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Capítulo IV: No se casará con mi hermana.

Corro lo más rápido que puedo, solo espero que está vez, no resbale, estoy tan furiosa, conmigo misma, escucho que el desgraciado del príncipe, me alcanza, y me dice:

—Señorita, por favor discúlpame; no era mi intención hacer eso que hice.

—¡Déjeme en paz, por el amor de Dios!, y olvidemos lo que pasó.

Entro a mi casa temblado, no sé si es por lo mojada que estoy o por todo lo que pasó. Mi tía va bajando las escaleras y me ve, -Lo que faltaba.

—¡Kate! ¿Qué te pasó?— Me dice con asombro y me mira con asco.

—Me caí en el lodo y si me permites voy a asearme.

Subo las escaleras, echa una furia, estoy en mi cuarto y me digo: —¡No puede ser!, bese al pretendiente de mi hermana, eso en que me convierte. Emily entra y dice:

—Señorita, me digo su tía, que necesitaba mi ayuda.

—Si Emi, por favor prepárame un baño.

Estoy dando vueltas de un lado a otro, no puedo dejar de pensar en lo que pasó. Cuando sale Emi, —Señorita, su baño está listo, ¡¿Todo está bien?! Me mira preocupada.

—Si Emi, muchas gracias, por favor me puedes dejar sola.

—Cómo usted ordene Señorita.

Sale de mi recamara, camino hasta mi baño, me quito mi ropa sucia y mojada, y me sumerjo en la bañera, de inmediato siento que mi cuerpo, entra en calor, recargo mi cabeza, en la esquina de la bañera y empiezo a recordar el beso del príncipe Harry, me toco los labios, me siento muy mal, porque me gustó demasiado, como veré a mi hermana a la cara, espero que después de lo que sucedió, el príncipe tenga la decencia de no seguir cortejando a mi hermana.

Me sumerjo totalmente en la bañera, me quedo así, hasta que Emi toca la puerta y dice:

—Señorita, perdón por interrumpirla, pero su padre, hermanos y tía, la están esperando, en la sala.

—Diles que bajo de inmediato.

Escucho que sale, salgo y me miro en el espejo, y suspiro, salgo del baño, y me alisto para bajar a ver a mi familia.

Cuando bajo, todos están a excepción de Eduard, y me tía dice: —Mañana es el baile de bienvenida del príncipe Harry, y por lo que ví está mañana, le pedirá matrimonio a Edith.

Al instante de escuchar eso, algo en mi interior se agita, no sé como explicarlo, pero la idea de que Edith sea esposa del príncipe, me irrita, y me carcome.

Pienso:—Eso no lo permitiré, si me beso a mi siendo hermana de Edith, no me quiero imaginar, como será estando casados, cómo engañará a mi hermana, lo hago por su bien—mi subconsciente me dice:—¡Si, cómo no!

—¿En que piensas Kate?— dice mi padre.

—En nada padre— En eso entra una de las mucamas y dice:—Mi Lord, la cena está lista.

—Gracias Madame Curie.

—Anden pasemos a comer— Es una tradición familiar, sentarnos cómo fuimos naciendo, a mi por lógica me toca a lado de Edith, pero en estos momentos es lo que menos quiero, así que decido, sentarme a lado de mi padre, aprovechando que Eduard, no se encuentra.

—Kate, ¿Por qué te sientas a mi lado?—dice mi padre con tono de curiosidad.

—Nada en especial, solo quiero estar a tu lado, No hay invente, ¿Verdad?

—Para nada mi Kate— me toma la mano y me da un beso.

Estamos tranquilos, hasta que Edith empieza a hablar: —El príncipe Harry es el sueño de cualquier, señorita de sociedad, es amable, generoso.

Y mi tía acaba por rematar: —No olvidemos que es muy guapo, ¡¿No les parece?!

Mis hermanos dicen: —Tía, nosotros somos hombres, no nos fijamos en la belleza de otro hombre.

—Eso si perdón, pero a ti Kate ¿Qué te parece?

