¿Ladrar como un qué?
¿Qué clase de intento de humillación era ese?
Lo pensó rápidamente analizando sus opciones. Sus pensamientos viajando más rápido del ritmo en el que podía procesarlo mientras la magia la envolvía, pero sin hacer ningún efecto.
No le afectaba…
No le hacía nada…
Aun consciente trato de tomar una decisión en cuestión de rápidos segundos.
Ella ya estaba tocada por la magia. La magia de la bruja de anteaños que quiso hechizar a su madre, por eso esta no dejaría ingresar a una nueva. Ni siquiera sabía que era inmune a algo como eso. Pero al parecer lo era. Que gran ventaja. E infortunio también.
Sus ojos amarillos en un lapso de segundos se llenaron de duda. Duda del porque quizás ella no estaba obedeciendo. Pero no podía dejar que lo supiera. Que lo sospechara. Que nadie se enterara
Así que antes de que Fell abriera la boca para decir algo…
-Guau…- se había arrodillo tratando de poner la mirada perdida. Tan solo puesta en el horizonte.
Y las risas llenaron todo el salón. Todos apreciando la escena. Todos admirando el gran poder del rey.
Pero no podía mostrarle su habilidad a nadie.
Increíble. Fingía ser una humana para Fell. Y fingía ser una bruja para Karim. ¿Acaso nunca dejaba de fingir ser algo que no era?
Y al final del día… ella estaba perdida en un punto medio muerto de magia y no magia. Un ser que no existía. Un medio de algo. De todo, y de nada.
El rey satisfecho se inclinó ante ella, -bien, ahora baila para mi
Arista se levanta suavemente y aun con la mirada perdida empieza a bailar. De forma lenta, y pausada. Y todos aplauden.
Todos elogiando el gran poder del hombre.
-Para -ordena
Ella lo hace
-Ahora, -la miro con deseo incontrolable -quítate el vestido
Ella no le dio tiempo a la duda, aunque la orden le hubiera impresionado. Se bajo la manga del vestido rojo y como poco a poco esta fue cayendo exponiendo su piel.
Sintió el frio llenándola, aunque aún mantuviera toda su ropa interior. Dejando expuesto su delgado y pálido cuerpo, y también sus cicatrices.
Fue entonces cuando la mirada del rey cambio al centrarse en ella. Su risa se le esfumo. Volvió su vista a ella. Estaba por abrir la boca para decir algo más cuando todo fue interrumpido de nuevo cuando un viento helado, una ráfaga de viento llena todo el salón y todas las velas se apagan. Los grandes ventanales del castillo se abren. Todas se abren. Y una nueva oscuridad llena la estancia.
Una gran sombra oscura los cubre a todos envolviéndolos. Los gritos ahogados de todos los monarcas se hacen presentes y un terror nuevo lo llena todo.
Fell frunce el ceño y titubea tratando de localizar algo, o a alguien. Pero Arista tenía una idea de quien se trataba.
Ya había sentido esta presencia antes. Este tipo de poder oscuro… Pero una nueva rabia estaba en ella. Un sentimiento arrebatador que se lo llevaba todo.
En medio de la oscuridad no podía ver mucho, pero sintió un tacto suave, apenas un roce en su hombro que la tocaba con ternura, y una voz suave susurra en su oído -no llamaste a por mí…
Ella dio un respingo y volteo, pero no vio a nadie -¿r-rey Karim...?
-¿Estas bien?- y la voz resonaba detrás de ella nuevamente. Pero cuando volteo al otro lado siguió sin verlo
-¿D-dónde estás?
Pero esta vez no hubo respuesta. No hubo nada.
Unos gritos se escucharon y muchos hombres empezaron a retirarse del lugar cuando lograron abrir las puertas principales
Pronto vio otra figura alzándose frente a ella. Le daba la espalda y parecía centrado en otra cosa delante de el. Hombros anchos, elegante traje, y la espada a su costado.
Arista lo rodeo para poder verlo, pero sus ojos rojos eran de un brillo inhumano. Magia… pero… ¿Cómo?
Se agacho cuando sintió más viento soplando. Sus manos se envolvieron alrededor de su cuerpo semidesnudo.
Y como pudo logro entrecerrar los ojos para poder ver que sucedía.
Noto al rey Fell frente a el fijo en su sitio con su mirada clavada en Karim.
Si Fell era malo. Karim era cruel y despiadado. Un rey de reyes. Un rey maldito y todos a su alrededor lo sabían. Por donde pasara el sonido de la muerte lo acompañaba cantando su tétrica melodía. Igual de hermoso, igual de cruel.
