El médico del hospital privado con el que Leonard tenía conecciones le atendió de inmediato. — ¿Ella está bien? Tengo entendido que le encontraron desmayada en su habitación. — Preguntaba Leonard al doctor Hans. — Tengo malas noticias señor Campbell, tras el desmayo, se realizó un chequeo general, se hicieron todas las pruebas necesarias y aunque aún faltan muchas más, las primeras arrojaron resultados desfavorables, cuando su tía recobro la conciencia nos ayudó a saber lo que sucedía. — No ande con rodeos, dígame de una vez de que se trata. Fue en ese momento que el médico comenzó a explicarle de la enfermedad detectada en su tía y que al parecer ella misma ya lo sabía y lo había mantenido oculto, una grave que para desgracia de la buena mujer, ya se encontraba en fase terminal. — ¿Ella fue la que le pidió que me lo dijera? — Si señor Campbell, ella no quiere verlo, al menos no por ahor
9: 30 am. "Por fin…" La joven rubia abrió sus bellos ojos de un tono miel claros, seguidamente se sentó en la cama sonriente sin poder contener la emoción. — ¡Este día me siento con todos los ánimos del mundo!Decía mientras salía de la misma y hacía algunos estiramientos matutinos. Caminó hasta la puerta doble de cristal, abriendo una de ellas y asomándose en el balcón de su nuevo departamento. "Extrañaba la vista del parque, extrañaba la ciudad donde nací y crecí" Con ese pensamiento en mente; Chelsea Smith, finalmente había regresado a New York. La bella mujer de exquisitas curvas, así como un cuerpo alto y atlético escuchó el sonido de su teléfono celular, de inmediato ingresó y lo tomó en sus manos lanzándose a la cama y contestando a la llamada. — Hola Jackson, acabo de despertar iré para allá enseguida. Chelsea tenía varios
1: 30 pm. — ¿Contactarás con ella? — Preguntó Edik para después llevar a su boca la pequeña taza con café. — ¿Por qué lo haría? Decía Luka sentado trás el escritorio. — No sé, creo que debes tener algo en mente a parte de hacerme enviar a alguien a vigilar todos sus movimientos. — Si me presento ahora, más adelante podría sospechar de mí, además… Chelsea no es nada despistada. — Mmm… — Edik veía preocupado a su amigo, quien se había puesto de pie y se servía un poco de agua. — Luka, ¿La amas de verdad? Hablo de Chelsea. — ¿Ah? ¡¿Te volviste loco?! — Decía Luka mientras caminaba por la oficina hasta una larga ventana sosteniendo en su mano el vaso con agua. — ¿Por qué me haces una pregunta tan absurda? Si tienes tanto tiempo libre para pensar estupideces debería ponerte otro trabajo más. — ¡Oye! Claro que no hermano, solo me estoy preocupando… No tiene relació
3: 00 pm. Los hermosos ojos de un color miel claro veían los bocadillos coloridos alrededor de la larga mesa. — ¡Por Chelsea! — Brindaron sus amigas en el departamento de la mujer de 29 años de edad. — ¿Lograste contactarte con tu hombre? — Preguntó la mejor amiga de Chelsea, Tiffany, mujer morena de cabello castaño, pero tintado rojo claro y de ojos azules claros. — ¡Oh Fany! No digas eso, él no es mi hombre, además… Tiene prometida. — ¡No seas modesta! Estamos entre amigas, por supuesto que es tuyo aunque esté "comprometido" con otra, es una niña fea que no te llega ni a los talones. — ¡Es cierto! — Decía otra de las amigas. — ¡Llámalo y verás cómo al escuchar tu voz querrá verte de inmediato! — ¡Toma! ¡Házlo! — Decía Tiffany pasando a Chelsea el teléfono, mientras la otra amiga le subía el volúmen a la música. Chelsea miraba su teléfono celular fijamente d
"No…" "No debería permitir esto" "No cuando él está bajo sospechas, no cuando podría ser mi peor enemigo" Los pensamientos de alerta en Samantha se hacían presentes, sin embargo, al mismo tiempo sus labios se movían lentamente con los de ese hombre. Un beso suave y lento que causaban que su cuerpo inmóvil comenzara a sentirse acalorado. — No~ — Susurró Samantha apartando sus labios lentamente de los de Leonard. — Lo siento. — Dijo él alejándose de la hermosa mujer y caminando rápidamente fuera de la cabaña. Samantha cubrió su rostro con ambas manos lamentándose internamente por haber besado a ese hombre. Le molestaba. Ella estaba molesta consigo misma por la actitud que recién había tenido. "Es el primer día en este lugar y yo… Se que tengo que retener a Leonard pero ni siquiera se por cuantos días, no se por que me enfado tanto c
Samantha se sorprendió al ver a Leonard tan descubierto. "¡No puede ser! ¡No espere que saliera tan rápido!" Pensó la joven. — ¿Yo? Bueno… Claro que es a mí jaja ~ — Respondía Samantha nerviosa a la pregunta de qué hacia ahí. — Solo… Solo había olvidado decirte algo y al escuchar que estabas en la ducha me quedé esperando aquí, es solo eso… Si… Solo eso… Leonard veía dudoso a su prometida. — Mmm… Entonces ¿Que es lo que querías decirme? — Preguntaba el atractivo hombre dirigiéndose al armario y sacando una de sus pijamas. — No… Yo… Me iré y volveré cuando te hayas vestido. — Samantha salió corriendo de la habitación en ese momento sintiéndose acalorada. "¡Pervertido Leo! ¡¿Que le pasa?! ¡Seguro pensaba cambiarse delante de mi!" Samantha finalmente detenía sus pasos bajando las escaleras hasta la primera planta y saliendo al sector trasero de la casa. Observab
***** ………. En la actualidad. ……….Esa mañana en la casa del lago. Samantha Thompson recién se levantaba de la cama cuando dió un gritó de sorpresa llevando su mano a su pecho izquierdo sintiendo su corazón alterado latiendo desenfrenado. — ¡¿QUE HACES AQUÍ?! — Gritó ella molesta a Leonard, quien estaba tranquilamente sentado en el borde de la cama observando a Samantha. Él vestía un atuendo informal de tonalidades claras y cruzado de brazos con una expresión seria veía a su prometida sentada y alterada. — No quería despertarte. — Respondió con una pacífica voz. Samantha hizo un gesto de molestía mientras pasaba sus manos por su cabellera acomodando la misma que estaba desaliñada. — ¿Que quieres? — Pregunto ella viendo con frialdad a ese hombre de ojos azules marinos. — Disculparme… La señorita Thompson se sorprendió por un instante
1: 30 pm. — ¡Suficiente! Estoy agotada, descansemos un poco. — Decía Samantha recostándose al tronco de un grueso árbol y sacando su botella de agua. — Tu fuiste la que dijo que quería una caminata montaña arriba. — ¡Dijiste que había una vista espectacular! ¡Mentiroso! Solo hemos caminado por dos horas sin descanso. — Jajaja~ — Leonard comenzó a reírse ante el comentario de su enojada y agotada prometida. — Cariño, hemos caminado solo por 20 minutos, además… ¿Por qué querría mentirte para hacerte caminar en vano? — ¿Por qué? ¡Se me ocurren muchas razón ahorita mismo! Así que no me provoques por qué me voy a desquitar contigo Leo. Leonard retrocedió tres metros deteniéndose justo delante de Samantha e inclinándose un poco para estar a la altura de ella. — Adelante cariño, puedes desquitar tu irá en mi. — Decía Leonard sonriendo. Samantha se quedó seria observa