—No, lo he visto bien tía, así que no puedo darte mi opinión sobre su apariencia.

—¡Ay hermana!, cómo crees que no te haz fijado, si es un hombre, que no pasa desapercibido.

—Pues yo no lo he visto—Creo que mi voz, suena más fuerte de lo que esperaba.

—Ok, pero no te enojes—Me dice Edith.

—No estoy enojada, y si me permiten me siento un poco mal.

Subo a mi recamara, decido leer, quizá así deje de pensar en ese estúpido beso, tomo un libro y empiezo a leer, pero no me concentro en nada.

—¡Kate, no puede ser que estés así, solo por un maldito beso!

Mejor me duermo y descanso un poco mi mente , me preparo para dormir, me meto en mi cama, no puedo dormir, solo estoy dando vueltas y vueltas, cuando por fin logro dormirme , veo esos ojos azul violeta que me persiguen.

Despierto muy agitada, por lo que veo ya amanecido, así que decido levantarme, al instante en que me levanto, entra Emily.

—Buen día Señorita, ¡¿Se siente bien?!, se ve un poco demacrada.

—Hola Emi, estoy bien, solo tuve una mala noche, por favor, escoge tú mi atuendo de hoy, no tengo cabeza para eso.

Emi, elige un vestido azul turquesa, —Ese color le sienta de maravilla.

—Si, tú lo dices.

—Ande, vamos a ponerla bonita, y quite esa cara que usted nunca es así.

Cuando termina, me lleva al espejo y me dice:

—Mire, que bonita la dejé, la maquilé un poco, para ocultar sus ojeras.

—Eso veo Emi, muchas gracias.

Salgo de mi cuarto, y veo que en la sala está, mi querida amiga Amelia, corro hacia ella, y la abrazo, me separo de ella y digo:

—¡Amelia!, ¿Hace mucho que estas aquí?.

—No, en realidad, me dijeron que ayer te sentiste un poco mal, y no quise despertarte. Pero,¿ Cómo estás?, espero no ser inoportuna.

—Tú nunca eres inoportuna, que felicidad tenerte aquí, y estoy bien gracias por preguntar; pero dime: ¿Cómo es América?, ¿Cómo te va con tu matrimonio?.

—América es hermosa, muy diferente a Inglaterra y el matrimonio es fabuloso.

Amelia es mi mejor amiga, se casó la temporada pasada, con un mercader estadounidense.

—Dejen la plática para después, y vengan a desayunar—Dice mi tía.

Caminamos hasta el comedor, y Amelia me hace olvidar todo lo que me a merodeando en la cabeza, desde ayer en la tarde.

Cuando terminamos, Amelia y yo nos vamos a la sala, a platicar, estamos tan a gusto. Cuando de pronto, escucho esa voz, en seguida me pongo nerviosa.—El príncipe está aquí.

—¿Qué pasa Kate?—Me dice Amelia.

Entra y cuando nuestras miradas se cruzan, no puedo evitar ponerme más nerviosa.

—Buen día Ladies.

—Buen día su Majestad—Contestamos.

En seguida llega mi tía, se le ve completamente complacida.

—Buen día Majestad, no lo esperaba tan temprano, tome asiento, voy por Edith, mientras espera ¿Gusta algo de comer o beber?

—Muchas gracias, Lady Margaret, así estoy bien .

—Bueno, en seguida vuelvo.

—¡Pero quién se cree!, después de lo que pasó, tiene el descaro de venir a ver a mi hermana, es un desgraciado— Digo en mi mente .

Estar con él, en la misma habitación, se está haciendo insoportable, el ambiente se siente tenso, no decimos nada, y apenas nos miramos, cuando por fin baja Edith, el príncipe se levanta y se acerca a mi hermana, le besa la mano y le dice:

—Mi Lady, buen día, que hermosa se ve esta mañana, si me permite viene a invitarla a dar un paseo.

—Su Majestad, que alegría verlo tan temprano, claro me encantaría—Dice Edith, con su tono de voz chillón.

