Damon
Abro los ojos a la mañana siguiente sintiendo como mi lobo interior pierde de nuevo el control. Aprieto los puños de mis manos para obligarme a recuperarlo, y por un segundo temo lo peor… que me haya descontrolado y le haya hecho daño.
Lo primero que veo es que estoy en la cama, con el torso desnudo y las sábanas a mi alrededor están revueltas. No veo a Zara en un principio, pero su aroma dulce a menta sigue presente en el ambiente. De hecho, está impregnada en cada centímetro de mi cuerpo, en mis dedos, en mi boca, y, sobre todo, entre mis piernas.
Saco la sábana de un tirón y la veo acostada boca abajo. Su espalda desnuda sube y baja lentamente. Está plácidamente dormida, con su cabello revuelto y los brazos estirados hacia arriba.
Entonces me atrevo a deslizar un poco más la sábana y descubro que no solo está desnuda del torso, sino todo su cuerpo. Su delicada piel parece una m*****a obra de arte. Verla así me trae a la memoria los recuerdos de la noche anterior.
A decir verdad, me fue imposible mantener a raya el deseo primitivo de mi lobo interior. Tenía que poseerla y cuando ella me pidió que me quedase a su lado, mi mente se nubló para dejar todo el control a la bestia que deseaba marcarla como suya.
Lentamente me azotan las sensaciones de lo que pasó. Ambos sucumbimos a la pasión desenfrenada que nos pedía el lazo que debíamos realizar. El recuerdo de sus gemidos en mi oído trae de vuelta las ganas de tenerla entre mis brazos otra vez.
La hice mía, la he marcado como mi compañera, y ahora no tengo idea de cómo voy a decirle la verdad de lo que soy sin espantarla por completo.
Zara se remueve en la cama, empezando a despertar. La tentación de volverla a tocar es fuerte, pero al final no lo hago; prefiero esperar a su reacción.
Se levanta pesadamente sobre el colchón y gira. Su expresión es un poco perdida, hasta que se da cuenta de que se encuentra desnuda, y que yo la estoy mirando de forma fija.
Sus mejillas de inmediato se tiñen de rosado y busca algo con qué cubrirse.
—¡¿Qué pasó?! —exclama confundida.
—Tranquila cachorrita, simplemente pasó lo que suele suceder cuando un hombre y una mujer se atraen —explico de forma escueta. No puedo comenzar a soltarle información sobre lazos de luna, mates, y mucho menos decirle que ahora me pertenece en todos los sentidos.
—¿¡Ah!? N-no… no puede ser —niega con la cabeza, nerviosa.
La sonrisa se me borra del rostro porque ella, lejos de parecer complacida y feliz, lleva una expresión de pánico, como si yo la hubiese obligado.
—Está bien Zara, yo…
—No, esto no está bien —me interrumpe, y de improvisto, sus ojos se llenan de lágrimas—, no sé qué me pasó yo… yo no soy así… yo…
Empieza a sollozar, las gotas se derraman de sus ojos y empapan sus mejillas mojando la sábana debajo de ella.
Entiendo que esté desconcertada, después de todo, se entregó a mí como se lo pedía su cuerpo, pero su mente no tiene idea de lo que pasó.
Cubre su rostro con las manos y niega repetidamente. Me siento en la obligación de tranquilizarla, así que, contra todo lo lógico, la rodeo con mis brazos y la apego a mi cuerpo.
De inmediato ella detiene los sollozos y se queda paralizada.
—Lo lamento —murmuro—, creí que era algo que querías.
Zara se separa de mi pecho y levanta la mirada.
—No es que no lo quisiera… o sea… no quería… bueno sí quería… es… —Sus palabras se traban, sin poder encontrar las adecuadas.
—Te llevaré a tu casa —digo cambiando el tema.
—¡Soy virgen! —grita de pronto con los ojos cerrados. Abre uno primero y luego el otro, y me mira esperando alguna respuesta de mi parte—. O bueno, lo era.
—¿Es eso lo que te preocupa?
—No quiero que pienses que soy una chica fácil, o que busco que con esto me des el trabajo —admite avergonzada.
Me relajo un poco al saber que no fue motivo de que se sintiera forzada, o al menos eso es lo que ella me da a entender. Pues, de haber sido obligada, mi enlace con ella no funcionaría.
—No pienso eso en lo absoluto. Te dije que alguien más revisaría tu currículo. Me interesas Zara, desde el primer momento en que te vi. Te juro que quise contenerme, pero es que tú… tú me haces perder el control.
Su mirada perdida y desconcertada hace que me silencie a mí mismo. Debo encontrar la manera adecuada de revelarle la verdad sin que ella salga huyendo aterrada de mí.
