—Alessio, falta poco para que el sol salga, debemos irnos ya. Grita Dante destrozando el cuerpo de algunos vampiros.
Alessio hacia lo mismo, dejando solo a unos pocos con vida… pensó que la luz del día se encargaría de ellos. Su esposa llego a su lado cubierta de sangre que no era de ella, no parecía cansada pero estando embarazada no era recomendable que estuviera forzando su cuerpo. Era hora de regresar a casa.
—¿Estas bien? Le pregunta quitándole algunas manchas de la cara con el pulgar.
—Si. Esta sonríe con un deje de tristeza.
—Debemos volver a la mansión. Le dice tiernamente. —El sol esta por ponerse, y tú necesitas descansar.
Este pillo a los vampiros que quedaron con vida, ya no se acercaban a ellos. Quizás por la multitud de cadáveres que había a su alrededor. Lentamente fueron retrocediendo como animales salvajes adentr
En una noche fría, oscura y llena de relámpagos. El castillo de la familia Biachi se encontraba en la dulce espera del nacimiento de un par de niños que cambiarían la vida de sus padres. Lía gritaba a todo pulmón en la habitación que fue elegida para que los gemelos llegaran al mundo.Del parto se estaba encargando el mismo Alessio, en compañía de Sabina. Con las piernas abiertas, la castaña pujaba desgarrándose la garganta por tanto gritar. El fragor de los truenos no ayudaba mucho con los incesantes dolores de parto de la reina. Ya que solo aumentaba más sus nervios. Con su esposo metido entre sus piernas la chica respiraba agitadamente.—Vamos amore, debes poner más empeño.—No puedo hacerlo, ya no puedo más… grita.—Si puedes, un poco más. ¡Puja!—¡AAAAAHHHH! Grito cuando sintió
Lía sonreía de felicidad viendo como sus hijos jugaban en el jardín, Lucas y Sara ya tenían 5 años pero parecían unos niños de 10 años. Entre los dos había mucha diferencia, en las personalidades más que nada. Sara era impetuosa, mientras que Lucas era reservado. Aún no habían desarrollado sus poderes como tal, pero los padres sabían que ambos serían muy fuertes. Total eran príncipes.La castaña observa detenidamente a su hija, quien corría a velocidad vampiro por los alrededores. Era tan enérgica cuando estaba al lado de su hermano, siempre imponente e intimidante. Desde luego que a Lucas no le molestaba su forma de ser. Parecía aceptar a su hermana como era, pero a Lía no le agradaba mucho ya que cuando la niña tenía 3 años intento morder a su hermano. La verdad es que no le pareció nada normal esa actitud en
Jamás en su vida se hubiera imaginado escuchar aquellas palabras salir de la boca de su amado… quizás no había escuchado bien, tal vez su marido no supo explicarse y ella solo estaba mal interpretando las cosas. Porque… es que no era posible que Alessio estuviera diciéndole que sus pequeños hijos debían separarse, ¿Cómo que separarse?—¿De que estas hablando? Frunce el ceño al no comprender las intenciones de su marido.—Lía… este la mira seria, parecía decaído y eso no le agradaba. —Los niños no pueden estar juntos, no por mucho tiempo. Cuando Sara y Lucas cumplan la mayoría de edad debemos separarlos.—Alessio. Esta se pone en pie. —¿De qué rayos estás hablando? Porque no estoy entendiendo absolutamente nada.—Escucha… Lucas será quien gobierne la oscuri
Lía aun recordaba las últimas palabras que le dieron fin a la conversación que habían tenido aquel día con su esposo… (En cuanto cumpla 10 años) Pero de eso hace 4 años… Sara y Lucas ya contaban con 9 años de edad y cada vez que pasaba el tiempo las palabras de su esposo tomaban más fuerzas. La niña era fuerte, y en cada oportunidad que tenía intentaba atacar a su hermano.La última vez las cosas se habían puesto un poco feas, Sara había perdido el control, justamente cuando Alessio no estaba en casa. Esa noche Sabina la acompañaba y termino por pagar las culpas. La pequeña princesa había atacado a la chica mordiendo ferozmente su brazo. Su madre se vio obligada a golpear fuerte a Sara que la dejo inconsciente, luego llevo lejos a Lucas y fue cuando la niña despertó sin saber que había pasado.Supo que todo lo q
Alessio Biachi, realizaba la tarea más dura de su vida. La noche siguiente llevo a Sara inconsciente a Rumania. Dejándola acostada en la cama de su habitación, el padre aplano los labios mirando el rostro de su hija. Sería la última vez que la iba a ver, crecería, se convertiría en adulta y tanto el cómo su esposa volverían a verla.Con mucho pesar, dejo su mano sobre los ojos de su pequeña borrando los recuerdos que ella guardaba. A cambio solo dejo ciertos pensamientos que la ayudarían a salir adelante sin tener miedo a enfrentarse al mundo. También elimino de ella la ubicación de su castillo en roma, lo mejor es que no recordara nada de eso.Al retirar la mano, la chica se movió relajando un poco su rostro. Que fácil hubiera sido borrar sus recuerdos en casa y que continuara viviendo con ellos. Pero el problema era Lucas, así no tuviera recuerdos sus poder
Una chica de piel blanca camina bajo la despiadada luz del sol… esa mañana, hacía mucha calor en Rumania. Sara había querido salir a dar un paseo, lo tuvo que hacer sola ya que Rochel no toleraba la luz del día. Siempre le había causado curiosidad saber por qué ella era distinta. Sabía lo que era. Bueno, si se iba por allí… había muchas cosas que no encajaban en su vida.Simplemente despertó en aquella mansión conociendo que ella vivía allí, de que era vampiro. Pero no como llego allí, de donde venía, o lo más importante ¿tenía familia? ¿Alguien se preocupaba por ella? ¿La estaban buscando? Eran tantas preguntas que se hacía, que de un tiempo en adelante empezó por dejarlas a un lado.Pensó que, si nadie había ido a buscarla a ese lugar quería decir que nadie la extrañaba, o q
Sara corrió hacia su compañera a toda velocidad, Rochel ni siquiera se movió. La peli castaña pensó que su amiga era muy confiada y eso le molestaba un poco. Frunció el ceño en cuando llego hasta ella atacándola con sus manos. Pero al parecer la chica tenía razón, ella no sabía nada de peleas porque su cuerpo fue a parar muy lejos. En un ágil movimiento su amiga tomo su mano impulsándola lejos.La peli negra cayo de bruces contra el suelo poniéndose en pie en segundo. Miro a su contrincante sintiendo aún más enojo.—Tendrás que ser más rápida.—No sé cómo pelear, me llevas ventaja. Se excusa Biachi.—Sigamos. Ordena.En esa oportunidad fue la misma Rochel quien la ataco, desapareciendo de su campo de visión. Los reflejos de Sara no eran tan rápidos ya que
Sara miro directamente los ojos claros de aquel sujeto del cual desconocía su nombre. Aplano los labios echándola una mirada de cuerpo entero aquel hombre. Luego levanto la mirada al rostro de él notando que este elevaba una ceja.—No te estoy siguiendo.—¿De verdad? Pregunta con ironía.—Si. Respondió segura de sí misma.—¿Entonces porque te estas escondiendo en este puesto?—No me escondo… solo… solo quería comprar unas rosas. Le dijo torpemente.Este medio sonrió, y Sara pensó que al fin lo hacía. La seriedad de su rostro ya la estaba asustando. Creyó que estaba muy enojado porque lo estaba siguiendo, y con toda razón porque era toda la verdad.—¿Cómo te llamas?—Sara.—¿Solo Sara?—&nb