Capitulo 5

Un castillo igual de grande y elegante los esperaba

Arista cargaba uno de sus antiguos vestidos rojos. A pesar del rey haberle dado mas de uno nuevo, ella no se atrevía ni a tocarlos. Apenas y podía mirarlos. Ponérselos seria interpretar y darle veracidad a una mentira. Ya de por si estaba hasta el cuello de ellas, no necesitaba más.

-Podrías haber usado aunque sea la joyería. Quizás en el futuro te daré la orden de solo usarlos

-¿Insinúa que no estoy a la altura?-lo miro con orgullo herido

El rey se mantuvo inmutable. A veces era fácil olvidar lo joven que era. Pues la seriedad que siempre cargaba el muchacho en sus ojos le quitaba cierto aire de juventud. Pero lo era. Su rostro era el de un joven de apenas unos veintiséis años.

-Ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez que te vi en el pueblo... -murmuro por lo bajo ella refiriendose y recordando a Azariel. O como en ese tiempo lo conocia.

El rey la miro esta vez. -Pues permíteme contestarte entonces, no es eso. Creo que estas a la altura, y que eres hermosa

Eso parecía un cumplido y se sintió extraño.

Ella nunca se considero hermosa. No se sentía fea. Pero definitivamente no hermosa. No era la palabra que ella hubiera usado. Su hermana Adella era quien parecía poseer toda la belleza del mundo instalado en sus ojos. Tenia mas gracia que todos en un solo dedo que otros en todo su cuerpo..

-Mi hermana lo es más. Ella sí que lo es -solto por costumbre

El rey soltó un bufido en su lugar-¿cual? ¿La rubia?

Eso le molesto. No porque le tuviera especial aprecio a su hermana. Pero sentía que el no era nadie para juzgar a otros -¿te burlas?

El negó -no. Solo digo que la banalidad es increíble. Me parece gracioso como se juzga tan rápido a alguien solo por como luce

-No sabia que no eras alguien superficial. Después de todo tu eres muy gua…-pero entonces se detuvo. Se callo de golpe.

¿Qué estaba a punto de decirle?

¿Acaso estaba loca?

-¿Así que, le parezco atractivo, princesa Arista?- enarco una ceja

Ella no respondió

-Eso es algo decepcionante- dijo de pronto, y su rostro se mostró herido.

¿Cómo alguien podía sentirte herido por hacerle un cumplido de su fisico? ¿pensara el que ella solo es otra chica superficial mas en el mundo?

-Las brujas somos así -soltó como excusa reforzando su mentira.

-La belleza tiende a ser cruel. ¿no te has dado cuenta que a las personas atractivas se le perdonan más fáciles las cosas? -rio – es increíble tal poder de manipulación y victimismo. Me encanta. Que cosa tan increíble.

-Eso parece algo…-titubeo – retorcido de pensar

-Bien.- dijo -porque lo es.

Entonces siguieron caminando hasta pasar el salón principal y mas gente los recibió.

Arista los examino a todos. Parecían personas normales. Y no sabría reconocer a un brujo, aunque lo viera. Ella no podía ver a alguien y saberlo. Para conocer si este poseía magia debía ver algo de magia. Era lógico. Algo de poder, algo de aura, alguna presencia haciéndose presente ¿tenía sentido eso? No lo sabía. Siempre sintió su habilidad como algo extraño

Luego miro hacia el rey. La sombra no había intentado hablar con ella de nuevo luego de aquella noche. Incluso pudo llegar a pensar que tanto estrés de los últimos días la habían hecho imaginarse cosas… pero no. No fue así. El rey le confeso que él también podía oírla. O al menos podía hacerlo cuando estaba dormido.

-Mi querido rey Karim- una voz sonó a sus espaldas y ambos voltearon

Un joven alto de cabellos rubios y ojos verdes los recibía con una sonrisa radiante. Su mirada se poso en automático en ella – así que los rumores eran ciertos. Elegiste a una bastarda como prometida. Que cosa tan curiosa. ¿Qué tiene esta mujer en particular? -había algo en el tono de este tipo que era desagradable. Sonreía por fuera, pero tenía una mirada perspicaz, sádica, y casi de locura. Algo que revelaba a un sujeto muy inestable

¿Acaso todos estaban locos aquí?

“Mis enemigos” eso había dicho el rey.

¿Este sujeto lo era? ¿contaba como uno?

-Mathew Horn -soltó el rey– cuanto tiempo sin vernos. -había algo seco en su saludo. Ni siquiera puso un título delante de este nombre

-Que decepción de saludo, esperaba más emoción de tu parte al ser yo tu querido primo

¿Su... primo?