—Tú también me gustas —admite—, me gustas mucho, y nunca me había pasado esto con nadie. Yo nunca me habría entregado así sin siquiera conocerte, pero contigo siento que… —suspira, abriendo sus sentimientos conmigo llena de una confianza que no tenía hace un segundo—… es como si te conociera de toda la vida.
Sonrío, quizá no se aterre al saber la verdad, pero es evidente que no se lo puedo decir ahora mismo. Tengo que preparar algo muy especial.
Me acerco y tomo su pequeño rostro entre mis manos, plantando un beso apremiante y salvaje en sus labios. Cada vez que la tengo tan cerca mis instintos me dominan, pero me obligo a separarme porque ya he perdido demasiado tiempo.
—Tengo que irme a casa, mi madre me matará —susurra en mis labios.
Me cuesta tener que separarme de ella, pero sé que debo dejarla ir, al menos por ahora.
—Bien, te llevaré. Estoy seguro de que ya han recargado el combustible en la estación.
En eso, su celular empieza a timbrar sin parar. Le llega un mensaje tras otro y al cabo de un par de minutos, empiezan a llamarla.
Zara toma el celular y atiende mientras se muerde el labio.
Volteo hacia otro lado porque con ese aspecto y ese gesto, lo único que quiero es poseerla otra vez.
Comienzo por vestirme apresuradamente. Ella cree que no la escucho, pero mi super oído me permite oír toda la conversación.
—Mamá, perdona, me quedé atrapada por la lluvia a medio camino.
“¡Vas a ver cuando llegues! Muchachita irresponsable, quién sabe qué habrás estado haciendo. Tú hermano tuvo que pasar la noche solo, te juro Zara Callahan que voy a matarte cuando aparezcas”, le dice su madre al otro lado de la línea.
—Estaba buscando empleo, por favor, perdóname. Llegaré en media hora.
“¡¿Empleo de qué?! ¿De prostituta?, una señorita de tu edad no pasa la noche fuera a menos que sea para cosas indecentes”.
—No, mamá te juro que no —susurra en tono de súplica, pero imagino que por dentro debe sentirse culpable, pues ahora mismo está en una cama de motel, desnuda y con un hombre que acababa de conocer del día anterior.
“¡Apúrate!”, sentencia la señora y luego cuelga.
Parece que es de esas mujeres de armas tomar.
Zara voltea y me mira con los ojos llorosos otra vez.
—No puedo llegar contigo, si ella te ve pensará lo peor.
Gruño para mis adentros, sé que es su madre, pero la forma en la que la trató no me gustó para nada. Al menos ahora sé que tiene un hermano menor.
—Está bien, ahora que ha salido el sol seguramente debe haber taxis disponibles.
—Gracias —responde con un suspiro.
Ella se vuelve a vestir y evita mirarme en todo el recorrido que hacemos hasta afuera. Lleva la cabeza gacha y los ojos clavados en el suelo. Cuando llegamos a la estación, recargo la gasolina en mi auto y ella le hace señas a un taxi amarillo que pasa por ahí para que la lleve a casa.
—Grandioso —le dice al hombre, que acepta llevarla por un módico precio. Zara se voltea y me mira sin saber qué decir.
Tomo su cintura entre mis brazos y la apego a mi cuerpo, por mí, les gritaría a todos en este instante que esta mujer me pertenece, pero me contengo. Aun así, no pienso perder mucho tiempo para verla.
—Quiero verte esta noche, podemos vernos en Grove Central, te llevaré a cenar —susurro a su oído.
Ella se estremece y su cuerpo se vuelve a tensionar.
—¿De verdad?
—Por supuesto, cachorrita.
—No me digas así —pide en un susurro.
—¿Cómo? —pregunto desafiante. No sabía que le molestaba, pero seguiré diciéndole así hasta que sea capaz de pedírmelo con propiedad.
—Tengo que irme.
—¿Te veré en la plaza? —pregunto una última vez.
Ella asiente con una sonrisa tímida. Esconde un mechón de su cabello detrás de la oreja y se libera de mi agarre para subir al auto amarillo.
Me quedo allí viéndola alejarse de mí, pero sintiéndome con el corazón completo. He sido tan afortunado por encontrar a mi mate, aunque sea una humana, no me importa. Siendo solo el Beta del Alfa, no creo que eso le importe a mi padre.
Tomo el auto y vuelvo a toda prisa a la mansión de la manada.
Allí vivimos los lobos principales, el Alfa y los Betas de mayor rango. Ya quiero ver la cara de mi padre cuando descubra que se ha activado mi gen de hombre lobo.
Todavía debo esperar a mi primera luna llena para completar la transformación, pero para eso solo faltan dos noches.
Una vez que atravieso el bosque hasta el otro lado de la ciudad, estaciono mi auto frente a la casa. Desde antes de bajarme incluso, percibo el aroma de una manada diferente. Mi cuerpo se tensiona ante la presencia de posibles intrusos.
