SIGRIDNo quiero parecer tan débil. Ya hemos estado juntos. ¿Por qué me siento tan vulnerable frente a Silas con mi cuerpo original?Me abrazo a él y me dejo llevar por todas las nuevas y excitantes sensaciones.Sus labios bajan y capturan mis pezones. Me estremezco por tatos estímulos, el dolor convirtiéndose en una molestia ante el roce constante de su polla.La siento palpitar y engrosarse, latir caliente. Me está gustando. Mi coño cede y empieza a disfrutar de ser tomado por primera vez.El meneo en sus caderas comienza a ser más vigoroso, profundas estocadas, cada vez más rápidas y apasionantes, más rudas. Y hay un punto… sí, oh sí, ese lugar, justo ahí…—Silas… mi Silas… mmm —mis gemidos cambian de dolorosos a excitados. Las gotas de sangre se mezclan con los fluidos blancos que lubrican las penetraciones.Silas se mueve sobre mí como un lobo en celo. Abre por completo mis piernas y se menea entre mis muslos. Se incorpora un poco, y lo veo jadeando y gruñendo, embistiendo en
SIGRIDComienzo a ponerme ansiosa porque me bloquea totalmente.Pero nuestras magias son una, es como el vínculo en los hombres lobos o la conexión de la sangre en los vampiros.Somos mates, y ahora mismo lo único que siento viniendo de él son inseguridades y… ¿temor?—¿Silas? —Intento subir mi cabeza, pero él se aferra con más fuerza a mi cuerpo. Ambos estamos sentados sobre la cama.—Amor, ¿qué sucede? —le pregunto preocupada.Siento su rigidez, su resistencia. Está aterrado de repente, y su corazón late errático. Me está poniendo muy nerviosa.Cuando me dispongo a abrir de nuevo la boca, poniendo la mano en su pecho para apartarlo, él me habla al fin con voz gutural:—No puedo —me dice en voz baja, temblorosa. El remolino turbulento de su magia a punto de salirse de control.—¿Qué? —susurro atónita.—Yo no puedo, Sigrid… yo… yo no te dije por miedo a que me dejaras… No te alejes de mí, por favor, no te alejes de mi vida. No puedo soportarlo sin ti. Soy tan egoísta que me callé pa
VALERIASilas a su lado, agarrando su mano, se ha ido integrando poco a poco a la familia, aunque se nota que prefiere aislarse solo con Sigrid.Mis ojos lo miran por un segundo, no puedo evitar sentir la punzada de la tristeza.“Vale, lo estás haciendo de nuevo.”Aldric me advierte, y aparto enseguida la mirada.Él vino a hablar conmigo en secreto, quiere que lo ayude con nuestra magia de Selenias. Tiene esperanzas de poderse curar, no puede darle cachorros a mi hija, y eso me llenó de una profunda tristeza.Sigrid no sabe nada de él pidiéndome ayuda; Silas no quiere darle esperanzas falsas. Yo prometí callar, pero a Aldric no puedo ocultarle algo tan importante.Al inicio se cerró por completo; pensé que no lo entendería.Se pasó un día entero sin hablar prácticamente nada, estaba devastado, pero al otro día Sigrid lo invitó a correr como lobos, solo ellos dos.No sé qué sucedió, qué hablaron. Él llegó más calmado y aceptó todo el asunto. Me dijo que me apoyaría en lo que fuese n
NARRADORADetrás de las cortinas del balcón, “Gabrielle” miraba a una de sus hijas más queridas. La cuidó tanto, guio su destino para iniciar la salvación de esta tierra que casi destruye por sus egoísmos.Los ojos plateados brillaron con intensidad, las plegarias de Valeria escuchándolas todas en sus oídos. Una sonrisa etérea apareció en el rostro de "Gabrielle".Su silueta brilló, oculta en la esquina, regresando a su hogar. Todos entretenidos, nadie se había dado cuenta de que una invitada inesperada había invadido su castillo.Gabrielle se apoyó con cansancio contra el marco de la puerta, casi al punto del desmayo.Pero sus ojos cansados miraron con alivio hacia su Valeria. No le importaba prestar su cuerpo mil veces más si era para ayudar a su familia.Valeria, en el balcón, con los ojos cerrados, no se dio cuenta cuando las nubes se despejaron y la luz intensa la iluminó. La luna llena parecía querer abrazarla en cualquier momento.Sus pestañas se abanicaron, mirando extasi
