Perla Miro el tranquilo y hermoso caballo. Si digo que no me siento nerviosa, estaría mintiendo. —Acércate —dice Fabiano—. No te hará daño. Puedes tocarlo, así podrás entrar en confianza con él. Hago lo que Fabiano me pidió y me acerco al precioso caballo de pelaje marrón llamado Estrella. Mi mano tiembla ligeramente al tocarlo por primera vez, pero a medida que acaricio su suave pelo, siento cómo la confianza entre nosotros va creciendo. Estrella me observa con curiosidad y me doy cuenta de que él también está tratando de conocerme. Fabiano se detiene a mi lado, acariciando a Estrella con la misma delicadeza que yo. Su presencia me tranquiliza y me siento más segura en este momento. —He mandado a preparar a Estrella para que puedas montarlo —me dice, y mi corazón se acelera—. Como dije, es el indicado para ti. Miro a Fabiano, sintiendo un entusiasmo renovado en mi interior. —Está bien, me encantará montarlo —afirmo, sintiendo que la emoción me desborda. —Espera aquí un moment
Perla Con suavidad separo mis labios para recibir los de él, quien no duda en entrelazar sus labios a lo míos. Nerviosa, pero sintiendo mi corazón acelerado decido imitar los movimientos de sus tersos labios.Un momento después siento como sus manos bajan a mi cintura y me estrecha con sutileza a su cuerpo. Sin pensarlo suelto el trozo de sandia y me aferro al cuello de su camisa, para besarlo mejor. Y sin darme cuenta sigo su sincronía, sintiendo el sabor de la sandia entre su boca y los expertos movimientos de sus labios. Siento como mi corazón va a estallar dentro de mi y lo beso con más intensidad, así como él a mi. Por falta de aire, el beso va disminuyendo hasta que se vuelve pausado y lentamente nos alejemos para encontrar nuestras miradas.—Listo —escucho que dice, y coqueto curva los labios.Mirándolo esbozo una suave sonrisa y lo veo acercarse para darme otro corto beso en los labios, que todavía sonriendo le recibo.—Ahora vamos a ver los melones —retrocede un paso y agar
PerlaTrago con suavidad y vuelvo a agarrar otra fresa, pero antes de comerla, miro a Fabiano, quien se encuentra mirando en dirección al mar con una expresión relajada, como si el estrés se hubiera desvanecido. No lo interrumpo y decido comerme la fresa mientras admiro su atractivo rostro, aceptando que realmente es muy guapo. No puedo creer cómo han cambiado las cosas entre nosotros desde la primera vez que nos vimos.Sin dejar de mirarlo, continúo comiendo fresas. Un minuto después, también miro hacia el mar abierto y disfruto del silencioso momento y el paisaje perfecto.—¿Te gusta el mar o prefieres lugares más frescos? —pregunta Fabiano, quien agarra una fresa de la canasta.Inmediatamente lo miro.—La verdad, me gustan las dos cosas. Pocas veces he ido a la playa, pero puedo decir que me gustan ambas —respondo, bajando la mirada a la taza que tiene trozos de sandía. Sin dudarlo, agarro uno y miro a Fabiano—. ¿Todo lo que está aquí se cultiva en esta tierra? —meto el trozo de sa
FabianoYa el sol se va ocultando lo que indica que ya es hora de volver a la villa. Perla y yo subimos de nuevo a nuestros caballos y empezamos a cabalgar en dirección a los establos. No es una experta cabalgando por qué es la primera vez que lo hace, pero aprende rápido y eso está bien, además se nota en su rostro que le está gustando. Y la verdad no me arrepiento de nada. Es dulce, hermosa y me trae loco. Desde el día de hoy estaré dispuesto en disfrutar cada momento con ella.Al llegar a los establos, ambos bajamos de nuestros caballos y dos de los obreros se acercan para agarrar los caballos y llevárselos. —A sido muy entretenido y divertido —dice con una sonrisa mientras me mira. —Me alegra que te haya gustado. Vamos a la motocicleta, hay que ir a la villa —me acerco a la moto. —¿Entonces vamos a venir en otoño? —se detiene a mi lado. Subo a la motocicleta y agarrando el manubrio. La miro.—Te llevaré a donde quieras, sole mio —le digo con voz cariñosa y una sonrisa suave.
