"No hay manera… Los números que vi en el interior del anillo que me dio Leonard, él mismo dijo que no les preste atención que no eran nada" "Sin embargo… Leonard es un mentiroso y se que me oculta muchas cosas" Con ese último pensamiento en su mente, Samantha se quitó el anillo lentamente y acercándose a la luz de la lámpara comenzó a ver su interior una vez más. — Uno, dos… Nueve… Doce… ¡Son doce! — Expresó emocionada. — Sssh… — Hizo Edik un gesto de silencio con su dedo en su boca. — Cierto… Lo siento, pero en este anillo hay un patrón de doce dígitos, solo que me lo dio Leonard y dijo que no era nada importante, no se si tiene o no tiene que ver con esa puerta bloqueada en la habitación de mi padre, para empezar… ¿Por qué Leonard grabaría en mi anillo de compromiso algo así? No tiene sentido. — ¿Podrías prestarme esa sortija un momento? — Preguntó Edik extendiendo su mano y Samantha asi
7: 30 am. ¡PLAF! El sonido de la bofetada dejó marcada la mejilla del atractivo rubio con ascendencia rusa. — Te dije que lo sentía. — Recalcó él. — ¡No es cierto! No estás ni un poco arrepentido. — Expresó molesta Reina. — ¡¿Por qué no me quieres decir que sucedió anoche?! — Preguntó exaltada. — Solo estaba trabajando. — ¡¿En serio vas a hacerme esto Edik?! ¡¿Pones a mi hermano por encima de mi y lo nuestro?! — No metas lo nuestro en esto Sasha. Se trataba de TRA- BA- JO. No puedo andar por ahí dándote todos los detalles de lo que haga o envié a hacer mi jefe solo por qué tu y yo salimos juntos. — ¡Es mi hermano! Soy su vigilante, es mi trabajo, mis abuelos confían en mi para ello, ¡Por eso es que nos permiten estar juntos a nosotros dos! Si yo no hiciera esto, no podría seguir contigo, si fallo te pierdo y no quiero perderte… — La alterada mujer decía todas
Samantha no podía creer que Leonard le había pedido matrimonio en el pasado solo por qué se encontraba "celoso" sin motivos de Johan. — Hablo en serio. — Respondió Leonard. — No tiene sentido, no había razón alguna por la que te sintieras celoso, como dije, eras solo mi amigo. Decía la joven mientras movía sus piernas del regazo de su prometido para después ponerse de pie. Pero él la detuvo en ese instante sosteniendo a Samantha de la mano. — No era suficiente. — Admitió el atractivo hombre. — Quería más, más que una simple amistad, más que verte de vez en cuando. Los hermosos ojos de color verde oscuro de la joven veían con atención a esos de un profundo azul que tenía su prometido. Intentaba descifrar la verdad. ¿Que tan ciertas serían esas palabras? ¡Ya no podía confiar en él! No podía creer al hombre sentado en el borde de la
5: 40 pm. "Pensé que podría dormir algo, pero no fue así… No logré descansar pensando constantemente en lo molesta que estaría mi Reina y que haré para apaciguar su enojo" Mientras Edik tenía aquellos pensamientos y planes, caminaba hasta la oficina de Luka en el hotel. — ¡Ya vine! — Decía Edik de mala gana cruzando la entrada. — Llegas tarde. — No exageres. — Dijo el hombre rubio sentandose en una de las sillas frente al escritorio de Luka. — ¿Que sucedió con tu abuelo? ¿Lograste averiguar si el código pertenecía a esa puerta? — Preguntó yendo al punto. — No, pero ya que estás aquí te enviaré a ti esta noche, probablemente sea la última oportunidad que tenemos antes de que las cosas se compliquen con el regreso de Leo. — Hay una probabilidad de que Leonard también haya dejado esa habitación vacía, ¿No lo has pensado Luka? Por qué él fue quien dió el anillo a Samantha y sabí
