian “nadie puede saberlo”

Al final del día, lo lograra o no, posiblemente acabaría muerta.

-Se lo que estas pensando, -le dijo – y por eso mismo serás la reina si lo logras. Así, no tendré que matarte si tienes éxito. - paso de largo de ella y se recostó sobre la cama -ven- ordeno

Ella se levanto y camino vacilante -¿debo…?

-Si. Sube conmigo.

No se movió. No tuvo la valentía de hacerlo.

-Arista, -llamo – te he dado una orden

Alzo su vista hacia el y sus ojos castaños lo estudiaron -sabes mi nombre

-Lo escuche. Y te investigue. Te elegí a consciencia y he hecho bien mi trabajo. Desde ahora, esta cama también es la tuya. Todo lo que es mío mientras tu dures aquí, te pertenece. Pasaste de tener nada a tenerlo todo. Ahora sube

Ella se subió en la cama -¿deberé cumplir con mis otros deberes que corresponden a un papel de… -dudo - esposa?

No contesto

-¿Mi rey…?

-Puedes llamarme Karim

-¿Qué?

-Hace mucho tiempo, me llamabas solo “Azariel”

Ella dio un respingo y lo observo con mas atención. No puede ser -te conozco. -murmuro

-No soy un desconocido -dijo. Y no lo era.

Solía ser un joven normal. Uno que nunca se imagino que era hijo de un futuro rey. Y sus ojos…

Lo miro

En aquella época, sus ojos no eran rojos. -Tus ojos azules se han ido.

-¿Comprendes ahora mi anhelo por deshacerme de esto? Y tú, tú puedes ayudarme.

“Ojalá pudiera…” pensó añorante

-Al verte en esas fachas… nunca hubiera imaginado que fueras una princesa – confeso el rey – no entiendo aun porque te vestías así

No se vestía así. La vestían así. La obligaban a hacerlo, a parecer una sirvienta lo mas lejos de cualquier parentezco familiar. Pero no se lo contaría a él. Conocía a este muchacho, o creía hacerlo. -Tu solo dejaste de venir un día

-Tenia cosas que hacer- pero no menciono nada mas

-¿Y ahora estamos aquí? ¿Me mataras, Azariel?- no había usado ese nombre en años

-Cumple, y tu vida será preservada.

-Entiendo.

Y luego de un largo rato -¿Arista, -la llamo - compartirías cama con un desconocido?

Su corazón se aceleró -no usualmente, no.

El rey se sentó -pues entonces es bueno saber que no lo somos - entonces su rostro se apega al suyo besándola nuevamente

Ella no entendía que estaba pasando o como termino todo esto así. O donde estaba el corazón y la cabeza de este rey. Azariel había sido su amigo. Pero no conocía a este nuevo joven llamado Karim. Este que la besaba, pero parecia no sentir nada. Eran como dos personas totalmente diferentes, o quizás las mismas.

El chico la recostó sobre su cama sin dejar de besarla. Luego sus besos pasaron a su cuello, su pecho sobre la ropa, sus manos. Y finalmente le susurra en su oído-Descansa, Arista. Cuando estes lista, hare más que solo esto

La chica asintió, entonces el rey se recostó a su lado. Y luego de unas horas sin moverse comprendió que este estaba dormido.

Volteo ligeramente contemplando el rosto del rey. Aquel que parecía sacado de un cuento. O quizás una pesadilla

Entonces cerro los ojos para tratar de dormir escapando de esta locura. Pero volvió a abrirlos cuando escucho su voz

“¿Aun despierta?”

La recibió la oscuridad y trato de mirar al rey de nuevo. Pensó que ya estaba dormido. Y sin embargo el rostro de el seguía inmutable. No había ni una expresión en su suave semblante

Pensó que se lo había imaginado, pero entonces la escucho de nuevo “que divertida te ves asustada”

Abrió de nuevo los ojos y entonces lo observó con el corazón en la boca

“Ay por todos los dioses- pensó -la sombra acaba de hablarme.”

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo