"No…" "No debería permitir esto" "No cuando él está bajo sospechas, no cuando podría ser mi peor enemigo" Los pensamientos de alerta en Samantha se hacían presentes, sin embargo, al mismo tiempo sus labios se movían lentamente con los de ese hombre. Un beso suave y lento que causaban que su cuerpo inmóvil comenzara a sentirse acalorado. — No~ — Susurró Samantha apartando sus labios lentamente de los de Leonard. — Lo siento. — Dijo él alejándose de la hermosa mujer y caminando rápidamente fuera de la cabaña. Samantha cubrió su rostro con ambas manos lamentándose internamente por haber besado a ese hombre. Le molestaba. Ella estaba molesta consigo misma por la actitud que recién había tenido. "Es el primer día en este lugar y yo… Se que tengo que retener a Leonard pero ni siquiera se por cuantos días, no se por que me enfado tanto c
Samantha se sorprendió al ver a Leonard tan descubierto. "¡No puede ser! ¡No espere que saliera tan rápido!" Pensó la joven. — ¿Yo? Bueno… Claro que es a mí jaja ~ — Respondía Samantha nerviosa a la pregunta de qué hacia ahí. — Solo… Solo había olvidado decirte algo y al escuchar que estabas en la ducha me quedé esperando aquí, es solo eso… Si… Solo eso… Leonard veía dudoso a su prometida. — Mmm… Entonces ¿Que es lo que querías decirme? — Preguntaba el atractivo hombre dirigiéndose al armario y sacando una de sus pijamas. — No… Yo… Me iré y volveré cuando te hayas vestido. — Samantha salió corriendo de la habitación en ese momento sintiéndose acalorada. "¡Pervertido Leo! ¡¿Que le pasa?! ¡Seguro pensaba cambiarse delante de mi!" Samantha finalmente detenía sus pasos bajando las escaleras hasta la primera planta y saliendo al sector trasero de la casa. Observab
***** ………. En la actualidad. ……….Esa mañana en la casa del lago. Samantha Thompson recién se levantaba de la cama cuando dió un gritó de sorpresa llevando su mano a su pecho izquierdo sintiendo su corazón alterado latiendo desenfrenado. — ¡¿QUE HACES AQUÍ?! — Gritó ella molesta a Leonard, quien estaba tranquilamente sentado en el borde de la cama observando a Samantha. Él vestía un atuendo informal de tonalidades claras y cruzado de brazos con una expresión seria veía a su prometida sentada y alterada. — No quería despertarte. — Respondió con una pacífica voz. Samantha hizo un gesto de molestía mientras pasaba sus manos por su cabellera acomodando la misma que estaba desaliñada. — ¿Que quieres? — Pregunto ella viendo con frialdad a ese hombre de ojos azules marinos. — Disculparme… La señorita Thompson se sorprendió por un instante
1: 30 pm. — ¡Suficiente! Estoy agotada, descansemos un poco. — Decía Samantha recostándose al tronco de un grueso árbol y sacando su botella de agua. — Tu fuiste la que dijo que quería una caminata montaña arriba. — ¡Dijiste que había una vista espectacular! ¡Mentiroso! Solo hemos caminado por dos horas sin descanso. — Jajaja~ — Leonard comenzó a reírse ante el comentario de su enojada y agotada prometida. — Cariño, hemos caminado solo por 20 minutos, además… ¿Por qué querría mentirte para hacerte caminar en vano? — ¿Por qué? ¡Se me ocurren muchas razón ahorita mismo! Así que no me provoques por qué me voy a desquitar contigo Leo. Leonard retrocedió tres metros deteniéndose justo delante de Samantha e inclinándose un poco para estar a la altura de ella. — Adelante cariño, puedes desquitar tu irá en mi. — Decía Leonard sonriendo. Samantha se quedó seria observa
