El primer amor puede llegar en cualquier momento, incluso cuando ya crees que lo habías tenido frente a ti.
Ese primer amor puede ser fugaz o eterno.
El primer amor puede hacerte perder la cordura u obligarte a centrar tus pies en la tierra.
El primer amor puede llegar en el invierno o en el verano, pero nunca te fíes de uno que ha llegado en la primavera, porque por esas fechas las alergias nos pueden nublar la vista y elegir al equivocado.
El amor inocente siempre será el mejor de todos, porque esa es la mejor manera de conocer a alguien, sus intenciones y cuánto tiempo podría quedarse contigo… tal vez para siempre.
Pero cuidado con el dolor, porque a veces es inevitable y tienes que aprender a vivir con él, porque será imposible sacarlo tú sola. Así como yo no he podido sacarte a ti de mi corazón.
Estella escribe en su diario lo que su alma le pide que saque de una vez. Es imposible para ella que las lágrimas la dejen tranquila, pero debe hacerlo.
Mira el techo y trata de pensar en la última vez que lo vio, cuando se despidieron y quedó en el aire la promesa de que no sería solo un amor de verano. Que el próximo verano se irían de viaje y que luego buscarían juntos la universidad donde los dos se acompañarían.
El amor que la hace sentir en completa soledad la hace arrepentirse de haber elegido enamorarse del primer chico bonito que la cortejó de verdad y que le ofreció su corazón herido, tímido y triste.
No es su culpa, ella estaba igual. Encontró en él la oportunidad de curarse y seguir adelante.
Llaman a su puerta y esconde más sus lágrimas que el diario que tiene en frente. Ahora mismo le preocupa más que descubran su propio río oculto que las palabras que allí utiliza para desahogarse.
Oscuridad, dolor. Llanto, suspiros tras la respiración que quisiera que desapareciera. Pero su cerebro la obliga a vivir esa agonía que pinta a ser eterna, porque no cree que alguien se tome la molestia de acunar su corazón roto y la ayude a amar de nuevo.
Está perdida, todo lo que creía que sería… ya no será.
Su voz perdida en el tiempo, el brillo del sol opacado y las esperanzas rotas tras una búsqueda que no arrojó ninguna señal.
Los golpes suaves en la puerta la obligan a volver.
Terminó el colegio, al fin soy libre de descansar. Me lo merezco, luego de un año intenso de clases, me gusta estudiar e ir al colegio, pero ya que el próximo es el último para mí, los profesores se encargaron de saturarnos con información y ensayos de la prueba de selección universitaria para nos vaya bien y quedemos entre los mejores puntajes nacionales y seamos merecedores de ofertas académicas en las mejores universidades con becas incluidas.Por supuesto que agradezco esas intenciones, pero en verdad varias veces sentí que se pasaron de la raya. Tres ensayos mensuales fueron demasiados, además de los deberes que nos dejaron para las vacaciones de invierno y los recesos de semana santa y fiestas patrias.
Hoy llega mi padre, son casi las nueve de la mañana y con mi nana ya tenemos la casa limpia. Ahora me dirijo a comprar el pan, porque no nos ha dado tiempo de prepararlo nosotras mismas. Y es que muy rara vez compramos ese rico manjar, mi nana hace un pan de muerte, seguro que mi papá hará un puchero por eso.Cuando voy llegando de regreso a la casa, veo que un taxi se para frente a la puerta y que mi padre se baja de el. Corro para abrazarlo, pillándolo de sorpresa. Me abraza y me levanta en el aire, giramos riendo porque desde el verano que no nos veíamos.-Estás bella, hija mía – me dice dejándome en el suelo -. Cada día más grande y hermosa.-Papi – lo vuelvo a abrazar, me acurruco en su pecho -. Que bueno que pudiste venir para navidad, ¿cómo estuvo el viaje?-La verdad, no tengo idea – me aparto de él y lo miro divertida -. Me dormí a
Hoy ya es 24 de diciembre de 2014.Tengo trece navidades sin mi madre, sin saber de ella. Ni un llamado, ni una carta, ni un presente. Cada año, en esta fecha sobre todo, pienso en ella. Pero este año, me toca pasarlo con mi padre luego de tres navidades separados por su trabajo. Eso quita de mi cabeza cualquier pena que pudiera tener, aunque no viva conmigo, este hombre vale por los dos.Me arreglo el vestido rojo que mi nana ha hecho para mí. Tiene un corte princesa, con mangas hasta el codo, un escote cuadrado y unas flores burdeo bordadas a mano en la parte inferior. Es que ella es la mejor en estas cosas, en realidad lo es en todo.Me miro al espejo, soy una chica normal. Delgada, pero sin un cuerpo espectacular. No podría ser modelo jamás. Mi cabello es el típico, nada extraordinario y mis ojos de color marrón oscuro. Mi piel es blanca, creo que demasiado, esa es la razón de que deba usar protector so
