*—Danny:Sin entrar demasiado en detalles, le habló a Cameron sobre los últimos acontecimientos con Uriel, desde la disculpa que recibió hasta lo que había pasado en los días recientes. Le contó cómo su dinámica había cambiado, cómo sus interacciones se habían vuelto más intensas, más cercanas… pero sin una etiqueta que definiera lo que eran.Cameron no dijo nada al principio. Se limitó a escucharlo con atención, bebiendo a sorbos su whisky. Su expresión permanecía neutral, pero Danny sentía el peso de su mirada. Quizás lo estaba agobiando con sus problemas. Quizás Cameron tenía mejores cosas que hacer que escuchar a un hombre de treinta y seis años divagar sobre un amor que ni siquiera entendía del todo, pero lo cierto era que Danny no tenía con quién más hablar. Cuando Luc y Damien no estaban disponibles, se quedaba solo con su propio caos mental, y eso era lo último que necesitaba.Sobre todo, porque había algo que lo atormentaba más que cualquier otra cosa: el miedo de last
*—Danny:Estos últimos días, Danny tenía la cabeza hecha un lío.Desde aquella conversación con Cameron, donde descubrió que el hombre era, en cierto modo, su rival, algo dentro de él se removió. Su lado más egoísta le susurró que no podía dejarle el camino tan fácil. Cameron había estado junto a Uriel y, si en su momento no aprovechó esa oportunidad, no tenía por qué hacerlo ahora que Danny había regresado.Sin embargo, nada estaba saliendo como quería.Se había propuesto empezar a poner en orden su vida, y en algunos aspectos lo había logrado. Había encontrado un nuevo lugar donde vivir y había saldado algunas deudas atrasadas, incluyendo pagos de manutención, pero en cuanto a recuperar parte de la custodia de Nathaniel y librarse de la estúpida orden de alejamiento que lo mantenía lejos de su hijo… ahí las cosas no iban nada bien.Se había reunido con un abogado de familia para discutir su caso, solo para darse cuenta de que aquel hombre conocía bien a Erika y a su padre. Du
*—Danny:El corazón de Danny se aceleró.Habían pasado días desde la última vez que se vieron y compartieron aquel beso. Después de eso, sus interacciones se limitaron a mensajes esporádicos. Uriel siempre decía que estaba ocupado, pero nunca especificaba en qué. Danny no lo presionaba, aunque la incertidumbre lo carcomía por dentro.Uriel saludó con un gesto a los demás antes de deslizarse en la silla vacía junto a Danny, acercándola más de lo necesario. Su fragancia lo envolvió de inmediato, y su cercanía encendió su piel con una reacción instintiva.—No tenía idea de que vendrías —comentó Damien con curiosidad—. Me dijiste que estabas ocupado.—Lo estaba… pero ya no —respondió Uriel con una sonrisa pícara antes de volverse hacia Danny—. Hola, perdido.Su voz tenía un matiz provocador, un tono bajo, íntimo, que le hizo estremecer.Danny sintió el calor subirle a las mejillas. Su primer instinto fue desviar la mirada, pero se obligó a mantener el contacto visual y le devolvió
*—Danny:Al entrar al de caballeros, vio a un hombre lavándose las manos en el lavabo y un cubículo cerrado.Lo supo de inmediato. Uriel estaba ahí.Danny se apoyó en el lavabo y dejó escapar un suspiro, intentando ordenar su mente. No iba a presionarlo, pero necesitaban hablar.Así que esperó.El hombre lo miró raro mientras Danny esperaba en el baño, pero terminó marchándose justo en el momento en que la puerta del cubículo se abrió.Uriel salió con pasos pesados, la cabeza baja y el rostro aún húmedo. Sus ojos, enrojecidos y vidriosos, delataban lo que había estado haciendo ahí dentro. Se había encerrado para que nadie lo viera, para que nadie notara su dolor, pero Danny lo vio y eso le estrujó el pecho.Su amado no lo miró cuando se acercó a los lavabos y abrió la llave para lavarse la cara y las manos con movimientos tensos, casi desesperados, como si el agua pudiera borrar lo que sentía.Danny se colocó a su lado, observándolo a través del espejo, buscando sus ojos, pero
