Perla Llena de vergüenza, con rapidez quita la mirada y me encargo de recoger la bola de billar que he hecho caer sin querer. Al levantarme dejo la bola sobre la mesa y decido mirar al hombre frente a mí. —Disculpe de nuevo. —respondo con voz suave y volviendo a mirarlo a sus ojos azules—. No quise interrumpir su llamada, señor. La verdad, sí. Pero no de esa forma. —No se preocupe, señorita —guarda el teléfono en el bolsillo de su pantalón y con los ojos sobre mí, se empieza a acercar a mi lugar—. ¿Cómo te llamas? —se detiene delante de mí y guarda las manos en los bolsillos de su patrón fino. Su piel es blanca y es más alto que yo. La verdad también puedo agregar que es muy guapo. Aparenta unos veintiocho años de edad. Su mandíbula se marca, tiene la nariz derecha y una impecable barba escasa, pero que le luce muy bien. Por su manera de vestir se nota que es un hombre adinerado. —Soy Perla Lee, señor —extiendo mi mano y le regalo una sonrisa—. Mucho gusto. Mira mi mano y
FabianoCuando me acerco al toldo, veo que Julio y Lucas ya han llegado, sin embargo, trato de no prestarle atención a la Perla vestida con ese sencillo vestido que está usando para la reunión de hoy. Mentiría si digo que no se ve hermosa, pero en realidad resalta más que las demás mujeres que están trabajando. Por otro lado, algo me llama la atención. No sé si me estoy volviendo loco, pero podría decir que es la hija perdida de Lucas Degli, realmente hay una gran similitud entre ellos y al parecer él lo ha notado porque no ha dejado de mirarla.Aunque ella es de estatura baja, tiene los rasgos muy parecidos a los de Lucas y por supuesto, que también a Julio. Ese cabello oscuro y esos ojos verdes, además de la pequeña nariz que es hereditaria de generación en generación, en los Degli.La familia Degli ha sido parte de la familia Greco desde hace muchos años debido a los negocios, es por esa razón que conozco también a los descendientes de Luca, pero quizás debo estar loco de remate. L
FabianoPasa saliva por su garganta y con delicadeza, acomoda dos mechones de su cabello detrás de sus orejas. Mirándome con mucha atención. —Si le soy sincera, estoy de acuerdo. No me gusta tener problemas con las personas a mi alrededor, mucho menos si se trata de mi jefe —aclara.Curvo los labios.—Eso me parece bien, Perla —me incorporo en el sillón—. Mucho más si es el bien, para nuestra relación laboral.Afirma.—Estoy totalmente de acuerdo.—Muy bien. La última vez que hablamos en el despacho tú me dijiste sobre las distintas áreas de trabajo a donde has estado activa —prosigo—. Me comentaste que has sido secretaria, ¿no?—Sí, señor —afirma.—Muy bien, Perla —trago con suavidad—. Yo necesito otra secretaria y creo que tú has llegado en el momento adecuado. Como sabrás Leonor es mi secretaria, pero sinceramente es mucho trabajo solo para ella. Tengo muchas responsabilidades y negocios a nivel mundial, y para Leonor, a veces es estresante y complicado —hago una pausa—. A mí me i
PerlaMe consiguieron literalmente dentro de un basurero y me secuestraron por lo que vi, ya que estuve en el lugar equivocado. Yo sé que estas personas no son para nada buenas, trabajan con negocios ilícitos, de eso yo soy consciente. Pero, a pesar de todo, pasé de casi vivir en la calle a tener un buen trabajo. El señor Fabiano y yo no empezamos las cosas bien, pero me agrada que se le haya ablandado el corazón y también que le haya hecho caso a la señora Elisa. Ser secretaria no es algo tan relevante, pero para mí sí lo es. Hace unos días me había quedado sin trabajo gracias a las acciones de mi madre, ya que me dejó una gran deuda en el bar debido a las bebidas alcohólicas qué sacaba en mi nombre y al final tuve que pagar hasta el último centavo y pedirle oportunidades a mi jefe, para que no me despidiera, porque mi madre totalmente borracha iba al bar y armaba grandes escándalos frente a los clientes, por supuesto mi jefe se cansó y un día de la nada me echó. Entonces me quedé s
