Recogía su espada para guardarla a un lado de su cadera. Se caló el sobretodo negro sobre sus hombros. Y ya estaba listo, Noah tomo las llaves del coche y entonces se fijó en Sebastiano quien abandonaba la habitación.
—¿Estás listo? Pregunta el viejo.
—¿Cuándo no lo estoy? Este sonríe dejando visible una muy reciente cicatriz debajo de su ojo.
Los cazadores habían sido atacados por muchos vampiros, y aunque estos se estuvieron defendiendo muy bien por dos años. Esa noche no tuvieron tanta suerte, bueno al menos no el humano. Quien se vio envuelto por un montón de chupa sangre, haciéndole difícil quitárselos a todos de encima.
Había sido mordido por algunos, agradeciendo que estos solo eran ratas que no podían infectarlo. Pero aun así, le costó deshacerse de todos. Al final, Noah tuvo que echarle una mano. Pero al
—Debemos irnos, muchacho. La noche es muy joven.—¡Esta bien! Esto no volverá a pasar.—Eso espero, porque no siempre te voy a estar salvando el culo.—No espero eso, cazador. Responde serio guardando su catana para dirigirse al coche.Noah lo siguió subiendo al vehículo… enciende el auto para ponerlo en marcha hacia otro lugar de ataque.En cuanto los cazadores partieron, una poderosa mirada amarilla los espiaba desde la oscuridad, las orbes de aquel sujeto brillaban como los ojos de un gato. Este Aprieta los puños con evidente fuerza al ver a todos sus esclavos destrozados en la calle. Por más que creara lacayos, esos dos siempre estaban al acecho. Destruyéndolo todo a su paso.Una sonrisa brillante surca de sus labios… mostrando uno de sus colmillos, esos cazadores no eran un problema. Siempre podía utilizar más humanos, todos destinados co
—¡¿Lía?! Mi amiga Lía Carter. ¿Es en serio bebé? Pregunta Sabina emocionada.—Sí, pero quiero que lo mantengas en secreto. No quiero que nadie sepa a quien vas a visitar.—¿Por qué? Pegunto ceñuda.—¡Ya verás porque! Necesito que prepares tus cosas, te vas antes del amanecer.—Pero… ¿y el bar? ¿Quién lo administrara? Tú casi no te pasas por allá.—Deja a alguien que sepas que se puede encargar, por eso preciso que te vayas ahora y resuelvas todo eso. Falta poco para el amanecer. Cuando termines, vuelves aquí. Y muy pendiente que nadie te siga.—De acuerdo, no comprendo porque tanto misterio pero lo haré bebé. Sonríe la joven. —¿Cuándo te volveré a ver?—En una semana viajaré a Roma. No te preocupes. Acari
Sabina dejaba todo en orden en el bar, para organizar sus cosas y partir hacia Roma. Aunque no tenía muy bien en claro cómo iba hacer aquel viaje. Porque no contaba con un presupuesto elevado para tal travesía. Pero si novio le dijo que haría el viaje, pues asumió que el correría con aquel gasto.No obstante, no paraba de pensar en Lía… había desaparecido hace dos años. Ciertamente la creyó muerta, pero como Dante hablaba de ella realmente parecía muerta. Era muy extraño que no pudiera hablar de ella con nadie, ¿acaso se había metido en muchos problemas? Pero ella… si solo era una chica bastante normal, extraña pero corriente.Sin embargo, para ser corriente… ¿Qué demonios estaba haciendo en Roma? ¿Por qué se había ido de Bérgamo? Bueno, quizás eran respuestas que obtendría en cuanto la vie
Después de que Alessio se sacio de su esposa en todos los sentidos posibles. Al fin, la dejo libre para que pudiera cambiarse. Este la observaba desde la cama con los brazos detrás de la cabeza, su cuerpo completamente desnudo reaccionaba no más al pillarla ponerse en pie mostrándole aquel trasero que tanto le gustaba ver. Dos líneas rojas corrían por su espaldaLa verdad es que tenía muchas ganas de volverla a meter en la cama para hacerle el amor hasta el amanecer. Mientras ella buscaba algo que ponerse, Alessio se puso en pie yendo hacia ella envolvió su cuerpo con los brazos hasta tenerla muy cerca de él demostrándole que aún tenía ganas de seguir haciéndole el amor. Ya que frotaba su prominente erección contra su trasero.—¿Por qué no vuelves a la cama? Aún tengo muchas cosas que hacerte.—Porque deseo que me