"Se que no debería reclamarle nada… No es el hombre al que amo y tampoco con el que me quiero llegar a casar, inclusive… me acosté con otro estando comprometida con él… No debería sentirme decepcionada de que ame a su ex" Samantha tenía aquellos pensamientos mientras se ponía de pie. — Quiero volver. — Dijo en un tono calmado y silencioso. — Acabamos de llegar, al menos tenemos que merendar algo y descansar un poco cariño. — ¡NO! — Gritó Samantha. — ¡Quiero volver! Así que bajemos ya… Leonard se puso de pie acercándose a Samantha pero ella le dio la espalda y continúo caminando alejándose de él. — Cariño, ¿No estás haciendo todo esto solo por esa llamada o si? — Él finalmente se acercó lo suficiente para detenerla de la muñeca. — ¡Suéltame Leo! ¡¿Por qué me enojaría por esa llamada o que ames a tu ex?! ¡Lo que me enoja es que eres tan mentiroso que no puedo confiar en ti! ¡M
7: 10 pm.Samantha veía con atención a ese hombre que cortaba algunas verduras preparando la cena mientras tarareaba una canción; seguidamente la mirada de la joven se paseo por su brazo y su rodilla lastimadas y vendadas. Ella recordaba que por más que empujó, maldijo y mordió a Leonard, él no la soltó llevándola a la casa próxima al lago cargada, donde finalmente le soltó y ella se fue a su habitación donde se había terminado de bañar y cambiar. Recordó que no encontraba un botiquín de primeros auxilios en su habitación y le dolía mucho todo el cuerpo hasta que Leonard llamó a la puerta y ella le dejó ingresar para pedirle agresivamente que le lleve un botiquín. "Al final… Él ha terminado vendado mis heridas y ayudándome"Pensó la joven observándolo. "Pero… Eso no cambia el hecho de que no puedo confiar en él y de que se ha quedado de ver con su ex y ni siquiera me ha dicho nada de ese tem
"No hay manera… Los números que vi en el interior del anillo que me dio Leonard, él mismo dijo que no les preste atención que no eran nada" "Sin embargo… Leonard es un mentiroso y se que me oculta muchas cosas" Con ese último pensamiento en su mente, Samantha se quitó el anillo lentamente y acercándose a la luz de la lámpara comenzó a ver su interior una vez más. — Uno, dos… Nueve… Doce… ¡Son doce! — Expresó emocionada. — Sssh… — Hizo Edik un gesto de silencio con su dedo en su boca. — Cierto… Lo siento, pero en este anillo hay un patrón de doce dígitos, solo que me lo dio Leonard y dijo que no era nada importante, no se si tiene o no tiene que ver con esa puerta bloqueada en la habitación de mi padre, para empezar… ¿Por qué Leonard grabaría en mi anillo de compromiso algo así? No tiene sentido. — ¿Podrías prestarme esa sortija un momento? — Preguntó Edik extendiendo su mano y Samantha asi
7: 30 am. ¡PLAF! El sonido de la bofetada dejó marcada la mejilla del atractivo rubio con ascendencia rusa. — Te dije que lo sentía. — Recalcó él. — ¡No es cierto! No estás ni un poco arrepentido. — Expresó molesta Reina. — ¡¿Por qué no me quieres decir que sucedió anoche?! — Preguntó exaltada. — Solo estaba trabajando. — ¡¿En serio vas a hacerme esto Edik?! ¡¿Pones a mi hermano por encima de mi y lo nuestro?! — No metas lo nuestro en esto Sasha. Se trataba de TRA- BA- JO. No puedo andar por ahí dándote todos los detalles de lo que haga o envié a hacer mi jefe solo por qué tu y yo salimos juntos. — ¡Es mi hermano! Soy su vigilante, es mi trabajo, mis abuelos confían en mi para ello, ¡Por eso es que nos permiten estar juntos a nosotros dos! Si yo no hiciera esto, no podría seguir contigo, si fallo te pierdo y no quiero perderte… — La alterada mujer decía todas