PerlaFabiano frunce el ceño y la mira fijamente.—Fiorella, cariño —él le acaricia el cabello con delicadeza—. En estos momentos estoy ocupado, necesito que me esperes en la reunión —refiere con voz suave, pero grave.Fiorella lo mira sin sonreír y luego sus ojos se posan en mí.—Está bien —desliza una sonrisa y mira a Fabiano—. Te espero. No te tardes tanto —ella agarra la mejilla de él y le da un beso corto en los labios—. Te amo —le lanza un beso volador y luego se levanta del regazo de su prometido.Ni siquiera me mira y se encamina hacia la puerta para salir de la habitación, pero así como ella sale, otra persona entra y se acerca.—Ya estoy aquí, señor —la voz de la mujer que me ayudó el día del incidente con los perros, suena detrás de mí y luego aparece a mi lado. Una un hermoso vestido largo de color amarillo cálido y su cabello pelirrojo, va recogido.—Hola, Leo —la saluda Fabiano—. Por favor, toma asiento al lado de Perla —le indica él—. Quiero hablar contigo. —Si, señor
PerlaSalimos por otra puerta de la casa que nos conduce a lo que al parecer es un garaje. —Después te vas a memorizar toda la edificación de la villa—informa Leonor—. Por qué también será importante. —Eso espero, por qué realmente es gigante —respondo mirando el amplio terreno.El garaje al parecer está cerrado, pero hay dos camionetas negras, estacionadas afuera y cuatro hombres trajeados que se encuentran conversando. De entre los cuatro hombres, uno de cabello castaño, piel blanca y ojos cafés, se empieza a acercar hacia nosotras y se detiene delante de Leonor.—Señorita Leonor, buenas tardes —saluda con amabilidad—. He recibido su mensaje.—Hola, Angelo, sí. Necesito ir a comprar unas cosas —avisa—. Pero antes, te voy a presentar a Perla, ella será la otra secretaria del señor Fabiano —le informa Leonor. El hombre me observa manteniendo una expresión neutra y extiende su mano hacia mí. —Un gusto, señorita mi nombre es Angelo —se presenta con educación—. Estoy disponible para
PerlaLeonor y yo seguimos a Joe hasta un probador. Solo llegué a observar este tipo de tiendas desde lejos, jamás me imaginé entraría en una. El probador es grande y es de color rosa claro con blanco. Hay una alfombra grande de color blanco y un juego de sofás de color café, que contiene en medio una mesita con un florero qué tiene rosas blancas frescas. También hay ranks llenos de vestidos y hay un espejo largo de cuerpo completo.—Muy bien, hay un vestido que podría ser el adecuado para ti, Perla —dice Joe, quien se aproxima a uno de los ranks y empieza a pasar vestida tras vestido—. Creo que está por aquí.Leonor se sienta en el sofá largo y mira a Joe.—Debe lucir muy bien, jamás voy a permitir que mi compañera se vea insípida. Joe le lanza una mirada.—¿No confías en mí? —continúa buscando el vestido—. ¡Ah!, aquí está —saca un vestido color esmeralda y se gira para mostrarlo—. Este es —se acerca a mí.Miro un vestido color esmeralda con corsé en forma de corazón qué contiene u
Perla Solo había escuchado sobre los matrimonios arreglados en novelas y películas, pero en pleno siglo veintiuno, jamás. —¿Me explicas? —parpadeo confundida—. ¿Cómo es que un hombre hecho y derecho, como Fabiano es obligado a casarse con una mujer, solo por su padre muerto? —Querida, son cosas que los padres hacen con sus hijos en esta clase de mundo. El padre de Fabiano y el padre de Fiorella eran amigos y un día decidieron seguir manteniendo la amistad, con la decisión de unir a sus hijos para entrelazar la sangre y ser completamente familia —Leo, realiza una pausa—. Desde pequeños están prometidos y bueno, ya llegaron a la edad adecuada para que se casen. En realidad Fiorella, Fabiano es mayor que ella, pero eso no es tan importante. Ya se van a casar, no hay vuelta atrás —Leonor Realiza una pausa—. Digo, si Fabiano después no se retracta, no creo que Fiorella lo haga, ella si está obsesionada con Fabiano. Es muy intensa y como niña mimada, le da lo que quiere. Pestañeo y lev