Me despierto cuando mi padre y Arturo entran cantando, con una bandeja con desayuno en las manos de mi padre y un cupcake con una vela encendida en las manos de Arturo. Me avergüenza, porque estoy toda despeinada, a pesar de que Arturo lleva varios días aquí, siempre me cepillo el pelo antes de que me vea, por lo que en vano trato de bajarme el cabello rebelde y peinarlo un poco con mis dedos.
Se paran cada uno a un costado de mi cama y me siento, para que mi padre pueda depositar la bandeja, Arturo me ayuda a acomodar las almohadas tras mi espalda. Deben haberse levantado muy temprano, porque tengo tostadas, jugo fresco, huevos revueltos y leche caliente con menta, tal como me gusta. Un p
Tras mi cumpleaños y luego de terminar peleando con mi nana porque se molestó de que Arturo estuviera a solas conmigo, y de que mi amado padre tuviera que cargar con todo eso, le veo feliz.Luego de la tormenta que armó mi nana, al día siguiente cuando llamó a mi padre por eso, le quité el teléfono y le dije muy claramente lo que no había tenido oportunidad de decirle:“-Pues, si usted está enojada por eso, yo lo estoy tres veces más de que fuera a encontrarse con su hija y no me lo dijera – le digo muy calmada, tratando de mantenerme con la voz inalterada, pero por dentro es todo lo contrario -. Usted sabe cuánto he querido saber de ella toda mi vida y me lo ocultó. Eso es más grave que el que yo me encuentre sola por treinta segundos con mi pololo, con la puerta de mi habitación abierta y con mi padre en casa.-Estás siendo insolente conmigo, Es
Me quedo paralizada, me giro para asegurarme de que es ella. Se ha aclarado el color del cabello, pero sigue excesivamente maquillada y con sus joyas de realeza pobre. De inmediato le pongo mala cara, mejor pongo ambas barras de chocolate en el carro (los necesitaré) y me dispongo a avanzar, necesito leche y huevos. Pero ella me detiene tomándome por el brazo.- Tú eres la única culpable de que mi hijo no esté conmigo, ni siquiera responde el teléfono.- Eso se lo buscó usted sola. Y a pesar de que no sé dónde está Arturo, espero que tenga el amor que necesita - me safo de su mano con uñas perfectas -. Ahora, si me disculpa, me tengo que ir. Tengo que arreglar mi regreso.- ¿Te vas? - conseguí lo que quería, distraerla -.- Si, no tengo nada más que hacer aquí – trato de mirarla con la peor cara de furia -. Y el encontrarme con usted, s&oa
Me despierta la luz del sol que entra en mi cuarto, no sé cómo llegué aquí. Al parecer me dormí en la terraza, porque aún tengo la ropa de anoche. Seguro mi padre me trajo de vuelta, y seguro me llega tremendo reproche más tarde. Me desperezo y me levanto, veo mi teléfono y reviso si mis mensajes le llegaron a mi mamá. Me encuentro con que los vio, pero no respondió. Tal vez ya se arrepintió de tener contacto conmigo.Mientras busco ropa limpia, me da pena pensar en esa posibilidad, yo realmente estaba dispuesta a perdonar su abandono y a tener una relación sana con ella, pero tal vez ella no está lista. Tal vez nunca
Le voy contando cómo conocí a Arturo y lo demás sin tanto detalle, ya tendré tiempo de hablar con ella. A medida que avanzamos hacia la casa, le cuento qué es cada lugar. Una vez en casa, le ofrezco algo de beber y comer, resulta que también le gusta la leche caliente con menta.Nos cuenta cómo se decidió a viajar, resultó ser como lo había imaginado, mi nana la lanzó a este viaje sin saber cómo resultaría. Nos dice, también, que mi nana ya está en Santiago. De hecho, han viajado juntas desde San Pedro de la Paz ymi madre siguió su viaje al norte, sin descanso.- Estoy muy cansada – le dice a mi padre -. Me gustaría que me recomendaras algún hostal.- Ya veremos eso – dice acomodando las maletas a un costado donde no molesten -, mientras puedes recostarte en la terraza, Estella preparará pescado para el almuerzo.<
Terminamos de comer, todos están muy contentos. Mi padre es el mejor ejemplo de perdón y amor por los demás, ha mirado a mi madre como cualquier persona amiga de la familia, se han reído de los chistes y hablado de lo que sea, sin una pizca de resentimiento. Espero algún día llegar a ser así, como él, mirando siempre el vaso medio lleno y ser un ejemplo de resiliencia.Arturo me aprieta la mano y se pone de pie. Recogemos todo y lo llevamos a la cocina, mi madre también se pone de pie, pero mi padre le dice que entre los dos nos encargamos de todo, él ya sabe por qué nos iremos de la mesa. Nos apresuramos por limpiar y nos vamos a m
Han pasado los días y mañana ya será el cumpleaños de Arturo, por lo que ahora le estoy preparando un pastel de chocolate. Su mamá me llamó para pedirme perdón y para organizar algo aquí. Le dije que pensaba hacer un pastel y pizza, así que se ofreció a comprar los ingredientes, tuvo un cambio extremo.Cuando llegó a dejar los ingredientes, ya no tenía ese exceso de maquillaje ni joyas. La verdad es que es muy linda, no necesita todas esas cosas encima para verse como una mujer impactante.Cuando estoy dejando enfriar los bizcochos, Arturo me llama.- ¿Qué haces chica linda?- Estoy viendo una película con mi mamá – le miento descaradamente y mi madre se ríe, veo que va a la terraza -. ¿Quieres salir más tarde a la playa?- Me parece super, te aviso cuando esté listo.- Bueno – suspiro -. Ya
Me despierto con una punzada de dolor en el corazón, vivir estos días rodeada de tantas personas que me aman hizo que me acostumbrara a eso.Tener a mi lado a mis padres y, además, al chico más maravilloso del mundo fue la mejor experiencia de mi vida.Me levanto un poco somnolienta porque un delicioso olor a dulce me saca de la cama con urgencia. Voy caminando con pereza, casi una sonámbula, atraída por un suave aroma a masa dulce recién horneada. Al llegar a la cocina, veo que mi madre está sacando una placa del horno y mi padre está sentado al otro lado de la barra conversando con ella.-Pero si ha despertado mi bebé – extiende sus brazos y yo me voy hacia ellos, un abrazo de papá por la mañana, mejor que el café -. ¿Te quedaste hasta tarde anoche hablando con tu pololo?-No, solo nos enviamos un par de mensajes y nada más – me voy hasta
No puedo creer, mi primer día de los enamorados,de muchos más espero.Con Arturo nos vamos por la orilla de la playa, caminando lentamente conversando de muchas cosas. En mi bolso llevo escondido el regalo que le compré en la mañana, buscaré el momento para dárselo.Por la mañana me pidió que me vistiera algo formal, que me tendría una sorpresa, por lo que llevo un vestido rosa pálido que me llega a las rodillas, de manga corta y un blazer blanco. Él lleva un pantalón de tela de color negro, una camisa blanca muy casual y que le sienta de maravilla. En la mano carga una chaqueta de jean oscura. La verdad es que no se ve de diecisiete años, es como si tuviera veinticinco y yo sigo viéndome como una adolescente.Poco a poco nos vamos acercando a la Estación, la suave luz de la tarde nos invita a seguir hasta la otra playa. Cruzamos la extensión del