CELINEPasando al comedor, me senté en un rincón discreto, me quité la capucha amparada por la oscuridad y pedí mi comida, estaba que me moría de hambre.A mi alrededor se escuchaba una algarabía de hombres tomando y riendo, las camareras con los senos casi afuera sirviéndoles y de paso siendo manoseadas por todos lados.No me gustaba este lugar, pasaría la noche y me iría al amanecer.— Oye, dicen que el Rey Lycan ya se está moviendo, sus hombres avanzan por la frontera sur…— ¿Crees que ahora seremos gobernados por Aldric Thorne?— No lo creo, los hechiceros deben ganarles a los vampiros el control del castillo, quien domine el castillo, controla el Reino…— Pero ¿y la maldición? Se ha activado después de morir el Rey Vampiro y ahora nadie puede entrar al palacio…Escuchaba retazos de conversación por todos lados, información que había ido recopilando.Me importaba un pepino el asunto de la lucha interna de este Reino, pero me dirigía al sur a encontrarme con Beof.Esa noche acomodé
CELINENi siquiera me lo pensé para forzar el cambio, pero sorpresa, sorpresa, no podía convocar a mi loba Alfa.“¡Mía!, ¡¿a qué carajo estás jugando?!”“¡Parece que el látigo tiene algún encantamiento, Aaaggg! ¡NO PUEDO CAMBIAR!”Mi loba rugía en mi interior, pateé como una burra a todos lados, luchando en el suelo por levantarme, pero los golpes, las patadas y los puños empezaron a llover sobre mi cuerpo.— ¡Maldit4 vampira de mierd4, tú lo elegiste a las malas!— ¡Arráncale la ropa, voy a disfrutar destrozándola!— ¡Aagagrr, Aahahh! – mis garras se hundían en cualquiera que intentase inclinarse para desnudarme, pero pronto fueron agarradas por encima de mi cabeza, al igual que mis piernas abiertas.Mi rostro volteó a un lado con una fuerte bofetada que casi me envía a la inconsciencia. Me mordí la lengua tragando más sangre al ser pateada en las costillas y el vientre.El muslo donde el látigo se enredaba como una serpiente venenosa me estrangulaba más y más, pero resistiría hasta
NARRADORA Entonces levantó su falda y casi corrió hasta el carruaje de su padre. — Dime, dime, hija, ¿lograste confirmarlo? – el hombre anciano con una barba larga entre castaña y gris miró con sus ojos verdes a su hija, cuando entró en su zona de descanso. Laila cerró la puertecita y se sentó sobre la suave manta con expresión emocionada. — ¡Sí, sí, padre, lo confirmé! Tiene en su muslo interno casi llegando a su parte íntima un pequeño tatuaje rojo en forma de lágrima o gota, algo así – Laila recordó cuando hizo su revisión en nombre de curar a Celine. — ¡Lo sabía!, la Diosa está de nuestro lado, que buena suerte – el viejo hechicero palmeó su muslo complacido mientras le daba una calada a su tabaco — Preparé el hechizo, tienes que asegurarte de que entre a su cuerpo, ¡no puedes fallar! — Pero padre, ¿de verdad que no le hará daño? Me siento un poco mal, ella y su hermano me rescataron aquella vez – Laila frunció el ceño, de nuevo insegura. — Niña tonta – su padre golpeo su
GABRIELLE— No, no, hija, debes tener el control absoluto de tu magia, no que ella salga por instinto – le explico a Valeria mientras estamos practicando en la sala — No puedes esperar a llegar a una situación desesperada para entonces reaccionar. Intenta sacar tus alas de cuervo ahora… no, no… pero sin la transformación completa, solo las alas…Así nos pasamos practicando un buen tiempo, estaba dispuesta a enseñarle todo lo que sabía, lo que heredé de mi madre y su madre antes de ella.— Descansemos un rato, no te agotes tanto y cuida a la bebé – nos detuvimos y pronto sentí como vertió agua en un vaso.Pensé que era para tomársela, pero su cálida presencia se acercó frente a mí y el cristal frío fue puesto contra mi boca.— Bebe, que has hablado mucho, tienes los labios pálidos – mi alma se derrite ante sus cuidados.Mi primer temor siempre fue que me rechazara y me reclamara por haberse creído abandonada, pero mi Valeria, es demasiado buena.— Madre, yo… quiero hablar algo contigo