Esa escena me revuelve el estómago, como alguien puede ser tan infeliz, quiero gritar, pero me quedo ahí, salgo de mis pensamientos cuando mi tía dice:

—¿Nos acompañan?, Kate te caería bien un poco de sol, estás muy pálida—Dice mi tía.

—Claro vamos, ¡¿Si puedes verdad Amelia?!

—Claro, mi esposo está en junta de negocios y estará libre, hasta muy tarde.

—Perfecto—dice mi tía.

Salen mi tía, Edith del brazo del príncipe, y antes de salir, Amelia me detiene del brazo, y me dice:

—¿Qué pasa entre tú y el príncipe?, desde que llego, tu comportamiento cambio y a él se le notaba tenso.

—No sé, de que me estás hablando.

—Hazte la loca, si no quieres hablar, ya lo descubriré.

—No hay nada que descubrir mi querida Amelia, y anda vamos que nos dejan.

Salimos y hace bien clima, caminamos por el parque un rato, no puedo evitar ver a príncipe Harry y a mi hermana, eso me incómoda bastante, así que decido caminar hacia otro lado, le informo a mi tía, no quiero que después me regañe:. —Tía voy a caminar, por allá con Amelia.

—Esta bien, pero no te alejes demasiado.

Estando lejos de ellos, mi humor cambia y empiezo a platicar con Amelia, me cuenta su vida en América, y como su esposo es muy atento y amoroso con ella; escuchar eso me llena de felicidad, Amelia es como una hermana, para mí, crecimos juntas.

Volteo y veo que mi tía, viene hacia nosotras, del brazo del vizconde Evan, —¡No puede ser!,—Digo.

Amelia se percata —Kate, yo sé que para ti, el matrimonio sería lo peor que te puede pasar, pero date la oportunidad de conocer a alguien, y verás que no están malo, cómo piensas.

No digo nada, porque a lo mejor tiene razón. Cuando llegan, mi tía me presenta al vizconde,

—Señorita Kate, es un placer conocerla, me gustaría saber: ¿Me puede acompañar a caminar, un momento?—Dice el Vizconde, con un tono bastante educado.

—Claro mi Lord.

Tomo su mano, mi tía y Amelia se ven complacidas, el vizconde es un hombre muy atractivo, y muy agradable, caminar con el está siendo muy entretenido, no es como los otros hombres, con los que he platicando.

Estoy pasando, un rato muy agradable, cuando de pronto siento una mirada, es del príncipe Harry, me está mirando con furia. —Pero.. ¡Que hombre tan insufrible!— Digo en mi mente.

Cuando es el momento de irnos el vizconde se despide de mi y me dice: —Señorita Kate, a sido un verdadero placer, estar en su compañía, espero verla hoy en el baile.

—El placer fue mío, su excelencia y por supuesto nos veremos en el baile.

Hace una reverencia y se marcha, caminamos hacia, nuestro carruaje, Amelia me pregunta:

—¿Cómo te fué con el vizconde?

—Bastante bien, es un hombre muy agradable.

—Que gusto amiga, espero que le des una oportunidad.

En eso llega mi Edith y el príncipe este me mira, como enojado, pero lo ignoro, ayuda a subir a mi hermana al carruaje, cuando es mi turno de subir, me da la mano, en ese momento siento una extraña sensación, y mi corazón empieza a latir más rápido de lo normal.

Cuando estoy adentro, tomo mi abanico y lo muevo, para controlarme, mi corazón sigue latiendo rápido y mis manos me sudan, no sé que me pasa.

—¿Estás bien Kate?—pregunta mi tía.

—Si, solo me tengo un poco de calor.

Amelia me mira extraño, pero no dice nada. Cuando por fin llegamos, Edith se baja rápidamente diciendo: —Tía por favor ayúdame, a elegir mi atuendo de esta noche, porque creo que hoy será, el día en que el príncipe me pida matrimonio.

No puedo evitar poner cara de susto, Amelia me jala y me lleva hasta la cocina y me dice:

—Ahora, si me vas a decir, ¿Qué está pasando con el príncipe?

