Dormir con el rey.
Compartir la misma cama con aquel monarca despiadado que decían los relatos. ¿Cómo era eso posible?
Y cada segundo que pasaba se preguntaba porque había abierto la boca. Solo tenia que quedarse callada. Con mucha suerte al resto de la monarquía les retirarían su titulo y luego los dejarían en libertad. Ella podía haber sido una de ellas. Una chica mas del pueblo. Después de todo, en su casa, cuando su padre murió ella se había convertido en eso. En nada mas y nada menos que una sirvienta.
Ya había planificado el resto de su vida, pero ni en sus mas remotas posibilidades se imagino este giro del destino.
-Buenas noches, mi rey -le pareció prudente presentarse al estar frente a la puerta. Aun no podía imaginar que el estuviera de acuerdo con esto. Y la ponía nerviosa lo que pudiera suceder dentro de esta alcoba ya estando a solas.
Sin embargo, cuando alzo la vista y lo miro, noto el cuerpo del rey al desnudo. Bueno, al menos su torso. Pues no cargaba puesta su usual túnica, ni ninguna tela en la parte de arriba de su cuerpo, dejando al descubierto un abdomen bien trabajado, y una espalda bien formada. Una piel blanca, pero marcada por alguna que otra cicatriz, digna de un combatiente. Y su rostro tan perfectamente esculpido. Cabellos húmedos oscuros, y sus ojos rojos que parecían atravesarla desde la oscuridad de la habitacion.
Era guapo. Nunca había visto al rey bajo este panorama y era el primer momento en que tal pensamiento se le cruzaba por la cabeza. Suponía que el miedo era el que no la habia dejaba contemplarlo del todo.
-Ya puedes retirarte
Ella vacilo. Pensó que se lo había dicho a ella. Pero no.
Elian hizo una reverencia a sus espaldas y se retiro cerrando la puerta dejándola completamente sola.
Volteo rápidamente hacia el rey, la poca luz que entraba era de una ventana por el reflejo de la luna. Luz suficiente para ellos dos.
Ella espero prudente a que fuera el primero quien hablara
Se acerco hasta un aparador y se coloco una camisa de tela fina blanca encima -¿Has tenido algún progreso?
Trago saliva – he leído todos los libros que se me dieron- agacho la mirada - ¿es necesaria mi estadía en la misma habitación, mi rey?
-¿Estas cuestionando mi autoridad?
-¡No!- se apresuro a decir nerviosa – jamás cuestionaría sus decisiones. Sus órdenes son también las mías – después de mucho tiempo había aprendido a complacer a la gente, a servir a otros. Sus mejores maestras fueron su madrastra y hermanastras.
-Eres muy complaciente- lo noto – para ser una princesa
-Soy una bastarda – confeso apenada – mi madre no era mas que la amante de mi padre. Soy un error de la naturaleza
-Lo eres. Pero no por ser una bastarda. Sino por tu origen
-¿Habla de lo de ser una bruja?
-Si.
-Pero… su mano derecha es uno ¿no?
-No. El es diferente. Es uno registrado. Tu por otro lado, eres todo un misterio. Ni siquiera sabemos tus orígenes. Tus padres debieron ser poderosos. ¿Tu padre era un brujo en el trono de Amcher?
Ella negó -mi padre solo era mi padre
-Entonces la bruja era tu madre
Hablaba con tanta soltura y poca delicadeza que la molestaba un poco – no conocí por mucho a mi madre. Murió cuando era joven
-¿Qué tan joven?- no tenía tacto, ni amabilidad
-A los catorce años -confeso. Entonces probo su suerte- seguramente mi hermana Adella sigue disponible para su casamiento. No es necesario casarnos para ayudarlo con el asunto del hechizo
-¿Me estas arrojando tan rápidamente a los brazos de otra mujer?
-No... no es eso su alteza, -se arrodillo – solo pienso en su bienestar. Yo no seria buena para tal título. Y menos con mis orígenes cuestionables.
-Desde que te reclame en frente de todos me perteneces. Eres mía. Y estas aquí con un solo objetivo. Solo concéntrate en quitarme con lo que cargo y del resto me encargo yo.
-¿De verdad me matara sino lo logro?
-Ya lo hice antes con los otros
Ella vacilo. -S-se… se refiero a los brujos que les dio seis meses
-Si.