PerlaMe encuentro mirando el traje de baño que voy a usar para mi salida a la playa con Fabiano. Es un bikini de un vibrante color coral que me encanta, pero antes de empezar a acomodarme, decido darme una ducha rápida. El agua tibia me relaja, y pronto salgo sintiéndome fresca y lista.Después de secarme, me coloco el bikini y sobre él un vestido amarillo cálido que complementa mi bronceado de la cabalgata de ayer. El color es alegre y me hace sentir bonita. Acomodo mi cabello en una coleta alta, ya que el calor del día sugiere que me mantendré activa, y empiezo a preparar un bolso con lo que necesito: bloqueador solar, un par de toallas y mis cosas personales.Mientras estoy en eso, mi teléfono vibra sobre la cama. Es una llamada de Fabiano. Contesto rápidamente, emocionada.—Hola, Perla. Te estoy esperando en la puerta trasera —me dice con voz suave.—¡Ya bajo! —respondo, y corto la llamada, sintiendo que la emoción crece dentro de mí.Coloco mis anteojos oscuros y agarro el bolso
PerlaEstoy en la habitación, observando el vestido largo color azul marino que voy a usar para la cena con Fabiano. La tela fluida cae suavemente sobre la cama, y la verdad me siento emocionada por la noche que se avecina. Luego de ponerme mi ropa interior, deslizo el vestido sobre mi cuerpo, sintiendo cómo se ajusta perfectamente. Las mangas largas y el cuello alto le dan un aire elegante que me encanta. Desde que lo compre dije que lo usaría en un momento especial y la verdad este es uno. Me dirijo al espejo y decido que un maquillaje sutil será perfecto para la noche. Me aplico un poco de base, un toque de rubor y, finalmente, un pintalabios rojo oscuro que resalta mis labios y también espero que mis ojos verdes se vean más llamativos. El color me hace sentir poderosa y sofisticada. Luego, hago una cola alta con mi cabello, dejando un par de mechones caer delicadamente a los lados de mi cara y ya creo estar lista. Me miro al espejo, examinando mi atuendo con cuidado inspeccionan
PerlaLuego de subir las escaleras, llegamos a un amplio balcón al aire libre. El lugar tiene barrotes oscuros adornados con detalles florales que le dan un aire romántico. Ante mis ojos, descubro que solo hay una mesa elegantemente preparada, con platos y copas que brillan suavemente bajo la luz de las estrellas, además de un hermoso ramo de flores de un cálido color amarillo.—Es hermoso este lugar —comento, maravillada por el ambiente. Fabiano se acerca a la mesa y me invita a sentarme. Desde aquí, el paisaje es cautivador: las montañas se alzan majestuosas, el mar abierto brilla con un tono oscuro bajo la luna, y la ciudad iluminada se extiende como un océano de luces en la distancia. —Las flores son para ti —me dice Fabiano, y en su voz hay un toque de sinceridad que me hace sonreír.Con una sonrisa, recibo el ramo de flores y lo admiro. Son realmente hermosos, y la calidez del color resuena con el ambiente.—Quizás estés acostumbrada a recibir flores, pero una mujer hermosa si
PerlaVirginia, USA.Al llegar a la villa, la emoción me envuelve. Bajo de la camioneta y, al hacerlo, una de las mujeres del servicio se acerca para ayudarme con mi equipaje. Le agradezco con una sonrisa mientras ella me guía a través del camino adornado con flores y arbustos bien cuidados que rodean la casa.—De nuevo bienvenida a tu habitación, Perla —me dice con amabilidad, abriendo la puerta con un gesto.Le sonrío. —Que bueno verte. Al entrar, me detengo un momento, un aire de frescura y tranquilidad me rodea. Me giro hacia la mujer del servicio.—Gracias por tu ayuda —le digo sinceramente, y ella asiente antes de marcharse, cerrando la puerta detrás de ella.Una vez sola, respiro hondo, aún sintiendo la emoción de los últimos días en Sicilia. Pero ya es hora de trabajar y regresar a la vida real. Decido que necesito mi computadora y mi teléfono, así que rápido recojo mis cosas. Me dirijo hacia el despacho de Fabiano, donde sé que Leonor ya debe estar esperándome.Al llegar,