Ante el rápido e inocente beso de Samantha, una sonrisa curvó los labios del atractivo prometido de la misma. — Sabes que prefiero cuando son en la boca cariño. — Dijo en tono coqueto inclinándose a ella. "¡Lo he logrado!" Pensó Samantha. "Su estado de ánimo ya mejoro, sería un problema para mí que comience a sentirse decaído o que no tiene oportunidad, algo así podría significar que Leo ya no quiera intentarlo y decida dejarme; debo ser cautelosa, mucho más ahora que esa desconocida quiere recuperarlo, una vez logré lo que quiero con ayuda de Luka, ya podré devolvérselo completo a esa Chelsea" Ante los pensamientos del plan de Samantha, ella sonreía aún a su prometido y a su vez, sus brazos se posaron sobre los hombros de él. — ¿Quieres uno en la boca? — Preguntó ella siguiendo el juego coqueto. Ella esperaba una respuesta de su prometido e incluso ya tenía pensado que decirle, pero no h
Khristeen no dejaba de maldecir a Reina, quien le había colgado de forma grosera a pesar de que sabía que fue gracias a ella que dió con la amante de Luka. — ¡No lo puedo creer! Es la peor cuñada en el mundo. — Gritaba khristeen exaltada. "Da igual si no me quiere decir nada de esa desgraciada mujer, simplemente tendré gente vigilando todos los días y a todas las horas" "¡Esa cualquiera de los Thompson debe pagarla!" *****3, 1 y… 8… ¡CLACK! — Esto… No lo esperaba. — Sonrió Edik viendo que el código del anillo de Samantha fue el que abrió la puerta segura. El hombre rubio termino de abrir la puerta viendo unas escaleras que bajaban algunos metros. Él continúo caminando hasta que llegó al final de dichos escalones y vio una puerta de glamurosa decoración la cual estaba cerrada. "Espero que no me pida otro m*ldito código" Pensó él poniendo su mano
"¿Salir con mi amante? Ella… Realmente cruza la línea siempre que le da la gana" Pensaba Leonard mientras se ponía de pie, acercándose hasta Samantha a pasos lentos. — Es cierto que pienso encontrarme con Chelsea, pero no es nada de lo que estás imaginando, tampoco es un tema del que daba hablar contigo por respeto a ella. — No te estoy pidiendo respuestas de eso, no me interesa. — Comento Samantha seria. — Lo único que quiero es que me dejes salir unas horas de la mansión. Leonard exhaló sintiéndose molesto. — No quiero. — ¡Quiero comprarle un hermoso obsequio a mi amiga y quiero lucir ropa que me haga sentir feliz! — La última vez compraste mucha, debes tener demasiada que ni siquiera has estrenado, sobre el obsequio, enviaré a qué compren algo adecuado y de suficiente valor para dejarte en buena posición. — ¡Tu no conoces a mi amiga! — Exclamó Samantha ac
Samantha veía a su alrededor lo hermoso que lucía el jardín privado en el sector oeste de la mansión Campbell, se acercó hasta unos cuatro metros del estanque. "Creí que era algo pequeño ya que es artificial… Pero… Es más extenso de lo que pensaba, probablemente su profundidad también sea mucha" La joven veía algunos árboles coloridos a distancia, llenos de sus flores respectivas avisando que pronto darían sus frutos. Las ráfagas del refrescante viento de medio día sacudían su volado vestido y su larga cabellera castaña, la señorita Thompson cerró sus ojos respirando profundamente y llenando de aire fresco sus pulmones. — ¡Señorita aquí! ¡Venga aquí! — Gritó contenta Clarisa bajo la copa de un frondoso cedro, haciendo extendida una manta rojiza en el corto y perfectamente cuidado césped. Samantha caminó hasta su sirvienta y amiga sentandose en la manta y pidiendo a ella que haga lo mismo.