12 - Deseos perversos

Fabiano

La noche ya había caído. Mientras me acomodo la corbata azul oscuro que hace combinación con mi traje de tres piezas de color gris, no puedo sacarme de la cabeza el rostro de la mujer que conseguí en Seattle, no tuve tiempo de hablar con Leonor y preguntarle, ya que estaba en la sala de juegos con mis invitados, además no estuvo en el almuerzo y solo me respondió el mensaje con un: “Ella está bien, señor” Sin embargo, eso no me mantiene tranquilo, así que he decidido ir a la otra casa para averiguar como está.

Al terminar de colocar el reloj negro de aguja en la muñeca, me echo perfume y después de volverlo a colocar en la repisa, agarro el teléfono y salgo de la habitación.

Después de bajar las escaleras, me dirijo a la cocina y salgo por la puerta que da a la piscina trasera, para después encaminarme vía a la casa donde viven los obreros.

«Los obreros» Estaba tan metido en mi postura y asuntos, qué no presté atención a lo que estaba haciendo con ella. Así que ahora compre
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