—Nada, te estás imaginando cosas amiga.

—Te podrás engañar a ti, y a todos, pero a mi no, te conozco mejor que tú; solo te voy a dar un consejo, no juegues con fuego, porque la que va salir perjudicada eres tú Kate.

—No está pasando nada, así que no te preocupes, mi querida amiga, ven vamos a comer, que nos están llamando.

El resto de la tarde, me la pasó con Amelia platicando, cuando vemos que oscureció, Amelia se despide. En cuanto subo las escaleras mi tía va saliendo del cuarto de Edith.

—¡Kate todavía no estás lista!, nos vamos en una hora.

—No te preocupes, en una hora estaré lista.

Entro a mi recamara, y abro mi closet elijo ponerme un vestido verde esmeralda, en eso entra Emily ayudarme, nos tardamos un poco más de media hora.

—Se ve muy hermosa.

—Muchas gracias, Emi.

Bajamos y está mi hermano Eduard, mi tía y mi padre están en la entrada esperándonos, mi hermano se me acerca y me dice: —Te ves hermosa.

—Tú igual hermanito, ¿y Edith?.

—La estamos esperando, pero nada que baja—Dice Eduard.

Pasan con cómo 15 minutos, y nada, esperar no es mi fuerte, así que grito : —Edith ya es hora de irnos, baja de inmediato.

No contesta, y decido ir por ella, pero cuando estoy apunto de entrar a su recamara y ella sale, en verdad, se ve hermosa.

—¿Por qué tardaste tanto?

—Es que me cambie otra vez, estoy muy nerviosa, ¿Tú crees que mi atuendo, le guste al príncipe?

—Te ves hermosa, si no le gusta es que está ciego.

Bajamos, salimos y vamos directo a nuestros carruajes. Cuando por fin llegamos, el palacio está decorado de manera exquisita, hay rosas naturales por todos lados, cuando llegamos al salón de baile, en todas las paredes hay cortinas de rosas, los orquesta es más grande de lo acostumbrado, las luces son tenues, lo que hace que el ambiente tenga ese aire romántico, y el banquete se ve riquísimo.

Enseguida, que el príncipe se percata de nuestra, presencia va a saludarnos, —¡Se ve más guapo que nunca!—Cálmate Kate—me digo.

—Buenas noches tengan todos, señorita Edith, que hermosa, se ve esta noche , ¡¿Espero que me conceda el primer baile?!— dice el príncipe Harry, en un tono seductor.

—Por supuesto Majestad.

—Si me permiten, voy a saludar a los demás invitados.

Se va sin ni siquiera me mirarme, pero es lo mejor, pero muy en el fondo de mi ser me duele.

Estoy del brazo de Eduard y le digo: —¡¿Alguna de estás hermosas damas, tendrá el honor de bailar contigo?!

—Déjame decirte, querida hermana, que he visto dos que tres damas, con las que no solo bailaría.

—¡Eduard!—y le doy un pequeño golpe.

—Tú preguntaste, yo solo conteste, pero mira quién viene para acá, tu pretendiente el vizconde.

Cuando el vizconde llega nos saluda, me invita a bailar, el primer baile.

—Por supuesto su excelencia.

Estamos tomando un exquisito ponche, cuando de pronto, la reina empieza a hablar:

—Bienvenidos sean todos ustedes, al baile en honor de mi hijo, el príncipe Harry, espero que sea una velada inolvidable para todos, sin más por el momento, me despido mis queridos súbditos.

Y comienza a tocar la orquesta, empiezan a bailar las primeras parejas, el príncipe va, por mi hermana, voltea a verme con desdén.—Pero… que le sucede a este hombre, sin tan mal le caigo, ¿Por qué me beso?

Segundos después, que Edith y el príncipe, se van hacia la pista de baile, llega el vizconde y vamos a bailar. En verdad el vizconde es un excelente bailarín.

—Señorita Kate, es usted una magnífica pareja de baile.