GABRIELLECuando llegué al cuarto estaba preparada para los dulces asaltos de mi mate, por mucho que mi mente se resistiera, la química del vínculo siempre estaba presente.Abrí la puerta y enseguida el olor delicioso asaltó mi nariz, mucho más intenso y almizclado, Quinn había estado entrenando afuera.Me lo imaginaba sudando, mostrando sus abultados músculos por fuera de alguna camiseta de combate. Tenía que admitir que moría por recorrer su cuerpo con mis ojos.Sin embargo, el sonido del susurro de ropas se escuchaba. Pensé que sería para darse un baño, pero luego sus pasos no fueron hacia el lavabo.— ¿Quinn qué haces? – le pregunté, diciéndole su nombre como tanto le gustaba.— Voy a dormir en otra habitación para dejarte descansar, ya no necesitas que te vigile tan de cerca – responde y su tono tan seco me hace tensarme.¿Qué sucede? A penas esta mañana casi me viola con su erección matutina al levantarse.— La Sanadora no me ha dicho que estoy recuperada por completo, yo… — me
CELINEAprieto los dientes cuando las punzadas de dolor atraviesan mis sentidos, pero aguanto, no será la primera herida grave que me hago.Para cuando termina 15 minutos después, estoy toda sudada, la ropa se me pega al cuerpo y me he destrozado el labio inferior de morderlo, pero es cierto que el dolor agudo del inicio ha pasado.— Debes dejarte esto unos días y vas a sanar, no te preocupes – me explica limpiándose la frente con cansancio.— Muchas gracias, Laila, no sé cómo pagarte…— Yo soy quien está devolviendo tu generosidad – sonríe y yo también lo hago por cortesía.— Por cierto, descansa mucho Celine, hoy por la noche pasaremos cerca del lugar que quieres ir, debes estar lista para correr al bosque.Asiento agradeciéndole de nuevo, me termino el caldo y me recuesto a esperar mi oportunidad mientras la caravana continúa camino, con el traqueteo de las ruedas sobre la tierra.Laila me acompaña un rato y cuando volvemos a detenernos, ya de noche, se baja y me hace señas de que
CELINECorría veloz por entre los arbustos, mi larga trenza moviéndose con mi carrera.Los zorros salían de sus madrigueras buscando una presa nocturna que cazar y todo tipo de insectos hacían ruidos raros al pasar a su lado.La vida en el bosque despertaba y pronto, además de sus sonidos, también escuché voces, pero no las que estaba buscando.“¡Celine, no vayas por ahí, son Vampiros!”, mi loba me advierte y me detengo forzadamente, mirando a todos lados, viendo por donde escapar para no toparme de frente con una emboscada.— ¡Oye! – una exclamación me pone de nuevo en marcha y corro hacia la derecha porque fue lo que me indicó mi instinto.De nuevo estaba siendo perseguida y esta vez esos hombres eran mucho más veloces que los anteriores, parecían Vampiros élite.Con mi muslo herido y varios de ellos siguiéndome los pasos, era obvio que no llegaría lejos.El viento pasaba silbándome los oídos, de repente mi nariz captó un olor a descomposición y viejo.“¡Desvíate a la izquierda, ráp
CELINE¿Dónde estoy? Acaso no me dormí en el Cementerio.“Mía”“Estoy aquí, pero tampoco sé dónde nos encontramos, parece el interior de unas mazmorras. Huelo algo interesante delante de nosotras”¿Interesante? ¿Qué tipo de aroma era ese?Miré a todos lados alerta, caminé a través de un oscuro pasillo.Este sitio se sentía tan irreal, pasé las manos por las frías paredes de piedra y solo se escuchaba mi respiración y las pisadas de mis botines sobre el antiguo suelo.No sabía a donde iba, caminaba a ciegas por este laberinto oscuro, o al menos eso creía… pero en realidad, algo estaba tirando de mi alma.¿Estaría soñando?El final del pasillo llegaba a una pesada y antigua puerta de madera con remaches ennegrecidos de acero y dos pesados postes atravesados cerrándola firmemente.Como si fuese poco, cadenas oxidadas pero muy resistentes amarraban todo ese amasijo de seguridad.¿Que rayos estaba detrás de esa puerta? Lo que fuese gritaba peligro por todos lados y yo no sería la que lo des