*—Danny:—Vaya, ¿por qué no me sorprende encontrarte con un hombre discutiendo en los baños? —dijo Andrew, su tono rebosante de burla y veneno.Danny frunció el ceño y se giró ligeramente para ocultar aún más a Uriel detrás de él. No le importaba recibir los dardos envenenados de Andrew, estaba acostumbrado, pero Uriel no tenía por qué ser parte de esto.—Señor Jeggings —respondió con voz tensa.Andrew sonrió, una sonrisa desagradable, afilada como un cuchillo.—Daniel —su voz goteaba veneno—, ha pasado tiempo desde la última vez que nos vimos. Veo que… has cambiado.Danny se obligó a no reaccionar. Tragó saliva y mantuvo la expresión neutra, aunque por dentro sintió la misma opresión de siempre. Sabía que este lugar era frecuentado por su ex suegro. Debió advertir a los chicos desde el inicio para evitar un mal rato. Sin embargo, no, su maldita suerte había vuelto a jugarle en contra.Los ojos fríos de Andrew se posaron en Uriel, con esa mirada de desprecio que Danny conocía d
*—Uriel:Todo era un caos, y Uriel se sentía a la deriva en medio de él.Había intentado concentrarse en su trabajo, en la investigación sobre la familia de la exmujer de Danny, sumergiéndose en fraudes y secretos que parecían no tener fin. Se había mantenido ocupado, lo suficiente para convencer a cualquiera de que estaba bien, de que tenía el control. Sin embargo, la verdad era que estaba esperando, esperando que Danny lo buscara, que hiciera el más mínimo esfuerzo por contactarlo. Porque se suponía que ahora tenían “algo”, ¿no? Algo que ni siquiera sabía cómo definir, pero que, al menos para él, significaba más de lo que estaba dispuesto a admitir.Tal vez estuvo pidiendo demasiado.Suspiró y alzó la mirada, observando el ir y venir de los comensales en el restaurante. Risas, murmullos, miradas cómplices. Familias enteras compartiendo una cena, parejas disfrutando la compañía del otro sin miedo, sin dudas. Le dolió darse cuenta de lo mucho que envidiaba esa normalidad.Quer
*—Uriel:—Me imaginé que ella te lanzaba la botella desde su mesa —rió Cameron.Uriel se encogió de hombros con una sonrisa triunfal.—No tiene los cojones para hacerlo —se burló Uriel—. Además, ¿no estarías ahí para defenderme?Apenas las palabras salieron de su boca, se arrepintió.Vio cómo Cameron cambiaba su expresión, torciendo la boca en una mueca de fastidio. La incomodidad en su rostro era inconfundible. Demonios. Uriel siempre había usado esa táctica con él, manipulándolo injustamente para que hiciera lo que él quería. Y ahora lo hacía de nuevo, cuando se había prometido que no se aprovecharía más de Cameron.—Yo… Lo siento —se apresuró a decir Uriel.Cameron no respondió de inmediato. Simplemente apartó la mirada, tamborileando los dedos contra la mesa con irritación. Uriel sintió el impulso de cambiar de tema, algo ligero, algo que hiciera que su amigo se relajara.—¿No quieres que te presente a alguien? —sugirió, recordando a Erik y su petición de encontrar un semen
*—Danny:Daniel Graves nunca imaginó que su vida tomaría este rumbo.Sus ojos se posaron en el edificio de dos pisos frente a él, un imponente inmueble negro con luces blancas que delineaban su contorno y detalles plateados que le daban un aire sofisticado. Estaba situado en una calle abarrotada del centro de la ciudad, pero incluso en medio del bullicio, aquel lugar parecía estar rodeado de una burbuja de exclusividad. Ni siquiera un murmullo de música se escapaba de sus paredes insonorizadas, un claro indicativo de cuán privado era. El Oscuro: un club nocturno reservado estrictamente para una comunidad en particular. Homosexuales.¿Por qué había decidido venir aquí precisamente hoy? La pregunta retumbaba en su mente mientras intentaba recordar la respuesta. Ah, sí. Porque su vida era un caos, porque estaba perdido y porque las dudas sobre quién era realmente lo consumían.Después de semanas de debates internos, había tomado la decisión de presentarse. Sin embargo, parado fren