*—Danny:Todo parecía estar viento en popa.Danny se despidió de Layonel Robbins, el asistente personal y pareja de Damien, tras una tarde agotadora, pero productiva visitando los clubes nocturnos que estarían bajo su administración. Por fin, después de semanas de reuniones y preparación, Damien le había extendido una oferta formal de trabajo. Sería el nuevo administrador de la empresa encargada de los clubes, una oportunidad que lo sacaría del hoyo en el que había estado atrapado estos últimos meses.Cuando Damien le reveló la cifra que ganaría mensualmente, Danny apenas pudo disimular su incredulidad. Era más de lo que había imaginado. Con ese salario podría cubrir sus deudas acumuladas, mudarse a un lugar más digno, ponerse al día con la manutención de Nathaniel, y, por primera vez en mucho tiempo, ahorrar. Aunque sabía que Damien había sido generoso al fijar esa cifra, Danny también reconocía que tenía que aceptar la ayuda y aprovecharla. Había luchado demasiado estos últim
*—Uriel:Era martes por la noche, y después de varios intentos fallidos de ignorar las insistentes llamadas de su madre, Uriel finalmente aceptó ir a cenar con ella. Lo había hecho con la condición de que sus hermanos no estarían presentes, o al menos eso le había asegurado. Sin embargo, su desconfianza aumentó al llegar frente a la casa familiar y encontrar una variedad de vehículos aparcados en la entrada.—Y solo éramos nosotros, ¿eh? —murmuró con sarcasmo mientras apagaba el motor de su todoterreno y estacionaba en la única plaza libre.Maldijo por lo bajo mientras bajaba del vehículo. Sabía que su madre adoraba buscar maneras de incomodarlo, pero esta vez había aceptado su invitación solo para que lo dejara en paz… y ahora tendría que soportar las caras de sus insoportables hermanos.Caminó hacia la entrada de la casa, y antes de que pudiera tocar el timbre o abrir la puerta, esta se abrió de golpe. Frente a él apareció un hombre alto, con quien compartía un notable pareci
*—Uriel:Uriel llegó al local en tiempo récord. Dejó su vehículo en el estacionamiento y entró apresuradamente al lugar. Ignoró a la recepcionista que intentó detenerlo con preguntas sobre invitaciones o registro. Su único objetivo era encontrar al grupo, sin importar lo que tuviera que hacer para llegar hasta ellos.Al no verlos en el área pública, subió las escaleras al segundo piso, donde supuso que podrían estar. Empujó puertas al azar hasta que finalmente encontró la sala privada. La celebración quedó interrumpida cuando Uriel entró de golpe, su mirada encendida de ira, y llamó a Danny con un tono cargado de odio.El grupo estaba sorprendido por su brusca irrupción y sus amigos lo miraban incrédulos, pero Uriel apenas reparó en ellos. Su rabia lo consumía, y no tenía interés en contenerla. Quería gritarles a todos, acusarlos de traición, pero su objetivo principal era Danny.Damien se levantó rápidamente, colocándose entre Uriel y el grupo, como si temiera que este perdier
*—Uriel:Uriel se quedó petrificado mientras era besado por Cameron, el tiempo congelándose en ese instante. La sensación de los labios de Cameron contra los suyos era tan extraña como familiar, una mezcla que no pudo procesar de inmediato. Cuando Cameron finalmente se apartó, ambos estaban respirando con dificultad.—¿Te calmaste? —preguntó Cameron, con el rostro todavía cerca del suyo.Uriel parpadeó, la sorpresa transformándose en una mezcla de rabia y desconcierto.—¿Me besaste? —dijo, su voz temblando de incredulidad.—Era la única manera de que dejaras de gritar —respondió Cameron, su tono a la defensiva.La furia estalló nuevamente en Uriel como un incendio descontrolado. Sin pensarlo dos veces, le lanzó un puñetazo directo a la mandíbula. El golpe resonó en la sala, seguido por los gritos de ambos; Cameron por el impacto y Uriel por el dolor en sus nudillos.—¡Eres un maldito idiota! —gritó Uriel, sujetándose la mano adolorida.Cameron retrocedió un paso, llevándose una
