Le voy contando cómo conocí a Arturo y lo demás sin tanto detalle, ya tendré tiempo de hablar con ella. A medida que avanzamos hacia la casa, le cuento qué es cada lugar. Una vez en casa, le ofrezco algo de beber y comer, resulta que también le gusta la leche caliente con menta.
Nos cuenta cómo se decidió a viajar, resultó ser como lo había imaginado, mi nana la lanzó a este viaje sin saber cómo resultaría. Nos dice, también, que mi nana ya está en Santiago. De hecho, han viajado juntas desde San Pedro de la Paz y mi madre siguió su viaje al norte, sin descanso.
- Estoy muy cansada – le dice a mi padre -. Me gustaría que me recomendaras algún hostal.
- Ya veremos eso – dice acomodando las maletas a un costado donde no molesten -, mientras puedes recostarte en la terraza, Estella preparará pescado para el almuerzo.<
Terminamos de comer, todos están muy contentos. Mi padre es el mejor ejemplo de perdón y amor por los demás, ha mirado a mi madre como cualquier persona amiga de la familia, se han reído de los chistes y hablado de lo que sea, sin una pizca de resentimiento. Espero algún día llegar a ser así, como él, mirando siempre el vaso medio lleno y ser un ejemplo de resiliencia.Arturo me aprieta la mano y se pone de pie. Recogemos todo y lo llevamos a la cocina, mi madre también se pone de pie, pero mi padre le dice que entre los dos nos encargamos de todo, él ya sabe por qué nos iremos de la mesa. Nos apresuramos por limpiar y nos vamos a m
Han pasado los días y mañana ya será el cumpleaños de Arturo, por lo que ahora le estoy preparando un pastel de chocolate. Su mamá me llamó para pedirme perdón y para organizar algo aquí. Le dije que pensaba hacer un pastel y pizza, así que se ofreció a comprar los ingredientes, tuvo un cambio extremo.Cuando llegó a dejar los ingredientes, ya no tenía ese exceso de maquillaje ni joyas. La verdad es que es muy linda, no necesita todas esas cosas encima para verse como una mujer impactante.Cuando estoy dejando enfriar los bizcochos, Arturo me llama.- ¿Qué haces chica linda?- Estoy viendo una película con mi mamá – le miento descaradamente y mi madre se ríe, veo que va a la terraza -. ¿Quieres salir más tarde a la playa?- Me parece super, te aviso cuando esté listo.- Bueno – suspiro -. Ya
Me despierto con una punzada de dolor en el corazón, vivir estos días rodeada de tantas personas que me aman hizo que me acostumbrara a eso.Tener a mi lado a mis padres y, además, al chico más maravilloso del mundo fue la mejor experiencia de mi vida.Me levanto un poco somnolienta porque un delicioso olor a dulce me saca de la cama con urgencia. Voy caminando con pereza, casi una sonámbula, atraída por un suave aroma a masa dulce recién horneada. Al llegar a la cocina, veo que mi madre está sacando una placa del horno y mi padre está sentado al otro lado de la barra conversando con ella.-Pero si ha despertado mi bebé – extiende sus brazos y yo me voy hacia ellos, un abrazo de papá por la mañana, mejor que el café -. ¿Te quedaste hasta tarde anoche hablando con tu pololo?-No, solo nos enviamos un par de mensajes y nada más – me voy hasta
No puedo creer, mi primer día de los enamorados,de muchos más espero.Con Arturo nos vamos por la orilla de la playa, caminando lentamente conversando de muchas cosas. En mi bolso llevo escondido el regalo que le compré en la mañana, buscaré el momento para dárselo.Por la mañana me pidió que me vistiera algo formal, que me tendría una sorpresa, por lo que llevo un vestido rosa pálido que me llega a las rodillas, de manga corta y un blazer blanco. Él lleva un pantalón de tela de color negro, una camisa blanca muy casual y que le sienta de maravilla. En la mano carga una chaqueta de jean oscura. La verdad es que no se ve de diecisiete años, es como si tuviera veinticinco y yo sigo viéndome como una adolescente.Poco a poco nos vamos acercando a la Estación, la suave luz de la tarde nos invita a seguir hasta la otra playa. Cruzamos la extensión del