Los mato a todos.
Recuerda entonces las palabras de Elian “nadie puede saberlo”
Al final del día, lo lograra o no, posiblemente acabaría muerta.
-Se lo que estas pensando, -le dijo – y por eso mismo serás la reina si lo logras. Así, no tendré que matarte si tienes éxito. - paso de largo de ella y se recostó sobre la cama -ven- ordeno
Ella se levanto y camino vacilante -¿debo…?
-Si. Sube conmigo.
No se movió. No tuvo la valentía de hacerlo.
-Arista, -llamo – te he dado una orden
Alzo su vista hacia el y sus ojos castaños lo estudiaron -sabes mi nombre
-Lo escuche. Y te investigue. Te elegí a consciencia y he hecho bien mi trabajo. Desde ahora, esta cama también es la tuya. Todo lo que es mío mientras tu dures aquí, te pertenece. Pasaste de tener nada a tenerlo todo. Ahora sube
Ella se subió en la cama -¿deberé cumplir con mis otros deberes que corresponden a un papel de… -dudo - esposa?
No contesto
-¿Mi rey…?
-Puedes llamarme Karim
-¿Qué?
-Hace mucho tiempo, me llamabas solo “Azariel”
Ella dio un respingo y lo observo con mas atención. No puede ser -te conozco. -murmuro
-No soy un desconocido -dijo. Y no lo era.
Solía ser un joven normal. Uno que nunca se imagino que era hijo de un futuro rey. Y sus ojos…
Lo miro
En aquella época, sus ojos no eran rojos. -Tus ojos azules se han ido.
-¿Comprendes ahora mi anhelo por deshacerme de esto? Y tú, tú puedes ayudarme.
“Ojalá pudiera…” pensó añorante
-Al verte en esas fachas… nunca hubiera imaginado que fueras una princesa – confeso el rey – no entiendo aun porque te vestías así
No se vestía así. La vestían así. La obligaban a hacerlo, a parecer una sirvienta lo mas lejos de cualquier parentezco familiar. Pero no se lo contaría a él. Conocía a este muchacho, o creía hacerlo. -Tu solo dejaste de venir un día
-Tenia cosas que hacer- pero no menciono nada mas
-¿Y ahora estamos aquí? ¿Me mataras, Azariel?- no había usado ese nombre en años
-Cumple, y tu vida será preservada.
-Entiendo.
Y luego de un largo rato -¿Arista, -la llamo - compartirías cama con un desconocido?
Su corazón se aceleró -no usualmente, no.
El rey se sentó -pues entonces es bueno saber que no lo somos - entonces su rostro se apega al suyo besándola nuevamente
Ella no entendía que estaba pasando o como termino todo esto así. O donde estaba el corazón y la cabeza de este rey. Azariel había sido su amigo. Pero no conocía a este nuevo joven llamado Karim. Este que la besaba, pero parecia no sentir nada. Eran como dos personas totalmente diferentes, o quizás las mismas.
El chico la recostó sobre su cama sin dejar de besarla. Luego sus besos pasaron a su cuello, su pecho sobre la ropa, sus manos. Y finalmente le susurra en su oído-Descansa, Arista. Cuando estes lista, hare más que solo esto
La chica asintió, entonces el rey se recostó a su lado. Y luego de unas horas sin moverse comprendió que este estaba dormido.
Volteo ligeramente contemplando el rosto del rey. Aquel que parecía sacado de un cuento. O quizás una pesadilla
Entonces cerro los ojos para tratar de dormir escapando de esta locura. Pero volvió a abrirlos cuando escucho su voz
“¿Aun despierta?”
La recibió la oscuridad y trato de mirar al rey de nuevo. Pensó que ya estaba dormido. Y sin embargo el rostro de el seguía inmutable. No había ni una expresión en su suave semblante
Pensó que se lo había imaginado, pero entonces la escucho de nuevo “que divertida te ves asustada”
Abrió de nuevo los ojos y entonces lo observó con el corazón en la boca
“Ay por todos los dioses- pensó -la sombra acaba de hablarme.”