Los colmillos de mi boca descienden y mis garras salen sin control alguno, pensando que quizá puedan estar en peligro.
Abro la puerta de un azote y de inmediato todas las miradas se posan sobre mí.
Adentro se encuentra mi padre, dos Betas más, y delante de él el Alfa Asher Black, su hijo, el Beta Griffin y la hermana de este, Freya.
El único problema, es que la manada a la que ellos pertenecen, la luna negra, es rival de la nuestra.
—¡Damon! ¡Al fin llegas! Y… —Mi padre se queda mudo al verme a medio transformar—… Lo conseguiste —murmura.
—¿Este es el muchacho? —pregunta el Alfa Asher con desdén.
Su hijo, el Beta, me mira con el ceño fruncido, al tiempo que arruga la nariz. Se acerca a mí con las manos empuñadas, agarrándome con la guardia baja.
—No hay forma de que este asqueroso Beta se una con mi hermana, ¡apesta a humano, se ha revolcado con una!
¡Bienvenidas a una nueva historia! Ahora sí mis amores, comenzamos con la publicación diaria de esta novelita. No olviden dejarme sus comentarios, eso me ayuda a hacer crecer la historia :D espero que la disfruten ¡gracias! xoxo
ZaraMientras voy de camino a mi casa solo puedo pensar en la maravillosa noche que pasé junto a Damon. Mi corazón brinca aceleradamente dentro de mi pecho solo de recordar cada caricia, cada beso que dejó sobre mi piel.Mi cuerpo tiembla, todavía con la sensación de sus dedos sobre mí, sus labios en mis muslos…¡Dios! ¿Qué fue lo que hice?Quiero chillar como una niña loca, me siento muy avergonzada, pero al mismo tiempo, fue tan increíble. Ni siquiera puedo comenzar a procesar qué fue lo que me pasó con él.Fue como si ambos estuviésemos hechos para estar juntos. De alguna forma todo mi cuerpo y mi mente gritaban, me suplicaban que me entregase a él.Si mi madre se entera de lo que hice seguramente me castigaría de la peor manera posible. No tengo idea de cómo lo voy a mantener en secreto cuando lo único que quiero es gritarle al mundo que le pertenezco a Damon Blake.El taxi finalmente llega a la calle de mi casa. Aunque yo no lo llamaría exactamente así. En realidad, vivo en una c
DamonEscuchar al maldito de Griffin insultar a Zara me hace hervir la sangre de la ira, pero me obligo a contenerme para no hacer una estupidez. Me lleva dos segundos procesar lo que dijo antes de eso…¿Cómo que voy a unirme con su hermana?—¿Qué mierda significa esto? —exijo saber con las manos empuñadas.Mi transformación a medias no parece dispuesta a irse, y poco a poco comienzo a sentir el intenso dolor que me describió mi padre una vez, ese que surge cuando tu lobo interior busca emerger a toda costa.—Damon, será mejor que hablemos en privado un momento —advierte mi padre, pero yo me niego a escuchar algo de lo que diga.—¡No! ¡Exijo una explicación ya! —gruño por lo bajo.El Alfa Asher me mira con desdén. A su lado su hija me detalla de arriba abajo y no sé bien qué quiere decir con esa expresión.—No hay nada que explicar porque nos vamos —espeta Griffin.—Silencio —le ordena su padre, y solo con esa simple palabra, él retrocede.—Damon, acabas de despertar al lobo, tienes q
ZaraDecir que lloré hasta quedarme dormida en la cama es poco. Por suerte mi madre llegó muy tarde en la noche, y creyó que ya estaba acostada cuando se asomó para verme.En la oscuridad de la noche no se notaron mis lagrimas y lo agradecí. Tuve que contener mis sollozos. A la mañana siguiente, despierto con unas ojeras del tamaño de cráteres. Mi cara se ve realmente hinchada y rojiza, así que no me queda más que recurrir al maquillaje para ocultarlas.Es evidente que Damon es un imbécil que se aprovechó de mí y me usó como una chiquilla tonta; y yo caí, caí redondita como la ingenua que soy.¿Cómo pude creer que se aparecería? ¡Dios!Recordarlo me hace sentir estúpida, y dentro de mí surge una rabia incontenible que nunca creí que fuese posible.Me miro al espejo y realmente me siento tan furiosa que creo que sería capaz de romperlo. Un gruñido quiere escapar de mi garganta, pero lo contengo con un control que desconocía hasta el momento.El maquillaje hace lo que puede cubriendo mi