Arista abrió mucho los ojos

Pero tan pronto como este respondió, su atención volvió a centrarse en ella – No me has contestado ¿Qué tiene la joven? ¿acaso es tan buena en tu cama? Después de todo ya debiste probarla. -sonrió – deberíamos continuar con la tradición familiar, - su mano se alzó hacia ella - y asi la joven pasar por todos nosotros…

Pero antes de siquiera tocarla, otra mano lo detuvo en el aire.

El rey sonrió malicioso. - ¿quieres terminar decapitado?

Mathew arrugo el ceño, pero mantuvo su silencio mirándolo casi con odio

¿De verdad eran familia?

-Es una de mis posesiones. No tienes permitido tocarla.

Y por fin se soltó y rio -¿así que juguete nuevo? ¿tan encaprichado estas? No te recordaba así -miro con más atención a la joven -¿o quizás esta joven es realmente especial? En ese caso, es una gran carta a jugar

Karim no respondió

Arista no entendía que pasaba y como había terminado en medio de todo esto

¿Qué clase de reunión era esa? Una de cual alguien reclamaba a otro alguien, y donde al parecer se podía compartir una pareja

-Me retiro ahora – hace una reverencia y se mueve de lugar.

-Vámonos- dice Karim y se mueve tambien.

Arista no lo hace, en cambio sigue la dirección de sus pasos pues siente una mirada encima, y es cuando se topa con sus ojos. Unos ojos amarillos cual serpiente quien la observa desde el rincon mas lejano analizándola. Esta en una esquina, un joven de cabellos oscuros y piel pálida. Y es cuando sus ojos se conectan que siente su magia.

Tiene algo diferente. Él tiene algo…

“Este sujeto es peligroso” y hace una nota mental de que debe mantenerse alejada de el

-¿Arista?

Ella da un respingo y voltea hacia el -v-voy mi rey…

Y se empareja a su lado.

-Mathew esta equivocado ¿lo sabes no?

Ella parece regresar a la realidad, sacude su cabeza y se esfuerza en centrarte en el -¿que?

-No eres una carta a jugar. -dice -Te elegí por casualidad y te escogí por elección

¿Qué quería decir eso?

-¿Perdona?

El se detuvo y volteo a verla. Su mano se alza y le toca la mejilla y el solo contacto la hace dar un respingo. Es como si su palma quemara contra su piel -¿m-mi rey…?

-Te hubiera buscado

-…

-Aunque hubiera escogido a Adelle como era mi plan y mi deber. Mas allá de eso, te puedo asegurar que no hubiera abandonado el reino de Amcher sin ti

No lo entendió.

-Pero luego al acercarme mas a ti ese día, al ver tus ojos mas de cerca cuando me hablaste de regreso. Tu voz, tu mirada a través de ese vestido elegante y joyas, te vi. Fue cuando mi elección fue aun mas fácil. Tu eras mía. Desde aquel momento de jóvenes ya lo había decidido así.

-¿D-decidido...?

-Que te llevaría conmigo.

Y aquella declaración le había dejado sin palabras

¿Qué le estaba dando a entender?

-Estoy consternado por ti. -confiesa el -Mi amiga. Mi enemiga. Humana. Bruja. – se acercó aún más – aún no se quién eres Arista, - y sus ojos rojos mirándola -pero pienso averiguarlo

Se agacho hacia su rostro y ella ya sabia que iba a besarla. Pero antes de sus labios tocarse…

-Te necesitan arriba, mi rey.

El se detiene en seco. Se aleja unos centímetros y responde -no es el momento

-Si lo es. -y la seriedad en la voz del nuevo joven es demasiado tranquila – y …-la miro de reojo – a solas.

Entonces el rey se incorpora -permanece aquí -le dice como una orden– eres mi reina, nadie va atacarte y nadie se atreverá realmente a tocarte, si pasa algo, grita mi nombre y vendre hasta ti.

-¿Si te llamo vendrás? -pregunto crédula -¿me oirías gritar si fuera necesario desde tan lejos?

-Arista, - la llamo, y su nombre en sus labios sonaba exquisito -No hay sitio en el mundo donde pudieras meterte donde no te encontraría.

-¿Mi rey?- inquirió de nuevo la insistente voz del recien llegado.

Entonces el rey por fin dio media vuelta siguiendo al nuevo joven y desapareciendo de su vista

Y luego de unos momentos escucho otra voz a sus espaldas

-¿Así que te oiría gritar?- y el tono de su voz anunciaba un mal presagio, y cuando volteo el amarillo de sus ojos la congelo dejándola sin palabras. Ese joven solo podia significar problemas.

Pero aun así el continuo. Sonrió- ¿Qué tal si lo ponemos a prueba?

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