Sebastiano regreso sobre sus pasos con una información demasiado buena. Busco a su compañero pero no lo encontró por ningún lado. Así que decidió salir afuera para esperarlo. Pero resulto que el cazador se encontraba recostado del coche y era el quien lo estaba esperando.—¿Ya sabes todo? Pregunta el más joven.—Ella está en roma, los dos lo están.—¿Cómo estas tan seguro de eso?—He escuchado que allá hay un enorme castillo escondido y alejado de la civilización… tiene que ser allí donde se esconden.—Y si tenías conocimiento de esta información, ¿Por qué carajos en estos dos años nunca fuimos hasta allá?—Si supiera la ubicación ellos dos ya estarían muertos. Nadie conoce ese lugar, esta como protegido por un poder muy fuerte que impide qu
Estaban rodeados por una manada de chupa sangres hambrientos… Noah y su compañero habían sido emboscados mientras conducían por la calle en dirección a cumplir con su trabajo. Pero de la nada, una bola de vampiros rateros cayeron sobre su coche logrando que el conductor perdiera el control del vehículo.El coche dio algunas vueltas en el aire, y con estas muchos vampiros murieron ya que se encontraban pegados como garrapatas al metal de auto. Al final el carro quedo destrozado y boca abajo con los cazadores dentro de este. Noah había sufrido daños serios, pero por su condición de inmortal las heridas se regeneraron en segundos.En cambio Sebastiano no había corrido con la misma suerte… el si sufrió algunas heridas importantes, pero no tanto como para no defenderse. Noah despertó rápidamente, pero su compañero aún seguía inconsciente. El viejo caz
Sebastiano caminaba por el pasillo hacia la cocina, con algo de dolor y dificultad logro llegar a ella…pero antes de llegar escucho un solo toque en la puerta. Eso le pareció extraño. Llego hasta ella pero al abrirla no había nadie. Solo un simple sobre marrón en el piso. Por el sello que tenía sabía perfectamente quien la había enviado. Con mucho pesar lo cogió, y pudo jurar que otra costilla se le había roto. Una retahíla de juramentos salió de boca, todas dirigidas a los idiotas de la horda.—¡Malditos monjes! Exclama sentándose en la mesa.Con molestia abre el puto sobre. Quizás no decían nada bueno, ya que no esperaba noticias tan rápidas sobre ellos. Por lo general respondían cada seis meses o cuando mucho un año. Saco la vieja hoja del sobre, leyó las pocas palabras escritas en ella. Muy precisas y concisas.&ldq
Sebastiano amusgo los ojos cuando el viejo se negó a su petición, aunque parecía una completa locura se lo había pensado muy bien. Era lo que necesitaba para poder terminar con aquella guerra, incluso si su vida estaba de por medio. A fin de cuentas, moriría en cualquier momento solo era un humano luchando con chupa sangres despiadados.—Noah, comprende que si no haces esto no podre ayudarte.—Ya me estas ayudando. Responde serio el viejo.—¿Cómo lo hago? Dejando que me salves el culo cada vez que estoy en problemas. En dos años no has parado de rescatarme de la maldita muerte. Estoy harto de esa porquería, si me vuelves inmortal yo…—¡No! Lo siento chico pero no lo haré, no soy un maldito mostró.Responde dándose la vuelta poniéndole fin a esa conversación absurda carente de sentido… jamás se la