*—Danny:Un suspiro escapó de sus labios mientras bajaba la mirada hacia la copa en sus manos, girando el líquido dorado sin mucho interés.Era la inauguración del nuevo club de Damien, y el ambiente era de pura celebración. La música vibraba en el aire, las risas y las conversaciones animadas llenaban el espacio, pero Danny no podía compartir esa alegría. Se sentía vacío, con el pecho apretado por la culpa y la tristeza. Lo que había ocurrido hacía unos días en la bienvenida que le organizaron aún pesaba sobre él como una losa.Levantó la vista hacia el cielo despejado de la ciudad, dejando que el aire fresco de la azotea lo ayudara a despejarse. El club estaba ubicado en la cima de un rascacielos que pertenecía a uno de los Bates. No estaba seguro si era de Damien o de Luc, pero lo que sí sabía era que los tres, Damien, Luc y Uriel, habían trabajado juntos en este proyecto. Este club, al igual que los demás en el catálogo de Damien, tenía una temática y estaba diseñado exclus
*—Danny:Daniel Graves nunca imaginó que su vida tomaría este rumbo.Sus ojos se posaron en el edificio de dos pisos frente a él, un imponente inmueble negro con luces blancas que delineaban su contorno y detalles plateados que le daban un aire sofisticado. Estaba situado en una calle abarrotada del centro de la ciudad, pero incluso en medio del bullicio, aquel lugar parecía estar rodeado de una burbuja de exclusividad. Ni siquiera un murmullo de música se escapaba de sus paredes insonorizadas, un claro indicativo de cuán privado era. El Oscuro: un club nocturno reservado estrictamente para una comunidad en particular. Homosexuales.¿Por qué había decidido venir aquí precisamente hoy? La pregunta retumbaba en su mente mientras intentaba recordar la respuesta. Ah, sí. Porque su vida era un caos, porque estaba perdido y porque las dudas sobre quién era realmente lo consumían.Después de semanas de debates internos, había tomado la decisión de presentarse. Sin embargo, parado fren
*—Danny:Al llegar a la barra, se sentó en uno de los taburetes de cuero oscuro. Frente a cada asiento había un pequeño menú de bebidas, y Danny lo tomó casi de inmediato, más para distraerse que por verdadero interés. Al hojearlo, notó la ausencia de precios, algo que no le sorprendió. Un club como El Oscuro, con membresías exclusivas, probablemente manejaba tarifas que no necesitaban ser explicadas.Sin querer abusar de la generosidad de Damien, optó por lo clásico.—Un whisky a las rocas estará bien… —susurró, casi para sí mismo.Justo en ese momento, alguien se colocó frente a él.Danny levantó la mirada y se encontró con un hombre alto, de piel mestiza y ojos brillantes color café. Su cabello negro estaba cortado al ras, en un estilo militar que acentuaba sus facciones marcadas. Vestía una camisa negra, ajustada a la perfección a su cuerpo atlético. Danny notó que su uniforme era distinto al de los demás camareros, quienes llevaban camisas blancas y chalecos oscuros. Este
*—Uriel:Una sonrisa surcó sus labios mientras escuchaba atentamente a sus mejores amigos hablar de sus relaciones, algo que nunca pensó ver en la vida.Uriel Evans pasó la vista de uno al otro, completamente sorprendido. Desde que eran jóvenes, había visto desfilar un interminable número de amantes por las vidas de Luc Bates y Damien Bates, sus mejores amigos y primos inseparables. Ambos habían sido los más firmes defensores de la soltería como estilo de vida. “¿Por qué atarse cuando puedes disfrutar de la vida sin compromisos?”, solían decir. Y, sin embargo, aquí estaban ahora, hablando de sus parejas con una calidez que Uriel jamás les había escuchado usar.Luc, siempre encantador y hombreriego empedernido, hablaba de Clayton tan dulcemente como la mejor cosa que le había pasado en la vida. Luc había conocido a Clayton de la forma más inesperada: un encuentro fortuito en la calle que, tras superar malentendidos y desafíos, se había transformado en un compromiso sólido. —No