-No incumplí ningún tratado... -le hablo. Y sus cabellos se agitaban levemente mientras el viento aun soplaba. No sabía si esto lo causaba la noche, o el mismo rey – esa mujer aun no es tu esposa. Una prometida no entra en las leyes. -rio – no tocaras al reino de la luz
-¿Te haces llamar el rey de la luz?-una voz casi abismal - Cometes una injusticia contra un inocente ¿y yo soy el rey maldito?- sus ojos eran una amenaza, llenos de desprecio y frio -te llevaras de mi aunque sea un recuerdo por esto. Para que no olvides este dia nunca. -soltó -te daré un motivo para recordarla para siempre.
Y por primera vez vio un destello de algo que no era soberbia en el rostro de Fell.
Miedo.
Fell era como un rey del sol. Sus ojos y cabellos dorados. Su belleza natural y deslumbrante le había recordado a su propia hermana Adella.
Pero el rey Karim era diferente, una belleza rebelde. Sus cabellos oscuros, sus ojos demandantes y fríos. Su semblante de desprecio. Y su inmenso poder
-Tu mismo lo harás como una ofrenda hacia mí.
-¿Que?
-Rey Fell, -lo miro -córtate la mano
El pánico se instaló en Arista al escuchar la orden.¿Qué?Como pudo entrecerró los ojos tratando de verlo mejor, pero el semblante del rey Fell era todo un poema.¿Podría salvarse de esto?¿Debía ella intervenir?-R-rey Karim…- ella alzo su mano hacia el con la intención de llamarlo -yo…-pero pronto otra voz interrumpió la suya-Claro, mi rey- fue la respuestaNoto como el muchacho de túnica oscura metio su mano dentro y retiro de ella una daga, esta tan filosa como solo las mismas palabras pueden serlo.La orden había sido una ley para él. Con su cabeza gacha era imposible verle la mirada. Pero por lo decisivo de sus movimientos se noto que no había duda en él.-Karim… -rogo otra vez ella– esto no es necesario. Yo…Pero no había piedad en el rostro del rey. Había odio. Una mirada de molestia que solo estaba dedicada al hombre frente a el-Karim…-llamo una vez mas y solo entonces el rey volteo a verla.Sus hombros antes tensos se relajaron. Y sus ojos parecieron ablandarse al mirarla
Había cortado su mano. Deshaciéndose de una parte de su ser. Sin una pizca de dolor. Sin una piza de duda. Solo una orden dada, solo una acción. Eso basto. Y obedeció.La muchacha se sintió sin habla y por un momento pensó que esto no podía ser real. Fue como salirse de su cuerpo. Todo esto se sentía… mal.¿Por qué lo había hecho?Lo había escuchado retractarse y ahora…Luego Fell procedió a rasgar con su otra mano una parte de su propia ropa para envolverse el final de su brazo para evitar así que más de su sangre se derramara.Dio unos pasos hacia ellos dos. -Espero que este acto sea de su agrado para perdonar mi imprudencia. Y que mi reino no tenga repercusionesEl rey Karim no respondió.Fell estaba actuando y hablando como si no hubiera perdido una mano. Como si tan solo se hubiera arrancado una uña.Y luego alzo la mirada hacia Karim -¿Está satisfecho, mi rey? – y sus ojos amarillos mantenían un semblante tranquilo-Tu reino, -dijo – está a salvoEntonces Arista lo entendió.Su
Miente. Miente.Miente.Si ella le decía que estas heridas eran a causa de los maltratos de sus hermanastras y su madrastra… ¿Qué haría el rey?Si con Fell le había ordenado cortarse su mano sin siquiera tocarla… ¿qué haría con su familia?Podía vengarse, podía elegir ese camino, pero… ¿quería hacerlo? Él ya había demostrado lo peligroso que era. Lo volátil y feroz, el no daba tregua al dolor. Arrebataba con todo. Y su gesto era imponente.-Nadie me lo ha hecho -contestoEl rey solo la observo sin decir nada.Quizás no le creía, debía ser más convincente – yo… soy una bruja inexperta -dijo. Quizás no era el mejor camino, pero no se le ocurría nada mejor – y he hecho hechizos que han salido muy mal y… he probado ciertos venenos y… y supongo que me he lastimado un poco. Las… las fuerzas oscuras son agresivas y peligrosas -lo miro – prometo ser más cuidadosa desde ahora.Entonces los ojos de Karim cambiaron su expresión -entiendo¿Le había creído? ¿de verdad lo había hecho?-Entonces tie
