CELINEMe observé a mí misma en el espejo bebiendo del líquido carmesí mientras él lamía mi nuca donde estaba ahora la marca de sus dientes y aunque no era como los lobos, Mía estaba más que satisfecha.Pero mientras mi garganta tragaba la embriagante sangre y sentía la íntima conexión del lazo con mi Alfa, algo todavía me faltaba, estaba mal… él no había tenido su orgasmo todavía. ¿Cómo después de hacer el amor de esta manera aún está duro en mi interior? ¿No… no le satisfago como mujer?—Tonta —rio en mi oído— Jamás pienses eso ni por un segundo, no te imaginas lo que me he tenido que aguantar, pero si estás tan preocupada, ven, sírvete tú misma.Respondió a mis pensamientos, saliendo de mi interior y haciéndome suspirar al sentirme vacía de un momento a otro.Me giré para verlo sentado sobre la cama, con las piernas flexionadas, abiertas, las manos apoyadas atrás, despeinado y brillando de sudor, sus ojos etéreos me seducían y su expresión lujuriosa prendía el desafío en mis venas
VALERIA—Nena, ¿estás incómoda? ¿Te duele la panza? —No, solo estoy un poco cansada, no he dormido bien, preocupada por ustedes —acaricio el pecho peludo del enorme lycan negro que me lleva con suavidad entre sus brazos a través de la arboleda. Baja la enorme cabeza y hunde la nariz de lobo en mi cuello, haciéndome cosquillas y oliendo profundamente. Pellizco un poco sus orejas puntiagudas, mi corazón más tranquilo porque lo tengo a mi lado. Aldric sigue avanzando, llevándome con él; desde que regresó está en modo obsesivo y no me quejo. Hemos descansado en varias ocasiones en la naturaleza y asomando el amanecer ya estábamos cerca del campamento lycan. Vi las grandes carpas armadas en las afueras de un cementerio y a lo lejos, el intimidante y oscuro castillo del cual tengo pésimos recuerdos.—Su majestad, lo estábamos esperando. ¿Cómo está la reina? —Beof sale con varios lobos a recibirnos. A fuerza, ya me he acostumbrado al título de manda más. —Estoy bien, Beof, muchas gra
VALERIAMe miró y luego a mi pancita ya un poco abultada. —Príncipe Zarek, necesitamos hablar de absolutamente todo, por mi familia, estoy dispuesto a reconsiderar todo el asunto de nuestras razas —Aldric dio un paso adelante, enfrentándolo dominante, poniéndome orgullosa de que haya decidido dejar ir su odio. —Bien, pero primero el desayuno, comamos todos y después hablemos —propuso y nos invitó a pasar a un enorme comedor donde devoré el exquisito desayuno de bacon y huevos. Mi estómago era como un pozo sin fondo y eso que bebía de la sangre de Aldric como una alcohólica del barril de cerveza. Un tiempo después, nos encontramos sentados en una sala.Cada pareja en cómodos sofás frente a un calentito fuego y una atmósfera relajada de bebidas y postres. Pensé que iríamos al salón del trono a negociar, nosotras atajando a estas bestias de maridos, intentando que no se desgarraran la garganta uno a otro, pero las cosas no fueron así. —Celine y yo lo hablamos, Rey Aldric, no nos in
VALERIA—Espero contar con el apoyo de su poder, Príncipe Zarek, porque no será sencillo esta fusión, muchos estarán en desacuerdo —Aldric le dijo con seriedad. —No se preocupe, Rey Lycan, sé muy bien cómo tratar con los rebeldes y de hecho, necesito ampliar mi ejército mucho, mucho más —dio una risa algo siniestra que me erizó todos los pelos de la nuca. —Ahora, el otro tema del día, ¿qué planes tenemos para derrotar al hijo de puta del Rey Espectro? Porque creo que todos estamos conscientes de que esa puerta no aguantará para siempre y esta vez, no pienso seguirme escondiendo como una rata —Zarek agregó.—Y yo no pienso entregar a mi mujer ni a mi hija bajo ningún concepto —Aldric gruñó bajo, pegándose más a mí. —Y Gabrielle no seguirá mutilándose —Quinn también gruñó su respuesta —Amor, ¿cuánto tiempo tenemos? La miró y todos lo hicimos, con algo de temor. —El poder de las Selenias que quedó remanente, creo que puede aguantar unos 20 - 25 años, opino que no más de eso —madre