Todas mis cosas están arregladas, he estado una semana preparando mis maletas, para que nada de lo necesario se me quede. Al fin ha llegado el momento de volver a esa ciudad, aburrida y llena de gente.Cerca de las cuatro y media de la tarde, mi nana me dice que ya es hora de irnos al terminal. Faltan tres horas, pero ella quiere llegar con tiempo, no sé para qué. Cada año es exactamente lo mismo.Llama un taxi, mientras yo saco mis pertenencias a la sala. Maleta, mochila y un reproductor mp3, mi chaqueta para la bajada en Caldera y la mejor sonrisa que puedo tener.No ha habido día en que mi nana no me diga lo necesario que es que ella viaje a ver a su hermana y que yo pase tiempo a solas con mi padre, que ya estoy grande y que puedo viajar sola, etc. Y sigue sin entender que soy como ella, no estoy de acuerdo.El taxi toca la bocina, tomo mis cosas y las saco a la calle. El chofer se baja para meterlas en el maletero y
Abro los ojos cuando el auxiliar del bus me toca el hombro y me dice que ya pasamos el peaje. Le doy las gracias, pero pudo despertarme a la altura del aeropuerto, son unos quince minutos más de sueño. Me doy cuenta que no tengo acompañante y el asiento del frente está libre, le pregunto si me puedo cambiar allí y me dice que no hay problema.Me acomodo en el asiento y me arreglo el pelo, saco de mi mochila la chaqueta, seguro que hace frío igual que siempre. Muchos creen que, por ser el norte, en verano, no hace frío. Se equivocan, las mañanas son muy heladas, a veces con niebla, mejor dicho,camanchaca, asíle llaman acá. Tras pasar el aeropuerto, me quedo atenta al camino, una de las cosas que me gusta de este trayecto es la animita que le hicieron a la Difunta Correa.Algo de lo que me contó mi padre de esa historia me fascinó. Se trata de una mujer argentina, que
Es lo único que me faltaba, es como que quiero empezar a arrepentirme de haberle dicho que sí. Mi padre y sus ganas de ayudar a todos, pero no sé qué tanto hablo si yo soy igual.Me miro al espejo para ver cómo estoy, pero después pienso que no voy a ver a nadie importante para mí, así que me da lo mismo. Además, aunque quisiera, no podría mejorar mucho mi aspecto- ¿Lista? - me pregunta curioso cuando subo al auto -.- No lo creo, pero vamos – él sólo se ríe, de mí, por supuesto -.- Antes de irnos, te tengo otro regalo - saca una caja -. Hablé con tu abuela, está de acuerdo con esto porque eres responsable, seria y pasaste a cuarto medio.Abro el paquetito y hay un teléfono, grande. Jamás había tenido teléfono personal, mi nana nunca quiso que tuviera uno.- Papi, yo... no sé
Nos despedimos de mi padre en el estacionamiento y caminamos lentamente hacia la playa. Lo llevo por el camino largo, que sería rodeando la Estación de Caldera. Un hermoso edificio de la década de 1850, donde llegaban las cargas desde Copiapó con el mineral de Chañarcillo, de hecho la ciudad en esa época se llamaba La Caldera, debido a que funcionaba como fundición del mineral que traía la locomotora.Una vez que estaba procesado el mineral, era cargado en los barcos y transportado a diferentes destinos.Hoy es un hermoso edificio de color verde, que fue remodelado unos años atrás. Antes de eso, era un edificio viejo de adobe y madera, que se caía a pedazos. Ahora funciona como centro cultural y alberga un museo paleontológico. Sí, puedes ver fósiles de verdad y otras que son réplicas. Pero no de dinosaurios.- ¿Has entrado? – me pregunt
No sé cuánto debiera durar un beso, sólo sé que para mí fue maravilloso, largo, suave. Mucho mejor de lo que creí que sería.Cuando nos separamos, nos miramos y puedo sentir que floto enunanube, de pronto recuerdo que estamos en un lugar público, la gente pasa alrededor, pero eso ahora mismo no me importa.Me toma las manos y pone su frente contra la mía. Sólo ahora me doy cuenta de que estoy parada un peldaño más arriba que él, por eso quedamos casi a la misma altura. Es más alto que yo, sólo ahora me percato de eso y es porque nada de eso importa. Recuerdo que alguna vez dije que nunca estaría con alguien más alto que yo, porque no quería parecer llavero a su lado.Pero, aquí estoy, junto a un chico hermoso, con ojos dorados al sol, que ahora están cerrados saboreando el momento.Al cabo de unos minutos,