-¿Para qué quieres ver a tus hermanas? ¿Por qué siquiera preguntas eso? Los prisioneros no son asuntos de la realeza -Mi familia es asunto mío -dijo. No era realmente que les agradara, pues sabía que ellas la despreciaban. Ni la amaban y se habían asegurado de demostrarles cada día de su vida que ella no valía nada. Que era solo una molestia. Elian rio de mala gana -claro, había olvidado que quien estaba tras esas rejas llevan tu sangre- entonces la miro y su semblante cambio casi como si la compadeciera -quizás sea algo que puedas hablar con el rey -El rey no esta Eso la hizo mirarla de nuevo con suspicacia -¿acaso esta interrogación es apropósito? Has elegido precisamente este día, y este momento para hacerlo. Y entre otras cosas ¿Qué ha pasado esta noche? El rey regreso con un rostro de temer. ¿Qué ha pasado para que se molestara tanto? ¿y que le paso a tu vestido? Arista ignoro sus interrogaciones y se sentó en su cama. -¿me vas a ayudar a mi primero sí o no? El joven suspir
El rey fue una de las primeras personas que arribo al lugar, o al menos a uno de los primeros puntos-Su majestad, nadie ha llegado aún- se arrodillo uno de sus hombres al hablarle -quizás… quizás debió haber traído a su mano derecha...-Pareces preocupado, Damien ¿no te crees capaz de garantizar mi protección?El hombre vacilo -no es eso. No creo que usted necesite siquiera protección, es más fuerte que yo. Pero aun así… Elian…-Elian tiene trabajo que hacer en casa.Pues Karim sabía que había algo más que deseaba proteger. Algo más valioso que su propia vida. Mientras él estuviera en el castillo nadie ajeno pasaría sus dominios, de otro modo, Elian lo sentiría.-De acuerdo, mi rey -dijo – me asegurare de los preparativos estén listos– y el hombre se levantó. Y justo al mismo tiempo otra mujer llegaba hacia ellos dosKarim la conocía bien. La mujer de vestido corto y extraño, un color fucsia, cabellos y ojos morados. Mirada enloquecida, e inquieta.No de nuevo…-Mi rey, no lo esperab
Esto es un desastre. Ella era un desastre. “Una calamidad” había dicho Elian -¿Cómo es que no puedes lograr algo tan simple? Arista sabia como responderle a eso, pero decir la verdad no era una opción. -No me explico cómo puedes ser tan talentosa y excepcional para unas cosas, pero en otras, en lo básico... eres tan… -¿Inútil?- soltó y trato de que eso no le afectara Es decir, ¿Debería afectarle? Después de todo, era como si le pidieran a un pez que caminara -No.- suspiro – no iba a decir eso. Usted es mi reina, yo jamás diría algo así. Una Reina de mentira en un castillo de verdad. Y de sus manos jamás saldría ni una pizca de magia. -¿Por qué mejor no practicamos pociones?- dijo y pensó que sí que podría revolver cosas sin fallar en el intento, confiaba en su buena memoria para memorizar ingredientes y medidas. -No. Mejor son los hechizos. No quería hacer nada que involucrara cosas que debían salir de sus propias manos. Elian permaneció callado un largo rato. -Se en lo
-Deja de mirarme con esa cara -le recrimina el muchacho sentado frente a ellaArista sigue con las manos cruzadas en su regazo -¿se puede saber para que salimos en un caballo para luego pasar a una carroza?-Se le llama despiste- informo mientras hace a un lado la cortina del carruaje para ver solo por breves instantes el exterior-¿Asumes que alguien nos sigue?- enarca una ceja-Siempre nos siguen, mi reina. Grábatelo.Ella pone los ojos en blanco. -Me parece una tontería. Podíamos haber ido en la carroza del castillo-No. Debimos tomar esta en el pueblo. Como comprenderá, una real sería muy llamativa. -la observa con más curiosidad esta vez -¿acaso esta humilde carroza de madera le parece poca cosa?-Sabes que no se trata de eso-No lo se. Tu eras una princesa. -la miro -Y una futura reina- añadió-Si es que no me cortan la cabeza antes de que llegue ese día…"O escape" pensó-¿Siempre suele ser bastante directa?-Y tu demasiado formal -lo acusa.Elian cierra los ojos y suspira -soy
El pánico la inundo.Convertido en una estatua de piedra. Y más allá de el más personas de igual forma. Muchos más.Un pánico indescriptible que le había atravesado el cuerpo y la había dejado sin palabras. Congelada en el suelo.Levántate. Levántate.Corre. Corre. Corre lejos de este lugar...Pero no podía.¿Qué estaba pasando?Cerro los ojos y trato de respirar. Tratando de recordar algo que aun la uniera aquí a la tierra.Era una pequeña chica que había crecido sin amor, odiaba y despreciada por su familia. La misma gente que se suponía que debían protegerla… Y aun así… Volvió abrir los ojos pensando que no tenia nada mas que perder que su propia vida.Se levanto luego de un rato medio temblorosa. Entonces cuando se recuperó de la impresión corrió de nuevo por el bosque apartando ramas. Si estaba haciendo ruido no le importo.Debía encontrar a Karim. Tenia un muy mal presentimiento sobre todo esto. ¿estaría el a salvo? ¿estaría bien? Y cuando doble contra el recodo de piedra se