CELINE—¿A dónde vamos? —le pregunté a mi mate buscapleitos después de reñirle por la incómoda situación de hace un rato.—No me gusta que Aldric te haya marginado tantos años —siseó sin soltarme la mano mientras caminábamos por el pasillo.—Él tenía sus razones para odiar el reino oscuro, yo lo odiaba también —suspiré queriendo dejar atrás el pasado.—Lo entiendo, pero eso no quiere decir que me agrade —se detuvo frente a mí, acariciando mi mejilla con su mano fría.La intensidad de sus sentimientos siempre rodeando mi alma.—¿Querías saber a dónde te llevaba? Ven, hay una sorpresa que mandé a buscar para ti —y abrió la puerta que daba a una enorme biblioteca.Miraba asombrada a las estanterías gigantes del suelo al techo, parecía un laberinto.Las lámparas colgantes alumbraban con sombras y luces tenues, pero las cortinas estaban corridas y a través de una enorme terraza también entraba la tenue luz del sol.Allí, de pie, había un hombre de espaldas a nosotros.Su ropa de noble esta
8 MESES DESPUÉS…ALDRICLeía los nuevos arreglos del Reino Nocturne sentado en la biblioteca.Así se proclamó oficialmente el nombre de la fusión de los dos antiguos reinos que ahora gobernaba.Yo, que no quería responsabilidades desde el inicio, terminé siendo el Rey de todo, pero por mi reina y mi princesita, era capaz de atarme a lo que fuese.Bajé mi cabeza y besé el suave cabello negro de mi hembra que dormitaba contra mi pecho, acostada a lo largo del mullido sofá.Dejé los papeles de lado y bajé mi mano para acariciar su panza ya grande; el momento se acercaba y la conexión con mi hija se hacía más y más fuerte.En cuanto mis dedos tocaron la piel de Valeria, sentí el revoloteo bajo mi mano que me sacaba sonrisas.“Mi hermosa cachorra, pronto te voy a conocer, tu papi muere por verte y cargarte entre sus brazos”Extendí mi pensamiento a través de nuestro vínculo y el movimiento bajo mis dedos aumentó, estirando de manera rara la piel de la barriga de mi mate."Shh, dejemos desc
ALDRIC—No, siempre eres muy suavecito… — me dice burlona.—Valeria, tengo miedo, amor, el otro día creí que te iba a dar una cosa de lo agitada que te pusiste.—Es que era muy incómoda esa posición, parece que llevaba toneladas de hierro en la barriga. —resopló devolviendo mis besos y mimos.—¿Quién fue la que se quiso hacer la histriónica? —me reí recordando el susto que pasé ese día por siempre seguirle en sus locuras.—Bien que te gustó, no te hagas. —me palmeó el brazo y solo pude negar derrotado; amo a esta mujer a morir.—Buscaré el barreño para limpiarte…—No —me detiene agarrándome la mano.—Valeria…—Una vez más, anda, no seas malito, ¿no vas a complacer a tu mujer cachonda después de cargar con tu cachorra tantos meses?Bajó su mano y comenzó a bombear sobre mi polla que está más enamorada de ella que yo mismo.Esta Selenia solo chasquea los dedos y ya la tengo parada en un segundo.Sé que son las hormonas del embarazo, pero en esta cruzada mi orgulloso guerrero ha demostra
ALDRIC“No, no, mi niña va a estar bien, Diosa, por favor, que mi hembra y mi cachorra estén bien."Suplico y extiendo el vínculo a mi pequeña, apremiándola a salir a ver el mundo.—¡Aquí está, ya está afuera!Un llanto, que cubre los gritos y los gemidos dolorosos de Valeria, hace temblar nuestros corazones.Veo que manipulan en unas mantitas blancas una cosita pequeña, el cabello negro azabache sobresale y destaca en la blanca piel.—Sus majestades, aquí tienen a la princesita, felicidades, mi reina. —la amiga de Valeria, que ahora es pareja de Dave, es quien la trae en sus brazos.No sé qué hacer, mis manos sudan, tiemblan, me siento tan irreal.—No tengo fuerzas, Aldric, sostenla en tus brazos contra mi pecho.Valeria me pide con debilidad, su voz apenas en un susurro mientras siguen manipulando su cuerpo y limpiando entre sus piernas.Juliette me pasa entonces la mantita, el nudo se aprieta en mi garganta y mis ojos se enrojecen cuando la sostengo con cuidado sobre el pecho de mi