-Las salas solo se usan en la mañana, y las cocinas se cierran a las diez de la noche, claro que se puede hacer una excepción por nuestros reyes. - dijo -Los cortinas se cierran a las seis... y... Mi reina, ¿me está escuchando? Arista parpadeo y volteo a ver de nuevo al asistente Elian -Si. Disculpa, no sabia que el recorrido demoraría tanto -Bueno, el castillo es enorme- murmuro echándole un vistazo Ella miro a su alrededor tambien -¿el rey nunca está cerca? Eso pareció llamar su atención -¿ya lo extraña tan rápido? La joven se sonrojo violentamente -que tonterías dices. No se trata de eso.- se mordió el labio inferior -más bien… -trato de recordar las cosas de la noche pasada - ¿Alguna vez la escuchaste hablar? -¿A quién?- pregunto distraído mientras echaba un vistazo a unos papeles que sostenía -A las cosas de la oscuridad. Los entes malvados. El rio por lo bajo.- escucharlas… ¿Cómo que escucharlas? -Si, ya sabes, como tener una conversación coherente con estas. El la ob
Un castillo igual de grande y elegante los esperabaArista cargaba uno de sus antiguos vestidos rojos. A pesar del rey haberle dado mas de uno nuevo, ella no se atrevía ni a tocarlos. Apenas y podía mirarlos. Ponérselos seria interpretar y darle veracidad a una mentira. Ya de por si estaba hasta el cuello de ellas, no necesitaba más.-Podrías haber usado aunque sea la joyería. Quizás en el futuro te daré la orden de solo usarlos-¿Insinúa que no estoy a la altura?-lo miro con orgullo heridoEl rey se mantuvo inmutable. A veces era fácil olvidar lo joven que era. Pues la seriedad que siempre cargaba el muchacho en sus ojos le quitaba cierto aire de juventud. Pero lo era. Su rostro era el de un joven de apenas unos veintiséis años.-Ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez que te vi en el pueblo... -murmuro por lo bajo ella refiriendose y recordando a Azariel. O como en ese tiempo lo conocia.El rey la miro esta vez. -Pues permíteme contestarte entonces, no es eso. Creo que estas a la
Vestía de negro con un gran abrigo encima. Todo en el le avisaba del peligro. Y su juventud solo era otra prueba de su viveza, y su belleza de una cruel mortalidad.-Usted, es un poco descortés ¿así suele hablar con las personas que no conoce?-Solo con las que han llamado mi atención. – y su mirada era indescifrable. -¿robar el tesoro de otro rey se considera un delito?- rio-Pues en realidad lo es -recordó -traicionar a un monarca así en contra de sus deseos puede poner a una nación contra otra.« Y no es la primera vez que se peleaban guerras a casusa de una mujer » pensó-Si. Muy sabio pensar, -soltó sin sorpresa -pero yo no soy cualquier monarca masEntonces lo examino con más atención y por el como todos lo miraban en la sala y los lacayos que tenía detrás lamiéndole las botas podía darse cuenta de que tenia razón. ¿Quién era este sujeto?-Te darás cuenta después – le soltó como si hubiera podido leer su pensamiento -porque si me quedas mirando más, quizás tu rey se ponga celoso
¿Ladrar como un qué?¿Qué clase de intento de humillación era ese?Lo pensó rápidamente analizando sus opciones. Sus pensamientos viajando más rápido del ritmo en el que podía procesarlo mientras la magia la envolvía, pero sin hacer ningún efecto.No le afectaba… No le hacía nada…Aun consciente trato de tomar una decisión en cuestión de rápidos segundos.Ella ya estaba tocada por la magia. La magia de la bruja de anteaños que quiso hechizar a su madre, por eso esta no dejaría ingresar a una nueva. Ni siquiera sabía que era inmune a algo como eso. Pero al parecer lo era. Que gran ventaja. E infortunio también.Sus ojos amarillos en un lapso de segundos se llenaron de duda. Duda del porque quizás ella no estaba obedeciendo. Pero no podía dejar que lo supiera. Que lo sospechara. Que nadie se enteraraAsí que antes de que Fell abriera la boca para decir algo…-Guau…- se había arrodillo tratando de poner la mirada perdida. Tan solo puesta en el horizonte.Y las risas llenaron todo el saló