—Lo mismo digo, su excelencia.

— Y dígame ¿Qué hace una señorita cómo usted, con su tiempo?

—Pues demasiadas cosas, como leer, pintar, cabalgar, bordar, escribir.

—¡¿Le gusta cabalgar?!

—Si demasiado, su excelencia, en realidad cualquier actividad, al aire libre me hace feliz.

—Lo tomaré en cuenta.

Cuando termina, nuestro baile me acompaña hasta donde está mi familia, y me dice: —Espero tener la oportunidad de bailar otra vez con usted.

—Claro su excelencia.

Minutos después llega Edith, del brazo del príncipe, ahora me mira enojado. —Este hombre a de ser bipolar.

La noche transcurre, de maravilla; he bailado mucho, y la mayoría con el vizconde, en verdad es hombre encantador.

Veo que nadie, me está vigilado , y decido salir al balcón a refrescarme un poco. Cuando llego ahí, es una noche hermosa, miro al cielo, y esta lleno de estrellas, me quedo ahí, de pronto escucho un par de voces, entre ellas la del príncipe y el vizconde.

No sé que hacer, me pongo nerviosa, así que me escondo.

—Es una noche preciosa— Dice el vizconde.

—¡¿Pero no tanto, cómo la Señorita Kate?!— No reconozco la voz.

—Eso sin duda, es una mujer excepcional, aparte de ser hermosa, es muy inteligente.

—Eso sin duda, pero es medio salvaje, ¿Cómo planeas domarla?— dice Frederick Douglas, ese tarado trato de cortejarme la temporada pasada , pero lo rechacé porque intento tocarme, y le rompí la nariz, nunca digo el motivo, gracias a Dios.

—¡Domarla!, la señorita Kate, no es un animal para que te expreses así de ella, yo planeo enamorarla, y saber que le interesa.

Esas lindas palabras, me hacen apreciar al vizconde, vuelven a su plática y le preguntan al príncipe — ¿Y Usted su majestad, piensa lo mismo que el vizconde?

—No, yo no planeo casarme por amor, yo quiero una pareja que sea digna de ser una princesa, y posteriormente reina, y la señorita Edith, cumple con esos requerimientos.

—Su Majestad, ¡¿En verdad no, le gusta nada la señorita Edith?

—Claro que si mi Lord, debe gustarme para tener hijos.

En ese momento, estoy furiosa, como se atreve hablar, así de mi hermana.

Cuando por fin salen, yo decido irme de ahí, necesito hablar un Edith de inmediato, si ante no quería que se casara con él, por lo que pasó, menos ahora con lo que escuche.

Salgo de mi escondite y tropiezo con algo, escucho la voz del príncipe:

—¿Hay alguien ahí?

Ni loca salgo, por lo que escucho, se ha ido, decido irme, pero veo que me sostiene el brazo.

—Tenia que suponerse, que era usted, aparte de ser una imprudente, escurridiza, también le gusta escuchar conversaciones ajenas.

—Suélteme, y por suerte escuche lo que piensa de mi hermana, y ¡POR NADA DEL MUNDO PERMITIRÉ, QUE SE CASE CON EDITH!

— Y ¿Cómo planea impedirlo?

—No lo sé, pero si tengo que contar lo que sucedió, lo haré para impedir semejante barbaridad.

—Si dice lo que pasó, nos obligarán a casarnos, y ¿Usted quiere eso?

—Por nada del mundo, me casaría con alguien como usted

— ¡¿Y con el Vizconde?!.—Pregunta enojado.

—Ese no es asunto suyo...pero si tanto quiere saber si...el es un hombre honorable.

—Pero si sé entera de lo que sucedió eso no pasaría.

—Pues usted tampoco se casaría con mi hermana y yo habré ganado.

— Es usted tan.... desesperante; no se preocupe no diré nada...... yo nunca me casaría, con una mujer cómo usted, no es digna de ser una princesa.

—Es usted tan…. Insufrible— Le aviento su m*****a mano, y voy a contarle lo que escuche a mi hermana.

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