DamonRegresar a la normalidad me cuesta mucho más trabajo del que pienso. El Alfa Asher me mira con un odio tan intenso que mi padre tiene que intervenir para evitar más tragedias.—¡¿Qué clase de ofensa es esta?! ¡Lo mató! ¡Tu hijo mató a mi Beta, a mí hijo! —acusa con los colmillos surgiendo de su boca y sus ojos inyectados en un color rojo brillante.—Espera un momento Asher, esto debe tener una explicación —intercede mi padre, aunque cuando me mira, sus ojos encolerizados me advierten que no me libraré de esto tan fácilmente.—¡Él me atacó! Yo solo me defendí —hablo por primera vez.Algunos miembros de la manada se acercan para ver qué fue lo que sucedió, pero basta solo una mirada de mi padre para que se alejen.—Alfa Maddox, vine aquí para unir a nuestras manadas, celebrar una boda y acabar con nuestra guerra; y en cambio, su hijo mata al mío en un arranque de ira y descontrol.—Lo sé, Alfa Asher, por favor perdone el arrebato de mi hijo, es una lupicría, no pudo contenerse.Od
ZaraHace dos semanas que me llamaron para darme la noticia de que quedé seleccionada para el puesto de secretaria en la empresa.Estuve a punto de decirles que no, pero mi madre escuchó todo y vio el correo que me enviaron con el uniforme, algunos implementos y un jugoso adelanto de la mitad del dinero. Prácticamente me obligó a aceptarlo.Tuve que regresar y tragarme la vergüenza de lo que pasó, aunque en realidad nadie lo sabe; pero eso no significa que me sienta menos usada y enojada.Todos estos días he ido a pesar de sentirme mal. Creo que la comida que mi madre está preparando debe tener algo malo, porque no he parado de vomitar en las mañanas, y la fatiga y el dolor de cabeza no me deja en paz por las tardes.Por supuesto, he tenido que disimularlo todo lo posible para que no me reclame que me comporto como una vaga.En la empresa, algunos de los directivos me miran de forma extraña. He querido averiguar por Damon, para ver si es que es capaz de darme la cara, pero lo último q
DamonNo es casualidad que me haya topado con Zara en medio de la calle.Hace dos semanas que me he obligado a mantenerme lejos de ella, a pesar de ir en contra de todos mis instintos e impulsos. Ahora que soy el nuevo Alfa de la manada, he tenido que aprender demasiadas cosas en muy poco tiempo. En especial, a controlar mi transformación.Esa primera noche de luna llena casi termino acabando con la vida de un grupo de campistas que, por ignorancia y osadía, se habían internado en el bosque.Por fortuna mis Betas pudieron evitarlo, pero esta nueva condición en mí requiere práctica y tiempo, algo que lamentablemente no tengo.Sin embargo, nunca dejé de saber de ella. Encargué a Xavier, uno de mis amigos y Beta de la manada, para que la mantuviese vigilada y me informase cualquier cambio. Por eso, cuando me dijo que ella había pedido el día para no asistir, tuve que salir para ver qué le había ocurrido.No me costó mucho encontrarla, fui hasta su casa sin que notase mi presencia, me man
Zara El corazón me late a toda prisa mientras espero su reacción. No comprendo qué es lo que me sucede cuando estoy cerca de este hombre. Y es que todo mi raciocinio y voluntad se ven doblegadas ante su presencia. Ni siquiera entiendo la mitad de las cosas que me dice, habla como si realmente creyera eso de que estamos destinados a estar juntos. Sería una gran mentirosa si negase que me siento muy atraída hacia él. Todo su cuerpo, su voz, su rostro, ¡demonios! Incluso su olor; me enloquecen. Sin embargo, no podría decir que piense que él será el hombre que escogeré para toda la vida. Aunque en realidad, si pienso en el futuro, no veo a nadie más. Todo esto es una locura, Damon es el hombre más misterioso que he conocido y sé que hay algo en él que no me termina de encajar del todo. El modo en que dice cosas como que matará a cualquiera que me mire mal me hace estremecer del miedo, y termino por creer que cometí un grave error al relacionarme con él. ¿Qué clase de persona normal d
DamonSaber que Zara lleva en su vientre a un descendiente de mi propia sangre ha cambiado todo lo que tenía pensado.Pretendía alejarme, obligarme a rechazar el lazo que me une a ella como mi mate, pero no puedo hacerlo ahora que sé que está embarazada.Me hizo el hombre más feliz que aceptase casarse conmigo, y aunque a ella le parezca todo muy apresurado, necesito que esa unión se lleve a cabo lo más pronto posible, porque Zara comenzará a darse cuenta de que algo extraño le pasará a medida que avance su estado.Entre los hombres lobo se han escuchado leyendas sobre la mezcla entre humanos y lobos; aunque cada una más descabellada que la otra, y sin duda alguna, ningún caso se ha documentado en realidad.Al final los ancianos de las manadas terminaron por descartarlos como meros mitos, y, en parte, ese es uno de los motivos por los que está prohibido que nos mezclemos con los humanos.De hecho, creo que es la primera vez que una humana resulta ser la mate de un lobo, porque se supo