El pánico se instaló en Arista al escuchar la orden.¿Qué?Como pudo entrecerró los ojos tratando de verlo mejor, pero el semblante del rey Fell era todo un poema.¿Podría salvarse de esto?¿Debía ella intervenir?-R-rey Karim…- ella alzo su mano hacia el con la intención de llamarlo -yo…-pero pronto otra voz interrumpió la suya-Claro, mi rey- fue la respuestaNoto como el muchacho de túnica oscura metio su mano dentro y retiro de ella una daga, esta tan filosa como solo las mismas palabras pueden serlo.La orden había sido una ley para él. Con su cabeza gacha era imposible verle la mirada. Pero por lo decisivo de sus movimientos se noto que no había duda en él.-Karim… -rogo otra vez ella– esto no es necesario. Yo…Pero no había piedad en el rostro del rey. Había odio. Una mirada de molestia que solo estaba dedicada al hombre frente a el-Karim…-llamo una vez mas y solo entonces el rey volteo a verla.Sus hombros antes tensos se relajaron. Y sus ojos parecieron ablandarse al mirarla
Había cortado su mano. Deshaciéndose de una parte de su ser. Sin una pizca de dolor. Sin una piza de duda. Solo una orden dada, solo una acción. Eso basto. Y obedeció.La muchacha se sintió sin habla y por un momento pensó que esto no podía ser real. Fue como salirse de su cuerpo. Todo esto se sentía… mal.¿Por qué lo había hecho?Lo había escuchado retractarse y ahora…Luego Fell procedió a rasgar con su otra mano una parte de su propia ropa para envolverse el final de su brazo para evitar así que más de su sangre se derramara.Dio unos pasos hacia ellos dos. -Espero que este acto sea de su agrado para perdonar mi imprudencia. Y que mi reino no tenga repercusionesEl rey Karim no respondió.Fell estaba actuando y hablando como si no hubiera perdido una mano. Como si tan solo se hubiera arrancado una uña.Y luego alzo la mirada hacia Karim -¿Está satisfecho, mi rey? – y sus ojos amarillos mantenían un semblante tranquilo-Tu reino, -dijo – está a salvoEntonces Arista lo entendió.Su
Miente. Miente.Miente.Si ella le decía que estas heridas eran a causa de los maltratos de sus hermanastras y su madrastra… ¿Qué haría el rey?Si con Fell le había ordenado cortarse su mano sin siquiera tocarla… ¿qué haría con su familia?Podía vengarse, podía elegir ese camino, pero… ¿quería hacerlo? Él ya había demostrado lo peligroso que era. Lo volátil y feroz, el no daba tregua al dolor. Arrebataba con todo. Y su gesto era imponente.-Nadie me lo ha hecho -contestoEl rey solo la observo sin decir nada.Quizás no le creía, debía ser más convincente – yo… soy una bruja inexperta -dijo. Quizás no era el mejor camino, pero no se le ocurría nada mejor – y he hecho hechizos que han salido muy mal y… he probado ciertos venenos y… y supongo que me he lastimado un poco. Las… las fuerzas oscuras son agresivas y peligrosas -lo miro – prometo ser más cuidadosa desde ahora.Entonces los ojos de Karim cambiaron su expresión -entiendo¿Le había creído? ¿de verdad lo había hecho?-Entonces tie
-¿Para qué quieres ver a tus hermanas? ¿Por qué siquiera preguntas eso? Los prisioneros no son asuntos de la realeza -Mi familia es asunto mío -dijo. No era realmente que les agradara, pues sabía que ellas la despreciaban. Ni la amaban y se habían asegurado de demostrarles cada día de su vida que ella no valía nada. Que era solo una molestia. Elian rio de mala gana -claro, había olvidado que quien estaba tras esas rejas llevan tu sangre- entonces la miro y su semblante cambio casi como si la compadeciera -quizás sea algo que puedas hablar con el rey -El rey no esta Eso la hizo mirarla de nuevo con suspicacia -¿acaso esta interrogación es apropósito? Has elegido precisamente este día, y este momento para hacerlo. Y entre otras cosas ¿Qué ha pasado esta noche? El rey regreso con un rostro de temer. ¿Qué ha pasado para que se molestara tanto? ¿y que le paso a tu vestido? Arista ignoro sus interrogaciones y se sentó en su cama. -¿me vas a ayudar a mi primero sí o no? El joven suspir