Queridos lectores:Si has llegado a este punto leyendo mi libro en la aplicación de Buenovela y apoyando mi trabajo, te lo agradezco de corazón.Hasta aquí sería el final del TOMO I de esta novela, donde se desarrolló la historia de varios personajes, pero sobre todo de los principales, Aldric y Valeria.Su historia de amor tuvo un cierre por completo.El TOMO II, a continuación, comenzará con “El Reino Elemental”, con la historia de nuevos personajes, que a la larga, se van a mezclar con los personajes que ustedes ya conocen. Empezará el TOMO II un tiempo antes de que Silas sea liberado durante la guerra y la barrera sea abierta, para que se encuentren de nuevo las dos razas: Elementales y Seres Sobrenaturales.Es necesario para que se hagan una idea de cómo funciona el Reino Elemental y qué sucedió durante todo ese tiempo con su civilización.Advierto y téngalo muy en claro, los personajes que conocen ahora, no van a aparecer al inicio del TOMO II para que no me pregunten sobre los
EN EL REINO ELEMENTAL, ANTES DE QUE SILAS ABRIERA LA BARRERA AL REINO SOBRENATURAL KATHERINE El olor a humedad y a rancio impregnaba cada rincón de mi pequeño "cuarto" o, más bien, la celda que me retenía y ocultaba del mundo. Me abracé a mí misma, sentada en una sucia esquina, temblando, pegando las rodillas a mi pecho. Mis muñecas, en carne viva por las cadenas, y mis pies descalzos, se acompañaban de una mugrosa bata blanca sobre mi esquelético cuerpo. Los dientes me castañeaban sobre la mordaza que me impedía hablar, y todo mi sistema estaba inundado por las fuertes drogas que ese hombre me inyectaba. Laurence, mi “cuidador” o, más bien, mi verdugo personal en esta prisión. Intenté respirar laboriosamente. Sentía que me quedaba sin oxígeno; el pecho congestionado subía y bajaba con lentitud mientras mi mente comenzaba a divagar. Odiaba sentirme así y las ganas de aferrarme a la vida se desvanecían cada vez más junto con mi fortaleza. Pasos llegaron a mis oídos, y me ten
ROSSELLAMiraba a través de la ventana del segundo piso, en la villa familiar campestre, cómo mi gemela practicaba una y otra vez para hacerse pasar por mí.Una risa de ironía apareció en mis labios y luego el sabor a hierro subió desgarrando mi garganta.Me llevé el pañuelo a la boca y comencé a toser con fuerza, sentía como si todos mis órganos se estuvieran haciendo una papilla, muriendo lenta y agonizantemente.Era mi castigo, lo sabía, yo fui quien le robó a ella su vida en primer lugar.Miro al delicado pañuelo manchado con una grotesca mancha sanguinolenta, mis ojos marchitos con la sombra de la muerte. Recuerdo esos días, ahora más que nunca lo recuerdo, y los remordimientos estrujan mi alma.«Había llegado de visita a las tierras del Ducado de Everhart. Éramos personas de campo, ni pobres ni ricos, solo clase media decadente.Mi padre gastó casi todos sus ahorros, encaprichado con unos terrenos en venta dentro de ese ducado lejano, diciendo que era hora de progresar.Cuando
KATHERINE Los finos botines negros tocaron los adoquines del patio interior. El corsé no me dejaba hacer movimientos bruscos; bajé tomando la mano del cochero como apoyo. Intentaba no desviar la mirada a todos lados o mostrar asombro por la imponente edificación en piedras labradas blancas. Era hermoso el castillo, lleno de detalles y lujos en cada esquina. —Su señoría, bienvenida —una mujer con el cabello canoso estirado hacia atrás salió a saludarme con varias sirvientas. Era el ama de llaves; había estudiado a todos aquí. —Sra. Prescott, manden a llevar mi equipaje a la habitación —di una orden fría, seguida por unas toses falsas mientras me cerraba la pesada capa frente al pecho. Mi tono de voz era más ronco que el de mi hermana y, debido a tantos años amordazada, pudiendo hablar pocas veces, me costó mucho trabajo poner a funcionar mis cuerdas vocales de nuevo. Así que fingía seguirme recuperando de la enfermedad pulmonar que mi hermana tomó como justificación para mud