El rey fue una de las primeras personas que arribo al lugar, o al menos a uno de los primeros puntos-Su majestad, nadie ha llegado aún- se arrodillo uno de sus hombres al hablarle -quizás… quizás debió haber traído a su mano derecha...-Pareces preocupado, Damien ¿no te crees capaz de garantizar mi protección?El hombre vacilo -no es eso. No creo que usted necesite siquiera protección, es más fuerte que yo. Pero aun así… Elian…-Elian tiene trabajo que hacer en casa.Pues Karim sabía que había algo más que deseaba proteger. Algo más valioso que su propia vida. Mientras él estuviera en el castillo nadie ajeno pasaría sus dominios, de otro modo, Elian lo sentiría.-De acuerdo, mi rey -dijo – me asegurare de los preparativos estén listos– y el hombre se levantó. Y justo al mismo tiempo otra mujer llegaba hacia ellos dosKarim la conocía bien. La mujer de vestido corto y extraño, un color fucsia, cabellos y ojos morados. Mirada enloquecida, e inquieta.No de nuevo…-Mi rey, no lo esperab
Esto es un desastre. Ella era un desastre. “Una calamidad” había dicho Elian -¿Cómo es que no puedes lograr algo tan simple? Arista sabia como responderle a eso, pero decir la verdad no era una opción. -No me explico cómo puedes ser tan talentosa y excepcional para unas cosas, pero en otras, en lo básico... eres tan… -¿Inútil?- soltó y trato de que eso no le afectara Es decir, ¿Debería afectarle? Después de todo, era como si le pidieran a un pez que caminara -No.- suspiro – no iba a decir eso. Usted es mi reina, yo jamás diría algo así. Una Reina de mentira en un castillo de verdad. Y de sus manos jamás saldría ni una pizca de magia. -¿Por qué mejor no practicamos pociones?- dijo y pensó que sí que podría revolver cosas sin fallar en el intento, confiaba en su buena memoria para memorizar ingredientes y medidas. -No. Mejor son los hechizos. No quería hacer nada que involucrara cosas que debían salir de sus propias manos. Elian permaneció callado un largo rato. -Se en lo
-Deja de mirarme con esa cara -le recrimina el muchacho sentado frente a ellaArista sigue con las manos cruzadas en su regazo -¿se puede saber para que salimos en un caballo para luego pasar a una carroza?-Se le llama despiste- informo mientras hace a un lado la cortina del carruaje para ver solo por breves instantes el exterior-¿Asumes que alguien nos sigue?- enarca una ceja-Siempre nos siguen, mi reina. Grábatelo.Ella pone los ojos en blanco. -Me parece una tontería. Podíamos haber ido en la carroza del castillo-No. Debimos tomar esta en el pueblo. Como comprenderá, una real sería muy llamativa. -la observa con más curiosidad esta vez -¿acaso esta humilde carroza de madera le parece poca cosa?-Sabes que no se trata de eso-No lo se. Tu eras una princesa. -la miro -Y una futura reina- añadió-Si es que no me cortan la cabeza antes de que llegue ese día…"O escape" pensó-¿Siempre suele ser bastante directa?-Y tu demasiado formal -lo acusa.Elian cierra los ojos y suspira -soy
El pánico la inundo.Convertido en una estatua de piedra. Y más allá de el más personas de igual forma. Muchos más.Un pánico indescriptible que le había atravesado el cuerpo y la había dejado sin palabras. Congelada en el suelo.Levántate. Levántate.Corre. Corre. Corre lejos de este lugar...Pero no podía.¿Qué estaba pasando?Cerro los ojos y trato de respirar. Tratando de recordar algo que aun la uniera aquí a la tierra.Era una pequeña chica que había crecido sin amor, odiaba y despreciada por su familia. La misma gente que se suponía que debían protegerla… Y aun así… Volvió abrir los ojos pensando que no tenia nada mas que perder que su propia vida.Se levanto luego de un rato medio temblorosa. Entonces cuando se recuperó de la impresión corrió de nuevo por el bosque apartando ramas. Si estaba haciendo ruido no le importo.Debía encontrar a Karim. Tenia un muy mal presentimiento sobre todo esto. ¿estaría el a salvo? ¿estaría bien? Y cuando doble contra el recodo de piedra se