Resulta que el panorama del día era que había planeado ir a la playa con Camila, invitó a los padres de Arturo también. Rápidamente preparo una canasta de mimbre con algunas cosas para comer, en el camino compraremos alguna otra cosa.Luego del desayuno, mi padre lleva a Arturo a su casa para que pueda cambiarse y yo me voy a mi cuarto para buscar mi toalla playera y mi bikini rojo. Mi chico me dice que con ese me veo de maravilla y yo le creo.Luego de reunirnos y terminar los preparativos, nos vamos a nuestro destino. Playa La Virgen queda a unos 40 km de Caldera, es un lugar muy tranquil para disfrutar, aunque por ser domingo hay más gente que otras oportunidades, sigue siendo discreto.El trayecto es bastante movido, la ruta costera es una de las deudas en la zona. Con algo de suerte se encuentra pavimentada con bischofita y no es algo duradero para tanto tránsito en este camino. Aun así lo disfrutamos,
Tras casi una semana después de haber ido a la playa con nuestros y Camila, estamos en un camping en la playa Rocas Negras. Me hubiese gustado acampar en una playa más solitaria con nuestros padres, pero no quisieron, argumentando que no están para esos trotes.A cambio, mi padre nos ha pagado una noche en este lugar, para que podamos caminar por la orilla de la playa, ver la luna esconderse en el mar y sobre todo, las estrellas. Es algo que no podíamos dejar de hacer.En este momento trato de pensar en las hermosas semanas que he tenido con él, y no en que la próxima semana debo regresar a mi casa. Al menos, estará mi madre para esperarme.-Se cuidan mucho, no se queden hasta tarde por la playa – nos dice el padre de Arturo -. Y sin hacer cosas de grandes.-No, papá – le dice mi chico muy sonrojado, antes las cejas levantadas de su padre con cierto énfasis -.-Adiós,
Durante toda esta semana hemos salido cada día, excepto esta noche, Arturo ha pedido quedarse para ver películas conmigo. Este es mi último viernes de verano aquí y lo pasaré con mi chico haciendo algo que nos encanta.Mi padre se va a su habitación para dejarnos solos. Ponemos la película que ya habíamos elegido, mientras comemos palomitas nos reímos con la comedia de Adam Sandler.Una vez que termina, nos vamos a la terraza, para ver la noche en la ciudad, con sus hermosas luces, el mar en calma y las estrellas en el cielo. Una ligera brisa nos invita a quedarnos muy cerca.-¿Quieres que vaya por una manta? – me pregunta Arturo -.-No, estoy bien por ahora.-¿Una canción?-Sabes que amo tu voz, quiero unas cuantas – le dedico una sonrisa -.-Pero luego te duermes y no quiero dormir, porque si lo hago…-Shhh, lo sé &nd
El viaje se me ha hecho corto gracias a que me dormí profundamente. He despertado casi llegando al terminal de buses en Santiago, lo que me ayuda a recordar quién me espera y no quienes me habían despedido.Acomodo mi asiento y me preparo para una parte feliz, porque luego de la pena que me tocó enfrentar ayer, ahora al fin mi madre me está esperando.Cuando el bus se para en el andén, puedo ver por la ventana a mi madre, se ve radiante. Nada que ver con la mujer apagada que vi hace dos semanas y que reía para obligarse a ser feliz. Me bajo del bus muy rápido, creo que hasta casi arrollo al auxiliar, corro a sus brazos y ella los abre totalmente para mí.-Mi niña – me dice al oído -.-Mami – me aparto para verla y las lágrimas vuelven a salir -. ¿Cómo hago para no extrañarlo tanto?-Ay, mi niña… - me acaricia el cabello