Ella no respondió.Una brisa soplo otra vez y ella tembló levemente. Karim se dio cuenta de que estaba tiritando. Se saco la capa y se la puso encima. -Eres muy sensible al frio-Odio el frio- admitió ella agradecida del cambio de tema. Pero al quitarse la capa, el rey dejo al descubierto algo más -estas herido…- sus ojos mostraron dolor -puede ser grave… yo…¿Desde hace cuánto lo tenía? ¿Cómo se lo hizo? ¿Cómo podía estar herido de esa manera y no actuar de acorde a eso?-Caminabas bien… y te veías… ¿Quién…?El joven rey sonrió suavemente – me conmueve ver que te preocupas por mí.-Debemos…-ella intento moverse, pero el rey la detuvo. -tenemos que curarte… debemos…-Estoy bien -murmuro -¿me detendrías sino lo quisieras?-¿Qué?Entonces el rey se inclinó hacia ella con la intención de volver a besarla, pero ambos olvidaban que no estaban solos. No era el momento para sincerarse o hablar de cosas del corazón ahora.El rey Karim reacciono rápidamente cubriéndola. Se levantaron rápido ad
Arista rodo lo más lejos que pudo, y milagrosamente no se llevó ningún golpe. Apenas quizás algún rasguño de unas rocas más pequeñas.El humo por el derrumbe inundo el lugar. Pero pronto el cielo pareció aclararse. La luna brillaba hermosa en la noche dándole a este lugar una sensación de renovada seguridad.Karim…Su primer pensamiento fue él.Se paro de golpe y corrió ignorando si el cuerpo bajo esas rocas seguía vivo o muerto. No quería averiguarlo. No quería pensar en el hecho de que quizás había acabado con la vida de alguien.Pronto se encontró con más hombres en el sendero del bosque. Estaban descongelados.-¿Cómo? -había murmurado perplejaPero entonces había sentido una mano posarse en su hombro, y esta giro sobresaltada-¿A dónde te habías metido?- le interrogo el chico de ojos verdesElla miro incrédula a Elian -tu… ¿tu rompiste el hechizo?El joven suspiro y con su mano derecha hecho parte de sus cabellos hacia atrás -claro que fui yo. ¿Quién más sino?-¿Dónde… donde está
-¿Qué? -Eres la única capaz de calmarlo ahora. El te escuchara. Entonces recordó. Se cruzo de brazos y repitio con sorna -¿y no temes que lo mate?- había resentimiento en sus palabras -M-me… me equivoque Arista. Discúlpame, no quise ofenderte Ella suspiro -pueden que mis palabras estén cargadas de veneno...-reconocio -Me lo merezco. -No- nego -solo eres cuidadoso. Y eso esta bien, el es tu rey y su vida es tu prioridad. La culpa es mía. Solo quería estar molesta -Cualquiera se hubiera ofendido…-entonces otro ruido fuerte sono, y este miro para atrás nervioso -quizás debas… -Lo se. Lo sé- lo tranquilizo -¿esta rompiendo cosas? -Esta fuera de control.-informo - Debes entender, tu eres la única que puede ayudarlo. Ahora, y en el futuro. -Futuro...-murmuro la palabra como si enserio contemplara un rango de vida longevo para ella -Si, porque solo una bruja podrá romper su hechizo. -entonces puso una mano en su hombro -Pero hoy, solo Arista puede llegarle al corazón. No estaba ta
Nunca había considerado seriamente la idea de poder romper su maldición.No hasta ahora.¿Pero cómo se supone que lo ayudaría cuando ni siquiera sabía cómo fue que la adquirió? ¿se la arrojo alguien? ¿toco algún objeto maldito? ¿leyó cosas que no debía? ¿experimento con magia? Habían tantas opciones… pero si algo sabia ella, era que el conocimiento era poder. Si leyera lo suficiente… si tuviera acceso a suficientes libros… quizás podría hacer algo¿Pero cómo tener éxito sobre aquello que muchos otros experimentados fracasaron? ¿Qué experiencia y conocimiento tenia ella sobre brujas o brujos reales?Karim le había dado un año para romper su hechizo, pero… al verlo así… ¿sobreviviría siquiera ese año?Cuando el rey hablaba siempre lo hacia como si enserio la necesitara. Era extraño. La sensación de sentirse útil e indispensable para alguien. El poder cuidar de otros era una cosa hermosa recién descubierta para ella, y sin duda alguna…Lo miro.Sin duda alguna peligrosa...-Arista…-su voz